lunes, 10 de mayo de 2010

FRAGMENTO DE UN FRAGMENTO (ESPEJO ROTO)

Fragmento IX

Siete años, piensa. Siete años pensando que no estaba en la tierra sino en su cuerpo virgen todavía. Siete años de placer como si fueran amantes. Escondiéndose de todos. Inventando itinerarios donde no los conociera nadie. Los últimos dos años habían sido más como amigos. Ya había pasado el primer fuego azul, sólo quedaba el rescoldo de unas brazas calientes y rojas. Se conocían tan bien que a veces no se hablan delante de la gente porque ya sabían lo que se estaban diciendo. Pero el tiempo seguía pasando tan veloz que cuando se daban cuenta, empezaban a dudar del alejamiento. Luna era de porcelana con unos ojos tan negros como si de dentro le naciera la noche. Siete años. Lo pensaba en su cama, semidormido, con la sabana en la cara. Sentía un temblor de cuerpo, el pulso raro y el miedo de que al abrir los ojos siguiera nublado su cuarto. Se había alejado de ella porque había adivinado demasiado tarde sus mentiras. No estaba enferma de nada, Luna era una buena actriz, que por demostrar que ha ella nadie la dejaba, actuando se hubiera muerto de verdad. Ahora pensaba que ella le enviaba efluvios mortíferos para que se terminara quedando para siempre muerto en aquella cama, en aquel cuarto de hotel, en medio de la ciudad más violenta, lejos de todo, como si fuera vegetal para no tener familia, como si fuera un reptil, un simple gusano. Recordaba todo desde el medio sueño, desde la última pesadilla, y hacía un esfuerzo tan grande para mantenerse vivo, que podía dejar de respirar involuntariamente. Pensó en algo tan abstracto como el suicidio. Pero pronto se dio cuanta que no era lo más elegante, sólo un impulso para vivir a pesar del daño. El cielo que recordaba de niño era azul, el cielo de grande era gris. Pero le dominaba el miedo y la tristeza. Dos sentimientos que podrían crecer tan dentro que no se podrían desenraizar nunca. Tengo que terminar con esto. Tengo que volver a ser el de hace siete años dijo, pero no pudo levantarse. Se quedo haciéndose el dormido, aunque no hubiera nadie. Sentía que había un observador presente, uno tan perpetuo y juiciosos que le daría vergüenza darle la cara. Un observador de si mismo, que siempre había estado esperando ese momento para verlo derrotado.

martes, 4 de mayo de 2010

EXTRAÑA CRONICA DE UN FIN DE SEMANA


-El día domingo para mi es un día esotérico. Los sábados estudio el idioma francés esté o no en clase. Entre semana, en este año me he dedicado a leer a la mayoría de escritores buenos de Guatemala. Ahora estoy fascinado con Rodrigo Rey Rosa, a quien siempre me encuentro en esta temporada en los lugares menos pensados. Rodrigo es un voyager. Su literatura es ficción y recreación de la imaginación. Uno de los mejores ejemplos de su arte es Tren a Travancore, no podía creer que lo leyera en dos días sentado en la biblioteca por dos horas diarias. Intento entrevistarlo luego de leer El Material Humano. Haber que pasa. Rodrigo puede subirse a un avión hoy mismo si quiere y regresar a Paris o Marruecos, o quién sabe a donde.

-Los domingos son días para meditar. Ir a un café y agotar las horas leyendo el diario. Escribiendo en una servilleta, bebiendo vino o queriendo ser sacerdote con un buen trago de ron de olla. En fin, la vida es diversa. Los últimos fines de semana los he dedicado a meditar de esa forma absolutamente bella que es estar ebrio. Pero los días cambian y traen trabajo. Leo a Washigton Cucurto, Cesar Aira y a Alan Mills, regalos de Javier Payeras de la colección Mata Mata. Me divierto con el Buenos Aires de Cucurto, con sus mujeres.
-El domingo es un buen día para invitar a alguien a una Bienal de Arte. Invité a CS, que además de buen gusto, ella sabe contarme historias tan entretenidas que parecieran de la vida real. Hicimos el recorrido desde el Bar Central, donde me enamoré de las fotografías de Jaime Permuth, y las fotografías radiográficas de una urbe de Andrea Aragon, y la extraordinaria vision de Ceibal. CS, es futurista, sus ojos bellos recorren el ambiente hasta el sitio donde un pequeño ídolo de la Torana nos da la bienvenida con billetes de a cien imaginarios. Fuimos a la Casa Ibarguen y nos gusto mucho un video de Jorge de León en el que se pretende hacer surcos en la arena de una playa. El amor es un veneno sagrado y el mar era una metáfora. Salimos a la entrada del antiguo edificio de correos y vimos las armas de hacer daño de Dario Escobar, la instalación tan hermosa de Maya Lemus, que en Cakchikel es Q’uch ü ch: el ruido que hacen las ramitas secas cuando se quiebran un monton, el lenguaje proyectado de una forma absoluta. Angel y Fernando Poyon con sus alucinantes y básicas propuestas, deconstruyendo el mapamundi, y un reloj de Ángel que analiza el tiempo de un desaparecido con referencia curatorial de los poemas de Rosa Chávez. Fuimos más allá tomados de la mano, como viejos amigos, como nuevos pretendientes, como buenos amantes de lo imprevisto. Almorzamos con Abel López en Mi Verapaz, con cervezas, sopa de pollo y una carne adobada que llevaba implícita la megalomanía de una rockola en la otra habitación del restaurante, vecina de la Capilla Octavina, donde Abel caza miradas a su propuesta. Una sala entera llena de arte por los cuatro costados. Están las manos de Ramirez Amaya, una mujer que Abel le da aliento y vida en rosa y plateado, frases como “Si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”. Muchos comensales beben octavos de ron y presencian casi con vergüenza a una pandilla de extranjeros que toman fotos a diestra y siniestra. “Algunos me preguntan, que si yo les compro los octavos a la gente”, me dice Abel, al referirse a su bella instalación en un secreto refugio de amantes a la vida y al trago, a la convivencia y al buen gusto. Porque los almuerzos de este lugar son grandiosos. Esto le pertenece a Trudi Mercadal, pero diré que por 13.00 quetzales uno sale muy bien servido. Abel nos siguió contando de su experiencia, mientras unos pintores felices invitaban a mi amiga a reírse con ellos con frases como “acá es el verdadero bar excéntrico, acá todo es real, es la capilla de la gente sincera”. Y todos nos volvimos reales por un segundo.


-El día viernes, dos días antes, llegamos con Ángel, Dorian y Ricardo a Mi Verapaz, tomamos cervezas y comimos tortillas con queso. Ricardo venía con un raro malestar por el arte conceptual, y fue tal su expresión de rechazo que hizo un pequeño performance; arriba la foto.


Abel López, creador de la Capilla OctaVina, y gran amigo.

jueves, 29 de abril de 2010

DORIAN LIMA EN EL CALLEJON DEL OLVIDO (AMIGOS)


Una persona no sólo es un mundo, es una atmosfera, un circulo, un misterio revelado a los ojos vedado, al tiempo de la experiencia de uno mismo a sí mismo vedado. Uno no sabe quién es hasta el instante de la renuncia. Pero, en la misma mecánica de engaño y apariencia, ocurre que el lenguaje es la puerta y la ventana. En una de esa tantas gentes que ven blogs, que visitan recintos virtuales, apareció este internauta navegando en mis textos. Nos vimos la primera vez en una bizarra muestra de villalobos, javier Payeras y Juan Pablo Dardón. Todo es literatura, todo es ficción. A Dorian Lima lo une el arte al mundo. Amigo de Ramírez Amaya desde el tiempo en que se quemó el hotel Bilbao, los excesos de Alejandro Urrutia y una afición a la bohemia. Es un artista porque aprecia el arte, y me atrevo a decir todo esto porque sus manías son infinitas por los detalles. Hay ocasiones en que nos ha bajado de su carro para enseñarnos el detalle de una casa en la zona 1, y puedo ver que no es un fragmento aislado, sino de años de apreciarlo cada vez que pasa. Cuando viví en la zona uno me prestó un libro de la arquitectura del Centro editado por CCE. Anduvimos vagando por la zona uno perdidos viendo detalles. Sentados en la Maya Quiche donde míticamente conocí como la Sinagoga, porque a Dorian se le antoja que el cuida carros es un rabino, y en efecto tiene unos canelones de judío, pero el caminar de un guerrillero lisiado. Dorian resulto ser amigo de mi papá y de alguna forma confidente de una pareja de locos, que éramos, hace un año, Wendy y yo. Hemos agotado horas en el Olvido hablando de la vida. Que Dorian mira desde una óptica juvenil y cínica. En ocasiones yo soy más viejo que este amigo con cara de buena persona. Sin embargo, todos hemos tenido épocas de abundancia y de necesidad. A veces me habla de esos años de abundancia y derroche. Su voz se vuelve grave. Parece que dio todo. La generosidad es uno de sus más bellos defectos. En el fondo, parece que no le debe nada a nadie, ni a el mismo, así que sus remordimientos son pasajeros, y antes de una lágrima estira una risa sincera. Uno de sus gustos más caros son las antigüedades. Tiene una rockola muy bien cuidada de los años 50, una colección de dibujos de Ramírez Amaya, una dispar selección de objetos que a Picasso darían envidia. En fin, es un gran amigo porque creo que supo, a lo largo del tiempo comprender la amistad y tener bien presente que vivía en Guatemala y en el primer mundo a la vez. Ojala nunca tenga que ir a pedir fiado a la tienda.
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Fotografía de Dorian Lima (izquierda), tomada por Ricardo Contreras (la sombra es parte de su dedo indice). Ramírez Amaya (el Tecolote) en medio, haciendose el borracho.

sábado, 24 de abril de 2010

BREVISIMA ENTREVISTA CON NICOLE DELGADO POR FACEBOOK (INTEGRA)


A proposito del bello libro de la portorriqueña Nicole Delgado AñosLuz, editado por Vueltadegato Editores de Pablo Bromo y Cia.
Yo
nicole, que buen royo lo de tu libro, hoy les toca en antigua verdad...
10:09
Nicole
si tu donde andas
10:09Yo
estoy aca en la universidad
zona 12
pero creo que quisiera llegar hoy a la esquina
mira unas preguntitas:
para poner en mi blog sobre tu libro:
10:12Yo
1- cómo surgio la idea de titularlo AñosLuz?
10:21
Nicole
el libro juega con la transposición de la memoria de los conceptos tiempo espacio
por eso
10:22Yo
ok.
(solo son tres)
10:22
Nicole
2?
10:22Yo
2- Cuanto tiempo te llevo pensarlo, hacerlo completamente?
10:45
Nicole
hay poemas que tienen casi 3 años, pero la conceptualizacion del libro es de este año, como dos meses de trabajo
10:46Yo
gracias Nicole, imagino que ya te hicieron una entrevista formal en algun medio... o no?
10:46
Nicole
el martes
va a ser
10:48Yo
ha ok, re bien, te mando un saludo, creo que si nos vemos hoy por alla, mucha suerte.
10:55
Nicole
dale!
Guatemala 24/04/2010
fotografía robada del facebook de Nicole.

viernes, 23 de abril de 2010

ENTREVISTA A GABRIEL WOLTKE Y SU ART OF FICTION DE VACIOS PARALELOS




…0:00:00:00
"
Una foto en blanco y negro al final del libro. La cédula. Datos personales. Foto seguramente para su primera identificación de vecino de la ciudad de Guatemala. Traje, corbata, la seriedad del caso. Gabriel Antonio Padilla Woltke, es el autor de este libro que tengo en la mano, publicado por la editorial Catafixia. El Bar Central es una mina de vidrio, mesas, sillas y el mejor ambiente del centro, según me asegura un asiduo visitante. Por la tarde, se veía gente apresurada pasando sin percatarse de la viva arquitectura congelada en dos épocas, como si fueran puntos paralelos de dos dimensiones frente a frente. Por un lado, las nubes blancas del antiguo edificio de Guatel donde por las noches se refleja el Ex –Céntrico en neón con todo su tiempo presente. Lo veo desde acá.
Me había comunicado con Woltke sólo por Facebook, y me interesó hacerle una entrevista por la publicación de su libro Vacios Paralelos. Woltke es moreno, con unas profundas ojeras en los ojos, que ha logrado gracias a la única forma en la que puede escribir, por computadora y de noche. Le digo, antes de empezar, que la entrevista es más bien una conversación relajada. Estamos sentados acá en una de las salitas fuera del bar, y me da oportunidad para encender un cigarro, mientras planifico las preguntas. No sé nada de Woltke. A lo mucho recuerdo haberlo visto parado en una esquina esperando un bus en la novena avenida. Un saludo rápido en el pasaje. Pero leí el libro. Logra un dialogo entre el tiempo presente y pasado, con realidades alternas y casi a punto de ser tan imprecisas que podría colapsar el futuro. Watchmen es el hilo conductor, con frases del Dr. Manhattan, personaje de la novela gráfica escrita por Alan Moore, dibujada por Dave Gibbons y publicada por DC Comics entre 1986 y 1987 (no es un simple comic, eso se los puedo asegurar). Mientras transcribo estas palabras, veo la película. Las frases del Dr. Manhattan están presentes en idioma ingles y cursiva, quizás abriendo un agujero de gusano a esa cuarta dimensión que podría ser un tiempo vacio y paralelo donde habita un solo vigilante. Uno mismo.
Lo valido como todas las veces, son las tres cuartas partes que sostienen la parte pequeña que miramos del iceberg. Hijo de madre soltera, buscando su voz a través de una familia católica, en una de las ciudades más violentas del mundo, pasando por una posible identificación en una banda de rock, generación de la crisis de la moral y los valores de cabeza, aún así Woltke trabaja un universo personal, a solas, en la invisibilidad; posibles analogías con la serie Alan Moore, la búsqueda personal, “ahora la mitad de lo que soy es lo que escribo”, me dice. Aún no anochece. Un reloj sigue trabajando armónicamente en la catedral, a unas cuadras del bar. Le pregunto sobre su blog y me doy cuenta que Woltke es todo un personaje, un drogo confeso que no se ha drogado nunca. Anoto todo rápidamente mientras me habla."
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Lester Oliveros: ¿Cuándo fue la primera vez que tuviste conciencia de que estabas escribiendo poesía?
Gabriel Woltke: Después de leer una entrevista a Wingston González, escribí algo que me pareció mi primer texto, era Batallas bajo tus pies y algunos otros poemas que aparecieron en el primer blog.
LO: ¿Dónde hiciste tu primera lectura?
GW: En la Casa Cervantes, era un Día de la Poesía jajaja, allí conocí a casi toda la mara que me ayudó a moverme en esto, Mills, Méndez Salinas, Payeras…
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"Me cuenta brevemente que la literatura, en un principio le parecía aburrida. Aprenderse de memoria a Ruben Dario en la primaria, recitar por algunos puntos en el aula, por obligación, le quitaba completamente la poesía. Gabriel, culpa al sistema educativo. Luego encontró a los hombres X, como les llama: Méndez, Serrano y Pedroza, y revaloró el trabajo literario, todo se desencadeno luego de su graduación. "
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LO: ¿Cómo fue que concebiste Vacios Paralelos (Un hombre que no existe)?
GW: Precisamente estaba en Antigua cuando vi Watchmen, me gusto el comic, la novela gráfica, y la onda se fue expandiendo, dándome vueltas en la mente, lo recuerdo bien, que salí al patio a pensar en eso… luego de ver la película, y así nace la idea parcial del libro, esa tarde imaginé la estructura.
LO: Me imagino que te pusiste a escribir algo esa misma noche.
GW: No… pasó más o menos un mes después que escribí una versión concentrada, era un poema de tres páginas.
LO: Tiene frases, o epígrafes en ingles.
GW: Mirá, yo no sé ingles, así que le pedí favor a mi novia que me tradujera las frases que iban a integrar el libro, aunque no domino el idioma sabía que era necesario mantener lo más íntegro posible al Dr. Manhattan.
LO: ¿Cómo se llama tu novia? No le importara salir en la entrevista.
GW: jajaja no hay problema, Monimoni.
LO: Entonces tu novia trabajó con vos el libro, imagino que mantienen un diálogo mientras vas escribiendo.
GW: Si, las referencias a pintura, geometría, la proporción áurea también son crédito de ella.
LO: ¿Y… haces el libro en esa estructura que imaginaste?
GW: Sí casi nada sale improvisado, tenía concebida de antemano la extensión de cada parte del libro y el tema a abordar en cada párrafo, incluso escuchar cierta música al momento de escribir era parte de lo que buscaba lograr …y como de costumbre todo se escribió de noche, no puedo hacerlo por más que quiera de día.
LO: Curioso. Como eso que me contabas antes de tu primer libro, que tuviste que volverlo a escribir cuando tuviste que formatear el disco duro de la computadora.
GW: Si, lo escribí 3 veces, mi computadora tronaba y tronaba al final creo que ayudó en algo tanta reescritura.
LO: ¿Cómo es eso que escribís sólo de noche?
GW: Me acostumbre, solo de noche escribo, en casa es el único momento para escribir tranquilo. Cuando no tengo computadora, como ahora, me resulta imposible escribir a mano, mejor me dedico a leer. Además no escribo a diario, escribo por temporadas…, por lo regular termino de leer algún libro y escribo durante un mes, luego dejo de hacerlo por un buen tiempo hasta que se repite el proceso.
LO: ¿Y como fue la estructura final de Vacios Paralelos?
WG: Lo tenía claro, tres partes, de tres páginas tamaño carta, y la última de tres páginas y media.
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"Adentro del bar, se empezaba a oír Even Flow de Pearl Jam, entraban clientes conocidos, asiduos bohemios que se iban oyendo más alegres; la noche afuera corrigiendo el tiempo de los relojes, las minúsculas agujas de cientos de engranajes sincronizados, minutos más o menos paralelos, quizás segundo a segundo acercándose a ese flow final donde las máquinas, afuera, imaginaban el caos de la humanidad. Carmen Lucia Alvarado apareció como teletransportada a través de las avenidas “sólo quiero sentarme un rato mucha, sigan”, dijo, después de saludar, y se apertrecho a leer en un sofá. Afuera la noche. "
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GW: Mi primer libro lo pensé para escribirlo en doce noches, y el último capítulo, levantarme al amanecer para terminarlo.
LO: ¿En este libro alcance a percibir tu gusto por la nada, que pansas de eso?
GW: A mi mismo me pasa mucho, a veces siento que estoy completamente en otra parte o en ningún lado. Pero la nada como nada no existe, ya es con sólo nombrarla, lo único que podes hacer como individuo es establecer para quien queres existir y para quién no.
LO: ¿Podría servir de algo escribir en este siglo en Guatemala?
GW: La literatura primero te sirve a vos y quizá con eso basta.
LO: ¿Crees en Dios todavía?
GW: No lo perdes nunca, esta ahí ese algo, siempre vas a necesitar de creer en un dios, o fuerza o energía o algo. No creo que exista una religión más barroca que la católica, su simbolismo, los rituales, talvez por haber crecido católico esa es la imagen de dios que aún conservo. Y por decirte algo, dios podría ser, dentro del libro, el Dr. Manhattan.
LO: ¿Qué libro estas leyendo ahora?
GW: Bueno, leo El Placer de Corresponder. Correspondencia variada, de Cardoza, Brañas, Meany y otros embajadores en época de la Revolución.
LO: ¿Cómo miras el ambiente literario en Guatemala?
GW: …como dicen los políticos cuando no quieren meterse en problemas “no entendí su pregunta” (risas), a través de editoriales te vas a dar cuenta de que no estamos tan mal, hablo de los Mínimos de Serrano; de Vueltegato Ediciones de Bromo; Catafixia de Carmen y Luis Méndez Salinas, Ediciones Palo de Hormigo, y otras, soy demasiado nuevo o joven en esto para decirte como estamos en relación al pasado, pero creo vamos en buen camino.
LO: ¿Qué pensas del aburrimiento?
GW: Es necesario.
LO: ¿La rutina?
GW: Te puede absorber.
LO: ¿2012?
GW: …mala la película. (risas)
LO: ¿El Cielo y el Infierno?
WG: …podes confundirlos, lo que para mi es el cielo, para otros podría ser el infierno.
LO: ¿Cómo imaginas un libro tuyo en el futuro?
GW: Dos versiones imagino. La primera son todos mis libros juntos y que cada uno sea un capitulo. La segunda, seria un documento monstruoso que fuera casi imposible de leer.
LO: Como pregunta final, ¿qué pensas, el dinero puede ayudar a un escritor a crear?GW: La única forma en la que creo que el dinero puede ayudar a crear, es en tener la comodidad para realmente quedarse en casa sólo a escribir, aunque ni así. La comodidad tampoco ayuda mucho que digamos, ahora con lo de motivación exterior...sólo que fueras a cazar premios por todos lados, tu prioridad sería ganar y muy difícilmente hacer un buen trabajo.
-
"Como en un espejo gigante y cóncavo, otro Gabriel Woltke, otro entrevistador, y el Dr. Manhattan observan como todo vuelve al principio a voluntad. Me veo entrando al bar y saludo a Gabriel en una mesa, saludo a Mauro y Andrea, subo corriendo las gradas hacia la galería y todo desaparece. "
0:00:00:00…

Lester Oliveros.
Guatemala 9/04/2010
Fotografía extraida del facebook de Gabriel W.

martes, 20 de abril de 2010

PROLOGO ALTERNO AL LIBRO ESCRIBIENDO CON TOURETTE DE RENATO BIANCHI


Breve reseña y presentación de
Escribiendo con Tourette
Prólogo al libro de Renato Biachi.

La risa. No sé en que momento el hombre se rio por primera vez, pero debió ser algo por la palabra. El código de Hammurabí fue necesario supongo, junto con el conocimiento de los sonidos para dar a luz un significado. El juego verbal, gran invento de los dioses niños que fueron llamados poetas. Empiezo con eso este breve prólogo: la risa y el juego en la escritura de Renato Bianchi con ayuda de la editorial Palo de Hormigo dieron a luz Escribiendo con Tourette, un libro que se parece mucho a un disco y un disco que se parece más a un libro; ustedes entenderán al tenerlo en sus manos. Es una miscelánea de narrativa y poesía girando en un libro entretenido por su parecido también con una caja de Pandora. Algunos títulos tienen nombres de canciones, y en la portada esta escrito, y no es broma “Parental Advisory Explicit Writing”. Recuerdo ya hace un tiempo, la explosión de textos como el Libro Negro de Estuardo Prado, con títulos escandalosos en aquel entonces: El Mundo Visto desde el Hoyo del Culo, o Epifania Travestí, aunque tengo que anotar que el libro de Bianchi si bien hace mención de lo escatológico, la ironía, la irreverencia y el sarcasmo, también es un libro con un sutil contenido de ternura y visiones infantiles, es decir en Bianchi abunda el buen humor. Me gustaría comentar por ejemplo que en el libro de Renato esta uno de los más bellos poemas hacía la vagina. Un divertimento como el de querer escribir el sentido de la vida y dejar la hoja en blanco. Un texto a una ex –novia, con media página de una sola palabra repetida: puta.
La música es el feeling. Recuerdo que hace rato leí por ahí, que Carlos Fuentes escribió Tierra Nostra con un solo dedo y con los Beatles a todo volumen. Pablo Bromo escribió Arbitraria Muchedumbre con una incontenible fiebre musical, una lista de grupos que no cabían en una hoja tamaño carta, grupos tanto ingleses, como norteamericanos, sudamericanos y de una temática bastante punk o progresiva. En Biachí flota el heavy metal, los Beatles, el ambiente se carga con el texto de unos cerdos que entran a comerse a los comensales como esa frase que reza que hay que empezar a contar cuando el hombre muerde al perro y no al revés, es el tiempo presente de las contradicciones al asomarse a la puerta de la calle, o en la incomprensión de la adolescencia cuando no se sabe nada, y con esa ignorancia gentil, graciosa, de ese mundo con menos marketing, de los fluidos de la ingenuidad nacen textos tan espontáneos como los poemas o los cuentos de Renato. Javier Payeras, me dijo alguna vez que me peleara con todo para escribir con convicción, un agente del mal o una frase para tomarla como la mejor de las armas para motivarse a escribir en una ciudad como Guatemala donde una tercera parte de la poblacion lee 2 libros al año, la otra tercera parte carga una Reina Valera bajo el brazo todos los domingos, y un puño de gente imaginaria lee la Prensa Libre y se lo cree todo. ¿Qué motiva a los escritores de ahora a redactar un cuento, a terminar un poema? La misma marginación. Sin embargo eso los salva de la apatía común, sobreviviendo entre la música gringa, los performances europeos y el aburrimiento. En Escribiendo con Tourett, los atrevimientos y ejercicios de rabia o felicidad que se puedan atribuir al libro por lectores promedio, no son plenamente culpa de Bianchi, si podemos catalogar como culpa el poder decir más de trescientas veces puta en una página, o contar sin reservas una escena en un motel, todo depende del cristal con que se lea. Imagino que Escribiendo con Tourett encontrara su público, por que además la obra de Renato Bianchi, es lo que se oye en la calle, lo que se imagina el guatemalteco, es innegable que alguien no imagine en el futuro ciudades Tourett de clase media desahogándose de la perturbación del entorno; pero al mismo tiempo, toda la felicidad aséptica no es suficiente sólo para unos cuantos, cuando todos los demás braman bajo las llantas. La risa, el juego, sólo es un recurso que hace digerible esa realidad alterna. Breth Easton Ellis escribió American Psycho para no matar a nadie, lo mismo hizo Palaniuk con Fight Club, la literatura en todo caso es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio, el real o imaginario. Como invita el libro en su primera página, el prólogo lo puedes escribir tu mismo.

Escribiendo con Tourette
Editorial Palo de Hormigo
Renato Bianchi
Sera nuevamente presentado el día 6 de Mayo/2010
por Mariano Cantoral y Léster Oliveros (lector del Marquez de Sade y de Bocaccio)

miércoles, 14 de abril de 2010

POEMA DE VIAJE


A vos, guatenauta.

...ella es como una hebra de algodon en el tejido del mundo
un rayito de agua brillante que mana cada mañana del pozo del sol
una mujer con un solo arete y voluntad vejetal
es calle y avenida y cada piedra de su cuerpo
piedra del mundo y polvo del cielo
ojos brillantes sin metáfora
y boca morena geométrica en su cuerpo
cifra de mi deseo en el espejo del agua
donde se pierde la luna y la estrella
girando en una noche de una sola vez como un tren en marcha
entre montañas valles treboles
en el silencio de no saber donde poner los pasos...

sábado 10/04/2010

jueves, 8 de abril de 2010

PUBLICARON UN TEXTO DE PROSA POETICA MIA EN LA REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

**Pueden pasar a traer un ejemplar completamente gratis al edificio de rectoria y ademas, la edición es bellisima.
Saludos.

UN PAIS DE UN SOLO HABITANTE ES LA HABITACION PROPIA



Un país de un solo habitante era el cuarto de Emilio Carlo. Se había vuelto loco. Pero no tan loco como para dejarse morir de hambre. Salía siempre de noche a pedir a la calle monedas y virtudes. Su locura consistía en perderse en la contemplación de fotografías de su novia que había muerto hacia un año en un accidente en automóvil. Recordaba todas las noches el olor de su palabras al oido. Ella sabía que se iba a morir a los veintitrés. Sabía que no pasaría de los veintitrés y sin embargo vivía como si no lo supiera. Le celebraron su cumpleaños veintitrés y Emilio le regaló un ramo de rosas en botón que se fueron abriendo con forme llegaba la media noche. Nunca pudieron casarse. El fin de semana, en un viaje a Antigua, el automóvil fue empujado por una camioneta sin frenos y perdió la vida sin nadie familiar. Una llamada por la madrugada se oyó fatídica. A Emilio le habló el padre, serio, contenido y frio. Al oír la noticia tiró el teléfono al suelo gritando. Nada se pudo hacer después, más que velar hasta el otro día. Esa misma mañana, Emilio ya llevaba los ojos entornados. La madre de Eva Mártir, lo consolaba y pensaba que estaba con esa mirada perdida por el desvelo. Lo llevaron a su casa de huéspedes después del entierro. Llorando se fue a su cuarto sin decirles adiós. Los padres de Eva Mártir se preocuparon cuando supieron que ya no regresó a la universidad y se le miraba bebiendo en cantinas y en muy malas compañías. Pero no hicieron nada. La hija ya estaba descansando y no habría que seguir con la idea de que el muchacho era algo de ellos. A lo mucho le guardaron un buen recuerdo.
Nadie vio cuando en una madrugada vomito sangre. Hablo con una sombra y le confeso su nueva filosofía. Nadie quiso voltearlo a ver y darse cuenta que era ya una sombra de si mismo. Era cuando lo declararon loco los vecinos y los niños. Y salía solo de noche para regresar de madrugada. De noche puedo verla, les decía a los extraños. Puede que fuera cierto que en su delirio conviviera todas las noches con su novia Eva Mártir. Lo que me enteré mucho después fue que había resuelto morir por ella y terminar perdido y verdaderamente loco a los pies de su tumba. Pero no fue así. Se enamoró una madrugada del horizonte y persiguió el final hasta que llego al Distrito Federal en México. Se cambio el nombre y llego a ser rico. Otros, dios los tenga en la gloria, murieron por su ejemplo.

lunes, 5 de abril de 2010

PROCESIONES NOCTURNAS



Cada paso es el reflejo de tus pasos. Cierro los ojos y no sirve de nada el miedo. Las sombras son inventadas por el tedio, algo que se crece en los muros del palacio y más allá de la catedral y sus tumbas de mármol. Es el miedo bajo los faroles. No es el amor. No es el cariñito de la piel a la piel por las tardes. Es de noche y lo mismo que asusta, ríe, se burla, se puede sentir el frio y el llanto de un niño abandonado. Alguna mujer sola estira su manta en una de las puertas del palacio y cierra los ojos a la oscuridad. Muchos otros, caminan para el hospital. Otros para el cementerio general. Otros se sientan en la fuente a esperar. El miedo los acosa y los obliga. Roban, matan o se vuelven mentirosos. No inventan más que para aplacar el hambre. El olvido no es más que un sabor amargo. Los ojos pesan a esa hora y se ve venir el primer atraco. Un grito. El corazón que se congela y una mano blanca y leprosa que saca todo lo encuentra con ayuda de otras manos. Los ojos extraviados se cruzan. El hombre mira de frente al hombre y encuentra solo miedo.

miércoles, 31 de marzo de 2010

SIN NOMBRE NI LUGAR








Al principio era la noche, Negra como tinta y sangre coagulada, Sin voces, Sin algún registro sonoro como algún long play en algún tocadiscos universal, En lo negro se oyó como un gesto de la luz, Y uno a uno saboreamos nuestra vos como algo antiguo que más hacia llorar hasta los rios y de los rios al mar, Y las voces que hablaron aquella noche en la potente oscuridad, crearon todo lo que ahora vemos,

lunes, 22 de marzo de 2010

MEGADETH EN LA MEGA FRATER

Se legalizará la marijuana. Se hará popular bailar desnudo en las iglesias. Vamos a ver “evangelistas satanicos” testificandole a la gente. Grupos de homosexuales van a ir por las calles violando gente. Una nueva droga va a provocar que los adolescentes sean más activos sexualmente. Los ecologistas van a estar sujetos a criticas muy fuertes. Tormentas con granizos enormes va a matar a miles de personas y va a causar daños masivos.El dólar se va a colapsar. Va a haber una hambruna muy fuerte en America.
David Wilkerson, sobre las Super Iglesias.

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Cuando leí en facebook: Queremos a Megadeth en la MegaFrater, a parte de retorcerme de la risa, comprobé que no conocía el lugar. Mi alma doble de periodista me torció el brazo para ir el fin de semana. Así que, cuaderno de nota en mano, me encaminé a la MegaFrater el domingo 21. Preguntando en las camionetas de la calzada Roosevelt hasta una de Peronia. Llegué. Ahí estaba, y se podía ver desde lejos salir la ostra gigante de techo gris. Al llegar me sentí desamparado en la entrada. Pude ver, ya desde ahí la construcción a la mitad, pues la jardinización se veía en sus niveles primarios y los retoques de muros y pilares en espera del cernido final. Aun así era un edificio imponente que en la entrada adornaba una fuente eternamente fluyendo líquido cristalino popularmente llamado agua. En las puertas principales daba la bienvenida un plasma proyectando desde ya lo que sucedía en el escenario. Pude ver a un sujeto alzando las manos en un Hip Hop en regla con la letra góspel. Me pareció desde el principio una imagen Ballardiana, el estar en ese salón parecido a la entrada de un Centro Comercial. Al subir al segundo nivel vi las columnas de concreto armado y al llegar al asiento de lujo comprobé la comodidad de las butacas de cine y la acústica de otro mundo que envolvía todo en un surround celestial. Estaba allí viendo al techo la compleción magistral de ingeniería exactamente a las 10:35. Pude ver las 4 pantallas gigantes cuando subió el predicador, un hombre calvo, de unos 60 años, que hablaba con un característico acento al final de cada oración. Educado y consiente de estar frente, a no menos de 4,000 personas, viéndose pequeño ante el último espectador en la última hilera de asientos del segundo nivel. Pude ver además 6 pantallas plasma, muchos menores, frente al público del primer nivel, bocinas gigantes colgadas del techo con cables acerados que además soportaban también la iluminación de discoteca. Para mi sorpresa el predicador habló de la lectura. Invitó a cada miembro a leer y a memorizar, consiente de la mayoría de personas con un gusto casi nulo por esta práctica subversiva; aun así, dio tips y hasta presentó un video de las nuevas generaciones educadas en su centro de estudios que están practicando la memorización de la Biblia a gran escala.
Fue maravilloso pasar desapercibido mientras tomaba anotaciones, ahí mismo, en el megatemplo que Renato Bianchi soñaba para que cantara a todo pulmón King Diamond y otros imaginaban como el próximo escenario de Megadeth en una alucinación fantástica. Pero les tengo que comentar que el escenario, se tendría que ampliar el triple, que la acústica es muy buena, pero el área de desorden sería imposible por los cientos de butacas que irremediablemente podrían salir volando en un acceso de emoción de alguna fan excitada por las descargas de metal puro mientras otras 50 enseñarían los pechos a Dave Mustaine.
En fin, me pareció un escenario impresionante con sus 113,000 metros cuadrados de construcción. Al final bajé a ver los locales, una librería, cafetería para la gente de servicio, y un área donde vendían desde pizza, hasta tacos de marcas que han ganado la arroba de oro, y pude ver que hasta un Banco muy famoso hay en la entrada para hacer sus depositos de ley como diezmos u ofrendas. Me quedó la sensación de haber estado en un nuevo Centro Comercial.

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Synphony of Destruction

sábado, 20 de marzo de 2010

PSICO-BUS


La intuí en el bus. Callada y por eso, quizás, con una belleza de cuento griego. La imaginé imaginándome imaginarla. No era un simple juego de palabras. Era normal ir en un bus sin saludar a nadie. Viendo como la gente sube y baja, sin decir una palabra. Oyendo el viejo motor y al ayudante perdido es sus gritos y en el ruido caliente de afuera. Sudando. Hablando algo que nunca entendí por el ruido. Pero entre todo, la ventanilla percudida, y los asientos vacios que miraba desde atrás. Iba ella. Conocer a alguien en un bus urbano, ruidoso y románticamente destrozado, en un San Valentine, puede ser tan extraño como buscar el amor en un centro comercial. Imaginé que pensaba lo mismo que yo.
Era la primera vez que iba a Mixco. Había soñado que me encontraba sola en una calle que no conocía y mientras más buscaba la salida del laberinto más me perdía. De sólo pensar en el sueño me entró un miedo conocido, un miedo con el que uno podía lidiar día a día en los buses porque en ese momento podían subir a asaltarlo a uno. Pero a veces era en el momento en el que uno no pensaba en el asalto. Y eso era terrible, porque siempre hay que saber que hacer inmediatamente. Las calles de la calzada no eran muy entretenidas. Entonces lo vi. Mirándome y con una sonrisa desamparada que apenas se le dibujaba en la cara. Puse cara de valiente. Trate de ignorarlo y verme molesta por su persistente mirada, como una subrepticia invitación al amor. Me sentí tonta de pensarlo. Mire la ventanilla sucia y me recordé que de niña dibujaba corazones en las ventanillas y mi mamá celebraba eso para no seguir pensando en la calle inundada por la lluvia. Pero ahora eran más que alucinaciones por el calor. Cada vez sentía más su mirada y pensaba que estaba pensando lo que yo pensaba.
El sol me pegaba en la cara. Era molesto, pero estaba como pegado al asiento. Había pensado en cambiarme de lugar y con algún pretexto preguntarle algo o tratar de empezar una conversación. Hablarle de algo. Pero qué. No se me ocurría nada. ¿Cómo hablarle por primera vez a alguien que uno no conoce? Era absurdo. Me sentía mal al preocuparme por aquello. Pero la seguía viendo. Y conforme la miraba sabía que ella o yo algo diríamos. Pero no decía nada. Era como si en lugar de agradarla la amenazara mi atención. Era estúpido tratar de hablar con alguien de esa forma. Pero ella me gustaba. Si tan sólo me corriera un poco de mi asiento, llamara su atención y le dijera que me agradaba algo de ella. Pero eso además de cursi, era tan gastado. Todo mundo hace eso. Como cuando un señor le pregunta la hora a una mujer que podría ser su hija. Y todo lo demás. Pero además, estaba completamente desorientado por dentro, aunque por fuera ella me viera sonriéndole sutilmente, como si en el fondo no le quisiera hablar, sino inquietarla.
Subió un vendedor. Me agradan esos tipos. Siempre animaba a mi madre a remedarlos. Le salía muy bien. Me gustaba verlos impostar la voz e inventarse un mar de lágrimas para motivar a los pasajeros. Recordé la vez que mi mamá me contó que un señor se hacía pasar por lisiado y luego de que le daban, se bajaba burlándose de todos. Porqué pensaré en eso ahora. Siempre me pregunto porque pienso tanto. Debería comprarle unos dulces de menta al patojo y regarle uno a ese que tanto me mira. Se asustaría. Ya me lo imagino. Pero no. Pensaría mal de mí. Que soy fácil. Mejor miro para la calle.
El chiclero parece cansado. Y yo estoy cansado de tanto vendedor. Y ellos lo dicen. Como si con eso exorcizarán tanto trinquetero que se sube en cada cuadra. Y ellos lo saben. Saben que uno se da cuenta que siempre dicen la misma mentira. Puta, y yo acá sin moverme de este asiento. Y ya voy a llegar a donde bajo. Porqué no puedo decirle que esta linda. Que me hace pensar en que debería ser la princesa de mí barrió. Por qué. Tengo miedo. Tanto miedo, y es un miedo tan parecido al de un asalto. Mejor no pienso en eso, capaz que se suben y acabo de comprar mi celular. Yo a veces recuerdo que las veces que me han robado son por descuido. Tantos lugares que hay en las camionetas para guardar las cosas. Normalmente los sillones están rotos. Pues ahí se podrían meter las cosas mientras aquellos registran al de atrás. Ahora que me acuerdo, me he salvado de varias. Lo único que no me gusta es que las mujeres siempre terminan llorando. Pobrecitas. Ahora que lo digo, tal vez eso es lo que siento por ella, un deseo de acercarme para que no le pase nada. Bueno, en la otra me bajo.
Y si soy yo la que le habló. Pero es que va a pensar que soy puta. Pero a las putas le va bien, como dice mi mamá cuando esta enojada. La verdad, hay ocasiones que me siento tan aburrida, que me gustaría hacer una locura. Que ese muchacho se viniera a sentar a la par mía y me pidiera un beso. Que me jalonee la blusa tratando de buscarme los pechos y me haga sentir algo tan fuerte que olvidemos al brocha mirándonos con una risa de pícaro y al chofer con un cigarrito en la boca, detenidos a media calle sólo por el espectáculo… pero el ya se bajó del bus y yo me bajo en la otra esquina.

jueves, 18 de marzo de 2010

PINBOL POETICO COLECTIVO


La lectura empezó a las 7:30. Ahí estaba Edna Sandoval, que me había pedido leer primero por un compromiso que tenía a las 8:00pm. Iba con un vestido de una pieza que terminaba arriba de la rodilla. Parecía una princesita en una fiesta de gala. Leyó con gracia un solo cuento. Nunca la había oído leer y en ese momento sentí como si el Pen Internacional de New York hubiera bajado del cielo. No es muy normal ver a una escritora leyendo sobre personajes que lleven bolsas Prada. Esa es la marca de Edna, su imagen transpolada en Lucia a través de su blog. El publico, en su mayoría escritores, editores, e invitados, celebraron con un aplauso. Denise Phé Funchal leyó un texto en prosa. Iba vestida con una camisa a cuadros estilo grunge. Luego resonaron los poemas de Mariano Cantoral, con todo el impulso histérico de la postmodernidad.. A Leonel Juracan lo habíamos visto desde el Bar Central, como perdido, como siempre en una arquitectura demasiado rígida, y ahora que leía sus poemas con voz de obsidiana se petrificaba el miedo y surgían las ramas de arboles ensombrecidos y personajes sin rostro. Le llegó el turno a Manuel Tzoc y sacudió con su glamor verbal todas las conciencias en una risa actuada para todos. Lo interesante de Manuel es que iba contando el inicio de cada poema. Hubo un poema que escribió a fin de año. Textos insanos como siempre. Yo leí un texto largo sobre un pedido literario en el que un fantasma nos observa desde el futuro: J.G. Ballard. Luego leyó Karla Perez y Marcia, y también Numan, una amiga interesante que conocimos esa noche. Hubo otra vuelta de lectura en la que Denisse se oyó más en su estilo. Algo que no sabría definir todavía. Manuel leyó con descaro unos poemas donde aparecían condones, tragos de indita y proposiciones infalibles en el carnaval erótico. Por fin, termino la lectura, con un amigo, que ahí mismo, sobre la mesa, había escrito dos poemas breves. La bola acerada del pinbol cayó al vacío.

sábado, 13 de marzo de 2010

DE LA MALA SUERTE/ ENSAYO AL MARTES 16 DE MARZO




Podría bailar entre chayes hasta sangrar/ oír a los Beattles un viernes por la mañana/ emborracharme hasta echarme tierra en la cabeza/ ver algunos murales con verdadera convicción/ acercarme hasta mi victima para oírle el ultimo latido/ llegar descalzo hasta mi victima y olerle el aroma de su sangre/ puedo volver a través del universo/ leer un libro de algún poeta postmoderno imaginado los tiempos de la Conquista/ ella me dice: sólo quiero que me ayudes a olvidarlo y yo presiento que también me iré de la misma forma/ suelo pensar en el vacio y en la nada/ hoy vi el mural dedicado a Rogelia las carpas de cerveza gallo promocionando a Oliverio el puente hacia el olvido más cínico del mundo/ y tu te queres ir a Japón con todos tus amigos oyendo Janis Joplin/ es hermosa la forma en que nos vamos transformando en otros/ la tecnología verbal y ese ruido del Ping Ball/ mis ideas son como esa bolita rebotando hasta ganar puntos siderales/ las palabras entonces se rebelan y golpean como hace un cuarto de hora en que pensaba otra vez en el vacio como poema final.


II

Podría pasar bajo escaleras rompiendo espejos/ podría blasfemar contra los gatos negros mientras los ojos como diamantes difuminados fueran perfectas linternas/ sabría en que momento de las doce en punto salen los muertos transparentados/ tiraría al cielo las cucharas y los tenedores, los cuchillos/ para luego sumergirlos en las pilas antiguas donde mi familia rezaría sin cesar por pura culpa/ culpa tras culpa tras culpa/ robar/ pedir/ robar/ el cielo de los pobres/ la redención azul de las calles rojas/ podría señalar los arcoíris y abrir los ojos de los muertos/ podría y sé que lo haría/ fumar descalzo sobre las tumbas riendo/ saldría bajo la lluvia sin paraguas a poner barquitos en los ríos dorados/ me gustaría sin embargo leerle poemas eróticos a todas las recepcionistas del mundo por sus teléfonos/ amarrarme nudos en los zapatos cuando pase el afilador y escupir al cielo escupir al cielo escupir al cielo...


III
Voy a señalar el arcoíris o la punta de la nariz de un Cristo, voy a cortar las nubes con mis dedos y te llegaré a rogar con los brazos leprosos, voy a conjurar el miedo escribiendo palabras en la arena de una calle, para hacerte volver de madrugada con el sonido lentísimo de las estrellas huyendo, caminando en un solo pie, escribiendo con una sola mano con tinta y papel, dibujando en pedazos de cartón portadas de la Santa Muerte, y me dormiré soñando que despierto y me veo dormido, me veo muerto, me veo perdido, me veo solo, me veo bajo un cielo falso cuadricula, me veo sobre una cama con dos ponchos de lana, me veo con los ojos cerrados y lámpara encendida, me veo con el radio en una sintonía fantástica, me veo celeste a la par de un cuadro de Picasso impreso en vinil, me veo en medio de una habitación intima y perpetua, me veo a oscuras y despierto sufriendo la belleza de la memoria, me veo pintando con oleos mi ventana y crear una estrella amarilla y un árbol quetzal, recitando poemas de Caeiro y sonriendo sólo hasta crear heterónimos de mi mismo con quienes platico sobre el presente, siempre en tiempo presente, siempre en tiempo presente, siempre en tiempo presente…


IV
Un gato negro ronronea a mis espaldas mientras tomo un poco de sal y doy tres saltos hacia adelante, el gato se transforma en superstición, rostros innumerables metidos en un circulo son la imagen del mundo, nacido bajo un mal signo, tras un terremoto, y con unas ganas barbarás de incendiar el mundo a los cinco años, se me atraviesa una pelirroja y despierta en mi un sueño prostíbulo donde lo único que falta es la luz, avanzo a ciegas hacia su danza felina en un viernes trece embriagante y resuelve ser solo un desierto tatuado en una toalla que se desprende del techo, y aparece Jay Hawkins cantando I put a spell on you, y sólo trato de ser feliz, mientras llega la madrugada y acaricio mi pata de conejo.
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Fotografia: Irma Serrano (La Tigresa)
Se dice que hizo un pacto con el diablo, vivia en palacio de rojo y dorado, y además sacrificaba animales en su teatro y se bebia la sangre.

jueves, 11 de marzo de 2010

LECTURA DE LAS FLORES DE DENISE PHE FUNCHAL


A Denise Phé Funchal la conocí en el festival Manifestarte. Es cordial y tiene unos ojos aconejados hermosos. Parece tan juvenil que es difícil pensar, que ya haya publicado una novela. Leí Las Flores en una semana. Al principio es una lectura difícil pues se impone cierta restricción de estilo y eso es bueno. Escribir es fácil, volar es difícil. Y en su vuelo imaginario Denise plantea a unos personajes sin rostro, y va dibujando a sus héroes cotidianos surgidos de la reverente atmosfera de los conventos y las iglesias y el olor a corozo. Las Flores es eso, un aroma a lilas que va entre líneas. Me llamó mucho la atención ese estilo refinado en donde se puede encontrar pensamientos (porque eso es lo que son) en latín, en francés, y en italiano. Y el tono disciplinado que impone escribir sin diálogos. Como digo, es interesante notar el preciosismo femenino, el detalle en los nombres de ciertas telas y trajes, la forma en la que se va contando la historia de la Nena. Es la historia principalmente de Madre y Maldiva, de un señor obeso al quien nunca describe completamente, más que por sus rosadas carnes en las fantasías y asociaciones libres de Madre, que es quien sufre las consecuencias de dar en matrimonio a su hija a un hombre indeseable, pero de buena familia. Los capítulos son cortos y retoman la acción inmediatamente. Hay símbolos, como las mariposas, las flores, el casamiento y la misma muerte de la Nena.
El día que F&G le anuncio, por medio de correo electrónico a Denise que iban a publicar su novela, era el cumpleaños de su madre ya fallecida. Fue el 21 Noviembre del año 2007. Y comparto la emoción, ya a unos años y meses de distancia de ese evento de milagro y destino.

En realidad, luego de leer Las Flores uno siente que la historia no ha terminado. El desenlace, la muerte de la Nena en el nudo conflicto de todo lo que se ha ido gestando en las calles y en la casa para el casamiento, pasa tan rápido que es como aquellos finales aparentes en las obras de Beethoven. Todo es subjetivo en arte y en literatura más. Mi opinión total es que es una novela maravillosa que conjuga la visión de una mujer y la imaginación juvenil de una precoz creadora de ficción.


PINBOL POETICO
COLECTIVO

Denise Phé Funchal
Edna Sandoval
Leonel Juracan
Lester Oliveros
Mariano Cantoral
Manuel Tzoc

16/ marzo/ año 2010.
Gran Hotel
9na.Calle 7-64 zona 1
7:00pm.

lunes, 8 de marzo de 2010

ACORDEMONOS PUES...




Mi versión particular de un libro que no he leido más que de boca de amigos. Entre ellos que ya van sumandose. Javier Payeras quien abre puertas y ventanas de un universo temporal de su vida privada. Pablo bromo que viaja en la memoria a rescatar su propio tiempo perdido y recuperado ahora en esta nota. No se me escapa tampoco Gabriel Arana que repite humanamente el me acuerdo de todos nosotros una generación que apenas esta volviendo a ver su propia arquitectura personal. Y un insignificante homenaje a la imaginación de Georges Perec que nos visita de otro mundo donde quizás lo recuerdan con esa cara de loco.
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1- Me acuerdo de mi mamá y mi papá besándose a oscuras parados frente a mi cuna.
2- Me acuerdo del patio de la casa de la abuela, lleno de flores y mucho sol.
3- Me acuerdo del blanco mazapán de Amatitlán y de como me gustaba.
4- Me acuerdo del sabor del azúcar en cubitos.
5- Me acuerdo del sol a los 4 años.
6- Me acuerdo de la calle a los cuatro años.
7- Me acuerdo de un amigo de apellido Rubios.
8- Me acuerdo del rumor de la lluvia en torrentadas arrancando tierra en un rio ancho y turbio.
9- Me recuerdo, al atardecer, poniendo barquitos de papel en un rio propio en la puerta de la calle.
10- Me acuerdo de los aviones que pasaban ahuyentando a los zopilotes.
11- Me acuerdo de las ruedas de acero en el asfalto, del repartidor de periódicos y su sonido de granizada metálica.
12- Me acuerdo del sol a los seis años.
13- Me acuerdo de la primera vez que vi el mar.
14- Me acuerdo de un sólo consejo de mi abuela y mis ojos maravillados cuando me enseño por fin a escribir el dos.
15- Me acuerdo del amigo de mi abuela que me daba un quetzal por oírme reír a carcajadas.
16- Me acuerdo del sol a los 7 años.
17- Me acuerdo cuando fuimos todos a Santiago Atitlán y entramos a un gran hotel en construcción. De regreso me recuerdo que la camioneta se averió y me recuerdo escribiendo un dictado de un amigo de mi abuela en el que escribía por primera vez CACA. (todos se rieron, por supuesto)
18- Me acuerdo de la iglesia del Padre Chemita y a sus santos dormidos en vitrinas llenas de billetes viejos.
19- Me acuerdo de Miguel, Francisco, Otto y Vinicio, Edgar, y al hijo de don Fabián armando una pelota de calcetines para jugar un partido de base- ball.
20- Me acuerdo de los Scouts y de la vez que me partí un diente a la mitad.
21- Me acuerdo de las piedras que poníamos como porterías y los zapatos rotos al final de las chamuscas.
22- Me acuerdo de la soledad de las cinco de la tarde en la casa de mi abuela mientras exploraba bajo las piedras del jardín.
23- Me acuerdo de un tío que me dejaba ver televisión después de leer un capitulo de la Biblia.
24- Me acuerdo de Jimmy Swaggart y al mismo tío ponerle volumen bajo la luz del medio día.
25- Me acuerdo también de Mazinger Z, Calabozos y Dragones, Ultraman y El príncipe y el Dinosaurio.
26- Me acuerdo de una caricatura que se llamaba Cobra y salían mujeres desnudas con tatuajes en la espalda.
27- Me acuerdo de la pequeña biblioteca de mi tío Carlos, de Flavio Herrera, Rodriguez Macal y José Milla que leí desde los diez años.
28- Me acuerdo cuando descubrí a Victor Hugo y leí cuatro veces Los Miserables en una edición de dos tomos azules que me prestaba un amigo.
29- Me acuerdo que en ocasiones ponía en el toca discos Balada para Adelina de Richard Clayderman.
30- Me acuerdo de un robot rojo que me regalaron para navidad que tenía una espada plateada.
31- Me acuerdo de la primera vez que tire un trompo.
32- Me acuerdo de los yoyos con luz y de cómo se iban destrozando en lo que llegaba la madrugada del 25 de diciembre.
33- Me acuerdo de la vez que me subí a una silla para alcanzar una botellita de vino.
34- Me acuerdo de las noches a los 9 años.
35- Me acuerdo de mi madre llevándonos por la calle como si fuéramos al monte Horeb.
36- Me acuerdo del programa Campiña y a Chalio.
37- Me acuerdo de la música de Rigo Tobar que cantaba mi mamá.
38- Me acuerdo de las fiestas en casa de la abuela donde invitaban a todos sus amigos.
39- Me acuerdo de Siempre en domingo y a todos diciendo “aún hay más”.
40- Me acuerdo de los chicles Bazuca que traían historietas.
41- Me acuerdo de los chocolates Popeye.
42- Me acuerdo de una tarde en la que mi padre me regaló Corazón de Edmundo D´amicis. Fue el primer libro en el que descubrí otros mundos.
43- Me acuerdo que también me presentaba a todas las señoritas que atendía las tienditas de tolerancia donde se ponía contento con unos litros.
44- Me acuerdo de la escuelita amarilla a los 10 años y el parquecito detrás de la iglesia donde se juntaban a fumar marihuana los ladrones de la colonia.
45- Me acuerdo de la primera vez que me asaltaron en una camioneta 103.
46- Me acuerdo de MC Hammer y su forma de bailar U can´t touch this y a Tecnotronic.
47- Me acuerdo de Sinead O´connor cantando Nothing Compares, y el romance de una noche con una supuesta prima en no sé que grado consanguíneo.
48- Me acuerdo de una madrugada formado en el instituto Adolfo V. Hall y a un chico que le rompí la nariz en filas.
49- Me acuerdo de la poesía oscura de beber por primera vez.
50- Me acuerdo de la turbulencia de los once años.
51- Me acuerdo de un hombre que cruzó de una torre a otra del Geminis 10, caminando sobre una cuerda y sólo con la ayuda de una vara.
52- Me acuerdo del primer concierto de Bohemia y que llevaba sin darme cuenta una chumpa negra de los New Kids On the Block.
53- Me acuerdo de la primera vez que fumé marihuana en la casa del Unicornio y que nos pusimos a leer koanes.
54- Me acuerdo del Informe Pelicano con Julia Roberts que la vimos con un cuate en el cine las Américas, donde también vi Un Mundo Perfecto interpretado por Kevin Costner.
55- Me acuerdo de Simón Pedroza prestándome el Never Mind de Nirvana allá por el 92.
56- Me acuerdo de los malos poemas que escribía tan bien y con mucha confianza.
57- Me acuerdo de la incógnita de Dream World de Julio Calvo y su amigo Avendaño con una barba de abuelo y los ojos más turbios que nunca.
58- Me acuerdo del mejor café con leche que he probado en mi vida en el Café Oro oyendo Mazzy Star sentado a la mesa con Omar y Giovanni Pinzón hablando de cosas geniales.
59- Me acuerdo de la primera vez que me emborraché y desperté de pronto en los brazos de una brasileña que me llevo, días después a la vuelta de su casa en la cañada en su carrito blanco y se desnudo para mí.
60- Me acuerdo del cometa Halley a los diez años y el rumor que dejó cuando se alejó su cola brillante.
61- Me acuerdo del Darío queriendo romper los vidrios de la caseta.
62- Me acuerdo de Javier Payeras saliendo entre las sillas de el fondo de cultura económica con un monologo tan ininteligible para mi, en la entrega del libro de Julio Calvo, que diez años después todavía le pregunté que qué quiso decir al citar a Macdonalds a la par del Espíritu Santo. (aunque a estas alturas es una buena broma ya)
63- Me acuerdo de los Heroes del Silencio en la Plaza de toros y el lodo hasta las rodillas.
64- Me acuerdo de mi hermana Claudia bebiéndose mi botella de vino una noche de fin de año en Panajachel.
65- Me acuerdo de los amaneceres en Panajachel y el sol de las tres de la tarde en que me tiré a una lancha llena de coreanos y no les entendía nada.
66- Me acuerdo de una chica que conocí en el Burger King y se hizo mi novia en una noche mientras hablábamos, alternativamente, del Salmo 91 y de Herman Hesse.
67- Me acuerdo de la primera agencia de publicidad en al que trabajé sin haber cumplido los 17 años y que las secretarias llegaban a preguntarme cómo se redactaba una carta y yo les inventaba frases.
68- Me acuerdo del parque San Sebastián y el bautizo que nos hicieron la vez que llegamos con el Rafa.
69- Me acuerdo de toda una noche jalando cocaína y hablando de nuestra vida con aquel cuate que le llamábamos El Abuelo y cantaba muy bien New York de Frank Sinatra.
70- Me acuerdo de una mañana que amaneció lloviendo ceniza.
71- Me acuerdo de la primera vez que vi como mataban a alguien a una cuadra de distancia.
72- Me acuerdo de una chica que tenía un delfín en la cintura, por la espalda y, la cola, se le veía salir del pantalón.
73- Me acuerdo del sol a los veinte años.
74- Me acuerdo que empuje a mi madre a recibir a Portillo en un puente en la zona 5 a unas horas de que ganara las elecciones.
75- Me acuerdo de los tamales de mi abuela.
76- Me acuerdo de la primera vez que oí Black de Pearl Jam
77- Me acuerdo de la muerte de mi abuela, de su tumba grande y de sus hijos peleados.
78- Me acuerdo de Quincy´s y las hamburguesas napolitanas.
79- Me acuerdo de un amigo pasando entre toda la gente con una botella de vino unas horas antes de la firma de la paz.
80- Me acuerdo de una mujer que vi meterse en la boca doce puros y fumarlos al mismo tiempo conjurando el amor de una mujer.
81- Me acuerdo que nunca he apostado en serio por dinero.
82- Me acuerdo de un cuartito de hotel en antigua que costaba 50 quetzales la noche.
83- Me acuerdo de una vez que vi pasar a Vinicio Cerezo en un Mercedez beige.
84- Me acuerdo de la mañana que me llevaron a conocer el basurero de la zona 3 y me pareció algo realmente surrealista.
85- Me acuerdo de los pirujos con frijoles que nos daban en la Casa del Niño No.4 y que jamás volví a saborear.
86- Me acuerdo de los medios días hablando con mi padre, después de tanto alejamiento.
87- Me acuerdo que con Ludwin, un amigo de sexto grado, quisimos hacer pólvora con elementos tan básicos como el azufre de una cueva, aluminio de una mesa vieja y oxido de unas baterías.
88- Me acuerdo que yo creía firmemente en que algún día iba a volar o a mover cosas con la mente.
89- Me acuerdo que creía que tenía telepatía y podía decirle cosas a mi novia mientras estaba dormida.
90- Me acuerdo que era un chico tan malo que chantajeaba a un amigo que todavía me lo recuerda y además es mi amigo.
91- Me acuerdo que maté un gato por saber si de verdad siempre caían en cuatro patas.
92- Me acuerdo que me gustaba desarmar todo.
93- Me acuerdo que me gustaba jugar ajedrez.
94- Me acuerdo que una amiga se acordaba de mi cuando sonaba en la radio Peces e Iguanas.
95- Me acuerdo de Jackas en MTV las mañanas de los domingos.
96- Me acuerdo de un programa de radio en el que decían que el sueño no existe.
97- Me acuerdo de los matones de la clase y de que jugaban cincos todavía.
98- Me acuerdo de Paris era una Fiesta, de Hemingway.
99- Me acuerdo de mi mismo mirando al vacio, ebrio, sostenido de un puente.
100- Me acuerdo todavía ahora...


martes, 2 de marzo de 2010

TECOLOTE RAMIREZ AMAYA VIENDO EL PAJARO SOBREVIVIENTE



Conocer al maestro Arnoldo Ramírez Amaya fue una revelación. El artista, el ser humano, el grandioso solitario armado de una pluma, tinta y una hoja de papel.
En esta ocasión me lo presentó, ya formalmente, mi gran amigo Dorian Lima. Quedamos de juntarnos en el restaurante La Mezquita. Llegó con una camisa verde, sonriente, acompañado de su nueva familia. Me pareció interesante la forma en la que pidió su almuerzo. Optó por pedir un consomé y unos espárragos con crema para picar. No sin antes, ordenar una michelada, con dos onzas de tequila. Lo que más resalta de su figura es su cabeza brillante y una mirada como que bailara sobre los objetos observados. Recordé los ojos de sus dibujos. Son los ojos de sí mismo. Toda su pintura se basa en la libertad del trazo y en un encuentro consigo mismo. El Tecolote, como lo llaman sus amigos más cercanos, ya tiene una leyenda tras de sí.
Unos comensales lo saludan desde una mesa en el centro, y sin problemas, se levanta y va a devolverles el saludo. Supe que dos de sus hijos viven en Suiza. Supe que vivió en Francia, y cumplió treinta años en Paris.
Es un verdadero personaje muy conocido por sus excesos, por su talento, por la forma extravagante de una vida con mucho de todo. No es un secreto para nadie luego de que publicaran El Pájaro Sobreviviente. El misterio verdadero radica en sus dibujos. Y esto es lo que me interesa narrarles. Llegamos a su casa. Al encender las luces nos dejo hurgar entre sus dibujos. En la sala había un murciélago que me sorprendió tratando de encontrarle el principio de su propio enredo, líneas de tinta continuas y manchones involuntarios para entregarnos un Jabalí iracundo batiéndose en la noche y contra la noche de una hoja de papel. El busto de una paloma de monte bellamente enmarcada. Un lujo de composiciones.
Tomábamos un buen vino español, sardina con tomate, cebolla picada y unas tortillas con queso derretido al estilo nicaragüense. El maestro se miraba feliz en su casa. Nos contó de los años viviendo en hoteles, y, que gracias a su mujer, ahora puede sentirse más a gusto en una casa propia. Dorian, amigo de de esos años de hoteles y conga, recuerda todo al verlo por la televisión. Mi busqueda de la persona de Ramírez Amaya fue por una entrevista en la que el contaba que García Márquez lo visitaba en la montaña, luego por el libro que le prologó Sobre la Libertad, el Dictador y sus Perros Fieles. La suerte grande de haber viajado por Costa Rica, Inglaterra, Paris y México y llevar consigo unicamente la buena estrella de haber vivido la luz y las tinieblas para dibujar una zoología lírica e imposible de pasar por alto.
Vimos el documental de su vida. El Pajaro Sobreviviente o la Inmortalidad del Tecolote. No me quiero extender mucho ahora. Esto, es solamente el comienzo de una semblanza de un personaje insólito, que sin embargo, se le salieron las lágrimas al oise él mismo en el documental, hablando de como su madre le había enseñado a dibujar en el suelo con palitos.

Fotografia: diario la Hora.

El Pajaro Sobreviviente en YouTube.com.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...