domingo, 7 de abril de 2024

Mosquitoes

Aprendí a dormir como caballo o bovino, o perro, puro animalito de costa. Los mosquitos rondaban mi oreja con su ronroneo gatuno, y en ocasiones, ya dormido, con mi mano haciendo las veces de cola, los tumbaba, y seguía durmiendo, hasta el rato que volvía con una necedad en celo, y entonces pasaba que por suerte lo atrapaba y lo aplastaba a la cama, y dormíamos por fin humanamente.

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