lunes, 15 de agosto de 2011

SUPERHEROES V

Un superhéroe frustrado se vuelve villano. ¿Qué de dónde nace la frustración? No se sabe muy bien el origen. Algunos superhéroes descubren sus poderes a muy temprana edad y pueda que en sus enfants fous de superhéroes tiernos cometan mil errores o, ninguno. Algunos recuerdan las culpas más que otros. Hay quienes se perdonan a sí mismos haber dejado pasar la oportunidad de ayudar a alguien necesitado. Hay quienes no se perdonan ni siquiera el no saber volar ni haberlo intentado nunca. Los superhéroes en el fondo son seres desamparados y hasta autistas, unos pobres recién nacidos con poderes sobrenaturales que les fueron dados al azar por quién sabe quién. Algunos superhéroes, desde hace mucho tiempo, vienen pensando que en lo único que hay que creer en el fondo es en la justicia. No hacen las cosas por ser buenos. Les gusta arriesgarse para no seguirse aburriendo más en un mundo donde no pasa nada por largas temporadas.

Están los que llegan de lugares lejanos y de galaxias nunca imaginadas. Soles explosionando, luces novas consumiéndose en sí mismas a millones de años luz, vías Lácteas subcelestes, y luego de un tiempo de millones de años, sentarse en un cine a ver Harry Potter por matar el tiempo pueda ser angustiante de una forma inimaginable. Los superhéroes se frustran por cosas que para ellos son imprecisas. Pero pueden llegar a volverse malos por la misma emoción con la que Superman exorciza el mundo al ser galante con Luisa Lane. El amor salva a los superhéroes aburridos y todo poderosos de volverse villanos. Eso sí lo han aprendido muy bien. Compartir un planeta en armonía, lejos de la guerra es lo ideal.

Todo superhéroe es un arma de guerra galáctica, están imaginados para los desastres completos del universo. Cada superpoder tiene que ver con una visión de preservar el orden del caos universal. Quizás por eso la superheroína Jean Grey de los X Man logra finalmente destruirse ante su propia bipolaridad de villana.

Los villanos son seres incapacitados para el amor. No entienden a la raza humana. No se confunda un anti –héroe con un villano. Un villano reacciona solamente para el mal. Los villanos son en el fondo seres muy tristes que por sus poderes mal entendidos sólo buscan la muerte para sí mismos.

Las heroínas son fascinantes cuando logran encontrar una ocupación sentimental. Hacen cosas tan tiernas como tarjetas de papel construcción con imágenes de corazones y flechas griegas para San Valentín.
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miércoles, 10 de agosto de 2011

A WENDY C. UNOS MESES DESPUES...


Fue una tarde en familia, en la que vi por primera vez el drama romántico de aquella pareja de novios, en la que la fatalidad determina la vida de la novia en una infeliz enfermedad que deja inconcluso el amor de uno por el otro. Luego, años más tarde me enteraría que aquella película bárbara estaba inspirada nada más y nada menos que en la novela más famosa en Latinoamérica hasta entonces, escrita por el colombiano Jorge Isaacs: la novela se llama Maria. Nunca la quise leer, pues con sólo ver esa mala película pensaba que el libro era una barbaridad anti romántica y terriblemente intrigante. No la recomendaba para lecturas y no hubiera coincidido en hablar de ella nunca, de no ser porque ahora mismo, 9 de agosto del año 2011, exactamente a las 8:40 minutos, terminaba de leer en la página 548 de la biografía de García Márquez, enorme y sagradamente perfecta de Gerald Martín, un dato sobre una telenovela basada de nuevo en este libro proscrito para mi y además, darme cuenta, así de pasadita que yo mismo había vivido a mi manera una historia inmensamente similar sin haberme dado cuenta hasta hoy.

Hace poco, por medio de Facebook publiqué una foto de mi ex -novia Wendy C., una chica de esas maravillas que andan por la calle y no saben que una noche platicaran con un debutante a escritor bastante mafioso y guerrillero. Tengo que decir que fue extraordinario porque ella misma era talentosísima para los números y debió, a pesar de su ceguera, ser una de las matemáticas más virtuosas que yo jamás he conocido, pues podía memorizar y hacer cálculos hasta de diez cifras. Había tenido un novio cantante según me contaba en sus ratos de nostalgia pura, sentados los dos en sillas de plástico en la terraza de un hotel a siete kilómetros donde ahora mismo me encuentro, es decir: en Antigua Guatemala. Me hablaba de cuando el joven empezaba a cantar y de su debut sobresaliente en el ambiente pop de la música. Yo mismo me sentía muy extraño de que en mi mismo fuera pasando lo mismo que con aquel cantante. Wendy fue la primera que oyó un mal cuento mío, un mal poema mío, un mal ensayo mío. Me escuchaba con un silencio pensativo y aquello era oro puro. Luego me decía que debía publicarlo y yo lo tiraba, y recuerdo que le decía que pronto lo haría. Cosa que nunca pensaba hacer. Hasta que me cayó el veinte de entrevistarla una noche. Fue también en Antigua, en una habitación amplia con una hermosa vista a los volcanes de Fuego y Acatenango. Me contó todo sobre su enfermedad, o complicaciones como a ella le habían explicado que se llamaba aquello: diabetes, insuficiencia renal y quién sabe que más con todas esas botonetas que se tomaba en grupos de dos pastillas cada ciertas horas. Todavía conservo el cassette.

Pensé bien las cosas y una noche le dije que tenía que terminar aquello. Era algo hermosamente inverosímil, quizás absurdo, pero por lo tanto, arriesgado e infinitamente erótico. La muerte y el amor siempre son un buen tema para dos amantes. Eros y Tanatos. De no haberme confesado sinceramente, estoy más que seguro que me habría matado por ella.

Recuerdo una noche en que caminamos un poco por algunas calles de Antigua y yo le hablaba de la muerte con tanta seguridad sólo para convencerla de que no era tan malo irse. Me duele tanto haber sido tan inventor, aun cuando yo mismo de recién nacido pase por las ventanas de la misma muerte. Luego cumplí lo que tanto mencionaba. Pero cabe decir que nunca tuve ocho años de tanto cariño y de tantas contradicciones. Vuelvo a ver siempre que me levanto de una banca en algún parque porque tengo miedo de dejar pegada mi alma y derrumbada mi conciencia. Aún la recuerdo parada en ese portón negro, esperándome sin verme, sólo buscando con su olfato privilegiado mi olor a vinagre y miel que se me escapaba todos los sábados por la tarde.

Una aventura que no puedo dejar de escribir es la de el restaurante chino Río Perla frente al Palacio Nacional. Después de eso el Río Perla fue lo que significó para todos. Una tarde, luego de que yo peleara con los merólicos y falsos predicadores del Parque Central, encontramos a Javier Payeras, el novelista y poeta que hacía unos meses me había dado un buen recibimiento en la zona 1, y por lo tanto lo invité a un par de litros precisamente en el restaurante citado. Iba también Aníbal, un tipo histriónico por no decir re-chingon. Javier es cínico y carismático y la tarde fue de risa en risa, entre otras cosas porque yo iba vestido con una pijama azul de plumas de ganso y parecía extravagante con mi pantaloneta rota y mis botas Rino y era escandaloso en mi atuendo y la compañera que ahora presentaba a los dos. Wendy empezó a platicar con toda propiedad por un buen tiempo, hasta que todos nos reíamos de dos guardaespaldas que ya borrachos bailaban pegadito agarrándose de las pistolas para no caerse. Ese cuadro fue celebre por el centro por un tiempo y con Wendy nos reíamos muchísimo por nuestra nueva posición de celebres escandalosos.

Pero no fui a su velorio. Habíamos hablado una noche de tantas que no iría a su velorio ni a su entierro ni a ningún hospital del mundo donde la tuvieran como muñequita deshilada. Se lo prometí porque le dije que en toda la vida que habíamos vivido lo único que importaba era la vida, no la nostalgia, ni compartir tristezas con parientes que en realidad no compartieron nunca ni la mitad de todas mis alucinaciones perpetuas por ser libre.

Ahora son las 9:04, y recuerdo su risa franca y melódica, sé que esta pensando en mí ahora mismo a través de todos los espejos de esta hiperrealidad fantasma y sabe ahora mismo que seguimos viéndonos por medio del arte. Todavía no sé en que cementerio duerme su cuerpo, pero es hora de leer Maria de Jorge Isaacs, solo por despertar el cariño y el perdón a los autores profetas que uno odia.

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lunes, 8 de agosto de 2011

SUPERHEROES IV


Para aprender a volar el superhéroe primero debe darse cuenta por si mismo quién es realmente por dentro. Algunos al saberlo experimentan una sensación dolorosa e ingenuamente seguirán llamándose superhéroes a pesar de no serlo en el fondo. Puede que tengan el porte, la capa y además la máscara. Pero algunos se dejan cegar por los resplandores y así logran perder la proximidad con los seres humanos normales; algo por lo demás bastante curioso en los verdaderos superdotados. Pues en el fondo saben, los verdaderos superhéroes, que todos podemos volar.

El superhéroe no sabe quién es realmente hasta que por accidente, se desprenden de su mano telas de araña, se comunica con otros por medio del pensamiento en la brutal actividad eléctrica de las neuronas del aire; mira a través de las paredes, y así como por revelación casual, urbana y casi solitariamente, se da cuenta de su mejor talento, de lo que podrá hacer mejor en la vida, de su regalo olímpico. Hay el caso de un superhéroe que aparecía y desaparecía y no lo notó hasta que los demás se lo dijeron. Otros que hacen experimentos con la realidad, y el tiempo lo vuelven espacio y el espacio tiempo, así logran escribir con estrellas constelaciones de verbos flotantes. Están también los que no se dan cuenta que pueden amar hasta que caminan sobre el agua o le dan vista a los ciegos del cyberespacio, o hacen otros milagros a la vista de todos, por amor, sin vergüenza ni dolor.



martes, 2 de agosto de 2011

SUPERHEROES III

Un superhéroe es un personaje de ficción. En realidad nadie los ha visto. Este es un dato bastante curioso para estas nuevas generaciones empeñadas, como yo, en parecer de otro planeta. En realidad los poderes sobre humanos son una consecuencia de la imposibilidad de la comunicación. La posibilidad de la publicidad de poder hacer lo que sea por vender un servicio. En este caso los servicios son múltiples y al mismo tiempo individuales. El cine ha sido el eslabón perfecto entre el hombre y la máquina; a través de múltiples efectos especiales el ser humano se ha visto lleno de poderes industriales. Los poderes desde el rayo laser, los poderes de telequinesis o telepatía son aun estudiados por muchos. Es posible que entre dos enamorados exista un poder de superhéroes. He visto, y sobre esto no era el tema, a muchos héroes o heroínas luchando por salvar el mundo, el mundo breve y vulnerable de sus propios hijos. En fin. Algunos luchan contra gigantes, ciclopes y ogros hipermonstruosos; otros luchan por la vida misma, tapando el tráfico por el reclamo de sus derechos, otros cuidando que la vida continúe.

miércoles, 27 de julio de 2011

SUPERHEROES II

Un superhéroe lucha por el anonimato. De día, quizás por diversión o por el más puro aburrimiento, busca un empleo de bodeguero o de periodista o de gerente en una tienda de abarrotes. Algunos, los más sagaces, les gusta atender una caja en un restaurante de comida rápida y así pasan completamente desapercibidos. Por las noches le gana la nostalgia viendo el cielo, algunos escriben poesía, de esa mala poesía sentimental que llenaba anaqueles antes de los noventas.

Algunos otros se vuelven vagabundos o simplemente dejan de creer y se van a dormir cansados de tanto pensar en su vida toda poderosa. He visto superhéroes enamorados de mujeres mortales y van felices. Pero luego he visto como terminan derrotados por la nostalgia nuevamente viendo las estrellas y jugando a volar hasta el polo norte. Lo mortal pasa y luego queda el sentimiento hecho criptonita.

Por eso hay antihéroes que prefieren voltear y ver pasar las catástrofes más absurdas de los hombres. No quieren salvar a nadie y jamás intentaran hacer que alguno entre en razón. Estos son los que al cabo del tiempo terminan muy felices y viviendo con mujeres que no son desde mundo.

lunes, 25 de julio de 2011

SUPERHEROES I

Mientras tanto, en el Salón de la Justicia.
1973 y 1986, Hanna-Barbera




El Superhéroe vive en la ciudad como si no hiciera nada más que cubrirse de todo cuanto pueda delatarlo. Se instala en el lugar más inverosímil, no se deja impresionar por las minifaldas de las secretarias, que lo ven a lo lejos, escribiendo concentrado la próxima aventura. El superhéroe es cauto y jamás se da por enterado de lo que dicen de él, simplemente va por café o té y prepara su bebida en el más absoluto silencio, es por demás que el jefe lo trate de enfadar, el superhéroe es tierno y sereno y nada más baja el rostro en una actitud completamente oriental. Después de todo el superhéroe conoce su poder, sabe hasta donde podría tirarle los dientes al jefe o hacer delirar a la secretaria esa que lo mira desde ese escritorio con sus ojos halcones, aún así se contiene y bebe el primer sorbo de su café, para después escribir en seguida una historia de amor y poder en la que prevalesca la justicia.

viernes, 15 de julio de 2011

POLITICA Y HUMEDAD


Hace uno o dos días, qué sé yo si la lluvia no ha removido el tiempo, conocí a una turista norteamericana. Una adolescente de lo más inquietante, en principio porque pedía permiso a su madre para andar conmigo hasta las diez de la noche y para finalizar porque me dijo que tenía novio y luego no sé que se invento para que nos diéramos un beso. No sólo fue uno, pero además, el día que me presentó a su madre tuve una incomoda conversación sobre política. En realidad lo que más detesto es hablar de política, sin embargo con una buena agua mineral y naranjada puede ponerse menos tedioso. Su madre me hizo la pregunta del millón. Le dije que votaría por un pedagogo que había trabajado un proyecto para la NASA. Pero como soy suspicaz le mentí un poco y le conté que además iba a volver a votar por Arzú para alcalde pues me sigue gustando robar libros en las municipalidades.

Por un momento me pareció que se quedaba muy callada y luego bebió de su Café-Creme con angustia. Me pregunto por la Dra. Menchú y yo le tuve que decir que sabía de muy buenas fuentes que ella no había representado bien a los grupos indígenas del país y que además no estaba, en términos sólidos y profundos, capacitada para entrar de lleno a una política en la que debía llegar con un buen estomago y botas de hule.

Luego entre en confianza y le conté que había además una opción cristiana. Un grupo de evangelicos pentecostales que habían oído la voz de dios que les ordenaba aprenderse todos los códigos del TSE para optar por un cargo publico que no fuera directamente desde un pulpito. Estos, le dije, son los peores, porque no saben a lo que se meten y cuando ya están adentro el diablo les da millones por una firma falsa.

La mujer entonces, al ver que su hija se desesperaba, me pregunto finalmente por el circo de Colom y le dije que era lo más estupendo de toda la contienda. Una pareja presidencial que se divorcia de la forma más económica, pues los dos están de acuerdo y, además la mujer se lanza a las multitudes a gritar que el amor no requiere de papeles, todo en nombre del pueblo, todo por el placer de servir a su país. Sandra Torres, añadí, ya un poco hastiado con la bebida, es una mujer grotesca, fea, horrible y que mira como desde el infierno. Es una mirada tan fea como de coyote o de chucho apaleado, le dije, sin saber si reiría o se quedaría pensando. Finalmente fuimos con K a una conocida disco de Antigua, donde promocionan a los primates histéricos bailando hasta matarse.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...