domingo, 7 de abril de 2024

Sin nombre era ella.

Pero seguiré mi viaje por la noche contra viento y marea por cuatro caminos y los encuentros y recordaré La Máquina y a ella volando como golondrina porque no se su nombre todavía solo he visto su mirada cristalina autentica majestad. Me da justo rufinos barrios billetes morados con un desapego desinteresado y proverbial. Es bonita. La veo pasar volando en su moto Va y sonríe. ¿Quién será? Una mariposa, una ninfa, un hada, una ángel. Me gustaría regalarle por lo menos algo que lleve siempre con ella alguien con un mundo o un llavero de estrella de mar. Este poema Pero yo seguiré mi viaje por el día ya recordaré de noche La Máquina Y a ella volando como una golondrina. Oliveros/La máquina Suchitepequez.

No hay comentarios:

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...