Lo desconocido de tí
Eso que te hace vivir
Sólo por estas noches asesinas
Te van volviendo a la ternura de una luna
Escrita en la fuente central
Rodeada de azules plazas malditas
Gitanos éramos en aquellos tiempos
Ilusionados con las calles cortadas
Olvidamos la infancia con las calles cortadas de mi madre que
Vivía y gozaba por las calles hierro donde la lluvia nos volvía victimas
Alucinadas de un gran milagro llamado por mil nombres vida
No había salida
No había una entrada más velada que tu cuerpo partido
Imaginado por un sólo Rey al final del tablero
Orada la piedra los amarillos rayos faroles
Lentos con su cuchillo de espantos sigilosos
Imaginando gotas rojas como pastillas de sangre
Velando a la par del llanto
Enamorado de las puertas de hierro
Rompiendo en cristales líquidos la
Obertura final de los refugiados en las banquetas
Solitarias donde no alienta la esperanza
Rayando las paredes aprendí a escribir
Amando a los insectos entendí del mundo
Mirando lo más desnudo de la vida me perdí para encontrarme
Iluminado y dormido, soñado por otros
Rumiando las mismas calles me fui para siempre en éste
Encantado cuento de una Sherezade moderna que me enciende la TV cada noche
Zoologicamente me acostumbro a las jaulas abiertas de esta city.
Eso que te hace vivir
Sólo por estas noches asesinas
Te van volviendo a la ternura de una luna
Escrita en la fuente central
Rodeada de azules plazas malditas
Gitanos éramos en aquellos tiempos
Ilusionados con las calles cortadas
Olvidamos la infancia con las calles cortadas de mi madre que
Vivía y gozaba por las calles hierro donde la lluvia nos volvía victimas
Alucinadas de un gran milagro llamado por mil nombres vida
No había salida
No había una entrada más velada que tu cuerpo partido
Imaginado por un sólo Rey al final del tablero
Orada la piedra los amarillos rayos faroles
Lentos con su cuchillo de espantos sigilosos
Imaginando gotas rojas como pastillas de sangre
Velando a la par del llanto
Enamorado de las puertas de hierro
Rompiendo en cristales líquidos la
Obertura final de los refugiados en las banquetas
Solitarias donde no alienta la esperanza
Rayando las paredes aprendí a escribir
Amando a los insectos entendí del mundo
Mirando lo más desnudo de la vida me perdí para encontrarme
Iluminado y dormido, soñado por otros
Rumiando las mismas calles me fui para siempre en éste
Encantado cuento de una Sherezade moderna que me enciende la TV cada noche
Zoologicamente me acostumbro a las jaulas abiertas de esta city.
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