martes, 16 de julio de 2019

UN POCO DE HISTORIA en CONTRA de un TUIT.




Nunca, en la historia de Norte América se presentó un retrato tan distorsionado de un jefe de gobierno. Tantas contradicciones solo podrían reflejar la imagen distorsionada de un presidente, que vocifera como bárbaro pero en el fondo pelea con estrategias del kindergarten.

Desde que Américo Vespucio le diera nombre a este territorio del planeta, miles de colonizadores europeos y asiáticos, se asentaron al norte donde el clima era afín a ellos. Se empezó entonces una tácita y reciproca búsqueda de libertad lejos de las brutalidades del viejo continente. Así llegó Washington  a esos llanos de América que debían ser liberados completamente del brazo de los ingleses y que fuera una tierra de oportunidades para la gente de todos lados. Buscar la independencia de las colonias frente a Inglaterra y que se repartiera el territorio entre hombres libres y mujeres independientes. Entonces llegó Lincoln y abolió la esclavitud y se fue construyendo el espíritu noble, que engrandece a personajes como Thomas Jefferson, Andrew Jackson,  y Benjamín Franklin.
Todo eso no hubiera sido posible si la voz plural de gentes de todo el mundo conviviendo en un solo espacio predispuesto. 220 años después aparece un blancote sin gracia, pan rancio, sin pelo, sin vergüenza, sin educación, sin caballerosidad, sin decencia, con una rabia incubada desde quién sabe qué siglos de barbarie, contra todo aquel que no se le parezca mínimamente por lo menos en el color de la piel. Una antítesis, ni mandada a hacer, de lo construido por Kennedy y Clinton.  Ni Georges Bush, que para esos años les parecía repugnante a todos, este señor les va producir una apoplejía, por sus desmanes y refinada vulgaridad aristócrata. Por sus abusos a las mujeres, y su falta de principios cuando está en televisión. Uno se pregunta, si así se expresa cuando esta al aire, qué no dirá cuando esta tras la puerta del Despacho Oval con sus iguales.

Esta reflexión nace del tuit de Trump en contra de las mujeres demócratas, y que de manera solidaria respondiera la congresista Norma Torres. Respeto su valentía de indicarle con calidad y potencia, y hasta con demasiada educación (que este macaco albino de corbata roja no merece). Todo esto con el trasfondo de las redadas multitudinarias que han empezado de forma retrograda en varios estados, solo dan pie a afirmar la falta de humanidad que representa al máximo este estado republicano, como si el retroceso solo defendiera más la idea de que se están atrincherando de nuevo entre hierro y concreto los fantasmas que acosaron a los primeros estadounidenses.  

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...