viernes, 20 de noviembre de 2009

IMPROBABLES CONSEJOS PARA VIVIR/


Ejercite el habla: diga lo que siente.
Políticas Modernas /Religión e improbables consejos para vivir.






Fíjese en todo, no deje que los demás le metan el dedo en la boca. Oiga bien, este atento. Por ahí anda mucha gente hablando del Fin del Mundo para que usted les de todo su money sin cuestionar el uso.[1] Mire atentamente, lea todo lo que caiga en sus manos, no se deje de nadie, pero tampoco sea represor. Toque todo lo que pueda, sienta que está vivo, sienta que es una realidad inclemente, métase a los buses y hable con la gente, toque sus ideas como si fueran materialización de un tiempo que merece ser abrazado por los semejantes, ser atendido urgentemente. Huela los olores, sienta que esta viviendo en un universo multiperceptible. Ejercite el habla, diga lo que siente. Ejercite sus manos, salude a su compañero de cola en el Banco, pregúntele cómo está, mírelo a los ojos y reconózcase en él. Ejerza presión, hable de poesía en las municipalidades; invéntese que usted ya conoce el cielo y comparta sus visiones. Déjese llevar y verá que la gente responde al buen humor. Ríase hasta el llanto. Mire, oiga, y no se detenga, saborée sus deseos como si fueran obsesiones íntimas para descubrir la eternidad. Abrace a sus hijos, deles amor, en esta ciudad de soledades hay que levantar una marcha silenciosa de fraternal intimidad. Déjese besar, gustar, abra los ojos a las personas que la aman y la creen única (o único). Compre libros de superación y regáleselos a los empleados del Gobierno, lea un poema al día de un buen autor desconocido. Trate de salir de noche y caminar por su colonia sin ver más que las constelaciones. Haga todos los días lo que más le gusta, y si quiere compártalo al final de su vida. Haga algo que nunca se haya atrevido a hacer. Tal vez sería bueno que saliera al campo, o que visitara un sanatorio, un orfanato, tal vez un hospital; algunos con sólo salir al jardín y saludar a su vecino podrían tener una epifanía. Si ha odiado, ame, eso es diferente. Visite una iglesia pero no se quede por años. Si ha llorado mucho, ríase de una buena vez de la melancolía. Deje de ver el noticiario. Ore de vez en cuando pero no se lo cuente a nadie, Dios es un Dios secreto y sabe huir de los labios. Si usted ha leído con desesperación los diarios nacionales, si usted es una persona cansada de ésta historia de sangre, odio, egoísmos, prisas, estrés, asaltos, fraudes, asesinatos, robos, crímenes de amor, puñales, soledad, locura insana, ignorancia, racismo, discriminación, desaliento, y todo el desfile indigno, si usted es un ciudadano que lo único que quiere es progresar, superarse, salir adelante, cumplir su sueño, llegar a ser alguien, si usted, amigo, todavía esta leyendo es porque merece saber una verdad insospechada: va a tener que inventarse un país para usted sólo. Un país nada más para usted con sus propias leyes y sus propios habitantes. Porque a todo lugar a donde vaya lo seguirá su historia personal, no la de otro, sino la suya. Y le van a preguntar por su país. Algunos dirán que está en llamas, otros dirán que no saben nada de él. Pero hay quienes hablan de su país de ficción y todos los países de ficción le deben mucho a la literatura. Comparto con muchos amigos la visión de una Guatemala nacida del Popol-Wuj donde lo mágico es real. Mucha gente viaja con dos países en su maleta, el que quisieran tener y el que tienen, y saben que es mejor hablar de un país mítico y futuro, de un país mental, porque a fin de cuentas, como dijeron alguna vez los Siux, la patria se lleva en la mente.

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[1] Es curioso que la religión moderna tenga una relación directa con las políticas modernas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

PERSEPOLIS Y MARJAN LA NUEVA PROFETA SIN PATRIA




Marjan Satrapi es una mujer iraní, y además el personaje central de esta película a la que no llegué tarde, sino en el momento oportuno pues el tiempo para mi no existe de una forma lineal. Fue presentada en el año 2007 y fue nominada a mejor película de animación en el año 2008. Compitió contra Ratatouille y Surf`s up. Y me parece sospechoso el hecho de que haya ganado una película que cuenta la historia desabrida de una rata cocinera. Ayer vi por fin Persepolis. La biografia traspuesta de una mujer que sin duda es un icono de su tierra y un profeta sin patria. Marjan trabajo con sus recuerdos una historieta que no esta dirigida precisamente a los niños, sino a un publico universal; a raíz de esto aceptó el consejo de David B para narrar su historia en comics. Así nació el libro Persepolis, por el cual le cerraron las puertas de su propio país. La profeta sin patria, entonces, ayudada por su memoria y Vincent Paronnaud empezó a crear las animaciones para llevar Persepolis al cine. Pude ver el preciosismo con el que se hizo una película que podría hacernos pensar que fue tan fácil. Desde los animadores, hasta el que puso el sonido de cada elemento en pantalla era un grupo comprometido con narrar una historia intima que debía conocer el mundo. Para un latinoamericano no es difícil identificarse con esas escenas de racismo y dominación, aún para un africano o un vietnamita la historia se carga de significantes. Pero la mujer detrás de esta obra es el mayor milagro. La profeta utiliza, en vez de bloques de piedra para grabar mandamientos, papel , tinta y un código que todos conocemos muy bien, el humor, el cinismo, y las nuevas tecnologías de la liberación.
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martes, 17 de noviembre de 2009

UN VOLKSWAGEN EN MEDIO DE UNA MUJER


Cuando uno goza su nostalgia tiende a convivir con la tristeza de una forma muy grata. La felicidad entonces hace posibles las apreciaciones de una realidad subjetiva que es en sí el único universo verdadero del que depende un escritor. Mi universo es la melancolía sagrada. Puedo vivir por mucho tiempo sintiendo unos deseos infinitos de llorar, puedo sobrevivir a la más terrible agonía y soy en si, un sobreviviente de hondas depresiones. Pero cuando una felicidad completa me sobreviene sé, que por muchas razones, es algo momentáneo que debo de vivir plenamente. El sábado, fuimos invitados por Dorian Lima, uno de nuestros mejores amigos, a Santo Domingo El Cerro, un terreno lleno de arte. Desde la puerta se pueden ver las mujeres monumentales de Efraín Recinos, con sus cabellos dinámicos y sus piernas cosmopolitas de mujeres de mundo. Ahí, frente a los pájaros bajo la lluvia esta el Volkswagen que el maestro Efraín manejó mientras se construía con sus planos el gran Teatro Nacional. El Volkswagen aún conserva la elegancia de su color original y alguien con mucha imaginación puede ver a una de sus mujeres tratando de parecer invisible y sensual sentada al frente. Abrimos una botella de vino blanco con el temor inocente de quien se salta la barda de un terreno prohibido. Wendy sonreía y su sonrisa me contaminaba. Supe, en el curso de nuestra conversación que el experimentado Dorian era amigo de mi tío Oscar Oliveros y de mi papá. Recuerdo que le dije que me llevaba de maravilla con ellos. Que pequeño es el mundo, dijo Dorian y, me contó algunas anécdotas de mis tíos. Mirábamos como iba volcándose el sol frente a las nubes y la música de Mazzy Star sonaba por algún lugar indivisible. La música era lenta y melosa, como el vino, como las boquitas de manía con caramelo, como los murales de Recinos y el tecolote de bronce de Ramírez Amaya, como las invenciones del Colectivo La Torana y los jaguares constelares de Goyri, el pequeño cuadro de la reproducción onírica de Elmar Rojas y las grandes transparencias del amor en los insectos vivientes de esa inolvidable región de lo increíble. Pero la noche no termino ahí.
Pero la noche nunca terminó. Desde el cerro pudimos ver las luces de Antigua. Fuimos eternizados además con el teléfono celular de Dorian y ahora hay fotos para la posteridad. Trabajé un poema al ver el carro alzado del maestro Recinos. Se los confío acá:


Desnuda con la nada, me cantas letra a letra una oración pajarera, con alas fuego, con celos azules naves, mi adorada esta al final de la escalera, su belleza total es lo que todavía resplandece en sus manos, una mariposa negra que aletea, las horas sostenidas en la otra, y lo que ha muerto de tu cuerpo de polen desvanecido, un racimo de corazones latiendo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA NOVELA-PEZ HASTA LA COSTA/ ANOTACIONES SOBRE EL VIEJO Y EL MAR DE HEMINGWAY


Este libro último de Ernest Hemingway no deja de sorprenderme, aún en la mala traducción de José Agustín de Editores Mexicanos Unidos. Ahora en esta última lectura he encontrado que todo el libro es un manual hermético sobre los pasos y trucos para escribir una novela. La maravilla de su ficción es hacernos creer que es una sencilla historia sobre el heroísmo humano y la resistencia del hombre contra la adversidad. Pero, según mi interpretación, es la fiesta de un escritor al haber encontrado su tema y hacer con todos los trucos que conoce, y los que va inventando, una transpolación maravillosa donde sucede, paso por paso, el descubrimiento y el goce de la escritura. Se ha dicho ya tanto, y mejor, sobre este libro, que yo sólo puedo referirme a el, como un texto perfectamente escrito. Algo perfecto es cuando no falta ni sobra nada. Cada palabra pareciera estar predestinada, cada coma, cada serie de palabras haciendo una frase, dando en la totalidad de un párrafo la sensación de perfección poética y métrica inalterable. Eso, para mí, es la virtud de Hemingway.
Existe un texto, y me encantó, del colombiano, y ahora premio Nobel, García Márquez que se llama 90 días tras la Cortina de Hierro, que mantiene la misma tensión e ilusión de ser algo perfectamente terminado. Esto de escribir esta cada vez más alejado del mirar con los ojos. El mar de Hemingway es un delirio de todos los mares que conoció. Llegó a Cuba por la pesca mayor, un deporte al que le dedicó mucho de su tiempo, como se lo había dedicado ya a la caza en África.
Fidel Castro le ganó una competencia de pesca a Hemingway, creo que por eso nunca fueron muy buenos amigos, aunque Fidel siempre leyó El viejo y el mar después de sus trabajos de oficina. Pero Ernest vivía, y ya todo el mundo lo sabe, a quince kilómetros de la Habana en Finca Vigía. En alguna nota de prensa, leí que un día encontraron un ahogado en el tanque de agua potable de la finca. Los Hemingway sólo dijeron, que nunca notaron nada, talvez sólo que el agua se iba volviendo cada vez más dulce.
Que Hemingway era un grandioso boxeador, nadie lo cree, pero sobre su vocación para beber, nadie lo duda, ni siquiera los que no lo conocimos en persona. Le gustaban los mojitos de la Bodeguita del Medio, y sus daiquiris en el Floridita. La última novela que leí de el, fue Islas en el Golfo, novela además publicada mucho después de su muerte, y en ella narra las conversaciones en el Floridita y los personajes inolvidables que tuvieron el gusto de beberse un trago a nombre de la vida, luego de un buen día de trabajo.
Regresando al Viejo y la Mar (como debía haberse escrito) el sabio Hemingway admiró siempre a los animales. Desde leones africanos, bisontes, carneros, gatos formidables, hasta toros de lidia y peces espada inconcebibles. En su novela didáctica Muerte en la Tarde escribe extensamente sobre la nobleza de los toros de lidia, una raza aparte de animales sumamente poderosos. Me gusta cuando describe estos animales de una fuerza descomunal, finos y violentos, pero nobles con una fidelidad divina y, de cómo pueden volverse indomables en la arena, pero pueden caminar como perros fieles a la par de quien los cuido desde pequeños. Me muestra desde esas páginas a esos vivos y salvajes toros de lidia, lo mismo que ahora me describe a ese pez infinito y enigmático, pero lo construye a base de vivencias propias transpuestas en sus trucos de buen mago. Alguna vez dijo que los adjetivos matan la buena prosa, porque se vuelven rancios, y hay que construir ladrillo sobre ladrillo para que los lectores vivan todo como si estuvieran a unos pasos.
El Viejo y el Mar es un libro inevitable. Tarde o temprano Hemingway escribiría sobre ello; había buscado en cada deporte como canalizar toda esa dinámica. Lo mismo hizo con las apuestas a los caballos; también en los velódromos de Bicicletas, en los safaris a África y en las cumbres de los Alpes donde esquiaba, y luego, finalmente en Cuba donde se encuentra con el mar y la pesca mayor. Conoce muy bien el mar, su textura, colores a distintas horas del día, su magnetismo y la fabula de Moby Dick regresa de otra forma. Melville hubiera disfrutado de la lectura del Viejo y el Mar. Pero sigue siendo algo inconcebible y, por lo tanto, el mejor tema para un escritor de ficción. Me gustan las analogías, Paris era una Fiesta es también El Viejo y el Mar. Es la misma pelea, los mismos trucos. A eso quiero llegar, a explicar esta trasmutación que para el escritor amateur pueda pasar inadvertida. Esta obra es una transpolación de un hombre que sin ninguna cautela buscó escribir la mejor historia posible, como buen artista logró lo que pudo y, se quedo inconforme, con los deseos de llevar hasta la playa, entero, ese gran pez, que es la novela total, la novela-pez hasta la costa.

viernes, 13 de noviembre de 2009

XOCOMIL DEL SIGLO/ATITLAN




La última vez que me sumergí en el lago de Atitlán fue para el feriado de Semana Santa del 2008. Estábamos hospedados muy cerca de la playa y, por alguna razón, le dije a Wendy que me iba a dar una ducha. Media hora después estaba cubierto de una alergia extraterrestre, que se me notaba a pesar de mi piel oscura. Pero cuando estaba dentro del agua pude ver el alga y era precisamente la que usaban los vendedores de pupos para decorar peceras en el mercado del Guarda. El lago había cambiado de color y pude verlo desde la lancha que nos llevaba a Santiago. En todo el camino fui viendo el desastre en que se había convertido el turismo de nacionales y extranjeros. Había desde botellas de agua pura y vasos plásticos, hasta cajetillas de cigarros y peces muertos mutilados por las aspas de las lanchas. En ese momento supe que el lago estaba agonizando. Me encontré en San Pedro con Giovanni Pinzón y me comentó sobre la alarma de las llamaradas que estaban a punto de quemar el centro del lago, me habló de los esfuerzos de ciertas organizaciones minoritarias que se dedicaban a recolectar la basura y de algunos voluntarios extranjeros que ya en ese entonces estaban alarmados por el cambio de color de las montañas y el cielo. Estábamos sentados cerca de un muelle y pude ver las nubes amarillas y los volcanes rojos, el agua verde pardo y el cielo en llamas.
Ya no he vuelto a ir.
Creo que mandé un par de correos a Greenpeace y otro a algunos amigos ecologistas, también una nota a Madre Selva. Felicité el gran reportaje que hicieron Harris Whitbeck y Ana Carlos.
En el lago esta alguna memoria de mi infancia. Puedo recordar el camino a Santiago en compañía de la abuela Greis, la carretera donde la Rubulí era un tren de gran velocidad haciendo girones los paisajes inmediatos de gente cargada de arboles cortados en trocitos y mujeres veloces que no alcanzaban a decirnos adios. El gran Cerro de Oro, y luego, las márgenes vírgenes transparentes y divinas donde nacía para mi la vida y el misterio. Espero que la imagen que vea del lago, la próxima vez sea nueva. Los Tzutuhiles ven esta formación del lago como un mensaje del xocomil del siglo. Se acerca el verdadero viento.
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Pieza de Benvenuto Chavajay

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...