lunes, 6 de diciembre de 2021

RAYUELEANDO

 


A Yohanna Minermi antro*-pologa favorita.

 

Se venció la noche tratando

de juntar a nuestra boca un buen vino

allí sentada como una emperatriz la vi

y me recordó algo brillante

que seguro conocí en otra vida felina

-de las 9, una feliz-.

Me hablaste de los espíritus bonaerenses y

porteños que nos hicieron sentir dos ecos

de Cortázar a Alfonsina.

Una copa de Orujo arrullado por historias

un poco de noche extranjera

se nos volvió una hermana

abuela de sangre aro de sueño

mitologías urbanas que jugaban

a la rayuela hasta llegar al cielo.

 

ii

Luminosa grieta de vigilia

te cambie el nombre como a un sello

y los nimbos de ese cielo

fueron una boca que se convirtió

en un final que no termina nunca

o en un comienzo de té Lipton antes de la cena

un recuerdo de puertas abiertas

un destino camarada como los bigotes de Ramona.

 

iii

Noche eterna imaginaria terrenal

hay lugares donde no existen los nombres propios

y las palabras primero son esas

señaladas con la lengua

un pecesito metálico y bermejo

se escapa de mis manos

y camino por la ciudad como por ti

esa  que nada se estira en un país sitiado

por una invisible tiranía de virus y soldados

aunque tu alto seno arda como faro

y planeta

y se encienda con el agua de guitarras.

 

iv

Una promesa cumplida

respuesta de bastas soledades sedientas

días rudos como cadenas sin dije

que coronan tu hombro salino

y fino como el alma de una ostra.

Perla secreta que se graduó en lo hondo

como un prisma

más allá del batiscafo de Silvio

y solo será revelada con arpa de genio

que en esos mundos

de palabras no dichas jamás

la vea y descubra un nuevo diccionario

de ojos profundos como de recién nacida.

Perla inmóvil de onomatopeyas pedernales

vorágine de batallas marinas

vas formada de poemas de Storni, Sosa, Sabina y Milanes

un pequeño eslabón de casualidades, gustos aventurados

música de viaje y poemas compartidos.

 


 

*Antros: lugares de fiesta.

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