sábado, 22 de enero de 2022

CIUDAD NUEVA DE CAZADORES DE LUNAS

 



 

Nueva ciudad

una metrópoli que es un laberinto de calles

donde siempre hay una puerta abierta

y la puerta es una curiosidad de vidrio

donde no hay alarmas ni miedos

allí se levanta el Partenón de Minerva

puerta hasta el cielo de vuelta encuentra

éste Ulises a

Penélope esperando en la ventana.

 

(Una capital ya conocida es una cárcel.

Es un presidio a veces una fisura

a veces un ahogo a veces un crimen sin salida

una vieja ciudad es un punto ciego).

 

Aquí en cambio la luna es una estrella

un cometa es un libro

Ulises recuerda su litro de Cabro

(esas medidas de capacidad)

Penélope lo empapa en el pasaje Enríquez con su

beso a la intemperie.

¿Saben algo?

Dejemos claro que no soy conocido

pero entiendo el hielo por su transparencia

el punto final con signos de interrogación.

 

Alguien duerme sobre la pérgola

es el ángel de la violencia transparente

una niña quemada por el frío que ronda

un vendedor de milagros

el fagot detiene el bajón

muchos caminan hacia sus casas

gracias al trabajo

yo ya hice mi oficio

llevo la Xeca bajo el brazo.

 

Lester Oliveros Ramírez

 

martes, 28 de diciembre de 2021

CUENTO DE AÑO NUEVO

 



He contado esta historia miles de veces. La primera parte es cierta, la conclusión es imaginaria. Se trata de una noche de domingo que caminaba sin rumbo por la séptima avenida y doce calle a las dos de la madrugada. La calle tendría un halo de soledad infinita y fría. Era de madrugada. Ni un alma por ningún lado. De pronto da vuelta un extranjero en la esquina, y sin protocolo me extiende la mano y recibo un wooper de Burger King. Lo demás es inventado. Cuento que regreso y le pregunto por la soda; él se detiene y saca de su bolso un billete que yo acepto pensando que es un billete de a cinco quetzales. Pero no, era uno de veinte dólares. Es curioso el efecto que causa al hacer el respectivo cambio a quetzales. Esas cosas que uno exagera para hacer interesante una historia simple. Quizás como ésta, un milagro, alguien haciendo una buena obra del día a un hermano trasnochado. De qué país era, ni idea.   

lunes, 6 de diciembre de 2021

RAYUELEANDO

 


A Yohanna Minermi antro*-pologa favorita.

 

Se venció la noche tratando

de juntar a nuestra boca un buen vino

allí sentada como una emperatriz la vi

y me recordó algo brillante

que seguro conocí en otra vida felina

-de las 9, una feliz-.

Me hablaste de los espíritus bonaerenses y

porteños que nos hicieron sentir dos ecos

de Cortázar a Alfonsina.

Una copa de Orujo arrullado por historias

un poco de noche extranjera

se nos volvió una hermana

abuela de sangre aro de sueño

mitologías urbanas que jugaban

a la rayuela hasta llegar al cielo.

 

ii

Luminosa grieta de vigilia

te cambie el nombre como a un sello

y los nimbos de ese cielo

fueron una boca que se convirtió

en un final que no termina nunca

o en un comienzo de té Lipton antes de la cena

un recuerdo de puertas abiertas

un destino camarada como los bigotes de Ramona.

 

iii

Noche eterna imaginaria terrenal

hay lugares donde no existen los nombres propios

y las palabras primero son esas

señaladas con la lengua

un pecesito metálico y bermejo

se escapa de mis manos

y camino por la ciudad como por ti

esa  que nada se estira en un país sitiado

por una invisible tiranía de virus y soldados

aunque tu alto seno arda como faro

y planeta

y se encienda con el agua de guitarras.

 

iv

Una promesa cumplida

respuesta de bastas soledades sedientas

días rudos como cadenas sin dije

que coronan tu hombro salino

y fino como el alma de una ostra.

Perla secreta que se graduó en lo hondo

como un prisma

más allá del batiscafo de Silvio

y solo será revelada con arpa de genio

que en esos mundos

de palabras no dichas jamás

la vea y descubra un nuevo diccionario

de ojos profundos como de recién nacida.

Perla inmóvil de onomatopeyas pedernales

vorágine de batallas marinas

vas formada de poemas de Storni, Sosa, Sabina y Milanes

un pequeño eslabón de casualidades, gustos aventurados

música de viaje y poemas compartidos.

 


 

*Antros: lugares de fiesta.

martes, 20 de julio de 2021

Post Semanal de blog.

 

 


 


Terminado, el libro empieza.

La luz se dobla

en esta ciudad de claroscuros

mi corazón no llora

incluso al ver la cadencia de la tarde

y esa muchacha tirada a la puerta de la casa

sobre la banqueta de sus sueños ebrios

ya son de hielo y coca cola

no hay sombra en esa ciudad de adobes

y mientras todos buscan las pestañas

hay un niño con cuatro naranjas

jugando ya a ser un hombre.

Todo esto sucede hoy

Y muchas cosas más que no sabemos

una deuda pagada con sangre

una bala gratis

un par de ases solos y lejos del premio

una madre que levita y ve arcángeles

un travesti que tiene más clientes en el parque

que una de ellas con minifalda y vagina

pueda que asombre a la sociedad vigilante

y de todas formas siempre es el momento

para entender

asegurarse sobre todo

pueda ser que en el infierno

hayan más tontos que pecadores.

 

Oliveros Lester.

martes, 10 de noviembre de 2020

MUCHO ANTES QUE AHORA

 




A Jessika

(cuidadora de carros de la Iglesia Merced)

 

Hijo,

espero que estés allí

oyendo desde el mundo

que yo sola tuve que luchar

con la vida de contendiente.

No es nada fácil hacerse

una máscara para que se asustaran

todas las sombras desde el miedo.

 

Queda un poco de dolor

pero ya todo está más que superado

aunque a veces detenga un huracán

con mis manos desnudas

viendo aún tus menudos sueños

como posibles, ante todo.

 

Serás un héroe de estos días duros

y la vida para vos será un poco más paciente

y tendrás mayor fuerza cuando oigas

a lo lejos esta plegaria

que de mi a Dios elevo

al punto que no dudo siquiera que me escucha

y que pronto abogará por ti

y a mí me ofrecerá su mano,

y habitare bajo sus alas

para siempre

con la certeza de que hice lo que pude

con todas las fuerzas para que fueras

ese niño precioso que iba de la mano de su madre

un día como hoy

pero antes

mucho antes que ahora.


Happy Birthday to jour



Lo que te falta está a tu lado
no cierres la mano
a la moneda y el dado.
Un truco de magia
no es suficiente para sobrevivirse
eres tu la llaga y la cura
el alma todavía se ahoga en la nada
pero el rostro en lo lógica
esa olvidada línea que te forma
no solo la recuerda el cielo
sino el sonido único al llegar al mundo
un rugido urbano que rompe una ventana
o sopla una vela
la primera.
Dos o tres pasos ya es correr
cuando imaginas en reversa.

lunes, 19 de octubre de 2020

EL CONFINAMIENTO DE LOS PARQUES



A Estuardo Prado.
Luego ya no vi bambúes ni abetos. Tendido en tierra,
fui envuelto por un denso silencio.
Ryunosuke Akutagawa, En el bosque.
La soledad se plantó desde la madrugada del toque de queda. La lluvia cayó al medio día, pero tan violentamente que arrojó sobre el mundo una corazonada de tragedias. El viejo filósofo llegó con algo de pan y una botella de vino tinto a la mitad. Luego se refugió con nosotros en el bodegón del basurero del Mercado Colón. A pesar de la hedentina no se quejó y hasta parecía reconocer que nunca había estado dentro de algo tan intestinal y extravagante. El sudor le bañaba la frente y lo único que pidió fue un buen trago de alcohol puro.
El vertedero ya estaba vacío; por la mañana, un camión moderno de esos que comprimen la basura, se había llevado todo los residuos. Además nos reímos cuando contaban que al Lobo se lo llevó dormido el camión de la basura y solo despertó hasta que un tractor lo dejó caer de un somatón en el relleno sanitario de la zona 3. Con los nuevos camiones habría muerto asfixiado a presión el pobre.
Desde adentro podíamos ver el diluvio, y una silueta corriendo que apareció chapoteando la correntada que corría urgente limpiando el suelo. Era Charly, uno más de todas esas juventudes que sufren por haber echado a perder todo, con la mujer y con los hijos, y ahora sin trabajo por la pandemia. Se guareció más preocupado por cubrir con un plástico un plato, que por ir chorreando agua. Jaló una bolsa de basura, que acababan de llegar a tirar, y se puso a escuchar a la Dayana antes de empezar a sentir, como nosotros, la densa melancolía de letrina. El Filósofo jaló otra bolsa negra y se sintió a gusto.
Ella se quejaba llorando, decía que no sabía nada del Diablo, que ella sentía que ya estaba muerto, que el Gato la había forzado y ella nada; y al ver que no le correspondía le había pegado con una viga. Ellos dos se habían separado por varias peleas iguales, en las que todos creíamos que se iban a matar.
Así son los malos amores declamó el Filósofo:
Los malos amores no se quieren ir
tampoco quieren quedarse
su corazón es doble y de ánimo gemelo
y tóxico.
Los malos amores son diabólicos
odian pero no lo saben.
Los malos amores no se quieren ir
ni siquiera alejarse demasiado
quieren seguir vengándose de lo que sea.
Los malos amores pareciera
que se quieren a los lejos
pero nunca se saludan en la calle
cuando van acompañados de la felonía en carne y hueso.
Todos parecieran tolerar que no se quieran bien
pero siempre que anda sola le preguntan por él.
Los malos amores se pegan enfermedades románticas
tan literarias como la Flor de Vietnam.
Son como ese virus que te sofoca
pero te mata lento hasta que su
tormento parezca ternura.
Los malos amores son virulentos
y se ponen zancadillas entre las sabanas
trampas de amor punzocortantes en los labios.
Los malos amores son así de dramáticos
/van en el aire agonizando/
así de histriónicos son buenos actores
cuando son buenos amantes
/alucinan la luna hambrienta de noche/
son siempre así de funestos y escandalosos
peleoneros
que tanto los policías vagan riéndose de ellos
mientras los mete a la cárcel tres veces por semana.
Los malos amores son todos iguales
Idénticos y ridículos cuando imploran
amor verdadero con indulgencias
estos amores son constantes y obstinados
en su mutilación diaria.
Los malos amores son todos iguales
ya lo dije
por eso los amores serios
ya ni se oyen entre la hierba y las espinas.
- Así somos –respondió Dayana –en lugar de comer juntos, nos echamos la comida encima como güiros, y seguimos peleando. Un día, uno en el bote por veinte años, y el otro podrido a tres metros y medio bajo el suelo.
En realidad ella estaba más angustiada que triste. Miraba con una gran pena el plato desechable lleno de frijoles y arroz que gurguceaba Charly. El escuchaba también pero sin emociones, solo atento a la calle que ya estaba borrosa e inundada. Un rio torrencial bajaba arrancando de todo, buscando quién sabe que gárgola.
- Si alguna tiene huevos esa soy yo –dijo, sacando un pomo de alcohol del brassier.
El Filósofo parecía embriagarse con la lluvia, pero trataba también de hacer reír a Dayana con un chiste indecente. Dayana no lloraba tan fácil, su vida era la calle, y en la calle no hay sentimientos, ni nombres, ni direcciones exactas. El policía le preguntaba a Dayana "de dónde viene" y ella señalaba y decía “…de allá…”, y para dónde va “…para allá…”, decía y se marchaba riéndose de ellos. Era morena pero estaba quemada por el alcohol y para mí parecía una bruja haitiana de esas que se encierran a fumar puros habanos y creen en Yemayá. En sus bracitos desnudos estaban precisas las marcas de guilletes y cuchillos de sus tantos pleitos en las esquinas con otras locas enfurecidas. La cara manchada, la cesárea profunda, los labios negros, las uñas despintadas, todo decía lo que no era, en realidad era una ladrona. Siempre aconsejó a Charly para que en lugar de lamentarse por no estar en los selectivos listados del Señor Presidente, y que no lo tomaran en cuenta ni aunque fuera a la mismísima oficina de gobierno, simplemente se pusiera a robar. Cada vez que hablaba de fileros y cuetes se enojaba sin mirar a nadie.
- Llegó el día, asalte a una vieja –dijo Charly – y le enseñó un puño de billetes, al tiempo que se le caía un cuchillo.
Algo que ni el Filósofo había logrado iluminó el rostro de Dayana. No pregunto nada, había reconocido la navaja. Tomo la botella de vino y derramó un poco en el suelo sucio.

CORREDOR SECO



Hoy leí una línea
de un poema en un periódico.
El verso entero no era más
que dos cuerpos sentados en una cama
con los ojos hundidos.
Una nube gris de gota y trueno
se sumó al suspenso de calle y avenida
donde una linterna rojo y amarillo sirena
da a luz un corredor seco.
Allí no hay toque de queda
ni cuarentena.
Allí no hay vigilantes
ni sanciones
porque allá están condenados
a una muerte lenta y extraña.
Hasta el hambre allí ha dejado de ser romántica
como dicen los eruditos:
y las pocas ropas son banderas que arrasa el cielo
de una patria de inventos.
Todo lo bonito que vi fue el Jazz
sincopado y libre de sus tripas
llenas de ruidos y hongos
sueños llenos de trompeta
y apocalipsis.
Allá en el corredor no hay presidente
ni cadenas internacionales
solo un comal frío
la teja y el adobe mal puestos bajo
los hoyos de la lámina
donde se cuelan todas las nubes de ésta noche
de hielo racial.

jueves, 15 de octubre de 2020

LETRA DE UNA CANCION GRUNGE QUE YO ESCRIBÍ A LOS VEINTE

 



-

Intentó recordar

le taparon los ojos

y le dieron nueve o veinte vueltas

y luego el mundo para un lado

y para el otro como marioneta

lo aventaba.

 

No vio pasar a esa mujer

con una sarta de piñatas

y que la gran vara parecía un pincho de colores

cruzando sus malos años

Un tono suena hoy

fuera del objeto del deseo y el esmartphone.

Pensó que sus padres propiciaron el error

tal vez la idea de que el nene hiciera pedazos

no a sus demonios sino al

héroe favorito

al enternecedor personaje tierno.

 

Con los ojos cerrados contra el mundo

el villano o el monstruo de su abismo

que no podía ser

no se volvería sentimental.

 

A veces el mundo es la piñata

y cada uno de nosotros insiste en golpear

lo que no entiende

ellos ebrios de las vueltas del día

todos con los ojos vendados

aporreándonos hasta que se nos caiga

el último dulce.

 

 

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...