martes, 24 de noviembre de 2009

LA ONCEAVA DIMENSION DE LOS LIBROS


Más allá de las fronteras y el quantum de la luz de una estrella a la nada. En el universo infinito de las redes y los megabytes. Hay un mundo aparte donde se escribe toda la historia de la humanidad como una gran novela aleatoria donde confluyen pedazos sueltos de una historia universal. Detrás de un ordenador en España o en Francia, en Italia o en Rusia, hay alguien contándonos una historia o leyendo alternativamente otra historia por medio de un blog o un correo electrónico. Allí en la Hiper-red cibernética y cinética ocurre el milagro de la globalización cultural. Regresando a nuestra isla americana, es emocionante como aparecen espaciadamente mensajes enviados desde algún lugar de Guatemala descodificando una historia y narrándonos en tiempos aparentemente presentes, un fragmento de las mil una noches latinoamericanas. Veo en el catálogo de Blogs-Chapines, el de Juan Pablo Dardon y me parece sorprendente el flujo de anónimos interesados en esa máquina de pensar que les da vuelta en vilo a sus valores y leyes inmutables, el ordenador se incendia y luego se ríe. Veo el blog de Javier Payeras con sus innumerables códices minimalistas que parecen de pronto tan familiares en alguna etapa embrionaria de nuestra psiquis y pronto salta a una fragmentación del pensamiento más elaborado. Julio Serrano y sus propuestas en una cuenta regresiva donde se telegrafían trozos de alguna conversación en el bus o una confidencia en el restaurante, las voces de los recintos urbanos y la concatenación de frases, dichos, milagros y supersticiones que cambian de colores y de música en los oídos de Pablo Bromo y las representaciones cotidianas de Juan Carlos Lemus y los volátiles textos que fluyen en Nada Editores desde una pantalla blanca en plena madrugada. Veo el blog de una mujer que se desnuda y se masturba y pronuncia las mil groserías más liberadoras de su entorno, tiene más de dos meses sin hacer el amor y escribe ese post para terminar de exorcizar su soledad (Diana no sabe que del otro lado de su pantalla hay otra Diana que también se libera con su liberación), pero no vamos a pontificar nada, este es un terreno virgen en el cual confluyen de comentario en comentario las más simples ideas. Para uno el blog es una libreta de apuntes, para otro el lado B de su libro en proceso, para otros la oportunidad de publicar por primera vez y por primera vez ser comentados por alguien de Nepal o de Bahía en Brasil, para otra es nada más una catarsis que con el nombre de Diario de una Ninfomana que logra satisfacer su más genético derecho a ser. Es aún muy temprano para decir algo definitivo, lo cierto es que estos blogs están flotando, junto con otros que aún no conocemos y que también nos identifican y rescatan lo más espontáneo de esa psique nacional que otros van tejiendo y publicando. Este es el blogicidio, un intento de leer textos remotos que serán las bitácoras perdidas en el gran espacio expandible donde un día algún niño del futuro leerá en cuatro dimensiones estos relatos o poemas y se divertirán con el zapping incendiario mientras mira como se empezaron a quemar los libros de papel en la undecima dimensión de estos mundos paralelos.

lester oliveros

14:13pm.

viernes, 20 de noviembre de 2009

IMPROBABLES CONSEJOS PARA VIVIR/


Ejercite el habla: diga lo que siente.
Políticas Modernas /Religión e improbables consejos para vivir.






Fíjese en todo, no deje que los demás le metan el dedo en la boca. Oiga bien, este atento. Por ahí anda mucha gente hablando del Fin del Mundo para que usted les de todo su money sin cuestionar el uso.[1] Mire atentamente, lea todo lo que caiga en sus manos, no se deje de nadie, pero tampoco sea represor. Toque todo lo que pueda, sienta que está vivo, sienta que es una realidad inclemente, métase a los buses y hable con la gente, toque sus ideas como si fueran materialización de un tiempo que merece ser abrazado por los semejantes, ser atendido urgentemente. Huela los olores, sienta que esta viviendo en un universo multiperceptible. Ejercite el habla, diga lo que siente. Ejercite sus manos, salude a su compañero de cola en el Banco, pregúntele cómo está, mírelo a los ojos y reconózcase en él. Ejerza presión, hable de poesía en las municipalidades; invéntese que usted ya conoce el cielo y comparta sus visiones. Déjese llevar y verá que la gente responde al buen humor. Ríase hasta el llanto. Mire, oiga, y no se detenga, saborée sus deseos como si fueran obsesiones íntimas para descubrir la eternidad. Abrace a sus hijos, deles amor, en esta ciudad de soledades hay que levantar una marcha silenciosa de fraternal intimidad. Déjese besar, gustar, abra los ojos a las personas que la aman y la creen única (o único). Compre libros de superación y regáleselos a los empleados del Gobierno, lea un poema al día de un buen autor desconocido. Trate de salir de noche y caminar por su colonia sin ver más que las constelaciones. Haga todos los días lo que más le gusta, y si quiere compártalo al final de su vida. Haga algo que nunca se haya atrevido a hacer. Tal vez sería bueno que saliera al campo, o que visitara un sanatorio, un orfanato, tal vez un hospital; algunos con sólo salir al jardín y saludar a su vecino podrían tener una epifanía. Si ha odiado, ame, eso es diferente. Visite una iglesia pero no se quede por años. Si ha llorado mucho, ríase de una buena vez de la melancolía. Deje de ver el noticiario. Ore de vez en cuando pero no se lo cuente a nadie, Dios es un Dios secreto y sabe huir de los labios. Si usted ha leído con desesperación los diarios nacionales, si usted es una persona cansada de ésta historia de sangre, odio, egoísmos, prisas, estrés, asaltos, fraudes, asesinatos, robos, crímenes de amor, puñales, soledad, locura insana, ignorancia, racismo, discriminación, desaliento, y todo el desfile indigno, si usted es un ciudadano que lo único que quiere es progresar, superarse, salir adelante, cumplir su sueño, llegar a ser alguien, si usted, amigo, todavía esta leyendo es porque merece saber una verdad insospechada: va a tener que inventarse un país para usted sólo. Un país nada más para usted con sus propias leyes y sus propios habitantes. Porque a todo lugar a donde vaya lo seguirá su historia personal, no la de otro, sino la suya. Y le van a preguntar por su país. Algunos dirán que está en llamas, otros dirán que no saben nada de él. Pero hay quienes hablan de su país de ficción y todos los países de ficción le deben mucho a la literatura. Comparto con muchos amigos la visión de una Guatemala nacida del Popol-Wuj donde lo mágico es real. Mucha gente viaja con dos países en su maleta, el que quisieran tener y el que tienen, y saben que es mejor hablar de un país mítico y futuro, de un país mental, porque a fin de cuentas, como dijeron alguna vez los Siux, la patria se lleva en la mente.

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[1] Es curioso que la religión moderna tenga una relación directa con las políticas modernas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

PERSEPOLIS Y MARJAN LA NUEVA PROFETA SIN PATRIA




Marjan Satrapi es una mujer iraní, y además el personaje central de esta película a la que no llegué tarde, sino en el momento oportuno pues el tiempo para mi no existe de una forma lineal. Fue presentada en el año 2007 y fue nominada a mejor película de animación en el año 2008. Compitió contra Ratatouille y Surf`s up. Y me parece sospechoso el hecho de que haya ganado una película que cuenta la historia desabrida de una rata cocinera. Ayer vi por fin Persepolis. La biografia traspuesta de una mujer que sin duda es un icono de su tierra y un profeta sin patria. Marjan trabajo con sus recuerdos una historieta que no esta dirigida precisamente a los niños, sino a un publico universal; a raíz de esto aceptó el consejo de David B para narrar su historia en comics. Así nació el libro Persepolis, por el cual le cerraron las puertas de su propio país. La profeta sin patria, entonces, ayudada por su memoria y Vincent Paronnaud empezó a crear las animaciones para llevar Persepolis al cine. Pude ver el preciosismo con el que se hizo una película que podría hacernos pensar que fue tan fácil. Desde los animadores, hasta el que puso el sonido de cada elemento en pantalla era un grupo comprometido con narrar una historia intima que debía conocer el mundo. Para un latinoamericano no es difícil identificarse con esas escenas de racismo y dominación, aún para un africano o un vietnamita la historia se carga de significantes. Pero la mujer detrás de esta obra es el mayor milagro. La profeta utiliza, en vez de bloques de piedra para grabar mandamientos, papel , tinta y un código que todos conocemos muy bien, el humor, el cinismo, y las nuevas tecnologías de la liberación.
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martes, 17 de noviembre de 2009

UN VOLKSWAGEN EN MEDIO DE UNA MUJER


Cuando uno goza su nostalgia tiende a convivir con la tristeza de una forma muy grata. La felicidad entonces hace posibles las apreciaciones de una realidad subjetiva que es en sí el único universo verdadero del que depende un escritor. Mi universo es la melancolía sagrada. Puedo vivir por mucho tiempo sintiendo unos deseos infinitos de llorar, puedo sobrevivir a la más terrible agonía y soy en si, un sobreviviente de hondas depresiones. Pero cuando una felicidad completa me sobreviene sé, que por muchas razones, es algo momentáneo que debo de vivir plenamente. El sábado, fuimos invitados por Dorian Lima, uno de nuestros mejores amigos, a Santo Domingo El Cerro, un terreno lleno de arte. Desde la puerta se pueden ver las mujeres monumentales de Efraín Recinos, con sus cabellos dinámicos y sus piernas cosmopolitas de mujeres de mundo. Ahí, frente a los pájaros bajo la lluvia esta el Volkswagen que el maestro Efraín manejó mientras se construía con sus planos el gran Teatro Nacional. El Volkswagen aún conserva la elegancia de su color original y alguien con mucha imaginación puede ver a una de sus mujeres tratando de parecer invisible y sensual sentada al frente. Abrimos una botella de vino blanco con el temor inocente de quien se salta la barda de un terreno prohibido. Wendy sonreía y su sonrisa me contaminaba. Supe, en el curso de nuestra conversación que el experimentado Dorian era amigo de mi tío Oscar Oliveros y de mi papá. Recuerdo que le dije que me llevaba de maravilla con ellos. Que pequeño es el mundo, dijo Dorian y, me contó algunas anécdotas de mis tíos. Mirábamos como iba volcándose el sol frente a las nubes y la música de Mazzy Star sonaba por algún lugar indivisible. La música era lenta y melosa, como el vino, como las boquitas de manía con caramelo, como los murales de Recinos y el tecolote de bronce de Ramírez Amaya, como las invenciones del Colectivo La Torana y los jaguares constelares de Goyri, el pequeño cuadro de la reproducción onírica de Elmar Rojas y las grandes transparencias del amor en los insectos vivientes de esa inolvidable región de lo increíble. Pero la noche no termino ahí.
Pero la noche nunca terminó. Desde el cerro pudimos ver las luces de Antigua. Fuimos eternizados además con el teléfono celular de Dorian y ahora hay fotos para la posteridad. Trabajé un poema al ver el carro alzado del maestro Recinos. Se los confío acá:


Desnuda con la nada, me cantas letra a letra una oración pajarera, con alas fuego, con celos azules naves, mi adorada esta al final de la escalera, su belleza total es lo que todavía resplandece en sus manos, una mariposa negra que aletea, las horas sostenidas en la otra, y lo que ha muerto de tu cuerpo de polen desvanecido, un racimo de corazones latiendo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA NOVELA-PEZ HASTA LA COSTA/ ANOTACIONES SOBRE EL VIEJO Y EL MAR DE HEMINGWAY


Este libro último de Ernest Hemingway no deja de sorprenderme, aún en la mala traducción de José Agustín de Editores Mexicanos Unidos. Ahora en esta última lectura he encontrado que todo el libro es un manual hermético sobre los pasos y trucos para escribir una novela. La maravilla de su ficción es hacernos creer que es una sencilla historia sobre el heroísmo humano y la resistencia del hombre contra la adversidad. Pero, según mi interpretación, es la fiesta de un escritor al haber encontrado su tema y hacer con todos los trucos que conoce, y los que va inventando, una transpolación maravillosa donde sucede, paso por paso, el descubrimiento y el goce de la escritura. Se ha dicho ya tanto, y mejor, sobre este libro, que yo sólo puedo referirme a el, como un texto perfectamente escrito. Algo perfecto es cuando no falta ni sobra nada. Cada palabra pareciera estar predestinada, cada coma, cada serie de palabras haciendo una frase, dando en la totalidad de un párrafo la sensación de perfección poética y métrica inalterable. Eso, para mí, es la virtud de Hemingway.
Existe un texto, y me encantó, del colombiano, y ahora premio Nobel, García Márquez que se llama 90 días tras la Cortina de Hierro, que mantiene la misma tensión e ilusión de ser algo perfectamente terminado. Esto de escribir esta cada vez más alejado del mirar con los ojos. El mar de Hemingway es un delirio de todos los mares que conoció. Llegó a Cuba por la pesca mayor, un deporte al que le dedicó mucho de su tiempo, como se lo había dedicado ya a la caza en África.
Fidel Castro le ganó una competencia de pesca a Hemingway, creo que por eso nunca fueron muy buenos amigos, aunque Fidel siempre leyó El viejo y el mar después de sus trabajos de oficina. Pero Ernest vivía, y ya todo el mundo lo sabe, a quince kilómetros de la Habana en Finca Vigía. En alguna nota de prensa, leí que un día encontraron un ahogado en el tanque de agua potable de la finca. Los Hemingway sólo dijeron, que nunca notaron nada, talvez sólo que el agua se iba volviendo cada vez más dulce.
Que Hemingway era un grandioso boxeador, nadie lo cree, pero sobre su vocación para beber, nadie lo duda, ni siquiera los que no lo conocimos en persona. Le gustaban los mojitos de la Bodeguita del Medio, y sus daiquiris en el Floridita. La última novela que leí de el, fue Islas en el Golfo, novela además publicada mucho después de su muerte, y en ella narra las conversaciones en el Floridita y los personajes inolvidables que tuvieron el gusto de beberse un trago a nombre de la vida, luego de un buen día de trabajo.
Regresando al Viejo y la Mar (como debía haberse escrito) el sabio Hemingway admiró siempre a los animales. Desde leones africanos, bisontes, carneros, gatos formidables, hasta toros de lidia y peces espada inconcebibles. En su novela didáctica Muerte en la Tarde escribe extensamente sobre la nobleza de los toros de lidia, una raza aparte de animales sumamente poderosos. Me gusta cuando describe estos animales de una fuerza descomunal, finos y violentos, pero nobles con una fidelidad divina y, de cómo pueden volverse indomables en la arena, pero pueden caminar como perros fieles a la par de quien los cuido desde pequeños. Me muestra desde esas páginas a esos vivos y salvajes toros de lidia, lo mismo que ahora me describe a ese pez infinito y enigmático, pero lo construye a base de vivencias propias transpuestas en sus trucos de buen mago. Alguna vez dijo que los adjetivos matan la buena prosa, porque se vuelven rancios, y hay que construir ladrillo sobre ladrillo para que los lectores vivan todo como si estuvieran a unos pasos.
El Viejo y el Mar es un libro inevitable. Tarde o temprano Hemingway escribiría sobre ello; había buscado en cada deporte como canalizar toda esa dinámica. Lo mismo hizo con las apuestas a los caballos; también en los velódromos de Bicicletas, en los safaris a África y en las cumbres de los Alpes donde esquiaba, y luego, finalmente en Cuba donde se encuentra con el mar y la pesca mayor. Conoce muy bien el mar, su textura, colores a distintas horas del día, su magnetismo y la fabula de Moby Dick regresa de otra forma. Melville hubiera disfrutado de la lectura del Viejo y el Mar. Pero sigue siendo algo inconcebible y, por lo tanto, el mejor tema para un escritor de ficción. Me gustan las analogías, Paris era una Fiesta es también El Viejo y el Mar. Es la misma pelea, los mismos trucos. A eso quiero llegar, a explicar esta trasmutación que para el escritor amateur pueda pasar inadvertida. Esta obra es una transpolación de un hombre que sin ninguna cautela buscó escribir la mejor historia posible, como buen artista logró lo que pudo y, se quedo inconforme, con los deseos de llevar hasta la playa, entero, ese gran pez, que es la novela total, la novela-pez hasta la costa.

viernes, 13 de noviembre de 2009

XOCOMIL DEL SIGLO/ATITLAN




La última vez que me sumergí en el lago de Atitlán fue para el feriado de Semana Santa del 2008. Estábamos hospedados muy cerca de la playa y, por alguna razón, le dije a Wendy que me iba a dar una ducha. Media hora después estaba cubierto de una alergia extraterrestre, que se me notaba a pesar de mi piel oscura. Pero cuando estaba dentro del agua pude ver el alga y era precisamente la que usaban los vendedores de pupos para decorar peceras en el mercado del Guarda. El lago había cambiado de color y pude verlo desde la lancha que nos llevaba a Santiago. En todo el camino fui viendo el desastre en que se había convertido el turismo de nacionales y extranjeros. Había desde botellas de agua pura y vasos plásticos, hasta cajetillas de cigarros y peces muertos mutilados por las aspas de las lanchas. En ese momento supe que el lago estaba agonizando. Me encontré en San Pedro con Giovanni Pinzón y me comentó sobre la alarma de las llamaradas que estaban a punto de quemar el centro del lago, me habló de los esfuerzos de ciertas organizaciones minoritarias que se dedicaban a recolectar la basura y de algunos voluntarios extranjeros que ya en ese entonces estaban alarmados por el cambio de color de las montañas y el cielo. Estábamos sentados cerca de un muelle y pude ver las nubes amarillas y los volcanes rojos, el agua verde pardo y el cielo en llamas.
Ya no he vuelto a ir.
Creo que mandé un par de correos a Greenpeace y otro a algunos amigos ecologistas, también una nota a Madre Selva. Felicité el gran reportaje que hicieron Harris Whitbeck y Ana Carlos.
En el lago esta alguna memoria de mi infancia. Puedo recordar el camino a Santiago en compañía de la abuela Greis, la carretera donde la Rubulí era un tren de gran velocidad haciendo girones los paisajes inmediatos de gente cargada de arboles cortados en trocitos y mujeres veloces que no alcanzaban a decirnos adios. El gran Cerro de Oro, y luego, las márgenes vírgenes transparentes y divinas donde nacía para mi la vida y el misterio. Espero que la imagen que vea del lago, la próxima vez sea nueva. Los Tzutuhiles ven esta formación del lago como un mensaje del xocomil del siglo. Se acerca el verdadero viento.
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Pieza de Benvenuto Chavajay

jueves, 12 de noviembre de 2009

EXPLICACIONES MAS BIEN CONFUSAS SOBRE UN WEEKEND EN GUATEMALA


A Juan Esteban Furlan, por los flashbacks de su amistad.


Al entrar a su cuarto pude ver el animalario. Perritos schnauzer saltando de la cama al suelo en una mágica urgencia. Iba a enseñarle a Dominique un texto de mi blog, pero no soporte el impulso, la terrible necesidad de tirarme a la cama y jugar con aquellos perritos que parecían extrañamente tan amigables. Luego, ella oía el poema sentada a la par mía mientras le daba cariño a su perro Pascal (un dachshund con el pelo canela). Dominique se dio cuenta que me gustaban los animales y me llevó a conocer a uno de sus proyectos. Era una perrita blanca recostada en una caja, recuperándose de un accidente. Según me contó, una vecina la había aventado con su carro y le había quebrado la columna, ella la tomó, la llevó al veterinario y, le hizo un lugar en el cuarto de servicio. Además merodeaba por toda su casa otra perrita de la calle con rastros de sarna cicatrizada por los medicamentos.

Su casa, en la zona 15, era amplia, ordenada y con olor a navidad. Todo esto no es extraño para ella, que parece tan cómoda con el olor a navidad todo el año y en beber vodka Absolut en tazas azules sin mezclarlo con nada. Nos acomodamos en un ala de la casa con una bonita mesa de madera en un espacio techado al aire libre desde donde vimos, unas horas después, el amanecer. Me pareció una orgia de la naturaleza cuando el sol nos reveló en ese lugar, con la amistad y otra botella de ron de caña. Dos amigos habían terminado en la sala durmiendo la siesta mientras nosotros platicábamos de todo lo que no tenemos tiempo para hablar entre semana. Les conté de las velas y el violín del día viernes, les conté de lo sorprendente de la poesía de Carmen Lucia, de la fascinante imaginación de Julio Serrano, de la cadencia con que Salinas leyó sus poemas y de los evolucionados textos de Bromo. Les hablé de las calles de la zona uno, de mi habitación embrujada donde otro escribe lo que yo corrijo a mano, de mi casa grande que son los libros, de la maravilla de tener amigos aunque pase el tiempo. Luis Morales, brillante actor y gran amigo, cínico e incondicional militante de la juerga, me preparó otro vodka y brindamos por el amanecer desde la terraza. Sentía una nostalgia espesa como una felicidad incompleta. Todo se resolvió camino a Antigua en la camioneta negra de Dominique. Tomamos cervezas frías en el camino y cantamos I got a felling de los Black Eyed Peas, fumamos en Antigua y luego almorzamos en una casa que Iko conocía muy bien por sus comidas típicas y familiares. Todo fue perfecto, hasta el regreso a la ciudad.
Esa noche, como a las siete y media, mataron a un amigo nuestro de la forma más perversa, sólo nos quedamos callados ante la noticia, oyendo que nos oían, que cualquiera podría oírnos decir algo. La madrugada del lunes llovía ciegamente sobre la calle y lavaba la sangre de todas las victimas del fin de semana.
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Pintura de Salvador Dalí.

sábado, 7 de noviembre de 2009

ORGIA OBSENA Y QUIMERICA EN BAR CENTRAL VIERNES SEIS DE NOVIEMBRE


…cuando cerré los ojos pude ver el verdadero universo de voces/ unas decían sea nuevo el día abriendo mares rojos y negros/ sea de nuevo el día voz omnipresente abriendo la roca y soltando el agua y produciendo pan que nieva/ sea de nuevo el día y saltando los cocodrilos zorros como venados tepocates saltando los búhos ratas como pescados batracios saltando las estrellas lobas como jaguares serpientes como emplumadas casi como colibríes manatíes jugaban y peleaban como gallos elefantes que eran casi como guacamayos anacondos, como zanates cocoteros que eran más parecidos a los buitres cuervos que se volvían jirafas leonas desde las amígdalas y luego pequeños como moscas ballenas hasta convertirse y multiplicarse en ruido de cigarras saraguates en ruido de delfines y garras, porque eran de todos los colores, si señor, porque eran el fruto de la selva y de el anonimato por años, ahí se encontraban los más bellos pájaros reptiles y las más naturales hiervas para el dolor de muelas, para el dolor del ojo, para el mal de esto y de aquello y los animales de campo como la gallina pumada o los perros gatunos que se refugiaban entre las patas de los árboles para mojar el pasto, eran todos como un ruidero infinito que llevaba las hambres antiguas, si señor, llevaba esa nostalgia de infinitos en cada ruidero desordenado donde se comía el águila al ratón, el ratón al hipopótamo, el hormigón al buitre, el león al mico, el mono al ave, el ave al cielo, el cielo pez al quetzal serpiente al colibrí venado, al que se comía al caimán encallado, al que se comía al venado con alas de halcón, al que se comía con gusto al gusano de la palma, al conejo, al ratón blanco que hablaba de cómo se comía a los gatos insectos, al que hablaba de cómo se dominaba al toro escarabajo, al que hablaba de cómo terminaba quitándole la cabeza a los hombres con pura paciencia como los gusanos cangrejos, al que hablaba de cómo se comían las hormigas las piernas de los niños, al que hablaba de esos pozos donde llegaban en cuadrillas para desaparecer los cuerpos ya desaparecidos hasta acabar con los huesos de hombres y nombres, de apellidos y rostros, de ropas campesinas y sombreros de fieltro y paja, de zapatos de trabajo junto con los hierros y las alforjas de tortillas llenas de frijoles fritos de besos y sombras de amor y niños con gusto pidiendo amor, dónde está, preguntando por todas partes, dónde estarán, preguntándole al Tat Kaibal, donde está papá a lu´, donde esta mamá al na´, dónde está la aldea lagunar, dónde, pero terminaban encontrando el animalero revuelto con sonido de tripas y ruidero en la boca del estomago, hambre, sonaba a hambre y olía a hambres porque hambre era lo que bajaba y subía de la tierra, y ahora yo escribía con sístoles infatigables y diástoles infinitos como sonidos de palos viejos tronando contra el suelo, como sonido de hojas y frutos mordisqueados por pájaros lombrices y fantasmas halcones esfinges minotauros bucefalos esfinges, comiéndome las uñas, buscándome entre las pezuñas el poco de tierra que me traje del camino, allá donde el viento luna se esconde cuando los hoyos de la selva olvidan el respiro solar de los anfibios mamíferos, y sueltan a cantar los ovíparos nevados con sus cantos dulces como tortugas con esqueletos fúnebres sobre la espalda/ la comida que se encuentra tirada por todas partes como los mangos tigres, como los bananos teñidos de jaguares, como las papayas eróticas y los cocos que pareces satélites huecos como calaveras marinadas, y las pitahayas jugosas de sangre frutal que se beben como vinos silvestres y rones musgales hasta la creciente venida, si señor, del nuevo año y sus nuevas cosechas de ronrones y mariposas, cascabeles manzanos surgidos del color de las iguanas, futuros rojos hasta la mordida final del pecado devuelto en mano y pensamiento a otro menos malo que no mata hasta que no le disparan, que dijo si, si señor, que dijo si, y luego la voz de uno mismo, caracoles rugiendo al tiempo que parecen serpientes boscosas con alas de palomilla, monos comiéndose los piojos como ángeles borrachos y locos, como demonios inofensivos al final del Apocalipsis...


Fragmento de Zoo(í)lógico
libro inedito.

jueves, 5 de noviembre de 2009

READ POP SOUND I (UNO)





Algunos pudimos seguir el recorrido en tiempo real de la limosina lúgubre que llevaba los restos de quien en vida se vestía con diamantes. Michael Jackson no fue para mí muy importante, hasta que el mismo día de su muerte escuché Billy Jean en esas emisoras donde transpiran música de nuevos intérpretes de moda. Entonces pensé en ver más de cerca el moon walk de Jackson y a todos sus imitadores. Pero la música en estas emisoras es tan basta que tan sólo he oído, hasta ahora, la tonadita rosa de los teen agers que venden el amor en tres minutos y medio. Pero con todo el respeto del mundo, he oído algunas buenas letras, he visto la mejor producción en los videos y algunos intérpretes podrían muy bien cantar alguna opera. Lo que pasa con el mercado es la oferta y la demanda, como siempre, la demanda es la que manda (plagiando un poco a Cabrera Infante y sus giros). En alguna ocasión, luego de escuchar a David Bisbal y a Enrique Iglesias, pensé que estos cantantes de moda eran los culpables de que a las niñas de trece se les llenaran de mariposas las barriguitas y que a los chicos de dieciséis les dieran alas para tirar la piedra y esconder la mano. Pero no, la música no tiene nada que ver con los embarazos y las madres solteras. De nuevo el sistema se retroalimenta con imágenes de obsesiones y deseos demasiado fuertes para niños sin experiencia. Aún estas historias contrariadas de adolescentes en problemas son una tierna imagen latinoamericana. El romance, la voz, la ternura y magia de Laura Pausini hasta a mi me seduce. Es natural dejarse llevar por estas imágenes inventadas en los estudios de grabación, recordemos las telenovelas mexicanas, ellos han implantado una escuela, y se han vuelto unos maestros, debajo de Hollywood, para hacernos creer, en medio de la violencia de Nuestro Diario y la Prensa Libre, que el amor dulzón y empalagoso todavía es una posibilidad para escondernos del real world. Incluso hay poesía en estas canciones pop. Inmediatos. Chetes y Amaral cantando una elegía. Si tú no vuelves. Recuerdos Nerudianos con la ayuda del video. Pero estos terrenos son nuevos para mí y no sé hasta que punto tengo la propiedad para juzgarlos sin corazón. Me compré un pequeño radio de audífonos. Lo que entra a mis oídos es un zapping en multimedia pues ahora mismo escucho Duele el Amor de Aleks Syntek y Ana Torroja y veo a la gente del Parque Central como un video de la canción. Esas letras que hablan de amor hasta el colmo del hastío son símbolos de la agonía. No quiero pontificar nada, simplemente son como algun coro cristiano en el que hablan de otro cielo y de otra tierra. No quiero ser vulgar y decir que esas sensaciones adolescentes son vanas, más bien aplaudo la creatividad de los empresarios de RBD o Kudai en un mercado tan competitivo y evolutivo. Pero el pop en video es como un cuadro de Monet, al pasar el tiempo llega a parecerse a un viejo papel tapiz. Las imágenes se van borrando, todo se va perdiendo como si los colores fueran mudando a una nebulosa región de olvido. Van así, percudidos, hasta desaparecer con la moda que los llevo a la cima.

martes, 3 de noviembre de 2009

UNA PRIMAVERA IMAGINARIA


A Joshua, futuro sabio;
y a Dorian, por la curiosidad nunca satisfecha.


La primavera acá es una lluvia perpetua que humedece los techos y va, lentamente, corrompiendo las paredes de madera de mi cuarto con un sigiloso paso. Pero es una primavera anticipada, con vales diarios de vida y angustia. Mi vecino escucha primavera in anticipo de Laura Pausini. Las paredes se esponjan con la humedad y todo parece volverse blando hasta que me acerco al borde de la puerta y oigo el ruido de la lluvia cada vez más persistente como si quisiera hacerme saber alguna de sus verdades humedales. Sólo yo sé lo que hace la lluvia conmigo y también puedo sentir lo que hace todo lo demás conmigo, lo que presiento que traduce mi espíritu, por llamar a lo de adentro de alguna forma, pero veo que se me imposibilita revelarlo completamente. Describo partes de una poesía aniquilada, una prosa efímera y sin contradicciones mayores. Todo esto conversábamos con Joshua y Dorian mientras disfrutábamos brevemente de unos instantes de regocijo en uno de los mejores recintos del Centro Historico. Dorian es de esas personas que uno siente que ya conoció en otra vida, en otro tiempo, porque somos permanentes átomos en ebullición, que es lo mismo que decir que somos mortales eternos. Pero en otras palabras, creo que ha leído buenos libros. Los encontré en Casa Ibarguen oyendo a los jóvenes participantes de un concierto de talentos. Pero ni aunque rifaban una guitarra, me quede. La primavera es más poderosa en este invierno. Les dije a mis amigos, que por favor me acompañaran a una copa. Dorian compró una cerveza Gallo y pasamos un momento compartiendo anécdotas. Estaba por llegar, para mi suerte, la verdadera poesía. Bajó de un taxi blanco con la brujería de su cuerpo mínimo y de otro mundo. La llevé del brazo hasta nuestra mesa y le ofrecí algo de tomar. Yo llevaba ya tres copas del buen vino tinto. Me hubiera gustado tener una cámara Polaroid porque era muy bello el dibujo del alumbrado urbano reflejado en el suelo húmedo de la calle y, en contraste con el ambiente limpio, tibio y compartido del lugar. Al final recuerdo que les pregunté a los dos amigos si podía escribir sobre ellos y me miraron como si ya lo estuvieran leyendo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

POETA DE LA TERNURA DE VISITA EN GUATEMALA EN UNA NOCHE GÓTICA


Breve entrevista al poeta
Héctor Hernández Montecinos



a ustedes les hablo
poetas del futuro
niños niñas jóvenes vida…

A ustedes les hablo, H. H. Montecinos.

Se fue la luz. La poesía empezó desde el dibujo espeso de una vela. Una oscuridad color caramelo nos invadía por dentro y por fuera, y la mano del poeta Héctor Hernández Montecinos señaló con su dedo infalible de mujer atónita al murciélago que entró al Bar Central. Dio una o dos vueltas y paso sobre la mesa de los poetas gritando en silencio para encontrar la salida. Todos nos quedamos maravillados de esa noche gótica, en la que finalmente llegó la luz como impertinente don de los suburbios. Pero de nuevo, Héctor mando que fueran censurados los divinos rayos de la luz insolente, para leer a ciegas sus versos de una isla sobreviviente. La presentación del libro Humedales se desarrolló a cargo de Javier Payeras y Luis Méndez Salinas, quien me sorprendió con un carisma que más se parecía a una virtud natural. La lectura de Javier Norambuena, tras la reseña de preciso ludismo de Javier Payeras, nos explicó porque el buen vino del Sur viene en forma de letras rojo sangre, porque sus poemas, para mi, eran pequeñas cicatrices de amores multiplicados.
Nunca había oído leer poesía a alguien como Héctor Hernández Montecinos. Fue una experiencia envolvente, por la forma en que se va modulando su voz conforme va evocando las imágenes de ternura de la más hermosa de las noches travestidas. Me regaló el libro que leyó y accedió al final de la noche a una breve entrevista. Héctor Hernández Montecinos es un chileno alto, calzado con unas botas enormes y una chalina roja comprada en San Cristóbal de las Casas, es conversador, atento y no se sorprende de nada a simple vista. En pocas palabras tiene un temple de gran ciudad, luego de haber recorrido America Latina como un voyeur interestelar. Hablamos sobre la Caravana Latinoamericana que saldrá de México en septiembre del año 2010 y llegara en 100 días a Chile celebrando en grande el bicentenario de nuestras letras.
Lester Oliveros: ¿Y… cómo nació la idea de esta Caravana Latinoamericana 2010?
Héctor Hernández: Después de nuevas formas de poesía en la que nos dábamos cuenta que no llegaba a los lugares remotos, quisimos hacer una celebración para esos 200 años de literatura y llegar a todos los lugares de Latinoamérica para leer poesía por 100 días desde México hasta Chile, el sueño que no pueden hacer ahora ni Bolívar, ni el Che Guevara, lo vamos a llevara a cabo un grupo de poetas.
L.O.: ¿Políticamente como te definís y como has encontrado este nomadismo desde el principio de esta Caravana Latinoamericana?
H:H: Una verdad poética, yo desde hace mucho renuncié a ser un poeta chileno, así como a cualquier sesgo político, la prepotencia de los malos tiempo en Chile, los he vuelto poesía y así he luchado contra la hiperdictadura. Hay muchos poetas que fueron luces cuando era de noche, el surrealismo neo liberal que esta naciendo son esos focos como faros, Verástegui, Zurita, Jaime Saenz… y otros.
L.O.: ¿Para tratar de definir esta imagen asexuada de la poesía de Héctor Hernández Montecinos, es una poesía espejo o podemos pensar que es una cortina transparente?
H.H.: En lo poco que escribo sobre el tema digo más. Y he sido de los pocos poetas chilenos que no se les perdono algo natural: la honestidad, el no ocultar lo inocultable. De todo lo que escribo, eso esta en el 3er o 4to lugar, es constante pero no definitivo. Es parte de la libertad, cuando uno niega la libertad, es inmediatamente cómplice del fascismo.
Estábamos en Las Cien Puertas. Estábamos sentados en una mesita redonda, Carmen Lucía Alvarado, Leandro Asoli, Luis Salinas y los poetas Chilenos, y recordé una frase de Norambuena cuando le pregunté la hora y me dijo “yo ando sin hora y sin noción de país”. Cerré mi cuaderno de apuntes y pude ver la madrugada.




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Guatemala, 28/10/09

viernes, 30 de octubre de 2009

SESENTA Y NUEVE EL TREINTA Y UNO


A Wendy Castillo, con amor.
69
Sesenta y nueve formas de amarte,
giratoria y telescópica
mecánica de círculos y burbujas
luces de camionetas y rótulos de hoteles vacíos
lunática y microscópica,
silenciosa
marítima
para mi confort pornográfico
sos de miel y de encanto
mi guia invisible
mi pequeño satélite blanco con ojos por dentro
adentro me estoy volviendo un liquen en tí
un pequeño insecto que repta bajo tu almohada
no sueño conejos
sin una idea publicitaria
porque de todos los péndulos dependo
porque he sido como un bote de Nescafe vacío
lleno de botonetas m&m que tu me has regalado.

lunes, 26 de octubre de 2009

VISITA A UN ZOOLOGICO DE LUJO/ EXPOSICION DEL TECOLOTE RAMIREZ AMAYA


Ese día había resuelto llevar a Mariano Cantoral a conocer el famoso bar El Olvido, pero recibí la noticia de la exposición pictórica del maestro Ramírez Amaya, a quien no conocía más que por medio de entrevistas y textos y alguna que otra fotografía. Me emocioné por conocerlo. Había leído tanto sobre el, esas historias mitológicas de sus amigos, sus enemigos y los milagros de su arte mayor: el dibujo. Así que resolví llamar a Mariano y proponerle que fuéramos a la Antigua. Mariano aceptó, intrigado. En el camino supe que a penas llevaba siete meses de manejar y, que aquella oportunidad era su primera vez en carro a la Antigua. Algo sobresaltados, hablando de literatura y buenos recuerdos de la red, llegamos al parque donde se quedó de juntar con su novia.
Mariano Cantoral es el autor del blog Más que Expreso, y de Lunes, y nos quedamos de juntar para organizar, o terminar los detalles de una lectura en el Gran Hotel donde también invitamos al bajista de Iguanamanga. Su novia apareció de pronto, mientras nos servíamos el tercer traguito de Quetzalteca, en pleno parque.
En Antigua el clima era invernal y amenazaba una brisa al caer la tarde con un viento permanente y frio. Yo estaba encantado de estar a punto de conocer a Arnoldo Ramírez Amaya. Bebía con gusto y la conversación con Mariano no decrecía. Su novia nos termino guiando hacia Casa Santo Domingo y en los misterios de las calles de antigua nos terminamos perdiendo, hasta que ella tuvo la gentileza de contratar un tuc–tuc que nos dejo en la puerta del lugar. Le pregunté a alguien de la puerta si ya había empezado la exposición y no me supo responder. Volvía la invitación y pude ver que todo estaba en orden, era ahí a las seis de la tarde. Fuimos guiados por personal del hotel y yo no podía creer las dimensiones de aquella mansión que enpezaba en una puerta tan pequeña. Nos dijeron que teníamos que pasar un puente iluminado con velas y todo era como un silente sueño romántico. Wendy y yo nos dimos un beso bajo los paredones antiguos de la casa y por fin llegamos a la sala Quiroa. Inmediatamente quise ver las pinturas. Le pregunté a Mariano si sabía donde estaban dando vino. No sé como le hizo pero se informó bien y al momento llevaba dos copas de buena cepa.
Las pinturas de Ramírez Amaya ahora estaban llenas de colores selváticos. Había unos tecolotes, toros y un Jabalí hermoso resuelto con trazos libres y precisos de color ocre. Me gusto el Jabalí y me gusto una escultura de una odalisca con murciélagos, un sánate en bronce y un bucéfalo soberbio que estaban en toda la sala como si todos los animales místicos del artista hubieran salido de paseo. Un quetzal con la las plumas de la cola dobladas, sus dibujos y bocetos, algunos hechos en cualquier caja de cereal o tapa de cartón, y como novedad sus dibujos de toros de lidia y autorretrato, impresos en vidrio. La técnica es digital pero causa una impresión interesante en el espectador. Mariano no conocía al Tecolote Ramírez Amaya, así que cuando yo les dije, ahí viene, no supieron quien de todos era. Iba vestido todo de blanco, con su cabeza calva y no le disgusto saludarnos.
- Maestro, ¿Cómo esta? –le pregunté – Estuve buscándolo por toda la zona uno –Sonrió y afino sus ojos exaltados.
- Y para que me andabas buscando voz –me preguntó.
- Pues para hacerle una entrevista –le dije.
- Ha, bueno, si es por eso…
- Le presento a Mariano, Estefanía y Wendy, ella es no vidente, le dije.
- Ha, esos universitarios –dijo acercándose a mi novia como si le confesara algo sólo a ella –siempre diciendo las cosas tan rebuscadas, no-vidente, no ve, es sencillo, es ciega... –dijo.
Una de las organizadoras, se disculpó y lo encaminó al estrado. Pude ver a Marlov Barrios entre la multitud. Ramírez Amaya dijo algo sobre la mala jugada del destino de exponer en una sala que llevara el apellido de Quiroa, pero también le causaba gracia. El vino era muy bueno, y terminamos sentados, luego de recorrer la sala, viendo a la gente y disfrutando de los sabrosos pinchos de carne y de pollo. Ramírez Amaya me respondió algunas dudas y me dio su número de teléfono para lo de la entrevista. Me pareció alguien como me lo imagine, audaz y con un talento desbordante.
Como a las nueve de la noche se despidió Estefaní. Y media hora después regresábamos a la capital. Todavía nos quedaron ganas de ir a las Cien Puertas y terminé la noche imaginando una trifulca en el Cafetín a la vuelta de mi casa.
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Que bello texto el de Denise Phé-Funchal

sábado, 24 de octubre de 2009

DESCUBRIMIENTOS, INTUICIONES Y OTRAS BABOSADAS QUE SE ME OCURREN


El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte.
Gerge Brassens

- Se me ha ocurrido últimamente caminar por todos los lugares de la zona uno que no conozco. Ayer fui al parque San Sebastian y caminé lentamente por sus alrededores habían Skates y rokeros, una vampiresa me pareció adorable, aún tenía rastros de sangre en la boca.
- He descubierto que las mujeres del Parque Central son hombres y las ardías son ratas. Lo único honesto en el parque son las palomas. Bajan desde las cinco de la mañana, que es la hora cuando llega frente a la Catedral un buen hombre que vende maicillo desde un banco con una carpita. El hombre es barbudo y parece un filósofo o un santo que es lo mismo que decirle loco.
- Intuyo que la gran obra de Javier Payeras será el primer Western Latinoamericano y Washington Chicas sera intermpretado por un Clint Eastwood Guatemalteco.

viernes, 23 de octubre de 2009

NOCHES AMARILLAS/ SOBRE EL LIBRO DE JAVIER PAYERAS


Javier Payeras dice que escribe novelas cortas para no quitarles mucho tiempo a sus amigos, pero es completamente una mentira.
Anoche, luego de un conversatorio sobre el Centro Histórico y sus personajes diarios, tras una taza de café, me fui a mi casa y empecé a leer el libro Dias Amarillos. Grave error. Leí 27 páginas encantado, riéndome en silencio porque mis vecinos se podían espantar de un loco soltero riéndose solo. Al final de ese capítulo invita al sueño y, hasta cante en silencio esa canción que dice quiero dormir cansado... y no despertar jamas, quiero dormir profundamente. Entre otras cosas no conozco a mis vecinos después de tres semanas en la casa, y ya en una ocasión se quejaron de mi música a todo volumen.

Me acosté, apagué la luz y sentí el corazón bastante fuera de lugar; en la oscuridad me tomé la presión y pensé en el café expreso que me había bebido por no tomar cerveza. Que buena droga, pensé. Me levanté, tomé el libro, bajé al sanitario y, seguí sentado en la taza del baño soñando con la historia por la pagina 38 en blanco hasta la 39 donde empieza esa obra de arte que es la resistencia desgraciada de durar. Al salir del baño vi la oscuridad y oí la respiración de Camila, la perra Pastor Alemán que por fortuna le caigo muy bien. Sentí que le incomodaba mis idas al baño por la noche. Una de estas me desconoce, pensé. Pero los perros son más listos que uno, porque también usan, además de los ojos, el olfato.
Entonces, contrario a lo que dice mi amigo Payeras sobre el tiempo de sus amigos, se me fue el sueño a la mierda y seguí leyendo por una hora más. Washigton chicas se despidió y puso un par de billetes sobre la mesa, y yo cerré el libro con ganas de, ahora si, dormirme. Perdonen las malas expresiones, pero que putas, seguía con la armonía, con el corazón excitado por ese maldito café puro o por saber el final de la trama esa. Ese café que sirven en el Gran Hotel es cocaína, pensé. Me levanté de nuevo, salí otra vez, y me di cuenta que por fortuna la mujer de abajo no estaba dormida, se oía como que lavaba ropa. Seguí leyendo. La historia era buena. Fluida, y divertida. El diario me gusto mucho porque cuando llegué a ese ensalmo poético de Septiembre 11 me quedé pensando que eso era ser escritor, volcarse todo uno, como un camión amarillo en el basurero de la zona 3 y dejar que salga todo. Bello y grande mi hermano, murmuré. No hay que creer, leí en voz baja, basta con salir a caminar. A las dos de la madrugada seguía prendido yo y la luz de mi cuarto. Llegué a Pausa, y luego un crescendo final, por supuesto, amarillo. Como imaginaran, algunos lectores de Días Amarillos, caí por fin profundamente dormido. Eran las 2:30am.
*
PD.
Por cierto gracias Mariano C. por prestarme el libro y por la mitología que armamos a raíz de sus personajes.

jueves, 22 de octubre de 2009

CONVERSACION CON UN SKATEBORDING/PERSONAJES DE LA ZONA 1 (i)


Alan Vásquez es un skateboarding. Tiene una tabla y le gusta viajar en ella como algunos nos gusta la bicicleta. Es un buen narrador. Me contó paso por paso sobre su pasión desmedida por éste fragmento de madera y, ruedas (inventadas ya hace más de cinco mil años). Me habló, y esto me sorprendió muchísimo, de eventos de su infancia que para otros es difícil de recordar, y lo recordaba porque andar sobre ruedas es como andar volando y andar volando es como regresar a la niñez. No pude ver su tabla. Me invitó a un evento en la calzada Roosevelt y recordó otros eventos en el monumento al Papa Juan Pablo II. Lugar donde se reúne la gran mayoría de expertos en este deporte que tiene mucho riesgo y, por lo tanto, cada logro es como vivir mil veces. Todos estos descubrimientos con la tabla se logran surfeando de la manera más atrevida sobre el pavimento y, si se tiene suerte, sobre plataformas fabricadas donde abundan las curvas y las caídas son su recompensa. Regresando a la vida de Alan, me contó la forma en la que le pidió a su padre su primera patineta, de cómo lo rogó, de cómo tuvo que explicarle pacientemente y casi al borde del ruego que el sólo había nacido para una cosa en el mundo y eso era el Skate. Todo esto me lo contó de camino por las calles de la zona 1, cruzando las avenidas con varios de sus amigos de la colonia de la zona 18 en Pinares del Norte, donde aprendió sus primeros trucos. Me contó que el riesgo esta en saber caer, en los primeros retos, y algo extraordinario que vivió; ganar un Torneo Nacional en 2008, a uno de sus rivales más despiadados, el que le gritaba que no podría lograr un lip o un flip, y menos un wallride; me contó de Jungle, esa tienda donde una noche salió con un patrocinio privilegiado por sus destrezas en los torneos organizados en colegios y parques al aire libre. Tenía tabla y tenis nuevos.
Mientras Alan me contaba todo esto, me llené de un imaginario de patines y patinetas, rollers amateurs cayéndose y levantándose, skates volando por las plataformas de las piscinas y los pasamanos, girando en el tiempo como la plataforma de concreto en aquel Burger King de la Roosevelt, gente de todas las edades disfrutando de lo mejor de la vida subidos en una simple tabla. Estas son unas de las preguntas.

Lester Oliveros: ¿Cómo empezó todo?
Alan Vásquez: En el Liceo Guatemala. Yo no podía patinar y siempre me subía al 3er nivel como si me asustara todo eso. Tenía como 11 o 12 años. Además, ya sabes, era en ese tiempo muy solitario. Mi papá, recuerdo que en aquella época se iba y me dejaba literalmente encerrado con llave en un cuarto. Ya te imaginas el miedo que tenía y como me iba volviendo cada vez más aislado.
L.O. ¿Cómo fue tu primera tabla?
A.V. Chafa, de 100 quetzales.
L.O. ¿Cómo imaginas el futuro de este deporte?
A.V. Puede que mejoren los materiales, que sean de aleaciones cada vez mas resistentes. Las pistas serán con mayor confort y se podrán hacer trucos más arriesgados con plena seguridad. Ya han sacado algunos prototipos por Internet.
L.O. Hablando de cine ¿qué película te gustó más?
A.V. American Beauty. Ese personaje que graba todo y se mantiene de la venta de marihuana, o, esa escena cuando ven por la televisión como esa bolsa insignificante va un lado a otro solo movida por el viento. West Bentley, creo que se llamaba.
L.O. ¿Qué pensas de la gente que anda en el Skateboard?
A.V. ¿Antes, como todo, era una cosa que tenía mística, pero luego he visto que muchos se meten en esto por intoxicarse con algo, andan por ahí un tiempo en la droga, pierden la esperanza de todo y se salen, sólo la forma de vestir les queda.
Los amigos de Alan Vásquez también comentaron algunas respuestas, estábamos bebiendo vino tinto de caja, todos parecían ser parte de esas lecciones de la vida que se aprenden cuando ni siquiera nos damos cuenta.

miércoles, 21 de octubre de 2009

NOCHE DE HIP HOP EN BELLAS ARTES/MC*



Hay un cuadro de Klee que me encanta sobre mi librera. Un acorde de Soda Estereo que se difumina en sus colores. Una foto de Basquiat que huele a monte. Todo eso en mi escritorio mientras recuerdo a estos poetas urbanos cantando sus lyrics con una hermandad genuina. Fue ayer en el Teatro de Bellas artes. Fue ahí, luego de escuchar a Mejía Godoy, luego de comer buñuelos en Santo Domingo, luego de ponerme una chumpa de inmigrante y salir por esas puertas de madera, y buscar en Gardenias un espacio para oír poesía. En Gardenias se había clausurado el evento por contrariedades entre los organizadores. En la Plaza me encontré con un grupo de compañeros. Es curioso que siempre nos encontremos y, me contaron sobre el evento de Hip Hop en el teatro de Bellas Artes. Estaba José Chamale, cantautor; Juan Carlos, fotógrafo oficial del colectivo S.O.P.A.; Tito, un vecino; Eckerman, joven lector y músico; Rolando Orantes, guitarrista y, Chepe, amigo poeta que viaja en bicicleta. Caminamos por la Sexta Avenida y me di cuenta del respeto que tienen los automovilista por los peatones y los ciclistas, me pude dar cuenta, sorprendido, del gran respeto que tienen los ciclistas por los de a pie. Comentábamos con Juan Carlos y me decía que sólo pasa en la Sexta Avenida, en otras calles han aventado a muchos.
Al voltear por la Avenida Centroamérica vimos el maral, rostros conocidos y desconocidos, amigos fraternales y solidarios compartiendo el vino y los abrazos. Estaban todos. Tantos amigos que sólo la enumeración me valdría una lista infinita. Yo no iba a entrar porque pensaba regresar a casa y empezar de nuevo la corrección y lectura de mis trabajos atrasados, pero, Alan Vásquez (alias el demonio), me convenció. Al entrar le di las gracias por haberme insistido. El proyector de VJSine mostraba, en todo el escenario criptografías estampadas sobre los telones rojos y mándalas lumínicos con una potencia que inducía al baile. Se escuchó la entrada del primer Rapero con mucho talento. Muchos bailaban. Otros estaban sentados en las butacas. Frente a mi estaba un grupo de bellas valquirias bailando con unas niñas. Adelante estaba la poeta Rosa Chávez muy bella, vestida con una blusa tejida de un corte regio. Luego me despedí de todos, caminé por cada una de las calles acompañado de la memoria de cada uno de los sonidos que conocí. Llegó la hora de sentarme y empezar esta nota, pero antes quisiera decirles que los poemas de Whitman y Vallejo también son rap.
Fotografía: Kunti Shaw
Autora: Lunatika Lu León/

lunes, 19 de octubre de 2009

UNA AMIGA MUY BREVE Y ALGO SOBRE LAS JAULAS




Una amiga muy breve me dijo que le gustaban los animalejos que vivían en mis textos. Era una amiga muy bella, como todo lo bello, siempre fue breve. No la he vuelto a ver. Mis animales siguen evolucionando dentro de mí y como Blattas Orientalis recorren mi cuerpo con patas de serpientes voladoras y cara de piojos chinches, ahí están extrañando a esa mujer que los descubrió bellos. Las personas breves aparecen en mis textos con mayor luz y sombra, son creadas con colores versátiles que pueden llegar a ser verdaderas obras de arte, pero breve, un arte mortal y peligroso. Si pudiera contar algo verdadero, diría que estuve parado delante de una jaula que es una puerta de un Cafetín neón, en el preciso momento en el que un hombre tomaba su arma y le apuntaba entre los ojos a un amigo, el golpe del martillo contra el cielo bala, no hubieron muertos por fortuna. Pero parece que mis apariciones en este espacio están afectando a mucha gente. Creo que fui el causante de que despidieran a alguien de esa jaula. También fue interesante la música ultra moderna de esos dos tipos con vestiduras geométricas y las fotos de Byron Mármol, y lo original que me supieron los tragos de Indita con horchata, más bien como una piñata para grandes, viendo la calle de la sexta avenida trepado en la cornisa de esa casa a unos metros del cine Lux. Pero extraño algo de mi amiga tan breve, quizás que nunca pude verla sobrio. Las Blattas Orientalis cada vez se me aparecen más y más en mis cuentos, saben de alguna forma interdimencional, que yo soy como una de ellas. Imaginario como una Periplaneta Americana.


jueves, 15 de octubre de 2009

PROSA RECORTADA/LECTURA HOY EN BAR EX-CENTRICO


Lo desconocido de tí
Eso que te hace vivir
Sólo por estas noches asesinas
Te van volviendo a la ternura de una luna
Escrita en la fuente central
Rodeada de azules plazas malditas


Gitanos éramos en aquellos tiempos
Ilusionados con las calles cortadas
Olvidamos la infancia con las calles cortadas de mi madre que
Vivía y gozaba por las calles hierro donde la lluvia nos volvía victimas
Alucinadas de un gran milagro llamado por mil nombres vida
No había salida
No había una entrada más velada que tu cuerpo partido
Imaginado por un sólo Rey al final del tablero

Orada la piedra los amarillos rayos faroles
Lentos con su cuchillo de espantos sigilosos
Imaginando gotas rojas como pastillas de sangre
Velando a la par del llanto
Enamorado de las puertas de hierro
Rompiendo en cristales líquidos la
Obertura final de los refugiados en las banquetas
Solitarias donde no alienta la esperanza


Rayando las paredes aprendí a escribir
Amando a los insectos entendí del mundo
Mirando lo más desnudo de la vida me perdí para encontrarme
Iluminado y dormido, soñado por otros
Rumiando las mismas calles me fui para siempre en éste
Encantado cuento de una Sherezade moderna que me enciende la TV cada noche
Zoologicamente me acostumbro a las jaulas abiertas de esta city.

miércoles, 14 de octubre de 2009

EL MONJE/BREVE RESEÑA


*El día de ayer, mientras iba caminando por los almacenes de Árabes, oí por la radio que el ciudadano español que salto a la fama por haberse proclamado el autor del apagón del domingo, en toda la capital, y es también conocido por todos como El Monje fue expulsado del país. Nunca lo vi en persona, lo único que sé sobre el es la existencia de este video por YouTube en el que se ve la paciencia y el sentido del humor que despliega para curar a borrachitos infectados en algún lugar del Trébol. Además de eso vi su fotografía en los periódicos y en la red. Me enteré también que tenía once ingresos al país y que había dejado una carrera de exitoso empresario por una tarea humanitaria que financiaba mientras asesoraba otras Ong´s. Un caso de locura, dicen los diarios.
Ese día lunes yo escuche desde mi cuarto, bajo la oscuridad y sobre mi almohada, la vida gitana de nuestros propios hermanos perdidos en otra oscuridad más brillante. Si la voz del pueblo es la voz de Dios, yo oí a Dios toda la noche.

Por la tarde de ayer, Armando Lusquiños, regresaba a tierras ibericas en una carabela con alas.

lunes, 12 de octubre de 2009

HOTEL REALIDAD


Entramos a almorzar a un lugar de lo más humilde, que bien hubiera sido una brasserie francesa en tiempos de calamidad. Pero nos atendieron estupendamente. Pedimos un solo menú. Pollo frito con ensalada de papas con crema y abundante fuente de arroz y, nos dieron dos platos de sopa caliente. Era un caldo de res delicioso que aquella tarde, al final del invierno, nos pareció una magia feliz de los primeros días de octubre. Además nos gusto que el refresco de Rosa de Jamaica lo envasaran en botellas de Coca-Cola para poder organizarlo en el refrigerador. Era un lugar donde habían mujeres mayores almorzando, señores y jóvenes bebiendo octavos de Quezalteca, y era un lugar sórdido y mínimo pero al mismo tiempo agradable. Una señora se acercó hasta mi novia y la saludó con mucha cortesía. Parecía una mujer amable y debía ser cliente del lugar y era la primera vez que nos veía por ahí, porque nos saludo como si nos diera la bienvenida. Un poco después apareció un músico que habíamos conocido un día antes en una cafetería china. Era un señor curtido por el sol, con profundas heridas de desvelo y los años habían sido duros para el, se notaba en su rostro de una forma permanente y se podría uno imaginar que había llevado una vida de infortunios por haber elegido una vocación y un vicio al mismo tiempo. Por un tiempo había compartido con su mujer el gusto por la música, por 1976 eran los esposos Iseppi y se presentaban en las radios a cantar. Me enseñó un carné de la Asociación de teatreros, cantantes y similares, y se veía robusto con la dignidad intacta y parecía un tipo decente. Fue muy amable un día antes en cobrarme las canciones a quetzal, pero además era todo un personaje. Terminamos de comer en el momento en que un hombre se sentó a nuestra mesa y me pidió que le regalara para un trago. Parecía un tipo sin vergüenza por el alcohol y parecía indigno que pidieran con sus manos fuertes y su rostro entero. Pero le dimos unas monedas y, luego terminaron por sacarlo cuando empezó a molestar a unos clientes. Era un lugar intimo y parecía poblado por vecinos que no vivían lejos. El servicio sanitario estaba al subir unas gradas y desde ahí se podía ver la vida humilde que llevaban los dueños. Ese mismo día, a las dos y media de la mañana habíamos asistido a un milagro que sólo pudo venir de un poeta. Una cena improvisada por Simón Pedroza que no parecía una cena improvisada sino un gran banquete de espaguetis con salsa de atún y vegetales rociado con queso parmesano y grandes copas de vino tinto Frontera. Al final de la cena de esa noche Simón llevó un librito negro y sin decirnos el nombre del autor empezó una lectura que nos llevó a saborear con gusto el vino, era un poeta del mismo país del vino tinto, Vicente Huidobro. El tiempo es sólo una fantasía de la imaginación. Por la mañana, antes de entrar a la brasserie, vimos un hotel que se llamaba, contradictoriamente, Hotel Realidad, una pareja salió apresurada tapándose la cara.

BRASIL OLIMPICO POR ALAN MILLS


Colaboración de Alan Mills.
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Me queda claro. Clarísimo: poco sabemos realmente, latinos, apenas entendemos algo de ese espejismo inmenso llamado Brasil. Nos seduce, nos aterra. Y nos salva: hacia allá correremos ahora. Hemos comenzado a refugiarnos en sus embajadas. Ya sabemos que este ornitorrinco tremendo usará el pico para intimidar a los delirantes pirómanos de nuestra historia. Yo aprendí portugués trabajando para una empresa de mercadeo. Y luego llegué a disfrutar esta lengua en toda su dimensión plástica (sí, como si mirásemos los suspiros que forman las palabras por el aire), caminando esas calles adornadas de belleza, o bebiendo cervejinhas en Sao Paulo. A veces también me asusto. Pelé es un monstruo de dos cabezas: por un lado admiramos al niño negro que aprendió a jugar descalzo, pateando cocos desde las favelas hasta ganar varias copas del mundo; por el otro lado nos provoca un espanto singular mirar su cara de androide risueño hasta en las bolsas de comida para perro. Hay una intermitencia dialógica entre una dimensión visible de libertad corporal, alegría e industrialización, con otro mundo perdido, también llamado Brasil, donde pareciera que "bailan sobre cadáveres" y donde los nombres aborígenes son sólo nombres de calles perfectamente asfaltadas. Lo cierto es que hoy por hoy se vive la efervescencia olímpica por el Brasil, es la simpatía mundial, y hay un optimismo desbordado que hasta por momentos quisiera sugerirnos el final del sueño americano, para pasar ahora a construir la humanidad con la forma de un gran carnaval. Y nosotros queremos bailar con ellos, aunque nos miren con esa suspicacia de quien conoce bien los materiales con los que se arma el concreto que resiste a todo incendio. En ningún lugar se vive con tal intensidad la hibridez fronteriza entre los cosmos virtuales y sus efímeras, aunque intensas, chispas de materialidad sensual. En Brasil conocen muy bien la forma de crear proyectos acromegálicos y saben venderlos. Hay una fingida ingenuidad y un pragmatismo que podría sentar un modelo global de vida práctica. Política sin euforias, economía sin complejos: tecnología populista. ¿De verdad están bailando? A veces los brasileños nos piden que incendiemos algo, es verdad, pero finalmente lo interpretan nada más como si aquello fuera una instalación de arte. ¿Les gustará jugar con los pirómanos?, ¿construirán con los restos de nuestro desastre otro espectacular edificio en la Avenida Paulista?
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Video:
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miércoles, 7 de octubre de 2009

CARLOS SALVADÓ/ AMIGOS


Carlos Salvadó se parece a Melville porque tiene cara de capitán de barco. De esos barcos que cruzaban el atlántico de America a Europa. Mide algo así como dos metros, pero para mi es más alto aún. Se deja la barba blanca y cuando camina, suele apoyarse en un bastón de madera, que parece una rama que el mismo hubiera cortado y barnizado. A las primeras palabras uno sabe, por alguna razón del corazón, que Carlos es noble y claro con lo que dice. La primera vez que pudimos hablar estaba de momento en casa de Simón Pedroza. Me contó, mientras le ofrecía una cerveza, que estaba viviendo muy feliz en San Juan la Laguna, dando clases gratuitas de matemáticas a sus vecinos, y algunos niños. Carlos es matemático y además suele decir, con mucho orgullo, que es un ateo sin problemas de entrar a una iglesia y disfrutar de la fiesta. Le gusta ir a la iglesia evangélica los domingos antes del almuerzo porque le gusta el baile y la alegría espontánea de los creyentes de San Juan. Esto es un rasgo definitivo de éste gran amigo de casi ochenta años, su libre pensamiento, su instantánea sonrisa de joven. Esa tarde en casa del poeta Simon Pedroza, hablamos sobre T.S. Eliot, y entre otras cosas, recordó un poema que se titula The Love Song of J. Alfred Prufrock, y del cual reproduzco un fragmento que el mismo Salvadó nos recitó:
Let us go then, you and I,
When the evening is spread out against the sky
Like a patient etherised upon a table;
Let us go, through certain half-deserted streets,
The muttering retreats
Of restless nights in one-night cheap hotels
And sawdust restaurants with oyster-shells:
Streets that follow like a tedious argument
Of insidious intent
To lead you to an overwhelming question...
Oh, do not ask, "What is it?"
Let us go and make our visit.
Carlos Salvadó no es un norteamericano común. Me contó que, para el tiempo que empezaba la infame guerra contra Vietnam, el no quiso ir y su negativa le costo la nacionalidad norteamericana. Sus razones me confió, mientras caminaba muy despacio por uno de los patios de la casa del poeta Pedroza. Fue un momento difícil, según me dijo explicándome todos los trámites que tuvo que hacer para recobrar su nacionalidad, y me di cuenta de la suerte que tenía de haber conocido a alguien tan valiente. El episodio del poema de T.S. Eliot se quedó imborrable, porque caminábamos por la 1era. Avenida de la zona 1, rumbo a una tienda a beber los primeros aperitivos de Quezalteca, que es una de sus bebidas favoritas. Cenamos todos juntos unos platos generosos de Shapsui y Chao Mein. Luego terminó la noche oyendo a un cantante urbano, maestro de la guitarra, bebiéndose los últimos digestivos en un restaurante chino.
Anoche lo volví a ver en el Parque Central, tan fresco, como si acabara de despertar, desde la última vez que nos despedimos.

martes, 6 de octubre de 2009

GASOLINA (BREVES ANOTACIONES) II


Le dediqué un espacio particular al último símbolo que veo en Gasolina.
El último símbolo es la trasgresión, que se refleja en uno de los actos más aborrecidos por el espectador latinoamericano. En la escena en la que el hijo le pega al padre existe este diálogo entre los amigos, en un momento de calma:
- Vos, ¿y porque le pegaste a tu papá?
- Ya me las debía, cerote.
- Como así que ya te las debía… Este pisado.
- Que… acaso vos nunca le has querido pegar a tus viejos.
- Pues, la verdad si, pero ya les pegué.
- Y, cuándo.
- Cuando tenía 5 años.
- Eso no cuenta, imbécil.
Definitivo el parafraseo, no recuerdo completamente los diálogos.

Al ver esa escena, una de las más oscuras de la película, salté del sillón y pensé en escribir algo sobre eso. La colonia en mi particular visión es un microsistema donde operan todos los poderes del mundo. La trasgresión es evidente completamente en la escena cuando el hijo patea a su propio padre. Pero esa escena, aún con la dureza que contiene, no es ni la mitad de la realidad que se vive por parte de uno o de otro bando generacional. Hace un año un muchacho en la colonia Venezuela de la zona 21, en un instante de ira, le disparó a su propio padre y lo mató. En otra ocasión yo mismo fui testigo de cómo un amigo le pegaba a su papá borracho y las imágenes, superaban por mucho la escena que filmo Julio Hernández. Pero la verdadera trasgresión no fue esa. El problema es complejo. El problema viene de los ejemplos de disciplina extrema a lo que muchos fuimos sometidos como una forma natural de corrección. Hay que relatar que en muchos casos los niños eran hincados en tapitas, o los padres les abrían, literalmente, la cabeza con lo que tuvieran en la mano. Y ésta es ya, una seria violación y daño permanente que con el tiempo degenera en una crisis de venganza. Ahí tenemos el caso de Chew Giron y la forma brutal de los acontecimientos en un hogar guatemalteco. El problema es complicado, porque está el bando contrario, el que dice que era necesario que se les corrigiera con esa crueldad, porque de no ser así serían peores. Es un problema de la condición humana y esta condición es variable. He conocido gente madura que agradecen a sus padres los golpes desmedidos como si les hubieran hecho un favor, sin darse cuenta de los graves problemas anímicos y de relaciones humanas que heredaron, sin darse cuenta que ese agradecimiento es más bien como un salvo conducto militar para seguir ensayando con los demás lo que les enseñaron a ellos. Muchos adultos de esa generación han quedado hasta lisiados por golpizas inhumanas que les dieron sus propios padres. El cantante Frances Georges Brassens, cuando era niño, fue encerrado en un armario por unas horas, como castigo por alguna desobediencia, cuenta la anécdota, que tras ese tiempo se desarrolló en el toda la rebeldía con la que después compondría las canciones más bellas y más líricas de su generación anarquista.
Esta escena de Gasolina es una de las primeras transgresiones que van a dar que hablar entre la generación más joven, a los que de alguna u otra forma ya ha afectado el dolor.

sábado, 3 de octubre de 2009

GASOLINA (BREVES ANOTACIONES)

El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel.
Federico Fellini.


A Julio Hernández Cordon

He oído mucho sobre Gasolina, la película de Julio Hernández y todo lo que he oído, como suele suceder, son subjetivaciones, algunas a favor y, otras, como debe ser, en contra. Digo “como debe ser”, porque hasta ahora no he sabido de ninguna buena obra que no tenga sus detractores. Ayer la vi por fin en DVD y la fotografía me pareció maravillosa, aún mejor que cuando la vi en una sala de cine. El valor de esta película está en lo gráfico, en las escenas, las perspectivas, la luz, como un gran óleo proyectado. Es cierto que en casi toda la película los insultos y la violencia fluyen como un gran poema absurdo, pero también es cierto que en esa sencillez lingüística de estos pequeños hay poesía y sabiduría de la más elemental. Me gusta esa escena en la que ven el volcán de Agua y salta la pregunta de qué es un volcán, pues “un triangulo con un hoyo, imbécil”, responde el otro. La palabra imbécil etimológicamente tiene que ver con la debilidad de alguien para apoyarse en algo, según los romanos en un báculo, y luego esto deriva a la debilidad mental. En Gasolina el 90% de los diálogos contienen insultos que conforme la película va avanzando uno nota que es lo más honesto en toda esa apatía y desasosiego absurdo al que juegan como si fuera la única salida. Una rosa es una rosa, dijo Gertrude Stein, pero hay ciertos símbolos en esta película, que me atrevería a enumerar: la gasolina, la noche, la colonia residencial, el carro, los aviones, la playa, el chico asmático. Toda gran obra es recreada a base de obsesiones personales. Julio Hernández le dio libertad a estos contenidos latentes en esta película. La gasolina es un símbolo capitalista y por eso es vertido sobre el niño indígena que fue arroyado en la carretera; la gasolina se la roban como verdaderos ladrones subversivos. Por eso en la gasolinera, milagrosamente, siguen llenando todos los botes que desean, es un sueño hecho realidad. Los personajes cambian de valor porque a veces son guerrilleros y otras veces son el instrumento del establishment. Dualistas en el absurdo mundo que se desarrolla en ese pequeño país que es su colonia. La noche es siniestra y sospecho que tras ella, esta el poder del verdadero gobierno, la noche es la ignorancia permanente y hace que el lenguaje tenga ecos mitológicos, por ejemplo en los diálogos de Petronio y Aristófanes existen esas sátiras sobre la mala educación de los jóvenes y la decadencia del gobierno. La colonia residencial es un pequeño sistema de gobierno que estos poetas analfabetos luchan por transgredir. La pelea con el guardián en la garita es memorable, grandiosa. Me gusto también, repito, el gran arte visual que se maneja. El carro es un símbolo del progreso industrial, y aunque tampoco es de ellos, es en el vehículo donde se imaginan en avión y alucinan que van volando. La poesía de hoy esta siendo movida por el capitalismo. El avión es un símbolo del éxito y la búsqueda de estar lejos, en otro mundo. Ellos ya tienen una mala imagen de Guatemala, su lenguaje es una protesta contra el hoy en Guatemala, el lenguaje es la espalda reflejada de las instituciones y la corrupción, la falta de apoyo, la soledad más inhóspita. La soledad se ve muchísimo en cada uno de los personajes. En vez del avión, la playa. La playa es el símbolo del amor recuperado, el mar es el útero donde nos engendraron, el mar es la nostalgia del origen y la esperanza del mestizaje, la incubación infinita de este injerto que somos los jóvenes guatemaltecos.
La película que hizo Julio Hernández es una metáfora con varios referentes, el asmático, su agonía final, es el exorcismo de todos los temores de éste gran cineasta, que finalmente debía pasarle algo bueno, ganar un festival.

jueves, 1 de octubre de 2009

VIVO EN LA ZONA 1


· Cené a eso de las nueve de la noche, porque me aconsejaron en la casa, estar antes de las diez mientras me daban una copia de la llave. Cené una hamburguesa, Coca-Cola y un Hula-Hups, mientras veía los cuadros del segundo salón de la casa. Al frente un cuadro de un paisaje de alguna campiña europea en verano; a un lado un cuadro de una niña con un perro Cocker Spaniel de alguna raza pelinegra. Hay un altar con un Jesús con las manos alzadas y, en lo alto, una foto de una señora que aún no sé quién es, posiblemente la dueña de la casa, o mamá de la chica que me a recibido el pago. La chica es morena clara, parece severa aunque es muy joven, tiene un rostro hermoso con unos ojos dulces y una sonrisa peligrosa para un joven que quiere permanecer escribiendo el mayor tiempo posible.
· Por la noche, salí a vagabundear por allí. El pasaje estaba con un ambiente raramente de fiesta. No sé decirlo de otra forma. Hay muchos que beben los miércoles. Estudiantes, empleados, vecinos, artistas o turistas, bebiendo un día miércoles como si fuera viernes o sábado. El Gran Hotel sin un alma. Crucé por la esquina y me sorprendió ver una fila de guardaespaldas vestidos de negro, y consecutivamente escupían uno tras otro como si bostezaran. Tenían una cara de aburridos y se divertían viéndole las nalgas a las que pasaban, así fuera una empleada de algún restaurante hasta una trasvestie en su fiesta pagana. Caminé de regreso con un ánimo parecido al de los marinos cuando divisan tierra. La Catedral iluminada parecía tan exiliada de todo. Las champas de los manifestantes, corriendo con sus mantas al rededor del Palacio Nacional. Vi sus caras. Eran mujeres maduras con sus hijos morenitos y sus frentes brillantes.
· Hoy por la mañana me encontré con el profesor Manuel Chacón, más conocido como Filochofo. Le grite desde la avenida “maestro”, y se detuvo (en realidad fue mi maestro de matemáticas en el Tecún Uman). Me habló de su garabato más famoso y sobre una de sus hijas que busca apartamento en la zona 1. Si alguien sabe de uno avísenme, yo le paso el dato. La luz de la zona uno por las mañanas es hiperrealista, la noche es lírica y parace un cuadro de Paul Delvaux.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...