martes, 20 de abril de 2010

PROLOGO ALTERNO AL LIBRO ESCRIBIENDO CON TOURETTE DE RENATO BIANCHI


Breve reseña y presentación de
Escribiendo con Tourette
Prólogo al libro de Renato Biachi.

La risa. No sé en que momento el hombre se rio por primera vez, pero debió ser algo por la palabra. El código de Hammurabí fue necesario supongo, junto con el conocimiento de los sonidos para dar a luz un significado. El juego verbal, gran invento de los dioses niños que fueron llamados poetas. Empiezo con eso este breve prólogo: la risa y el juego en la escritura de Renato Bianchi con ayuda de la editorial Palo de Hormigo dieron a luz Escribiendo con Tourette, un libro que se parece mucho a un disco y un disco que se parece más a un libro; ustedes entenderán al tenerlo en sus manos. Es una miscelánea de narrativa y poesía girando en un libro entretenido por su parecido también con una caja de Pandora. Algunos títulos tienen nombres de canciones, y en la portada esta escrito, y no es broma “Parental Advisory Explicit Writing”. Recuerdo ya hace un tiempo, la explosión de textos como el Libro Negro de Estuardo Prado, con títulos escandalosos en aquel entonces: El Mundo Visto desde el Hoyo del Culo, o Epifania Travestí, aunque tengo que anotar que el libro de Bianchi si bien hace mención de lo escatológico, la ironía, la irreverencia y el sarcasmo, también es un libro con un sutil contenido de ternura y visiones infantiles, es decir en Bianchi abunda el buen humor. Me gustaría comentar por ejemplo que en el libro de Renato esta uno de los más bellos poemas hacía la vagina. Un divertimento como el de querer escribir el sentido de la vida y dejar la hoja en blanco. Un texto a una ex –novia, con media página de una sola palabra repetida: puta.
La música es el feeling. Recuerdo que hace rato leí por ahí, que Carlos Fuentes escribió Tierra Nostra con un solo dedo y con los Beatles a todo volumen. Pablo Bromo escribió Arbitraria Muchedumbre con una incontenible fiebre musical, una lista de grupos que no cabían en una hoja tamaño carta, grupos tanto ingleses, como norteamericanos, sudamericanos y de una temática bastante punk o progresiva. En Biachí flota el heavy metal, los Beatles, el ambiente se carga con el texto de unos cerdos que entran a comerse a los comensales como esa frase que reza que hay que empezar a contar cuando el hombre muerde al perro y no al revés, es el tiempo presente de las contradicciones al asomarse a la puerta de la calle, o en la incomprensión de la adolescencia cuando no se sabe nada, y con esa ignorancia gentil, graciosa, de ese mundo con menos marketing, de los fluidos de la ingenuidad nacen textos tan espontáneos como los poemas o los cuentos de Renato. Javier Payeras, me dijo alguna vez que me peleara con todo para escribir con convicción, un agente del mal o una frase para tomarla como la mejor de las armas para motivarse a escribir en una ciudad como Guatemala donde una tercera parte de la poblacion lee 2 libros al año, la otra tercera parte carga una Reina Valera bajo el brazo todos los domingos, y un puño de gente imaginaria lee la Prensa Libre y se lo cree todo. ¿Qué motiva a los escritores de ahora a redactar un cuento, a terminar un poema? La misma marginación. Sin embargo eso los salva de la apatía común, sobreviviendo entre la música gringa, los performances europeos y el aburrimiento. En Escribiendo con Tourett, los atrevimientos y ejercicios de rabia o felicidad que se puedan atribuir al libro por lectores promedio, no son plenamente culpa de Bianchi, si podemos catalogar como culpa el poder decir más de trescientas veces puta en una página, o contar sin reservas una escena en un motel, todo depende del cristal con que se lea. Imagino que Escribiendo con Tourett encontrara su público, por que además la obra de Renato Bianchi, es lo que se oye en la calle, lo que se imagina el guatemalteco, es innegable que alguien no imagine en el futuro ciudades Tourett de clase media desahogándose de la perturbación del entorno; pero al mismo tiempo, toda la felicidad aséptica no es suficiente sólo para unos cuantos, cuando todos los demás braman bajo las llantas. La risa, el juego, sólo es un recurso que hace digerible esa realidad alterna. Breth Easton Ellis escribió American Psycho para no matar a nadie, lo mismo hizo Palaniuk con Fight Club, la literatura en todo caso es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio, el real o imaginario. Como invita el libro en su primera página, el prólogo lo puedes escribir tu mismo.

Escribiendo con Tourette
Editorial Palo de Hormigo
Renato Bianchi
Sera nuevamente presentado el día 6 de Mayo/2010
por Mariano Cantoral y Léster Oliveros (lector del Marquez de Sade y de Bocaccio)

miércoles, 14 de abril de 2010

POEMA DE VIAJE


A vos, guatenauta.

...ella es como una hebra de algodon en el tejido del mundo
un rayito de agua brillante que mana cada mañana del pozo del sol
una mujer con un solo arete y voluntad vejetal
es calle y avenida y cada piedra de su cuerpo
piedra del mundo y polvo del cielo
ojos brillantes sin metáfora
y boca morena geométrica en su cuerpo
cifra de mi deseo en el espejo del agua
donde se pierde la luna y la estrella
girando en una noche de una sola vez como un tren en marcha
entre montañas valles treboles
en el silencio de no saber donde poner los pasos...

sábado 10/04/2010

jueves, 8 de abril de 2010

PUBLICARON UN TEXTO DE PROSA POETICA MIA EN LA REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

**Pueden pasar a traer un ejemplar completamente gratis al edificio de rectoria y ademas, la edición es bellisima.
Saludos.

UN PAIS DE UN SOLO HABITANTE ES LA HABITACION PROPIA



Un país de un solo habitante era el cuarto de Emilio Carlo. Se había vuelto loco. Pero no tan loco como para dejarse morir de hambre. Salía siempre de noche a pedir a la calle monedas y virtudes. Su locura consistía en perderse en la contemplación de fotografías de su novia que había muerto hacia un año en un accidente en automóvil. Recordaba todas las noches el olor de su palabras al oido. Ella sabía que se iba a morir a los veintitrés. Sabía que no pasaría de los veintitrés y sin embargo vivía como si no lo supiera. Le celebraron su cumpleaños veintitrés y Emilio le regaló un ramo de rosas en botón que se fueron abriendo con forme llegaba la media noche. Nunca pudieron casarse. El fin de semana, en un viaje a Antigua, el automóvil fue empujado por una camioneta sin frenos y perdió la vida sin nadie familiar. Una llamada por la madrugada se oyó fatídica. A Emilio le habló el padre, serio, contenido y frio. Al oír la noticia tiró el teléfono al suelo gritando. Nada se pudo hacer después, más que velar hasta el otro día. Esa misma mañana, Emilio ya llevaba los ojos entornados. La madre de Eva Mártir, lo consolaba y pensaba que estaba con esa mirada perdida por el desvelo. Lo llevaron a su casa de huéspedes después del entierro. Llorando se fue a su cuarto sin decirles adiós. Los padres de Eva Mártir se preocuparon cuando supieron que ya no regresó a la universidad y se le miraba bebiendo en cantinas y en muy malas compañías. Pero no hicieron nada. La hija ya estaba descansando y no habría que seguir con la idea de que el muchacho era algo de ellos. A lo mucho le guardaron un buen recuerdo.
Nadie vio cuando en una madrugada vomito sangre. Hablo con una sombra y le confeso su nueva filosofía. Nadie quiso voltearlo a ver y darse cuenta que era ya una sombra de si mismo. Era cuando lo declararon loco los vecinos y los niños. Y salía solo de noche para regresar de madrugada. De noche puedo verla, les decía a los extraños. Puede que fuera cierto que en su delirio conviviera todas las noches con su novia Eva Mártir. Lo que me enteré mucho después fue que había resuelto morir por ella y terminar perdido y verdaderamente loco a los pies de su tumba. Pero no fue así. Se enamoró una madrugada del horizonte y persiguió el final hasta que llego al Distrito Federal en México. Se cambio el nombre y llego a ser rico. Otros, dios los tenga en la gloria, murieron por su ejemplo.

lunes, 5 de abril de 2010

PROCESIONES NOCTURNAS



Cada paso es el reflejo de tus pasos. Cierro los ojos y no sirve de nada el miedo. Las sombras son inventadas por el tedio, algo que se crece en los muros del palacio y más allá de la catedral y sus tumbas de mármol. Es el miedo bajo los faroles. No es el amor. No es el cariñito de la piel a la piel por las tardes. Es de noche y lo mismo que asusta, ríe, se burla, se puede sentir el frio y el llanto de un niño abandonado. Alguna mujer sola estira su manta en una de las puertas del palacio y cierra los ojos a la oscuridad. Muchos otros, caminan para el hospital. Otros para el cementerio general. Otros se sientan en la fuente a esperar. El miedo los acosa y los obliga. Roban, matan o se vuelven mentirosos. No inventan más que para aplacar el hambre. El olvido no es más que un sabor amargo. Los ojos pesan a esa hora y se ve venir el primer atraco. Un grito. El corazón que se congela y una mano blanca y leprosa que saca todo lo encuentra con ayuda de otras manos. Los ojos extraviados se cruzan. El hombre mira de frente al hombre y encuentra solo miedo.

miércoles, 31 de marzo de 2010

SIN NOMBRE NI LUGAR








Al principio era la noche, Negra como tinta y sangre coagulada, Sin voces, Sin algún registro sonoro como algún long play en algún tocadiscos universal, En lo negro se oyó como un gesto de la luz, Y uno a uno saboreamos nuestra vos como algo antiguo que más hacia llorar hasta los rios y de los rios al mar, Y las voces que hablaron aquella noche en la potente oscuridad, crearon todo lo que ahora vemos,

lunes, 22 de marzo de 2010

MEGADETH EN LA MEGA FRATER

Se legalizará la marijuana. Se hará popular bailar desnudo en las iglesias. Vamos a ver “evangelistas satanicos” testificandole a la gente. Grupos de homosexuales van a ir por las calles violando gente. Una nueva droga va a provocar que los adolescentes sean más activos sexualmente. Los ecologistas van a estar sujetos a criticas muy fuertes. Tormentas con granizos enormes va a matar a miles de personas y va a causar daños masivos.El dólar se va a colapsar. Va a haber una hambruna muy fuerte en America.
David Wilkerson, sobre las Super Iglesias.

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Cuando leí en facebook: Queremos a Megadeth en la MegaFrater, a parte de retorcerme de la risa, comprobé que no conocía el lugar. Mi alma doble de periodista me torció el brazo para ir el fin de semana. Así que, cuaderno de nota en mano, me encaminé a la MegaFrater el domingo 21. Preguntando en las camionetas de la calzada Roosevelt hasta una de Peronia. Llegué. Ahí estaba, y se podía ver desde lejos salir la ostra gigante de techo gris. Al llegar me sentí desamparado en la entrada. Pude ver, ya desde ahí la construcción a la mitad, pues la jardinización se veía en sus niveles primarios y los retoques de muros y pilares en espera del cernido final. Aun así era un edificio imponente que en la entrada adornaba una fuente eternamente fluyendo líquido cristalino popularmente llamado agua. En las puertas principales daba la bienvenida un plasma proyectando desde ya lo que sucedía en el escenario. Pude ver a un sujeto alzando las manos en un Hip Hop en regla con la letra góspel. Me pareció desde el principio una imagen Ballardiana, el estar en ese salón parecido a la entrada de un Centro Comercial. Al subir al segundo nivel vi las columnas de concreto armado y al llegar al asiento de lujo comprobé la comodidad de las butacas de cine y la acústica de otro mundo que envolvía todo en un surround celestial. Estaba allí viendo al techo la compleción magistral de ingeniería exactamente a las 10:35. Pude ver las 4 pantallas gigantes cuando subió el predicador, un hombre calvo, de unos 60 años, que hablaba con un característico acento al final de cada oración. Educado y consiente de estar frente, a no menos de 4,000 personas, viéndose pequeño ante el último espectador en la última hilera de asientos del segundo nivel. Pude ver además 6 pantallas plasma, muchos menores, frente al público del primer nivel, bocinas gigantes colgadas del techo con cables acerados que además soportaban también la iluminación de discoteca. Para mi sorpresa el predicador habló de la lectura. Invitó a cada miembro a leer y a memorizar, consiente de la mayoría de personas con un gusto casi nulo por esta práctica subversiva; aun así, dio tips y hasta presentó un video de las nuevas generaciones educadas en su centro de estudios que están practicando la memorización de la Biblia a gran escala.
Fue maravilloso pasar desapercibido mientras tomaba anotaciones, ahí mismo, en el megatemplo que Renato Bianchi soñaba para que cantara a todo pulmón King Diamond y otros imaginaban como el próximo escenario de Megadeth en una alucinación fantástica. Pero les tengo que comentar que el escenario, se tendría que ampliar el triple, que la acústica es muy buena, pero el área de desorden sería imposible por los cientos de butacas que irremediablemente podrían salir volando en un acceso de emoción de alguna fan excitada por las descargas de metal puro mientras otras 50 enseñarían los pechos a Dave Mustaine.
En fin, me pareció un escenario impresionante con sus 113,000 metros cuadrados de construcción. Al final bajé a ver los locales, una librería, cafetería para la gente de servicio, y un área donde vendían desde pizza, hasta tacos de marcas que han ganado la arroba de oro, y pude ver que hasta un Banco muy famoso hay en la entrada para hacer sus depositos de ley como diezmos u ofrendas. Me quedó la sensación de haber estado en un nuevo Centro Comercial.

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Synphony of Destruction

sábado, 20 de marzo de 2010

PSICO-BUS


La intuí en el bus. Callada y por eso, quizás, con una belleza de cuento griego. La imaginé imaginándome imaginarla. No era un simple juego de palabras. Era normal ir en un bus sin saludar a nadie. Viendo como la gente sube y baja, sin decir una palabra. Oyendo el viejo motor y al ayudante perdido es sus gritos y en el ruido caliente de afuera. Sudando. Hablando algo que nunca entendí por el ruido. Pero entre todo, la ventanilla percudida, y los asientos vacios que miraba desde atrás. Iba ella. Conocer a alguien en un bus urbano, ruidoso y románticamente destrozado, en un San Valentine, puede ser tan extraño como buscar el amor en un centro comercial. Imaginé que pensaba lo mismo que yo.
Era la primera vez que iba a Mixco. Había soñado que me encontraba sola en una calle que no conocía y mientras más buscaba la salida del laberinto más me perdía. De sólo pensar en el sueño me entró un miedo conocido, un miedo con el que uno podía lidiar día a día en los buses porque en ese momento podían subir a asaltarlo a uno. Pero a veces era en el momento en el que uno no pensaba en el asalto. Y eso era terrible, porque siempre hay que saber que hacer inmediatamente. Las calles de la calzada no eran muy entretenidas. Entonces lo vi. Mirándome y con una sonrisa desamparada que apenas se le dibujaba en la cara. Puse cara de valiente. Trate de ignorarlo y verme molesta por su persistente mirada, como una subrepticia invitación al amor. Me sentí tonta de pensarlo. Mire la ventanilla sucia y me recordé que de niña dibujaba corazones en las ventanillas y mi mamá celebraba eso para no seguir pensando en la calle inundada por la lluvia. Pero ahora eran más que alucinaciones por el calor. Cada vez sentía más su mirada y pensaba que estaba pensando lo que yo pensaba.
El sol me pegaba en la cara. Era molesto, pero estaba como pegado al asiento. Había pensado en cambiarme de lugar y con algún pretexto preguntarle algo o tratar de empezar una conversación. Hablarle de algo. Pero qué. No se me ocurría nada. ¿Cómo hablarle por primera vez a alguien que uno no conoce? Era absurdo. Me sentía mal al preocuparme por aquello. Pero la seguía viendo. Y conforme la miraba sabía que ella o yo algo diríamos. Pero no decía nada. Era como si en lugar de agradarla la amenazara mi atención. Era estúpido tratar de hablar con alguien de esa forma. Pero ella me gustaba. Si tan sólo me corriera un poco de mi asiento, llamara su atención y le dijera que me agradaba algo de ella. Pero eso además de cursi, era tan gastado. Todo mundo hace eso. Como cuando un señor le pregunta la hora a una mujer que podría ser su hija. Y todo lo demás. Pero además, estaba completamente desorientado por dentro, aunque por fuera ella me viera sonriéndole sutilmente, como si en el fondo no le quisiera hablar, sino inquietarla.
Subió un vendedor. Me agradan esos tipos. Siempre animaba a mi madre a remedarlos. Le salía muy bien. Me gustaba verlos impostar la voz e inventarse un mar de lágrimas para motivar a los pasajeros. Recordé la vez que mi mamá me contó que un señor se hacía pasar por lisiado y luego de que le daban, se bajaba burlándose de todos. Porqué pensaré en eso ahora. Siempre me pregunto porque pienso tanto. Debería comprarle unos dulces de menta al patojo y regarle uno a ese que tanto me mira. Se asustaría. Ya me lo imagino. Pero no. Pensaría mal de mí. Que soy fácil. Mejor miro para la calle.
El chiclero parece cansado. Y yo estoy cansado de tanto vendedor. Y ellos lo dicen. Como si con eso exorcizarán tanto trinquetero que se sube en cada cuadra. Y ellos lo saben. Saben que uno se da cuenta que siempre dicen la misma mentira. Puta, y yo acá sin moverme de este asiento. Y ya voy a llegar a donde bajo. Porqué no puedo decirle que esta linda. Que me hace pensar en que debería ser la princesa de mí barrió. Por qué. Tengo miedo. Tanto miedo, y es un miedo tan parecido al de un asalto. Mejor no pienso en eso, capaz que se suben y acabo de comprar mi celular. Yo a veces recuerdo que las veces que me han robado son por descuido. Tantos lugares que hay en las camionetas para guardar las cosas. Normalmente los sillones están rotos. Pues ahí se podrían meter las cosas mientras aquellos registran al de atrás. Ahora que me acuerdo, me he salvado de varias. Lo único que no me gusta es que las mujeres siempre terminan llorando. Pobrecitas. Ahora que lo digo, tal vez eso es lo que siento por ella, un deseo de acercarme para que no le pase nada. Bueno, en la otra me bajo.
Y si soy yo la que le habló. Pero es que va a pensar que soy puta. Pero a las putas le va bien, como dice mi mamá cuando esta enojada. La verdad, hay ocasiones que me siento tan aburrida, que me gustaría hacer una locura. Que ese muchacho se viniera a sentar a la par mía y me pidiera un beso. Que me jalonee la blusa tratando de buscarme los pechos y me haga sentir algo tan fuerte que olvidemos al brocha mirándonos con una risa de pícaro y al chofer con un cigarrito en la boca, detenidos a media calle sólo por el espectáculo… pero el ya se bajó del bus y yo me bajo en la otra esquina.

jueves, 18 de marzo de 2010

PINBOL POETICO COLECTIVO


La lectura empezó a las 7:30. Ahí estaba Edna Sandoval, que me había pedido leer primero por un compromiso que tenía a las 8:00pm. Iba con un vestido de una pieza que terminaba arriba de la rodilla. Parecía una princesita en una fiesta de gala. Leyó con gracia un solo cuento. Nunca la había oído leer y en ese momento sentí como si el Pen Internacional de New York hubiera bajado del cielo. No es muy normal ver a una escritora leyendo sobre personajes que lleven bolsas Prada. Esa es la marca de Edna, su imagen transpolada en Lucia a través de su blog. El publico, en su mayoría escritores, editores, e invitados, celebraron con un aplauso. Denise Phé Funchal leyó un texto en prosa. Iba vestida con una camisa a cuadros estilo grunge. Luego resonaron los poemas de Mariano Cantoral, con todo el impulso histérico de la postmodernidad.. A Leonel Juracan lo habíamos visto desde el Bar Central, como perdido, como siempre en una arquitectura demasiado rígida, y ahora que leía sus poemas con voz de obsidiana se petrificaba el miedo y surgían las ramas de arboles ensombrecidos y personajes sin rostro. Le llegó el turno a Manuel Tzoc y sacudió con su glamor verbal todas las conciencias en una risa actuada para todos. Lo interesante de Manuel es que iba contando el inicio de cada poema. Hubo un poema que escribió a fin de año. Textos insanos como siempre. Yo leí un texto largo sobre un pedido literario en el que un fantasma nos observa desde el futuro: J.G. Ballard. Luego leyó Karla Perez y Marcia, y también Numan, una amiga interesante que conocimos esa noche. Hubo otra vuelta de lectura en la que Denisse se oyó más en su estilo. Algo que no sabría definir todavía. Manuel leyó con descaro unos poemas donde aparecían condones, tragos de indita y proposiciones infalibles en el carnaval erótico. Por fin, termino la lectura, con un amigo, que ahí mismo, sobre la mesa, había escrito dos poemas breves. La bola acerada del pinbol cayó al vacío.

sábado, 13 de marzo de 2010

DE LA MALA SUERTE/ ENSAYO AL MARTES 16 DE MARZO




Podría bailar entre chayes hasta sangrar/ oír a los Beattles un viernes por la mañana/ emborracharme hasta echarme tierra en la cabeza/ ver algunos murales con verdadera convicción/ acercarme hasta mi victima para oírle el ultimo latido/ llegar descalzo hasta mi victima y olerle el aroma de su sangre/ puedo volver a través del universo/ leer un libro de algún poeta postmoderno imaginado los tiempos de la Conquista/ ella me dice: sólo quiero que me ayudes a olvidarlo y yo presiento que también me iré de la misma forma/ suelo pensar en el vacio y en la nada/ hoy vi el mural dedicado a Rogelia las carpas de cerveza gallo promocionando a Oliverio el puente hacia el olvido más cínico del mundo/ y tu te queres ir a Japón con todos tus amigos oyendo Janis Joplin/ es hermosa la forma en que nos vamos transformando en otros/ la tecnología verbal y ese ruido del Ping Ball/ mis ideas son como esa bolita rebotando hasta ganar puntos siderales/ las palabras entonces se rebelan y golpean como hace un cuarto de hora en que pensaba otra vez en el vacio como poema final.


II

Podría pasar bajo escaleras rompiendo espejos/ podría blasfemar contra los gatos negros mientras los ojos como diamantes difuminados fueran perfectas linternas/ sabría en que momento de las doce en punto salen los muertos transparentados/ tiraría al cielo las cucharas y los tenedores, los cuchillos/ para luego sumergirlos en las pilas antiguas donde mi familia rezaría sin cesar por pura culpa/ culpa tras culpa tras culpa/ robar/ pedir/ robar/ el cielo de los pobres/ la redención azul de las calles rojas/ podría señalar los arcoíris y abrir los ojos de los muertos/ podría y sé que lo haría/ fumar descalzo sobre las tumbas riendo/ saldría bajo la lluvia sin paraguas a poner barquitos en los ríos dorados/ me gustaría sin embargo leerle poemas eróticos a todas las recepcionistas del mundo por sus teléfonos/ amarrarme nudos en los zapatos cuando pase el afilador y escupir al cielo escupir al cielo escupir al cielo...


III
Voy a señalar el arcoíris o la punta de la nariz de un Cristo, voy a cortar las nubes con mis dedos y te llegaré a rogar con los brazos leprosos, voy a conjurar el miedo escribiendo palabras en la arena de una calle, para hacerte volver de madrugada con el sonido lentísimo de las estrellas huyendo, caminando en un solo pie, escribiendo con una sola mano con tinta y papel, dibujando en pedazos de cartón portadas de la Santa Muerte, y me dormiré soñando que despierto y me veo dormido, me veo muerto, me veo perdido, me veo solo, me veo bajo un cielo falso cuadricula, me veo sobre una cama con dos ponchos de lana, me veo con los ojos cerrados y lámpara encendida, me veo con el radio en una sintonía fantástica, me veo celeste a la par de un cuadro de Picasso impreso en vinil, me veo en medio de una habitación intima y perpetua, me veo a oscuras y despierto sufriendo la belleza de la memoria, me veo pintando con oleos mi ventana y crear una estrella amarilla y un árbol quetzal, recitando poemas de Caeiro y sonriendo sólo hasta crear heterónimos de mi mismo con quienes platico sobre el presente, siempre en tiempo presente, siempre en tiempo presente, siempre en tiempo presente…


IV
Un gato negro ronronea a mis espaldas mientras tomo un poco de sal y doy tres saltos hacia adelante, el gato se transforma en superstición, rostros innumerables metidos en un circulo son la imagen del mundo, nacido bajo un mal signo, tras un terremoto, y con unas ganas barbarás de incendiar el mundo a los cinco años, se me atraviesa una pelirroja y despierta en mi un sueño prostíbulo donde lo único que falta es la luz, avanzo a ciegas hacia su danza felina en un viernes trece embriagante y resuelve ser solo un desierto tatuado en una toalla que se desprende del techo, y aparece Jay Hawkins cantando I put a spell on you, y sólo trato de ser feliz, mientras llega la madrugada y acaricio mi pata de conejo.
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Fotografia: Irma Serrano (La Tigresa)
Se dice que hizo un pacto con el diablo, vivia en palacio de rojo y dorado, y además sacrificaba animales en su teatro y se bebia la sangre.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...