sábado, 10 de julio de 2010

APOCALIPSIS NOW (LECTURA EL 14 DE JULIO)



Para algunos el Apocalipsis ya fue.

El desastre ya esta aquí. Incubado en la rutina. Sediento de más de lo mismo. Felices los autómatas que no tienen conciencia, los que matan por inercia y hasta sin darse cuenta. Bienaventurados los que no creen en nadie y nadie cree en ellos, serán los asesinos a sueldo los que vuelvan del pecado más grande una virtud de pocos. Cuando el fuego queme las manos de los millonarios las multitudes van a ser las brazas. La ciudad será una ruina, pero el alma y la sangre siempre mancharan las calles con poesía y cuchillos, con balazos anónimos y gritos de mujeres y niños, y suspiros de hombres desencantados con ganas de hacer justicia desde un pulpito. Palparan en el silencio el frio de los muertos que respiran lejos de su cuerpo, doblemente muertos en la risa de los continentes donde no llegaran las noticias de este pueblo. Hay quienes profetizan un paraíso cibernético, esos son los imaginarios, los que abrazaran la muerte mucho antes que caiga la primera bomba del futuro. Somos como la multitud, somos como mucha gente reunida, somos como tanta humanidad reunida en ciudades monstruosas donde abunda el espacio y no sobra el tiempo, seremos más, esa es la consigna del apocalipsis, seremos tantos que el semen de uno se multiplicará hasta el limite imaginado, seremos muchos, muchísimos tantos que la conciencia de todos será como la imaginación de la perversión. Los niños del Armagedon crecerán con la vergüenza y la oscuridad de una historia primitiva, de cavernas a media luz donde los clérigos pederastas les daban ostias a las niñas desnudas. La historia decadente de esa cueva a media luz donde unos seres tristes armaban carabinas para matar a sus hermanos en la oscuridad más cruel y precisa de los tiempos sin compañía.

jueves, 1 de julio de 2010

PAULO COELHO FASHION


Paulo Coelho es un escritor ligth. Alguien que me quiere un poquitito me dijo que lo había visto fashion con un chaqueta negra promocionando MNG y, playeras que llevarían impresas sus frases más importantes. Tiene el porte, la publicidad y el marketing de su lado. Es brasileño pero en el fondo pareciera de acá. Lo que sé es lo poco que he leído al respecto. En el 2003 leí el alquimista. Fue un libro que no me emocionó tanto. Desde muy pequeño tuve la fiebre de que los metales se podían trasmutar en oro, y creí firmemente en la telepatía, la telequinesis y en el poder de las palabras. Había leído sobre Paracelso e incluso había curioseado en libros de magia negra que resultaban ser charlatanerías de gente que lo único que imaginaban como magia era el dinero fácil. Incluso, encontré en una librería de libros usados un librito que forré de rojo, en el cual habían tantos consejos para volverse rico con sólo el poder de la mente y la repetición de mantras que le intereso tanto a mi maestra de 2do. básico que me lo pidió prestado para siempre. Me gustó la forma sencilla en la que estaba escrita la novela, pero me gustó más el final. Hasta que una amiga me prestó los tres tomos gigantes de Las Mil y Una Noches y encontré la historia original del sueño del tesoro que remataba el libro del ilustre Coelho. Y entonces, terminé de exiliarlo al sótano de los escritores de Best Sellers comerciales, donde de seguro se encontró con Isabel Allende, J.K. Rowling y con Stephenie Meyer. Pero el talento de Coelho es de un orden más bien paternal. Muchas mujeres, a través del mundo se han sentido atraídas por este personaje de 63 años con cara de aprendiz de mago. He visto fotos de mujeres árabes exaltadas con un libro del escritor en sus manos en colas enormes en librerías para que el autor les dedique un autógrafo. Sus personajes mal delineados no son tan poderosos como las ideas renovadas que da extractadas de la Biblia, el Ramayana o cuentos fantásticos de Las Mil y Una Noches traducidas al presente. Sin embargo Paulo, era un verdadero personaje en la adolescencia, un muchacho inquieto enrolado en la onda de los 60s con un estilo de vida gitano. Por alguna razón aceptó la invitación de alguien para recorrer el Camino de Santiago y ahí lo tenemos, relatando después el Diario de un Mago. Así es la vida.

sábado, 26 de junio de 2010

PATRIA PARALELA (VER)-BOS FUTUROS)


Oye, hijo mío, el silencio.
Es un silencio ondulado,
un silencio, donde resbalan valles y ecos
y que inclinan las frentes hacia el suelo.
El Silencio, García Lorca


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Todo resulta del comentario del Vicepresidente de la república de algún país análogo a este, puede que paralelamente hayamos escuchado sus adjetivos por radio o televisión: un pueblo hipócrita, mentiroso y corrupto, y se seguía escuchando a cerca el ruido de los automóviles, las balaceras, las manos deteniendo el trafico, las maras, los linchamientos, el hambre y las ganas de matar, pero bajo todo esto, la fiesta musical de voces transformado esos adjetivos malditos en verbos futuros, puedo oírlos, puedo gritar a través de los conductos de cada palabra pvc como si fueran acueductos que van a un lugar que conozco muy bien, desde esta patria paralela puedo transformar los morfemas tradicionales y darles un valor infinito, entre la danza, la música la poesía, la arquitectura, el arte conceptual, la narrativa, el buen periodismo, las entrevistas a personajes sin voz, van aleándose miles de elementos metales y líquidos para sostener esta ciudad sobre la nada. Desde que me he comprometido un poco más este año en eventos culturales veo esa manifestación de voces que comentan y llevan la voz fuera de esta ciudad a través de aviones barcos o trenes automóviles y cruzan fronteras para contar la Guatemala que no se ve en CNN. Hasta ahora he visto surgir una fiesta cultural en Guatemala como no se había dado antes, el panorama en cartelera es buena muestra, el panorama en las carteleras nacionales es una buena muestra. Se oye por las calles el rumor de nuevos surgimientos editoriales y libros publicados y gente joven comentando cada publicación, y cada publicación es una fiesta. La otra vez me aparecí en unan presentación de Monstruos y el lugar resultaba insuficiente por la gran cantidad de gente que surgía por todos lados como si fuera una invasión postmoderna para poner a funcionar máquinas del tiempo. Como ejemplo eso y la afluencia a la bienal, el Juanio, y las múltiples actividades que han desarrollado Catafixia y Vuelta de Gato ediciones, sin contar las de editoriales ya establecidas en el medio y cocteles en Ultravioleta. Esta fiesta esta solo comenzando, esta apertura mental y espiritual, rítmica y modulada por las últimas tendencias pre-apocalípticas va a ir en aumento, el siglo XXI será un portal de nuevas oportunidades y clausura de los viejos patrones de consumo.
MARTES 26 DE JUNIO
GRAN HOTEL
MANUEL TZOC
LEONEL JURACAN
MARIANO CANTORAL
LESTER OLIVEROS
7:00PM

jueves, 24 de junio de 2010

BREVE COMENTARIO SOBRE CAJA NEGRA XX 2012 DE ALAN MILLS


La historia de Guatemala no es más que un fragmento,
un fractal, una afilada brizna de la bola de cristal incandescente
que es nuestro mundo y su modernidad.

Pictún, Los Superdemokraticos, Alan Mills
Usan la mentira para comunicarse
y desconocen el valor de decir
las cosas como realmente son.

Caja Negra XX 2012



II
Uno de los primeros que me menciono el año 2012 fue Alan. Me habló de su novela en el Pasaje Aycinena mientras tomábamos unos vasos de cerveza Gallo. Me regaló como diez hojas de su novela, y era una prosa cuidada con brillantes verbos y pequeñas galaxias girando en todo un hábitat multidimensional, donde habría la posibilidad que la realidad se diera vuelta sobre si misma como en un espejo aleatorio que continuara una imagen hasta el infinito volviéndola ilusoria. Tengo en mis manos la caja negra de ese viaje. Intuyo las posibilidades inmediatas para que Alan rescatara de la nostalgia los trazos más nebulosos de su novela perdida en el disco duro de su laptop. Recuerdo que nos manteníamos en contacto por esa temporada que Alan escribía desde Brasil. Me contaba algunos detalles, consejos certeros para la vida y varias recomendaciones literarias. Fue por ese tiempo que descubrió la cristobalita y se entretenía buscando aleaciones para conformar un territorio-rompecabezas donde abundaban las tiernas luces hacia una verdad imaginada por todas las mentiras de la Historia oficial latinoamericana. He leído ya tres veces su libro y es como de arena, lo que queda de él es simplemente la sensación del vacio entre los dedos de las manos, o como si fueras en avión viendo el lago desde el cielo.

I
Los primeros poetas de esta tierra fueron las aves. El sonido nació debajo de las piedras hasta el polvo cósmico. Fueron los ruidos de la evolución los que le enseñaron el habla al hombre en la era musical, cuando había tanto silencio que cualquier sonido de hojas cayendo se podía oír al otro lado del mundo. Ese dictado me vino en sueños completo la semana pasada. Me levante escribiendo como si al escribirlo estuviera botando telarañas. Pude ver el poder de la sabia en el agua y la bendición de las lluvias de arena que volverían a fecundar los sueños muertos. Este pobre idioma podría volverse contra mi y por eso estudio otros. Generaciones gritaron sus nombres para aparecer en libros sagrados. El verbo en el principio y desde el principio levanto la tierra como un Atlas formidable, como la imagen antigua de tres tortugas sosteniendo esta costra de piedra donde hacíamos la guerra por aburrimiento. Hay, digo yo, libros que levantan esta placa tectónica y vomitan lava también y elevan su polvorín de imaginación futura. Hablo de voces no de hombres. En este tiempo movible y redondo. En un país que es la concatenación global de otros. Asentado en este idioma que nos hace reír por lo difícil que nos pone volver los adjetivos, todos los adjetivos de este paisaje deplorable, volverlos de una vez y para siempre verbos sostenibles, acciones elaboradas, verbos luminosos que sostengan con sus hojitas blancas tatuadas de glifos los nuevos pasos de los que aún no nacen.

martes, 22 de junio de 2010

EJERCICIOS DE LA MEMORIA


Bueno, la verdad es que en mi vida había imaginado ser militar. La idea fue de mi papá. Y aunque en el año 2007 tuvimos por fin una serie de conversaciones formales sobre todos esos años, se me olvidó preguntarle que lo había motivado a entusiasmarme por todo un año para que estudiara como nunca, para entrar a una de las preliminares escuelas politécnicas del país. Recuerdo aquel año como uno de los mejores, pero por el acercamiento que tuve con mi papá que me enseñó desde matemática, ciencias naturales, ciencias sociales hasta política guatemalteca básica, revisando el pensum de exámenes obligatorios para ingresar como aspirante a caballero cadete.
Cuando llegué por primera vez al campus del Instituto Adolfo V. Hall Central, que recuerdo de una forma muy difusa, me fijé en la fachada de sus oficinas al estilo norteamericano del oeste. Dos altos pinos donde colgaba una gruesa cuerda que meses después comprobé su dificultad al subir brazada a brazada hasta besar el nudo sujeto a un tubo de metal sostenido de las ramas más altas. El patio principal comunicaba a otro, donde recuerdo una caseta donde vendían sodas, galletas y panes con jamón, y desde ahí se apreciaban las aulas de los nuevos, como nos llamaban a los de primer ingreso. Al fondo, detrás de los baños y la peluquería estaba el polígono. Era un área igual a un campo de futbol completamente de terracería en la que para algunos eventos, o talleres de tiro, se llenaba de cascabillos. Pero además era, y fue por unos fines de semana, uno de los teatros más terribles de entrenamiento o castigo. Algunas tardes, según el ánimo del sargento de batallón, nos enfilaban a todos los nuevos, divididos por aulas, para entretenerse en vernos a mas de 400 aspirantes a cadetes subir y bajar sincronizados a la orden de ¡a tierra! y ¡firmes!. En la primera media hora los que tenían menos condición física iban descompasando. En una hora, los desacompasados terminaban en un grupo aparte comandados por algún cabo dragon que les daba un trato especial, gritándoles “puta mucha, yo que ustedes mañana ya no vengo” “y por qué quieren sufrir pues… ahorita mismo estarían disfrutando de una su coca cola en su casita viendo tele”, luego, siempre era al más sofocado, el que estaba ya con los ojos desentonados y que ya no podía seguir, le ordenaban pararse en un hormiguero, lo veían retorcerse con todas las hormigas trepándole por las botas y anclarse en sus piernas por montones hasta que el muchacho terminaba pidiendo perdón, clemencia, llorando por su mamá.
Efectivamente algunos ya no regresaban. Otros éramos masoquistas. Nos dieron el birrete un 3 de Marzo del año 1991. Mi número de antigüedad era 199, estaba en la mitad de todos los 400, que habían sido seleccionados de casi 3000 muchachos que habían llegado de colegios de renombre y escuelitas marginales como la mía. Muchos con papas coroneles o, toda una casta de tíos tenientes o primos traumados desde los siete años con el sueño de la Escuela Politécnica. ¿Qué hacia yo ahí? Inmediatamente pensé en sobrevivir a los castigos, era necesario sobrevivir a como diera lugar entre todo un batallón de muchachos de segundo año con la consigna de vengarse con los nuevos de lo que a ellos les hicieron los de tercero cuarto y quinto. Sobreviví los primeros meses. En el aula, pequeño ecosistema, coexistía una paradoja: estaba el número uno de la promoción, un tal Martínez Martínez y el último de la promoción, el famoso Vásquez, que una vez le escribió en un papel a un Sargento “que tenía dientes de tractor”, y por él nos llevaron al polígono a sudar lodo. Me divertía mucho este Vásquez, era el único que no se tomaba en serio ser militar; contaba chistes en los tiempos libres y casi que ignoraba al número uno que se perdía entre libros haciendo planas de caligrafía. Al número uno lo adoptó el sargento de batallón, que para su mala o buena suerte, era también el número uno. Así fue como perdió el respeto de todos, además de ganar la reserva de muchos que ya no comentaban nada delante de el.
Llegó el medio año en medio de castigos todos los fines de semana. Llegaba a mi casa tan cansado que si tenía que hacer deberes los ignoraba, cenaba y me dormía tan profundamente como no lo he hecho nunca. Mi carácter cambio al darme cuenta que si podría soportar todo en cuando a castigos físicos pero estaba, desde el principio, carente de disciplina académica para mantenerme al ritmo. Imagino que fue el resultado de una mala planificación por parte del que me había inducido a estudiar ahí, y terminara viendo como mi mamá corría en contra tiempos a pagarme la mensualidad a ultima hora. Me retiré. El día que mi abuela me dijo que si quería seguir ella terminaría pagando la matricula, me dolió algo en el interior que lo rechace dignamente y creo que fue la mejor decisión, porque no sé qué hubiera pensado después al verme en un lugar donde realmente nunca había, ni remotamente querido estar.
Imagino ahora los botones del uniforme de diario lustrados con la pasta Brasso. Las botas lustradas con saliva y algodón con pasta KIWI hasta dejarlos puro charol. Oír a los maniáticos de quinto año, con sus charreteras de bronce con fusiles cruzados, gritar desde el medio del campo “¡aspirante a caballero cadete!” con el sueño de la Escuela Politécnica. Me da risa. Años después comentamos esto mismo con Giovanni Pinzón que también vivió esa pesadilla y nos reíamos sentados bajo un pino gigante en la terraza del Café Oro.
Dos décadas después, agradezco al destino no haber seguido el falso sueño de mi papá. Leyendo La Ciudad y los Perros de Mario Vargas Llosa me sentí de nuevo sobreviviente.


Lester Giovanni Oliveros Ramírez
Junio 2010
fotografía de Jean-Marie Simon
Hora de inicio: El miércoles, 23 de junio de 2010 a las 19:00Hora de finalización:
El Viernes, 23 de julio de 2010 a las 19:00Lugar:
(Ex) Céntrico. 7ª avenida 12-32, zona 1.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...