jueves, 1 de junio de 2023

LA MEMORIA DE LAS FLORES: ÁNGEL SOLANO

La memoria de las flores: Ángel Solano Siempre que uno ignore por lo menos un poco el cliché de entrar a una galería, que uno inocente y sincero entre a cada una de esas ventanas sangrantes, llamadas por Ángel Solano: La memoria de las flores, podrá ver sin mayores prejuicios un trazo con gruesas pinceladas, inmerso el delirio existencia de atrevidos movimientos de un ritmo sísmico. Hay un grunge en cada ventana a otro mundo donde suena el alternativo percusiamente de una forma genuina de acercarse a esa pulpa de la rosa, al corazón convulsionando de nosotros los retratados en esa ciudad caótica que nos convierte en tres trazos y un número. Llegamos con retraso. La sala en Casa Noj estaba visiblemente poblada. Todos los cuadros guardaban silencio hasta que algo sucedió, no sucede siempre, mis preferidos cuadros son los de Velázquez y Goya, desdeño a Demien Hirst, pero recordé un dibujo muy singular de mi sobrino José Pablo, que me envió desde la capital, para ser exactos desde la salita del departamento de mi hermana, y crujió la puerta, se abrió ¿o abrí?, la ventana. Entonces oímos las voces trenzadas de la ciudad gris clara, el dulce bombo verde y amarillo, la estridencia rosa de la batería, los dorsos color carne, el azul sucio de la nube que ya nos dice un adiós, y se tropieza con un ocre manchado de pardo muro. En fin, el cuadro se hizo para adelante y pude entrar a gozar de la fauna y flora de la memoria de las flores apremiantes y ruinosas del artista. No existe el tiempo, solo los relojes, hay más vida que tiempo. Lester Oliveros.

1 comentario:

Damián dijo...

Buenas líneas Lester. Un gran abrazo.

Damián

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