miércoles, 8 de marzo de 2023

Mi hermana Silvia

Nosotros somos los cuatro hijos de doña Carlota Ramírez. Ella sola luchando, no contra el Mundo, sino contra su propia familia, hermanos y una madre que con solo verla le recordaba la culpa de no haberse casado. Ella sola sin importarle la política internacional, ni la cultura universal, porque no le quedó tiempo para un libro. Eran los años 70s. Ella en lugar de estar gozando de los Beatles, Eagle o Chicago, ya empezaba a tronarse los dedos a diario. Antes de eso, ya había jugado ser mamá, cuidando a los hijos de una hermana, y al último vástago de su madre. Esto me lo contó ella, con ese coraje que lleva como una armadura, y es ella la que les agradece a todos, las ofensas, duros golpes y lecciones de su señora madre, que la hicieron fuerte (dice). Los cuatro oíamos estas historias, ya no recuerdo en que momento; mi madre suele ser nostálgica pero no al extremo, supongo que las contaba para un cumpleaños. Mis hermanas, una de ellas difunta a sus veintitrés. La otra, licenciada en enfermería, oyeron estas historias sin darles tanta importancia, creo que se evitaron la herida. Salieron adelante y lograron superarse, una directo a la gloria, la otra en el Ministerio de Salud, donde dirige al personal bajo su cargo. Mamá, mi hermano menor, y por supuesto el Doctor Carlos Sun, nuestro tío, vivimos su graduación en el CUM y oímos estas estrofas: Vita nostra brevis est, breve finietur. Venit mors velociter, rapit nos atrociter, nemini parcetur. Fue la segunda en la familia en tener una licenciatura y lo logró, ya con dos de mis sobrinos, un esposo que padece de afonía, (pero yo estoy seguro que es reservado), y esas eternas horas de trabajo en un Centro de Salud. La última vez que la llamé fue para celebrar la navidad junto a sus hijos, mi hermano y mi madre, que ahora, luego de ver crecer y cuidar a mis sobrinos, espera que llegué la hora de respirar con libertad.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...