Etoile-
Y
si volvieran tus temores
algún día y te
abrazaran frente
A alguien que
te ama,
Estarías en
tinieblas de por vida
Si volvieras
ese día hacia la sombras.
Y dejarías tras de ti
Un cuadro
ensangrentado
Donde cante la
soledad a media voz…
Entonces
cerrarías ya las puertas
Volvería día a
día a la memoria
Hablarías de
naufragios
Y de flores
Besarías el
viento hasta matarlo
Llevarías en
las manos unas dagas
Pasarías
lentamente por la calle
Te perderías
sola
Comerías a
escondidas y sin ganas
Serias la
princesa de otros hombres,
Tu cuerpo aun
envuelto entre la noche
Llamaría sin
descanso entre las puertas.
Quedara para
siempre en las calle y
En los rostros
el espanto de una noche sin estrellas.
A los dueños del mundo-
Que es lo que
ves alma mía,
Ves algo a
través del tiempo y la nostalgia
Detrás del
hastió y la demencia…
Ese hombre que
ya no ama
Ni lo aman,
Ni lo odian,
ni lo extrañan.
Quizás
secretamente desea la muerte o vivir
En otra parte…
¡Ah, maldito
instante de tu miserable presencia!
Ya no espera a
nadie bajo la lluvia
Ya ni recuerda
sus amores,
Va como
cargando un cielo de bronce
Y cuando
sonríe parece un monstruo.
Su mujer
parece sola,
Ya ni lo ve
Ya ni lo
entiende
Duermen juntos
pero ya no se sueñan…
Ah, miserable,
la soledad esta llamando a tu
Alma y no te
dejara esta noche, serás llevado a las tinieblas
Y soportaras
en silencio bajo un palacio,
Estas en los
brazos de un dios demente,
Lloras sin
lágrimas en los ojos, Ho miserable,
Y lloraras al
fin cada una de tus afrentas
Ho, valiente,
desdichado.
Corales
y formas.
Poseido por todos los elementos,
voy trazando estas palabras
para decirte que tu lo eres todo,
que en ningun idioma se dice ni se piensa
como en este que te escribo.
Eres todo,
todo,
la multitud, y la soledad,
lo que el alma más gigante llama,
y su llamado es de suspiro y lejanía.
Amo al poeta solitario
que gime mientras crea,
al pintor alucinado con trabajos y destierros,
amo al músico y su trova,
al silencio que lo nombra,
pero sol y sombra me separa
de la muerte de ese martir de Cuba y de Bolivia.
Pero sigo cantando esa canción en las calles
y en las plazas.
Te amo a voz mujer de labios y pezones,
de cielo y de montaña,
y busco completarme en los estragos de este tiempo.
Amo la poeta volante y
el viento que sopla y enaltece
y a mis amigos de verdad,
entre ellos estan
algunos vivos
que ya murieron a fuerza de escribir
sus indolentes travesuras.
Reflejo transparente-
Todos soñamos
sueños que no recordamos,
Abrazamos
deseos secretos que solo revela
La noche y el
vino,
Creemos, a
veces, que nunca saldrá el sol
Sentimos que
ha muerto una luz.
Volvemos a
lugares que nos recuerdan la vida,
Y caminamos
como fantasmas
Como pedazos
de tierra y huesos
Seguimos con
todo en la espalda,
Con la pena y
los regalos,
Deshilándonos
contra el viento en
Cada edad del
mundo
Ignorando por
suerte
Todo lo que la
muerte recoge por las mañanas
Además de
nuestras rosas marchitas
Todo lo que
ella misma olvida de nosotros
Y todo lo que
nosotros buscamos en ella.
No Supimos tu Nombre-
Solo la poesía es
clarividente.
Pablo
Neruda.
Y te sentí tan lejana,
Mas allá de mi alma
Y estabas en silencio como una estrella
al limite del sol,
Tan callada como una lejana montaña.
Y fui en busca de ti a todas las
regiones,
Y aun allá donde reina la soledad.
Y te busque mas que nada en mi mismo,
En mis sueños, la muerte,
Y encontré tantas mujeres idénticas que
se llevaban
Hasta mis velas, caminando por
corredores recónditos,
Con todo y sus bellos cuerpos de mármol
Con todo y sus enormes corazones de
plata
Que mostraban en las fiestas,
Si, si, si, así, se iban,
Con sus ojos de egipcias, con sus
caderas de ónice y sus
Pechos de jaspe,
sus piernas tatuadas de nombres y
pequeños cupidos
Diciendo esas viejas palabras de amor
que ya no
Usaba nadie.
Pero tu no eras así, como ellas,
Eras nueva como el misterio, como la
palabra
Que descombra lo cotidiano.
Apareciste acá como cualquiera que me
pregunta
La hora a plena calle
Con tus mismas manos tiernas,
Y tú grito fulgurante,
Tus pies descalzos
Tu cuerpo secreto como divino,
Toda tú envuelta en versos,
Volviste a mí en el poema.
La calle-
Cuando ya todos han pasado sobre ti
Y
el solo cruce de las sombras te fragmenta a cuchilladas,
El
ultimo en quedarse en la avenida soy yo, que no me resigno
A
pasar y que el tiempo se me valla de las manos;
Y
recuerdo los momentos que ya solo llevo entre mis manos
Como
rosas disecadas entre cuadernos,
Ese
tiempo presente que va en el corazón como un abrazo
Como
un vació en el pecho donde el fuego
Quema
diariamente donde tu voz danza
Aun
sin conocerme y mi
Calor
se aleja y desciende a un rincón junto a tu pecho.
Su Dolor-
Y nos volvimos amantes
Y
desde entonces yo te cuento que te
Sueño.
Y
visitas por las noches este cuarto
Y
me abrazas con nostalgia en el silencio
Y
con caricias que hasta sienten las cosas que no viven,
Y
se mueven esas cosas y me espantan
Cuando
olvido que eres tu sobre mi almohada.
Una vez te vi dormida
Antes
que yo, fue una vez que no vine hasta muy tarde,
Y
trate la manera de quererte
Recordando
la textura de tu carne.
Y
podría llegar a comprender
Que
eras tú desde tu casa,
Que
no había puertas ni otras llaves,
Y
al tratar de besarte: como en un sueño
Yo
te vi en tu cama tratando de alcanzarme.
I
Ecos,
ecos, ecos,
Van
y vienen
Y
se repiten una y otra vez
Junto a ti
Cerca de tu alma.
¿Qué
dirán ellos solos cuando tu
ya
te hayas ido)
II
A
veces cuando creo que no
Hay
nada en la nada,
Nace
un nuevo imperio: la
Catarsis
de lo interno.
III
A
veces todo es demasiado fácil,
Obvio
y estrictamente predecible,
Como
si uno viera la misma película siete veces.
Outsider-
Te pierdes en el vino
rostro entenebrecido…
Lo
ves tus ojos también se pierden como libélulas en un rio
Pero
la lluvia siempre nos hizo soñar,
Lo
ves, no solo el silencio te trae soledades.
Hay
una mujer llena de joyas,
Brillantes
perlas sobre el corazón frió,
Una
esmeralda en el mismo dedo insensible,
La
prisa por el tiempo presente y
Su
mordida profunda…
Lo
ves, están todos tan lejanos y allí se va todo
Este
simulacro del espacio que murmura nunca en mí
Conciencia,
o en mi alma, entre mi sangre,
Y
yo solo puedo leer… apenas lo que me dicen,
Y difícilmente lo logro transcribir.
Un recuerdo-
... y él dijo “dios es un empleado negro que trapea
pisos en un edificio de Harlem”
y añadió... “lo que no sabe, es que es
Dios”
Cuando le ponías atención
A mis miradas
Te urgías simplemente inexplorada
Te huías inexistente simplemente.
Cuando le ponías atención a mi
Voz
Viajabas junto ella entre la noche,
Te hundías vagabunda en las cavernas,
Salías como un ave de ventanas.
Ahora nace canción
Abro mi voz
¡Tiro miradas!
Y tu en otra almohada acariciada
Y yo entre el murmullo de mis voces
Haciendo algo como nuevo
Jugando a ser como si no soy
Divagando con la noche y mi dolor.
¡Digo tu nombre de mujer.
Y nada,
simplemente ya no te oigo en el corredor,
Ya no te veo,
Ya no te siento ni lejana!
Elegía I-
Agotadas están
mis palabras
Al verte de
pronto en esas puertas
Agotadas ya sin
llanto
Muertas sobre
mi, pesadas.
Tu rostro que
se yergue como una rosa
Es un remedo
hacia la dicha,
Una palabra sin
textura
Un signo del
otro lado
Donde salen
hombres de blanco y con antorchas
Donde las
calles son de oro
Y de cristal...
A esas calles
van mis palabras agotadas
Ya están a la
puerta, resignadas a morir.
Elegía II-
Amor, que nunca yo te lea
Un verso de Rimbaud...
Esos versos tan sencillos
Que llenan de aflicción,
Unas letras que se juntan en medio
De la peor burla.
Amor, perdido estoy en esta duda
En esta luz tan pequeñita,
En una voz como de bruma
Que agita con sus manos una luna.
Faunos...-
Y estaremos de pie
Hasta el ultimo crepúsculo.
Te tomare de la mano y tu
Me tocaras completo
Cuando ya estemos muertos,
Cuando seamos,
Como dijeron otros,
Como digo ahora,
Y quizás, como a veces,
Dices también tu:
solo
Fauna.
Y me amarraras los brazos
Con tus suaves besos
Y te comeré la boca
Como dulces frutos,
Y solos, haremos lo que siempre
Hacemos,
Cuando estamos solos.
Ruptura-
...el espanto secreto
que brota de la carne...
Stéphane
Mallarmé
Y pensar
que con nosotros nace la muerte.
Sentir a veces que llega la hora
el segundo instante de entregarnos todo
y volar sin tregua,
armados del bagaje terreno
a otros nombres cercanos e innombrables.
Volver a la inocencia
o al esfuerzo de un vida.
Sabiendo que olvidar es la nostalgia,
entregándonos con todo o casi nada,
solos con las manos y las ansias
¿Niños?
¡Otra vez niños junto al padre,
sedientos insaciables
de otro amor
que nos desangre!
¿A qué llegamos a temerle?
A la muerte que nos miente,
a la muerte que es la vida,
a ese espanto que nos llama
al final de la vigilia.
Espirales
interminables-uno-
Hermano mis manos
A las tuyas,
con un amor extranjero
y mío.
Y siento batir mil veces mi destino
En el fuego de una llama clandestina.
(Algo arde desde dentro
que se agita y convulsiona,
no es un ansia solitaria
es el mar que llena dentro).
...Y me perdía
solitario,
sin saber que entre las piedras
habitan y se funden los amores subterráneos
que hace ricos a los pobres
y a los ricos vuelve necios...
amores que hace santos a los locos
y a los mansos vuelve bellos.
Frente una espada estoy
de frente
a la muerte llevo dentro.
En San Felipe-
Allá en San Felipe
nace de los suelos una virgen Iglesia
como una niña muy humilde,
descalza como luna de barro.
Nace sin esfuerzo como un milagro.
Cuentan todos su memoria, sus colores inocentes,
Va naciendo de las montañas
Va haciéndose a si misma.
Por dentro huele a cielo,
A milagro clandestino.
Rostros depurados de martirio,
Con la gloria sin corona, sin sandalias ni brocados,
La vi como es allá en los cielos, imagino,
la verdad tan inocente desterrada en este pueblo.
Allá en san Felipe,
ven
Los güipiles tan sencillos,
los descalzos pies humanos,
Las manos levantadas en armonioso velo,
a cristo crucificado
que a perdonado mil pecados,
un cristo latigueado en Jerusalén, que acá,
anda descalzo
viendo las montañas y las gentes.
Lejos de los anchos tomos de teología
que parecen carrozas fúnebres,
Aquí el dios desnudo
hasta en la misma cruz
Se siente dueño.
Allá en San Felipe
nace de los suelos una virgen Iglesia
como una niña muy humilde,
descalza como luna de barro.
Nace sin
esfuerzo como un milagro.
Edulcorado-
Si fuera solo de decir frases bonitas
El silencio seria tan cristalino.
Si fuera tan lleno el mundo de nostalgia por lo ajeno.
Pero al día no mata,
Siempre el prójimo es el enemigo.
Duele decir lo cierto
Porque detrás esta la muerte,
Filosa como un cuchillo,
Hambrienta como langosta.
La apariencia que esta en lo dicho,
Cuando brilla en los ojos, el tiempo se va.
No hay nostalgia tan infinita
Como la de aquel que sabe lo que
Jamás dirá.
Te dijo que no,
que no quería oír los poemas hacia ella. Colgó
su brazo de cobre.
Cada palabra que me dices
Se queda en el alma.
De verdad me lo dices.
MakeStars!-
Te he mostrado a veces una noche,
Un quedo bosquejo de inocencia,
A veces soy la humedad en una cueva,
Y tus palabras se quedan contigo solas,
Pero te rescato cuando pasan muchas voces
Y volvemos como dos y de la mano,
Somos muchos en la cama, somos
Tantos que nos abrazamos hasta el borde,
Yo te amo,
Y no busco otro sentimiento mas profundo
Que el de tus manos,
Y son tan largas y delgadas como pintadas de
Blanco,
Tus piernas son también delgadas, llevan dentro
Pasos lentos y sigilosos que buscan en el suelo su
camino.
Te he mostrado a veces la mañana.
Vas de mi mano como en un barco, a bordo, con
nosotros,
Va la muerte
Que nos muestra su sonrisa destapada,
Sus huesos al aire y una
Altivez desmesurada.
Reímos de la muerte, y vemos el mar... tu mar,
imaginas el cielo hasta
Tocarlo...
¡Quien te detendrá al medio día!
El mar nos lleva a casas y ventanas, lleva el viento
voces amigas,
Retorna la memoria un día que llueve,
Nos atamos mutuamente hasta inmovilizarnos,
Nos tapa la boca un destino impertinente,
Yo no digo mas que lo que siento y es lo suficiente.
Amo tu cabello negro, tus brillantes ojos que me
ciegan,
El valor de ir conmigo en este barco, que se agita con
la fuerza de lo hondo,
Un ser que convulsiona desde dentro, lleva coronas y
dominios,
Lleva otros seres devorados, ahogados, injuriados,
embrujados,
Salen sus rostros de las olas
Y sonríen como muertos, tan felices de morir o haber
muerto,
Tan contentos de no ir entre los barcos.
Te he mostrado mi cadáver,
Mi dolor
Mi felicidad... una dulzura pasajera
Un cometa que dibuja una línea que se borra.
Tenemos suerte allá en la penumbra,
Violines
Tarros colmados de felicidad
Nosotros dos haciendo un alma más
Juntando chispas para crear una estrella
Haciendo un nido de espinas y de plumas
Para poner un día nuestra vida
En las manos de un Dios que le de forma.
Sub-BohemiaUrbana-
“ ...la cama revuelta estaba,
después de una hora de acción,
y luego en la sala el televisor que no cuenta
historias de amor...”
Y sonreíste siempre enloqueciendo,
Tirando de un lado a otro como un toro.
Viendo rostros trémulos de pornografía,
Viendo tanta vida escondida entre sus máscaras.
Llegaste al fin cargada de símbolos
Llegaste con la canción,
Con el himno sacro y un nueva filosofía,
Para los niños agotados,
Para los continentes adormecidos.
Su baile.
Su mujer hermosa de vientre dulce,
Sus ojos viendo siempre
Incansable
donde acababa el siglo.
II
“... la sangre ya no ha vuelto a correr
por los caudales que se esconden en mi piel...”
Perdidos nos encontramos
Sentados y pensativos
Ungidos con los noventas.
Ellos se casaron tan pronto,
Ellos ahora no se conocen,
Niños.
Ay aquellos niños.
El viajo a Madrid,
Ella se fue a la india,
Los une un par de recuerdos:
Sentados juntos viendo dibujos en la mesa,
Ebrios,
Todos siendo silencio,
Ebrios,
Todos siendo canción.
Volverán como lo predijeron,
Volverán todos al escenario.
Amiga-
Te recuerdas de esa tarde, cuando tu
rostro,
tu mirada y tu piel, sintieron que algo había pasado con el amor. Sentiste que
era un instante que llegaba, y que a pesar de la soledad, podías estirar en tu
memoria. Llevabas una rosa blanca en la mano y me dijiste que sus espinas eran
tus razones. Me volviste tan sereno con tus palabras que no sentí dolor al
verte sangrar. A él le dijiste que lo amabas y el viento se llevo tu
sentimientos pues el no te veía. Estaba tan lejos de ti. Yo te acababa de ver y
tenía unos deseos grandes de que tu sueño se hiciera realidad, pero el viento
era frió y las calles estaban tan solas y limpias, que aun dentro de cada casa
parecía que se escondía el miedo. Nada de lo que hiciste tenía esperanza, y tu
rostro se transfiguro como una máscara dejándonos esa sensación de que tu gesto
se volvía el nuestro, de que tu impotencia ante la nada era nuestra propia
culpa... pero todo paso.
Le dejaste la rosa en un sobre y le dejaste tu
corazón de fuego,
sin ninguna gota de sangre, toda la habías regado ya frente a
su casa.