lunes, 7 de diciembre de 2009

COLECTIVO ULTRAVIOLETA/PROGRESO


Las exposiciones de UltraVioleta son lo máximo hasta ahora. Estuve en la presentación de fotografía a la par del cine Lux y me encantaron las horchatas con Quezalteca, las fotos de Byron Mármol y atómica música de unos extraterrestres vestidos con púas de estrellas muertas.
Ahora en el Centro Español, fue más sobrio. Progreso. Vino tinto. Un texto monumental en el se indaga en una realidad por medio de la luz, el tiempo, y la perspectiva desde una cámara fotográfica sostenida por un sujeto. Flash!. Ahí está la devastación de la industria, y al final, un cementerio sin memorias ni un solo vestigio del saqueo. Contaminación visual. En una sala hay un profeta luciferino que predice el presente. TRANSA/AVANZA. Las luces se activan alternativamente y los focos proyectan un mensaje. Al lado un Aleph. Un agujero por donde todos nos detenemos a ver el mundo.





- Y vos que viste.
- Yo vi un hormiguero, un hámster corriendo en una rueda, y a los del Congreso peleando con vasos de agua entre sus curules.
- Vos, yo vi un anuncio de cómo adelgazar y a un tipo le crecía la panza y luego se adelgazaba, también el mar.
- Es una representación del cuento de Borges, El Aleph –le digo.

En la otra sala, un circulo de fuego proyectado. Da mucho calor al sólo sentirlo en las pupilas.

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Artistas: Máximo González, Rodrigo Pereda, Andrea Mármol, Lourdes de la Riva y Caito Sánchez.

-foto: “Myra Hindley”, una de la obras de Andrea Mármol, de la serie “Asesinas seriales”.

viernes, 4 de diciembre de 2009

OLEO DE MUJER SOBRE FLORES /LEVES ANOTACIONES SOBRE PINTURA

Ana Patricia ya tiene un rostro.
Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndome al centro del miedoy yo,
que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.
Silvio Rodriguez, Oleo de Mujer con Sombrero.

Mi gusto por la pintura empezo por el año de 1993. Llevaba un diario de sueños desde que leí a Freud y en algunos textos pegaba la foto de una obra de arte. Estaba aprendiendo a ver las cosas con otros ojos, me gustaba descubrir nuevos mundos. Dalí fue uno de mis primeros amores. Sus imagenes surrealistas fueron en otro tiempo mensajes cifrados que se me abrían como sellos místicos y podía resolver mis dudas viendo La Girafa en Llamas o El Gran Masturbador. En una epoca de fin de año precisamente, me iba todas las tardes, desde la 35 avenida de la zona 5, hasta la biblioteca del IGA. Era un lugar maravilloso, íntimo, con olor a libros y el ambiente era iluminado por una luz natural que entraba mesuradamente mientras yo miraba los catálogos completos de la pintura de Joan Miró, Jean Dean y Edward Hopper. Me fascinó su mundo. Puede que mucho de lo que escriba lleve sus manchas azules y rojas, sus imagenes regadas de un mundo impreciso y perfecto. Tuve la gran suerte de encontrar a Picasso y leer sobre su vida. Saber de sus conquistas y darme cuenta de su talento natural para sorprender a la gente con trucos de mago y una sabia observación que por sobre todas las cosas buscaba el otro lado de la verdad. Picasso esta también en mucho de lo que escribo. Creo que nunca estuve tan cerca de la magia como cuendo me abstraía en las contemplaciones infinitas desde Willem de Kooning y Jackson Pollock, las pinturas de Andy Worhol y la belleza caótica de Basquiat. Me fascinaba encontrar en colores la vida y con distorciones cómicas como en el caso de Kandinsky, y formales deconstrucciones en Rothko. Me gustaba observar lo que no entendía en un principio y darme cuenta como mi espiritu lo decodificaba y soñaba con las respuestas de un arte Mondrian tan exquisito como pueda ser la nada llena de una nueva significación humana. A proposito, de visiones de excesos, me gustó Gauguin y Van Gogh.
Pero llegar a Chagall fue por una canción de Silvio Rodriguez. Ahi estaba el libro entero de este pintor frances de descendencia Rusa. Sus mujeres y hombres volando sobre floreros colmados de las más exquisitas flores. Me gusto su mundo inventado. Su pais intimo que me ofrecía un aroma natural de paraiso y ternura. Creo que muchas de las cosas que les he dicho a mis amigas en la cama viene de las imagenes que vi ese fin de año.

martes, 1 de diciembre de 2009

PRIMERO DE DICIEMBRE EN CAMA


Hoy te encontré cubierta con una gruesa colcha afelpada con un dibujo salvaje de un tigre adormilado. En tu pequeña habitación estaba tu padre sentado a los pies de la cama tomándote la presión, tan pensativo que no oyó mi saludo. Tú me respondiste por él, sin ánimo, cansada y profundamente hastiada de lo mismo. Sentí nostalgia e impotencia, y eran sentimientos que en aquella habitación tan pequeña me ahogaban. Tu sobrino jugaba con un carrito de plástico, indiferente a tu drama diario, como yo a veces para no soltar el llanto. Recordé, al ver tu extenuada sonrisa los primeros besos que nos dábamos como locos en las casas de tus amigos. Cada vez que lo recordamos nos reímos siempre, con picardía, con un desenfado muy humano y podíamos sentirnos completos, tomados de las manos, tratando de besarnos como antes.
Muchas veces trate de ser valiente y conversábamos sobre tus complicaciones, y cada vez terminaba sintiéndome ignorante de todo, porque había que vivirlo nena, no era sólo un cuento de esos que yo escribía desde mi máquina con algún lujo burgués, quizás tabaco o café, o algunas veces una copa de vino tinto. No, no era eso, era algo diario con lo que tu debías lidiar, y saber, muchas veces, en realidad tomar al toro de la intolerancia y saborear tu condición con animo de boxeadora que esta a punto de perder la vida entre las cuerdas. Es una lucha real, tu lo sabes, contra la muerte, contra ti misma y contra los demás, y debes sobrevivir, porque por una razón estas respirando en los tiempos libres que te da la vida, y luego el golpe de la campana y se levanta el retador a cualquier hora, y es un peso completo que ya ha botado a todos. Estas en el rin, sólo te falta un asalto, siempre el último, y tú ya has ganado todos, pero el último es el que requiere calma, una paciencia de santo y que ya has practicado en otras ocasiones de la vida, sólo basta tener fe.
Te aconsejaron bajar a comer, y mientras yo siento un hambre de perro de la calle, voz haces tus mismas caras de disgusto y desprecio. Yo no sé que decirte, en realidad comer debería ser tan natural como respirar y no se debería obligar a nadie a respirar a menos que la persona quiera morir asfixiada por si misma; pero tu bajas resignada, pero sin animo, sin hambre de comida, y con unos deseos internos de bienestar total, que sólo puede ser un reflejo del subconsciente.
Sueño que tu vives en otra ciudad, en esa ciudad imaginaria tu ves y no tienes ni diabetes, ni presión alta y además eres feliz. Te lo comento y pensamos en el paraíso, en ese lugar sagrado donde no habrán hambrientos porque no existirá el hambre y donde no habrán ciegos, ni cojos, ni cansados, ni hombres con disnea o afecciones cardiacas, ni reumatismo, ni dolores repentinos, ni lepra, porque no habrá muerte ni enfermedad. Por alguna razón siento ganas de irme, pero ya es muy tarde, así que me quedo oyendo contigo la última película de la noche.

sábado, 28 de noviembre de 2009

ALIMENTO PARA EL OLVIDO


Ni mi muy bien ganada reputación como historiador y tremendo entusiasta de seres imaginarios, podía llegar a imaginar aquella presencia de ese ser demoníaco o celeste, y por lo tanto sólo puedo describirlo sencillamente como un ser legendario, corpulento y desnudo por completo, resoplando de ira contra un árbol en el Jardín Botánico. Era portentoso y no estaba asustado más que por el miedo de vernos diferentes a él. Los ojos bien abiertos adquirían severidad y conocimiento y por ellos podríamos decir que estaba pensando; no así por sus facciones animales que lo separaban completamente al lado de las bestias. Su rostro, de una bestialidad purificada, se dilataba contra la sombra de los eucaliptos del Jardín. Precisamente lo vi cuando bebía en una poza y uno de los niños que habían llegado para que yo les mostrara el lugar, lo señalo con emoción. Saltó como un animal de un lugar a otro y se quedo a lo lejos de la escena. Por eso nos dimos cuenta, nosotros los mayores, que no era un disfraz como había dicho el niño, pero a ellos los sedujo de inmediato la curiosidad.
Ayudado por los padres de familia que habían ido para aquella ocasión, fuimos inventando una buena razón para sacarlos del recinto. Los niños hacían lo imposible por verlo y alguno comenzó la persecución. Fue imposible detener a dos o tres niños que se soltaron del brazo de sus padres y corrieron en dirección al Minotauro. Fue fatal. En menos de tres cornadas ya había matado a uno de los niños, y los otros dos regresaron corriendo, huyendo de la bestia.
El horror se apoderó de los mayores y el llanto salto de todos los niños. Todos salieron corriendo por diferentes direcciones buscando a sus padres y los padres buscando a sus hijos. Algunos en la confusión, tomaban a hijos que no eran de ellos, y había niños que se tiraban a los brazos del primero que los encontraba. Yo me quede de pie viendo al Minotauro bufar con rabia mientras caminaba en dirección a los tres niños muertos. La sangre le escurría de los cuernos y por detrás parecía un demonio rojo. Tomó los tres cuerpecitos y los comenzó a observar tirado entre los árboles. Tenía ojos de ternura aun cuando miraba la sangre de los infantes.
El director de la escuela me vio allí parado y me llamó desde lejos, al otro lado de la baranda. Yo lo vi angustiado y pensé que ya había hecho lo que tenía que hacer como autoridad responsable.
Me senté ahí mismo en un árbol de corteza amarilla, y lo pude ver detenidamente. No me pregunté en ningún momento de donde había salido, creo, que era suficientemente real a los ojos para producir asombro y pánico. Lo importante era que estaba allí y, yo jamás había creído que fuera posible que una bestia mitológica fuera posible. Quizás un Unicornio, pero un Minotauro de ningún modo. Él era un ser condenado a vagar en un laberinto y matar a quien irrumpiera o fuera condenado, tenía que buscarlo por los estrechos callejones y luego matarlo a cornadas o azotes, para luego comerlo por necesidad. Teseo jamás salió del laberinto, pensé, o quizás salió a contar una mentira; como buen lector había notado en la historia cierta arrogancia en el héroe, y valiéndose de un truco tan inaudito, si era posible que la bestia también siguiera la seña. Cuantos textos hay sobre la historia y sobre otras más antiguas que debido a una interpretación falsa cambian plenamente de sentido.
Las pezuñas de sus pies raspaban la tierra y se encaminaban a la poza. Metió la cabeza al agua como lo hace una vaca y la sacudió. Su pelambre ocre se hizo más castaña. Tuve temor de que se enfrentara contra mí. Me miró fijamente y se quedo quieto, como una estatua. Era como si su mirada nos diera la capacidad de ver a través. Me frote los ojos y tuve miedo verdadero, fui corriendo hasta la salida y me salieron al paso dos hombres uniformados con rifles al hombro.
– ¡Allá esta! –Gritaron todos.
– ¡No, no lo maten! –Dije ante todos-. No saben lo que es... ¡Es un minotauro!
Tres disparos acallaron mis palabras. El animal tendido en el suelo, se sostenía el pecho con sus tremendas manos. Luchaba contra la muerte viéndonos a todos sin consuelo. Por fin calló y abruptamente hundió el hocico en el lodo. Trato de levantarse tres veces más y, se oyeron otros tres disparos.
– ¡Ya esta! –Dijo uno de los hombres, dándole vuelta al cuerpo con las dos manos.
La tarde caía como siempre he recordado que caía en mi infancia, llena de luz amarilla y esperanzadora, fugaz. Esperaba junto al Director la llegada de los forenses y otras autoridades responsables. El grupo de niños había dejado todo miedo y rodeaban el cadáver del Minotauro muerto. Lo miraban con curiosidad sin saber aún que era.


2003

martes, 24 de noviembre de 2009

LA ONCEAVA DIMENSION DE LOS LIBROS


Más allá de las fronteras y el quantum de la luz de una estrella a la nada. En el universo infinito de las redes y los megabytes. Hay un mundo aparte donde se escribe toda la historia de la humanidad como una gran novela aleatoria donde confluyen pedazos sueltos de una historia universal. Detrás de un ordenador en España o en Francia, en Italia o en Rusia, hay alguien contándonos una historia o leyendo alternativamente otra historia por medio de un blog o un correo electrónico. Allí en la Hiper-red cibernética y cinética ocurre el milagro de la globalización cultural. Regresando a nuestra isla americana, es emocionante como aparecen espaciadamente mensajes enviados desde algún lugar de Guatemala descodificando una historia y narrándonos en tiempos aparentemente presentes, un fragmento de las mil una noches latinoamericanas. Veo en el catálogo de Blogs-Chapines, el de Juan Pablo Dardon y me parece sorprendente el flujo de anónimos interesados en esa máquina de pensar que les da vuelta en vilo a sus valores y leyes inmutables, el ordenador se incendia y luego se ríe. Veo el blog de Javier Payeras con sus innumerables códices minimalistas que parecen de pronto tan familiares en alguna etapa embrionaria de nuestra psiquis y pronto salta a una fragmentación del pensamiento más elaborado. Julio Serrano y sus propuestas en una cuenta regresiva donde se telegrafían trozos de alguna conversación en el bus o una confidencia en el restaurante, las voces de los recintos urbanos y la concatenación de frases, dichos, milagros y supersticiones que cambian de colores y de música en los oídos de Pablo Bromo y las representaciones cotidianas de Juan Carlos Lemus y los volátiles textos que fluyen en Nada Editores desde una pantalla blanca en plena madrugada. Veo el blog de una mujer que se desnuda y se masturba y pronuncia las mil groserías más liberadoras de su entorno, tiene más de dos meses sin hacer el amor y escribe ese post para terminar de exorcizar su soledad (Diana no sabe que del otro lado de su pantalla hay otra Diana que también se libera con su liberación), pero no vamos a pontificar nada, este es un terreno virgen en el cual confluyen de comentario en comentario las más simples ideas. Para uno el blog es una libreta de apuntes, para otro el lado B de su libro en proceso, para otros la oportunidad de publicar por primera vez y por primera vez ser comentados por alguien de Nepal o de Bahía en Brasil, para otra es nada más una catarsis que con el nombre de Diario de una Ninfomana que logra satisfacer su más genético derecho a ser. Es aún muy temprano para decir algo definitivo, lo cierto es que estos blogs están flotando, junto con otros que aún no conocemos y que también nos identifican y rescatan lo más espontáneo de esa psique nacional que otros van tejiendo y publicando. Este es el blogicidio, un intento de leer textos remotos que serán las bitácoras perdidas en el gran espacio expandible donde un día algún niño del futuro leerá en cuatro dimensiones estos relatos o poemas y se divertirán con el zapping incendiario mientras mira como se empezaron a quemar los libros de papel en la undecima dimensión de estos mundos paralelos.

lester oliveros

14:13pm.

viernes, 20 de noviembre de 2009

IMPROBABLES CONSEJOS PARA VIVIR/


Ejercite el habla: diga lo que siente.
Políticas Modernas /Religión e improbables consejos para vivir.






Fíjese en todo, no deje que los demás le metan el dedo en la boca. Oiga bien, este atento. Por ahí anda mucha gente hablando del Fin del Mundo para que usted les de todo su money sin cuestionar el uso.[1] Mire atentamente, lea todo lo que caiga en sus manos, no se deje de nadie, pero tampoco sea represor. Toque todo lo que pueda, sienta que está vivo, sienta que es una realidad inclemente, métase a los buses y hable con la gente, toque sus ideas como si fueran materialización de un tiempo que merece ser abrazado por los semejantes, ser atendido urgentemente. Huela los olores, sienta que esta viviendo en un universo multiperceptible. Ejercite el habla, diga lo que siente. Ejercite sus manos, salude a su compañero de cola en el Banco, pregúntele cómo está, mírelo a los ojos y reconózcase en él. Ejerza presión, hable de poesía en las municipalidades; invéntese que usted ya conoce el cielo y comparta sus visiones. Déjese llevar y verá que la gente responde al buen humor. Ríase hasta el llanto. Mire, oiga, y no se detenga, saborée sus deseos como si fueran obsesiones íntimas para descubrir la eternidad. Abrace a sus hijos, deles amor, en esta ciudad de soledades hay que levantar una marcha silenciosa de fraternal intimidad. Déjese besar, gustar, abra los ojos a las personas que la aman y la creen única (o único). Compre libros de superación y regáleselos a los empleados del Gobierno, lea un poema al día de un buen autor desconocido. Trate de salir de noche y caminar por su colonia sin ver más que las constelaciones. Haga todos los días lo que más le gusta, y si quiere compártalo al final de su vida. Haga algo que nunca se haya atrevido a hacer. Tal vez sería bueno que saliera al campo, o que visitara un sanatorio, un orfanato, tal vez un hospital; algunos con sólo salir al jardín y saludar a su vecino podrían tener una epifanía. Si ha odiado, ame, eso es diferente. Visite una iglesia pero no se quede por años. Si ha llorado mucho, ríase de una buena vez de la melancolía. Deje de ver el noticiario. Ore de vez en cuando pero no se lo cuente a nadie, Dios es un Dios secreto y sabe huir de los labios. Si usted ha leído con desesperación los diarios nacionales, si usted es una persona cansada de ésta historia de sangre, odio, egoísmos, prisas, estrés, asaltos, fraudes, asesinatos, robos, crímenes de amor, puñales, soledad, locura insana, ignorancia, racismo, discriminación, desaliento, y todo el desfile indigno, si usted es un ciudadano que lo único que quiere es progresar, superarse, salir adelante, cumplir su sueño, llegar a ser alguien, si usted, amigo, todavía esta leyendo es porque merece saber una verdad insospechada: va a tener que inventarse un país para usted sólo. Un país nada más para usted con sus propias leyes y sus propios habitantes. Porque a todo lugar a donde vaya lo seguirá su historia personal, no la de otro, sino la suya. Y le van a preguntar por su país. Algunos dirán que está en llamas, otros dirán que no saben nada de él. Pero hay quienes hablan de su país de ficción y todos los países de ficción le deben mucho a la literatura. Comparto con muchos amigos la visión de una Guatemala nacida del Popol-Wuj donde lo mágico es real. Mucha gente viaja con dos países en su maleta, el que quisieran tener y el que tienen, y saben que es mejor hablar de un país mítico y futuro, de un país mental, porque a fin de cuentas, como dijeron alguna vez los Siux, la patria se lleva en la mente.

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[1] Es curioso que la religión moderna tenga una relación directa con las políticas modernas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

PERSEPOLIS Y MARJAN LA NUEVA PROFETA SIN PATRIA




Marjan Satrapi es una mujer iraní, y además el personaje central de esta película a la que no llegué tarde, sino en el momento oportuno pues el tiempo para mi no existe de una forma lineal. Fue presentada en el año 2007 y fue nominada a mejor película de animación en el año 2008. Compitió contra Ratatouille y Surf`s up. Y me parece sospechoso el hecho de que haya ganado una película que cuenta la historia desabrida de una rata cocinera. Ayer vi por fin Persepolis. La biografia traspuesta de una mujer que sin duda es un icono de su tierra y un profeta sin patria. Marjan trabajo con sus recuerdos una historieta que no esta dirigida precisamente a los niños, sino a un publico universal; a raíz de esto aceptó el consejo de David B para narrar su historia en comics. Así nació el libro Persepolis, por el cual le cerraron las puertas de su propio país. La profeta sin patria, entonces, ayudada por su memoria y Vincent Paronnaud empezó a crear las animaciones para llevar Persepolis al cine. Pude ver el preciosismo con el que se hizo una película que podría hacernos pensar que fue tan fácil. Desde los animadores, hasta el que puso el sonido de cada elemento en pantalla era un grupo comprometido con narrar una historia intima que debía conocer el mundo. Para un latinoamericano no es difícil identificarse con esas escenas de racismo y dominación, aún para un africano o un vietnamita la historia se carga de significantes. Pero la mujer detrás de esta obra es el mayor milagro. La profeta utiliza, en vez de bloques de piedra para grabar mandamientos, papel , tinta y un código que todos conocemos muy bien, el humor, el cinismo, y las nuevas tecnologías de la liberación.
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martes, 17 de noviembre de 2009

UN VOLKSWAGEN EN MEDIO DE UNA MUJER


Cuando uno goza su nostalgia tiende a convivir con la tristeza de una forma muy grata. La felicidad entonces hace posibles las apreciaciones de una realidad subjetiva que es en sí el único universo verdadero del que depende un escritor. Mi universo es la melancolía sagrada. Puedo vivir por mucho tiempo sintiendo unos deseos infinitos de llorar, puedo sobrevivir a la más terrible agonía y soy en si, un sobreviviente de hondas depresiones. Pero cuando una felicidad completa me sobreviene sé, que por muchas razones, es algo momentáneo que debo de vivir plenamente. El sábado, fuimos invitados por Dorian Lima, uno de nuestros mejores amigos, a Santo Domingo El Cerro, un terreno lleno de arte. Desde la puerta se pueden ver las mujeres monumentales de Efraín Recinos, con sus cabellos dinámicos y sus piernas cosmopolitas de mujeres de mundo. Ahí, frente a los pájaros bajo la lluvia esta el Volkswagen que el maestro Efraín manejó mientras se construía con sus planos el gran Teatro Nacional. El Volkswagen aún conserva la elegancia de su color original y alguien con mucha imaginación puede ver a una de sus mujeres tratando de parecer invisible y sensual sentada al frente. Abrimos una botella de vino blanco con el temor inocente de quien se salta la barda de un terreno prohibido. Wendy sonreía y su sonrisa me contaminaba. Supe, en el curso de nuestra conversación que el experimentado Dorian era amigo de mi tío Oscar Oliveros y de mi papá. Recuerdo que le dije que me llevaba de maravilla con ellos. Que pequeño es el mundo, dijo Dorian y, me contó algunas anécdotas de mis tíos. Mirábamos como iba volcándose el sol frente a las nubes y la música de Mazzy Star sonaba por algún lugar indivisible. La música era lenta y melosa, como el vino, como las boquitas de manía con caramelo, como los murales de Recinos y el tecolote de bronce de Ramírez Amaya, como las invenciones del Colectivo La Torana y los jaguares constelares de Goyri, el pequeño cuadro de la reproducción onírica de Elmar Rojas y las grandes transparencias del amor en los insectos vivientes de esa inolvidable región de lo increíble. Pero la noche no termino ahí.
Pero la noche nunca terminó. Desde el cerro pudimos ver las luces de Antigua. Fuimos eternizados además con el teléfono celular de Dorian y ahora hay fotos para la posteridad. Trabajé un poema al ver el carro alzado del maestro Recinos. Se los confío acá:


Desnuda con la nada, me cantas letra a letra una oración pajarera, con alas fuego, con celos azules naves, mi adorada esta al final de la escalera, su belleza total es lo que todavía resplandece en sus manos, una mariposa negra que aletea, las horas sostenidas en la otra, y lo que ha muerto de tu cuerpo de polen desvanecido, un racimo de corazones latiendo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA NOVELA-PEZ HASTA LA COSTA/ ANOTACIONES SOBRE EL VIEJO Y EL MAR DE HEMINGWAY


Este libro último de Ernest Hemingway no deja de sorprenderme, aún en la mala traducción de José Agustín de Editores Mexicanos Unidos. Ahora en esta última lectura he encontrado que todo el libro es un manual hermético sobre los pasos y trucos para escribir una novela. La maravilla de su ficción es hacernos creer que es una sencilla historia sobre el heroísmo humano y la resistencia del hombre contra la adversidad. Pero, según mi interpretación, es la fiesta de un escritor al haber encontrado su tema y hacer con todos los trucos que conoce, y los que va inventando, una transpolación maravillosa donde sucede, paso por paso, el descubrimiento y el goce de la escritura. Se ha dicho ya tanto, y mejor, sobre este libro, que yo sólo puedo referirme a el, como un texto perfectamente escrito. Algo perfecto es cuando no falta ni sobra nada. Cada palabra pareciera estar predestinada, cada coma, cada serie de palabras haciendo una frase, dando en la totalidad de un párrafo la sensación de perfección poética y métrica inalterable. Eso, para mí, es la virtud de Hemingway.
Existe un texto, y me encantó, del colombiano, y ahora premio Nobel, García Márquez que se llama 90 días tras la Cortina de Hierro, que mantiene la misma tensión e ilusión de ser algo perfectamente terminado. Esto de escribir esta cada vez más alejado del mirar con los ojos. El mar de Hemingway es un delirio de todos los mares que conoció. Llegó a Cuba por la pesca mayor, un deporte al que le dedicó mucho de su tiempo, como se lo había dedicado ya a la caza en África.
Fidel Castro le ganó una competencia de pesca a Hemingway, creo que por eso nunca fueron muy buenos amigos, aunque Fidel siempre leyó El viejo y el mar después de sus trabajos de oficina. Pero Ernest vivía, y ya todo el mundo lo sabe, a quince kilómetros de la Habana en Finca Vigía. En alguna nota de prensa, leí que un día encontraron un ahogado en el tanque de agua potable de la finca. Los Hemingway sólo dijeron, que nunca notaron nada, talvez sólo que el agua se iba volviendo cada vez más dulce.
Que Hemingway era un grandioso boxeador, nadie lo cree, pero sobre su vocación para beber, nadie lo duda, ni siquiera los que no lo conocimos en persona. Le gustaban los mojitos de la Bodeguita del Medio, y sus daiquiris en el Floridita. La última novela que leí de el, fue Islas en el Golfo, novela además publicada mucho después de su muerte, y en ella narra las conversaciones en el Floridita y los personajes inolvidables que tuvieron el gusto de beberse un trago a nombre de la vida, luego de un buen día de trabajo.
Regresando al Viejo y la Mar (como debía haberse escrito) el sabio Hemingway admiró siempre a los animales. Desde leones africanos, bisontes, carneros, gatos formidables, hasta toros de lidia y peces espada inconcebibles. En su novela didáctica Muerte en la Tarde escribe extensamente sobre la nobleza de los toros de lidia, una raza aparte de animales sumamente poderosos. Me gusta cuando describe estos animales de una fuerza descomunal, finos y violentos, pero nobles con una fidelidad divina y, de cómo pueden volverse indomables en la arena, pero pueden caminar como perros fieles a la par de quien los cuido desde pequeños. Me muestra desde esas páginas a esos vivos y salvajes toros de lidia, lo mismo que ahora me describe a ese pez infinito y enigmático, pero lo construye a base de vivencias propias transpuestas en sus trucos de buen mago. Alguna vez dijo que los adjetivos matan la buena prosa, porque se vuelven rancios, y hay que construir ladrillo sobre ladrillo para que los lectores vivan todo como si estuvieran a unos pasos.
El Viejo y el Mar es un libro inevitable. Tarde o temprano Hemingway escribiría sobre ello; había buscado en cada deporte como canalizar toda esa dinámica. Lo mismo hizo con las apuestas a los caballos; también en los velódromos de Bicicletas, en los safaris a África y en las cumbres de los Alpes donde esquiaba, y luego, finalmente en Cuba donde se encuentra con el mar y la pesca mayor. Conoce muy bien el mar, su textura, colores a distintas horas del día, su magnetismo y la fabula de Moby Dick regresa de otra forma. Melville hubiera disfrutado de la lectura del Viejo y el Mar. Pero sigue siendo algo inconcebible y, por lo tanto, el mejor tema para un escritor de ficción. Me gustan las analogías, Paris era una Fiesta es también El Viejo y el Mar. Es la misma pelea, los mismos trucos. A eso quiero llegar, a explicar esta trasmutación que para el escritor amateur pueda pasar inadvertida. Esta obra es una transpolación de un hombre que sin ninguna cautela buscó escribir la mejor historia posible, como buen artista logró lo que pudo y, se quedo inconforme, con los deseos de llevar hasta la playa, entero, ese gran pez, que es la novela total, la novela-pez hasta la costa.

viernes, 13 de noviembre de 2009

XOCOMIL DEL SIGLO/ATITLAN




La última vez que me sumergí en el lago de Atitlán fue para el feriado de Semana Santa del 2008. Estábamos hospedados muy cerca de la playa y, por alguna razón, le dije a Wendy que me iba a dar una ducha. Media hora después estaba cubierto de una alergia extraterrestre, que se me notaba a pesar de mi piel oscura. Pero cuando estaba dentro del agua pude ver el alga y era precisamente la que usaban los vendedores de pupos para decorar peceras en el mercado del Guarda. El lago había cambiado de color y pude verlo desde la lancha que nos llevaba a Santiago. En todo el camino fui viendo el desastre en que se había convertido el turismo de nacionales y extranjeros. Había desde botellas de agua pura y vasos plásticos, hasta cajetillas de cigarros y peces muertos mutilados por las aspas de las lanchas. En ese momento supe que el lago estaba agonizando. Me encontré en San Pedro con Giovanni Pinzón y me comentó sobre la alarma de las llamaradas que estaban a punto de quemar el centro del lago, me habló de los esfuerzos de ciertas organizaciones minoritarias que se dedicaban a recolectar la basura y de algunos voluntarios extranjeros que ya en ese entonces estaban alarmados por el cambio de color de las montañas y el cielo. Estábamos sentados cerca de un muelle y pude ver las nubes amarillas y los volcanes rojos, el agua verde pardo y el cielo en llamas.
Ya no he vuelto a ir.
Creo que mandé un par de correos a Greenpeace y otro a algunos amigos ecologistas, también una nota a Madre Selva. Felicité el gran reportaje que hicieron Harris Whitbeck y Ana Carlos.
En el lago esta alguna memoria de mi infancia. Puedo recordar el camino a Santiago en compañía de la abuela Greis, la carretera donde la Rubulí era un tren de gran velocidad haciendo girones los paisajes inmediatos de gente cargada de arboles cortados en trocitos y mujeres veloces que no alcanzaban a decirnos adios. El gran Cerro de Oro, y luego, las márgenes vírgenes transparentes y divinas donde nacía para mi la vida y el misterio. Espero que la imagen que vea del lago, la próxima vez sea nueva. Los Tzutuhiles ven esta formación del lago como un mensaje del xocomil del siglo. Se acerca el verdadero viento.
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Pieza de Benvenuto Chavajay

jueves, 12 de noviembre de 2009

EXPLICACIONES MAS BIEN CONFUSAS SOBRE UN WEEKEND EN GUATEMALA


A Juan Esteban Furlan, por los flashbacks de su amistad.


Al entrar a su cuarto pude ver el animalario. Perritos schnauzer saltando de la cama al suelo en una mágica urgencia. Iba a enseñarle a Dominique un texto de mi blog, pero no soporte el impulso, la terrible necesidad de tirarme a la cama y jugar con aquellos perritos que parecían extrañamente tan amigables. Luego, ella oía el poema sentada a la par mía mientras le daba cariño a su perro Pascal (un dachshund con el pelo canela). Dominique se dio cuenta que me gustaban los animales y me llevó a conocer a uno de sus proyectos. Era una perrita blanca recostada en una caja, recuperándose de un accidente. Según me contó, una vecina la había aventado con su carro y le había quebrado la columna, ella la tomó, la llevó al veterinario y, le hizo un lugar en el cuarto de servicio. Además merodeaba por toda su casa otra perrita de la calle con rastros de sarna cicatrizada por los medicamentos.

Su casa, en la zona 15, era amplia, ordenada y con olor a navidad. Todo esto no es extraño para ella, que parece tan cómoda con el olor a navidad todo el año y en beber vodka Absolut en tazas azules sin mezclarlo con nada. Nos acomodamos en un ala de la casa con una bonita mesa de madera en un espacio techado al aire libre desde donde vimos, unas horas después, el amanecer. Me pareció una orgia de la naturaleza cuando el sol nos reveló en ese lugar, con la amistad y otra botella de ron de caña. Dos amigos habían terminado en la sala durmiendo la siesta mientras nosotros platicábamos de todo lo que no tenemos tiempo para hablar entre semana. Les conté de las velas y el violín del día viernes, les conté de lo sorprendente de la poesía de Carmen Lucia, de la fascinante imaginación de Julio Serrano, de la cadencia con que Salinas leyó sus poemas y de los evolucionados textos de Bromo. Les hablé de las calles de la zona uno, de mi habitación embrujada donde otro escribe lo que yo corrijo a mano, de mi casa grande que son los libros, de la maravilla de tener amigos aunque pase el tiempo. Luis Morales, brillante actor y gran amigo, cínico e incondicional militante de la juerga, me preparó otro vodka y brindamos por el amanecer desde la terraza. Sentía una nostalgia espesa como una felicidad incompleta. Todo se resolvió camino a Antigua en la camioneta negra de Dominique. Tomamos cervezas frías en el camino y cantamos I got a felling de los Black Eyed Peas, fumamos en Antigua y luego almorzamos en una casa que Iko conocía muy bien por sus comidas típicas y familiares. Todo fue perfecto, hasta el regreso a la ciudad.
Esa noche, como a las siete y media, mataron a un amigo nuestro de la forma más perversa, sólo nos quedamos callados ante la noticia, oyendo que nos oían, que cualquiera podría oírnos decir algo. La madrugada del lunes llovía ciegamente sobre la calle y lavaba la sangre de todas las victimas del fin de semana.
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Pintura de Salvador Dalí.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...