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martes, 12 de abril de 2011

DOS AROS ROTOS/ CONJURO 12



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Al fondo del fuego,
labios y brasas y
después de todas las brasas
la ceniza.


Repite mi nombre en las llamas doradas de lúpulo
y cereza.
Se queman los brazos y las piernas arden risas

Repite ese nombre mío perdido en la boca del cuerpo.
Y queda entre el fuego la palabra
Y luego salta de mí a la ceniza hablando.

Repite mi nombre en el agua hirviendo de la sangre.
Y siempre que bailo mis manos ante el viento arde el
siempre y el jamás.


Repite mi nombre a la hora de la hora.
A veces el fuego es silencioso entre dos amantes
Hasta que llega el viento y hace torcer las llamas.


Repite sin pensar sin dejar de sentir algo por el otro.
Luna de soles carniceros
déjame fuera para poder quemarme.

Repite una y otra vez tu nombre mío frente al que duerme inocente.
Un latido y dos cigarros y los aros duelos sin círculo.

Repite nada más lo que quieres olvidar para siempre de frente.
No hay regreso de las llamas que sanan ardiendo, tronando, jugando.


Repite hasta ahora la única palabra que no sabes entre el fuego.
Viajé: al hubiera se llega soñando.
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viernes, 31 de diciembre de 2010

10 CONJUROS / NOTA DE SUICIDIO


Esta nota de suicidio no es una justificación. No es una remembranza. Es más que todo una alusión y performance desde una tumba perdida en el cementerio general, en un ataúd de lujo y la piel tan fría como un lago de hielo.

No. 1. El primer lugar es el último. El último será el primero. Me despido de las rosas del hambre, de la cantidad infinita de nubes que vi revueltas con sanates. Me despido de los noticieros con mujeres sin rostro partidas en miles de trocitos con olor a espanto. Me despido de la luna, redonda y fría como el rostro de mi hermana. Me despido de los demonios y sus terribles resacas aderezadas con pesadilla. Me despido de la palabra Guatemala.

No.2. Yo fui hijo de la rebelión más pagana entre los paganos. Compuse el mundo una noche a los doce años. Me divirtió el suspenso de toda una vida malgastada en querer matar el tiempo. El tiempo sobrevive en carros bomba y pic ups hechos coladores en estas carreteras. Adiós a esas manos bellas que escriben sin guantes una historia de terror que se encapsula desde las cárceles y oficinas de abogados. Adiós a esas oficinas y a esos rostros que ya no veré pagar en dólares la libertad.

No.3. Adiós a Jesús crucificado y a su frase favorita: el que quiera salvarse se perderá y el que quiera perderse se salvará. Adiós a las cúpulas millonarias pintadas por Miguel Ángel, que nunca vi. Adiós a los Dioses de la cobardía y el rechazo, a su burocracia regida por el celibato de a mentiritas. Adiós a las bulas de los Megatemplos.

No.4. Las Madres Solteras, los Dictadores y los Bastardos son el signo de este tiempo. Adiós a eso quimérico y salvaje. Monstruos con manos finas y marcadas para la muerte.

No.5. Adiós a los genios. A los hijos predilectos y temblorosos que van escribiendo o pintando este bello paraíso de la mafia. Adiós a los hermanos del futuro, los amigos de lo imposible. Son ellos los dioses invisibles que pondrán al fin una bandera sin fusiles en el rostro de los seres del mañana.

No.6. Adiós a la verdad y a la mentira, que ya todos saben, son el aglutinante de los libros y magia negra en los periódicos mal remunerados. Esas dos hermanas del alma, esas dos elegantes damas que se visten y se desvisten, que se cambian de ropas en los círculos más elegantes, sin pudor, en los banquetes del Estado, sin vergüenza y con un cierto orgullo de prostituta, en las montañas germinantes del cielo, a ellas adiós para siempre con todo y su aroma de invento sideral.

No.7. Matemáticos del arte, adiós. Críticos y académicos, adiós. Maestros de pintura que aún siguen enseñando una lengua muerta. Secretos magos de la vida regados por las calles de un 1ero. De Diciembre, hasta que no los vea sonriendo, comiendo y compartiendo sus secretos de magia. Adiós.

No.8. La invitación al pecado más seductor, bello, perturbador. Mujeres todas con sus escamas de seda perdidas en la isla y gritando un canto de fascinación. Dinero, Fama, Estrellato. Quiero recordar alguna noche en la que esa mujer ideal, muda, despierta y con deseo, fue para mí un reflejo del infinito. La isla soy yo y las mujeres llegan en un barco. Yo soy ahora el que les grito libertad al verlas a todas atadas al mástil.

No.9. Adiós a lo divino del amor terreno. Adiós a toda forma y situación donde los ojos confían. Belleza, estas allá lejos, cuanto me arrastre por alcanzarte, perdido y loco en una montaña sagrada, sin saber que sólo tenía que ignorarte para que te acostaras conmigo y luego golpearte hasta dejarte herida, para que me dieras un verbo. Un poema es una maldición. Un hombre que escribe poemas y atenta contra el lenguaje, el más puro niño o niña, que osado rompa estos sellos, morirá con una sonrisa perdida en el campo. El arte acá, en esta tierra que despierta sobresaltada en este nuevo siglo, es una insurrección secreta de muchos buenos amigos que se pelean por cosas celestiales.

No.10. Me declaro un maldito. Un errante. Un suicida. Pero la palabra crea su espejo, soy también el anverso. Escribo con las dos manos, con la derecha y la izquierda y, ninguna de las dos sabe lo que da cada una. En este nuevo año dormiré en esta tumba, pueda que resucite a ver la fiesta del fin en una terraza llena de flores.
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Fotografía: http://www.telefonica.net

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...