viernes, 8 de mayo de 2015

RATING INVISIBLE (con post-data)





Cuando empecé a escribir solo quería desahogarme. Estaba hundido en dudas. Estaba ahogado realmente y ya tenía poco aire y ningún amigo. Cuando puse la primera palabra fue caerme en más intrigas interiores, esas absurdas complicaciones que fueron al final la risa antes de la tragedia. Nunca quise, ni quiero ser famoso, solo quiero decir al final una letra, una página que justifique tanta imprecisión en mi vida, tanto error de mi gramática sanguínea, todo ese mar de incertidumbre cuando a los cinco años vi para el cielo.
No he descubierto nada nuevo. Solo tengo libros que leer, tengo todo el tiempo del mundo porque nunca me he comprometido ni siquiera a tener hijos. Soy un profeta falso. Soy un vestido caro con parches viejos por todos lados, soy una voz cada vez más lejana, una mirada que vive en un hotel de paso. Floto a la deriva, me cambio el nombre cuando quiero, soy caprichoso y malcriado aunque de eso nada tiene que ver mi madre, que me dio lo que pudo y sin saber de política.
Soy un megalómano narcisista, sinceramente, no crean que lo hago para que piensen que les tomo el pelo.  Un fotógrafo de la memoria de lo que nunca dije y nunca hice. No quiero repetirme, siento ya muchos lunes iguales rondando mi calavera.  No me gustan los televisores donde encuentro, ya hace mucho, programas que me sé de memoria y puedo repetir hasta la insolencia delante de gente que no ha visto nada de la película.
Pero ya estoy en años, aunque parezco Dorian Grey. Ya pasaron los 27 y no me suicidé ni me molestó siquiera irme alguna parte. Viajé como Celine, entre la memoria desde niño, recuerdos tengo desde los dos años, en tanto hay gente que no se acuerda siquiera de su primer día de clases. Pero eso no vale nada, soy un actor. Un ingrediente más de esta sopa que ya arde. Me he aburrido por deporte y hasta entonces he querido descubrir el agua azucarada pero solo he visto el sabor de lo amargo.
Ya no estoy ahogado, eso sí. Ahora me vale tener o no tener.  Siento en mis delirios la fuerza de todas mis muertes y vidas juntas. Es solo eso, una palabra sin esfuerzo lo que quiere la vida, y una anécdota interesante en medio del tráfico, las pancartas, el bullicio, y esas voces que me dicen algo sobre mi suerte indignante. 
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 PD.
Cosas que comparto con lo único líquido y sagrado de esta trama, los amigos y amigas, los hermanos casi, los vigilantes benévolos que aprecio, a los que dejo saber mis parábolas inconclusas que no sé cómo decir..., a ellos y ellas este texto tragi-cómico. Abrazo. 

miércoles, 6 de mayo de 2015

VIGILAR Y CASTIGAR



- Ojalá, cree usted, dígame... verdad que Baldizon no va a robar igual que todos -Pregunta la mujer que carga un niño.
 - No... a él le sobra -respondió el hombre de camisa roja.
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Todas las promesas que no han cumplido se han vuelto un fantasma desmembrado, un sucio espectro alienado y triste, un hambre colosal que ahora mismo, en medio de esas masas de gentes ansiosas, gentes que levantan sus ojos al cielo y ven un enorme helicóptero dar vueltas de vueltas..., oyen canticos de esperanza gospel y se exaltan al escuchar ya tres veces seguidas que el candidato a presidente de la república de Guatemala esta por llegar.
Ya llegará y repartirá sus dones invisibles, su carisma, su lozanía de pequeño y falso millonario, ya lo verán alzar las manos y levantar la voz a todo pulmón y con gracia resolver en el aire los problemas más tristes, más angustiosos, más urgentes de un pueblo que camina entre bolsitas de agua pura.
Veo a otros que sudan y se desesperan. Hay niños jugando a pelear y mujeres besándose con sus hombres de sombrero. Viajan gratis, con almuerzo y refacción, unos queriendo ver a su líder y otros aprovechando entre la sexta avenida sus cortas horas de viaje, todos de rojo, todos entre todos.
Uno de ellos se pierde en las alabanzas y cantos, en las consignas... pero en el fondo realmente hay silencio, y ellos lo saben, hay un terrible vacío, y ellos lo saben, hay soledad y ellos, todos ellos lo sienten. No van a cumplir con nada porque los hombres, según dice un viejito en la plaza grande, no fueron hechos para gobernar hombres, sino animales. La Biblia dixit. Apunto

La autoridad de la barbarie

Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...