lunes, 1 de junio de 2009

ADIVINOS DE CATACLISMOS



1) Una mujer iba y venía por la playa pidiendo una moneda. Tenía frutas y flores impresas en su falda, y una blusa raída. Al llegar a nuestra mesa se quedo oyendo la conversación. Sonrió. Alguno le dio una moneda, otro se disculpo no llevar cobres, otro miraba el mar como si hubiera sido golpeado por una almágana. La señora se quedó oyendo un poco más y viendo las posturas de placidez con que los extranjeros de los puertos miran el mar y son conmovidos por el ruido de las olas y el olor a pez podrido. Cuando pensaba que ya no estaría allí parada, sentí sus manos, dándome un abrazo que yo interprete como esos impulsos maravillosos de la sangre. Le agradecí el abrazo con un vaso de cerveza que apuro inmediatamente. Luego se fue. Me dejo feliz, yo siento que soy caribe.
2) Esa misma noche fuimos a la tienda más sencilla del puerto. Quería conversar con los pescadores. Maya es muy cautelosa. Tiene miedo de lo que no conoce, muy al contrario de mi madre, que le teme más a todo lo que ya conoce bien. Algunas veces el instinto puede más que la razón y siempre es bueno mirar a los ojos a la gente, ahí esta todo. Nos sentamos, como dije, en una mesa de madera. Nos llevaron dos cervezas y nos quedamos cayados oyendo. Un hombre en pantaloncillos, lanchero, hablaba de la tarea nocturna. “No cualquiera puede embarcarse con nosotros, sabe que hasta los hombres más fuertes, yo los he visto, no le miento, se desmallan cuando les pega el sol, porque el único que pega en el mar es el sol y de vez en vez las olas, eso, mire pues, uno cree que el mar es bravo pero el sol mar adentro es peligroso, yo no me recuerdo de la primera vez con una mujer, me recuerdo de mi primera vez en el mar, y eso enoja a la Negra, ella siente celos cada vez que salgo por la mañana, con permiso de usted, disculpe, perdone, regáleme para un mi trago…” Estaba parado delante de mí. Le pedí un su Venado, pero el me dijo que le gustaba más el Predilecto, porqué, saber, pero en eso estaba, en contarnos de sus hazañas en el mar.
“Dios es más grande allá, y más bueno, hay milagros grandes que sólo puede ver uno cuando ya ha estado a punto de morir, seño tómese su cervecita, se le va a calentar, el cielo, qué le contaba, tengo tan mala memoria, ustedes no son de acá, mire tenga cuidado, hay gente mala, somos malos, estamos en los últimos tiempos, ya se acerca el fin, esperemos nada más que la voluntad del de allá (señalo al cielo), si, mire, lo que le hablaba era del mar, y luego del mal, si es como usted dice.”
3) Al regreso, nos venimos oyendo a Chente, Pepe Aguilar, La Paquita la del Barrio, y al Buky. Una señora, con aliento a licor, golpeada de la cara, con raspones en los brazos, se sentó a mi lado. “Usted es jose y ella es Maria, si, yo se lo dije a ella que usted el convenía, que usted la iba a hacer feliz, que usted era para ella, mire, no se preocupe, yo puedo estar tomada pero respeto, usted es la hija de Raquel, yo la conocí cuando era una chiquitilla, que bonita esta, me recuerdo porque a su casa me recomendaron doña Estelita y don Davis…” Con Maya, nos mirábamos sorprendidos de la cantidad de gente profetizando en estados alterados, como si de pronto las líneas de la temporalidad, el efecto del mar, y los destinos se convocaran para hacernos pasar un weekend tan extraño. Tratamos de decirle a la señora que nosotros no éramos los que ella decía, que estaba equivocada, pero ella decía que éramos unos ingratos porque tratabamos de ignorarla. Al principio nos reímos solo nosotros, al tiempo, muchos vecinos de asiento comprendían todo y se reían de nosotros trantando de explicarle a la señora que nunca la habíamos visto en la vida.
4) Maya me dijo, cuando tomabamos té en su casa, que todos ellos, esa gente que tras de uno suplica, son Ángeles que nos guardan. Otras versiones, me dijo, dicen que es Jesús multiplicado, pidiendo, tocando, y buscando. En el espejo del mundo, todos ellos, son afortunados. Por eso hablan de Dios cuando beben. Recorde las palabras de un ebanista "...mire yo que usted sólo me tomo ese y me voy a descansar, uno sabe que esto es malo, uno ya lo sabe, uno sabe que esto mata, uno ya lo sabe, pero lo sabe y uno es necio, usted cree en Dios verdad, pues mire como es la vida, usted debería de cambiar, mire eso cuesta, cuesta mucho pero hay que hacer la lucha porque uno no se da cuenta de nada hasta que se enferma, y es doloroso, como con los niños, a los niños les dicen hace la tarea, portate bien que nada te cuesta, y uno sigue de malcriado, la verdad es que Dios hace milagros y grandes, les voy a contar una vez..." El hombre nos terminó dando un sermón, con el trago en la mano.


*Estoy leyendo Islas en el Golfo, de Hemingway. Parece que es una historia basada en todos los recuerdos de sus años en Paris y Cuba.

jueves, 28 de mayo de 2009

RUIDO DE FONDO (SEMBLANZA Y RESEÑA AL LIBRO DE JAVIER PAYERAS)


Siempre recordaré a Javier Payeras en la entrega del libro de Julio Calvo. Salió de una fila de sillas, porque en realidad, para esa ocasión, nada en aquel salón del Fondo de Cultura Económica era ordinario, los expositores y el mismo autor estaban sentados del lado de los espectadores. Javier empezó un discurso muy fluido con un contenido denso y mundano sobre acontecimientos en la literatura guatemalteca. Me quedó esa imagen rondando, y aún cuando comíamos cangrejo y vino blanco, sabía que esa imagen era de esas que no iba a olvidar nunca porque no había entendido nada de lo que había dicho.
Me alejé un tiempo de todo lo literario, porque francamente creí que podía dejar de leer o escribir, pero no fue así. En ese tiempo me perdí de toda la producción literaria y tan sólo miraba a Maurice Echeverría bebiendo feliz en la misma tiendita de la zona 10 donde yo me emborrachaba todos los fines de semana. Esa vez que vi a Maurice aún llevaba el pelo largo y, no se imaginaba que interpretaría el papel del bueno en una película precisamente sobre la casa de enfrente de donde algunos nos bebíamos los noventas. El libro que acababa de presentar era Encierro y divagación en tres espacios y un anexo, y creo que fue el único que intente leer antes que Maurice se fuera con su amigo a Queens, con la única copia que llevaba.
Hace un año que empecé a leer literatura guatemalteca en serio. No la leía porque estaba metido en la búsqueda de un tema, entre Hemingway y Vargas Llosa, que por alguna razón se me habían presentado como una posibilidad para interpretar todo lo que había visto en un viaje largo por Guatemala. Mis amigos me hablaban de Luís Lión, de Mario Payeras, de Quiroa, de Enrique Noriega, Dante Liano, y hasta mi antigua novia sabía quién era Isabelita de los Ángeles Ruano. Conocía a Julio Calvo y a Simón Pedroza desde los primeros años de los noventas, pero sólo hablábamos, la mayor parte del tiempo, de música (por eso estaba en esa presentación de Julio, porque era mi amigo y porque había leído el germen de ese libro y me daba gusto que se lo publicaran). Había leído a muy pocos autores jóvenes, tengo que admitirlo.
Hoy terminé de leer Ruido de Fondo. Tengo que confesar que el primer capítulo no me conmovió tanto como el final. Al final yo estaba tratando de reírme y tratando de no llorar al mismo tiempo. Es vertiginoso, es una obra grande que anuncia un testimonio de una vida multiplicada. Ruido de Fondo es triste y alegre. Es fragmentario como un cuadro de Picasso; no está, ni parece, una obra acabada. Podría ser al mismo tiempo un catálogo de monstruos mesurados, un poema sobre la juventud de la post-guerra, un canto de catarsis del mismo Javier Payeras, secuencias de la película de su vida, sombras inexactas y lineales. La música de este libro es irreverente, pero no por lo que se cree, es irreverente porque el argot de la oscuridad es la barbarie desmesurada.
Javier Payeras es un tipo sonriente, siempre que lo he saludado esta sonriendo por algo incierto, algo de lo que no me entero, algo íntimo que lo hace un tipo carismático; pero al terminar de leer su libro, pensé, traté de imaginar el dolor secreto y la celebración espiritual que lo acompañaron hasta la última palabra, y que lo debieron agotar, como después de un gran orgasmo, con esa otra mujer que ama, que es la furtiva ciudad de Guatemala.

28/05/09

martes, 26 de mayo de 2009

FLUXUS EVENTS /PERFORMANCE CONCEPTUAL DE UN ROMPIMIENTO


Como bien te lo dije, todo era un juego. Me tiraré de un puente para caer sonriendo en el pasado del cielo que parece una almohada. Al principio uno se asusta. Puede que uno piense que es real, pero el pedazo de nube sobrevive al accidente y se tiñe de rojo atardecer, de rojo florecer, de más tonalidades bermejas. Luego llega la tristeza y la noche. Pero las estrellas insignificantes desde la el agua de la tierra son un ejercito invencible. Se teme hablar de más, se dice lo que se sabe, se piensa hasta donde uno debe, cualquier transgresión es otra vez el salto desde el punte y la ceremonia feliz de la muerte a carcajadas, o la violación de las leyes. Del otro lado del juego puede que no haya misericordia ni justicia, que los hombres encargados de los mandamientos jamás imaginen un salto al vacío tan en serio. Las miradas de los espectadores son de horror, el hombre que abusa de los vicios será condenado a la soledad, y el cielo bajo el puente seguirá huyendo de los reflejos. Sólo quiero decirte que todo es juego, pero para encontrar el balance de la felicidad y la culpa es necesario que otros piensen algo diferente de vos, que sos el primero en morir en un salto no es lo vanguardista, que hayas hablado de más, que vivas a punto de pedir disculpas, que sintáis que cometiste mil errores, eso no es un juego, el juego consiste en tratar de repetirlo todo. En no dejar cabos sueltos, en decir lo justo y decirlo en el momento indicado. No basta con cometer errores, es necesario publicarlos. El accidente, terminará siendo repetido por muchos espectadores y cada uno contara un pedazo de alguna verdad. Pero luego del horror, y la burla, está la noche de nuevo con su sueño mortal. Ella volverá al lugar y verá la luna roja. Después de todo el que ríe también perdona. La libertad es la irresponsable imaginación del amor.

viernes, 22 de mayo de 2009

DIBUJOS DE NIÑO (4)


La edad de los niños es la misma que la de los ancianos. Mirar desde una ventana el paso de la multitud al trabajo diario, al pan diario, al agua. Oler el miedo y saberse mortal. Extender excusas mentales, juicios indoblegables ante los demás. Excomulgar al enemigo del cielo. Creerse un buen ciudadano y viajar a Londres sin ver para abajo. Gastarse los pocos minutos en un puerto viendo las nuevas carabelas. Perder amigos a cada año. Sufrir frente a los espejos. Caminar despacio, dejar para otros el atletismo y la natación. Ver un poco menos lo que hacen los niños. Empezar a perdonar al mundo. Buscar a Dios. Perder el apetito es como olvidarnos de la tierra. Talvez a veces podamos reírnos de verdad, pero es muy difícil porque se olvidan hasta las poses. La edad de los niños es una era sin tiempo, sin leyes, sin fundamentos, donde giran como astros sostenidos por el poder invisible del misterio. La muerte es para siempre, porque la vida es breve. La vida, ya lo saben los abuelos, puede volverse a repetir. Basta con hablar del pasado para crear países alternos. Los crímenes vuelven a sangrar y los besos de la novia suceden al sueño. No hay recuerdos tristes a una edad donde la memoria es el deseo realizado. Miramos a los viejos volver a la infancia y todos sabemos que nos espera el otoño y quizás la buena suerte de una muerte natural.

jueves, 21 de mayo de 2009

CANCION TORRENCIAL (OIDA EN MAZATENANGO DESDE UNA PULLMAN)



O bruit de la pluie
Par terre et sur les toits.

Paul Verlaine

Veo al hombre vestido de soles y madrugadas eternas. Con piel oscura comprado por el destino de otros hombres; lo veo bajo el rigor de los medios días. Todo se externa y resurge del vapor como una visión. Cae la lluvia sobre todo, y a lo lejos, entre las plantaciones, ciega los llanos de sus penas áridas. Cae sin caer, llega desde lejos con su propia emanación viviente. Se doblegan las palmeras y se rompen los retoños secos, los que nunca debieron nacer. Las nubes van naciendo de la tierra conforme el sol calienta, entonces llegan las nubes negras, grises y llaman a la nostalgia con gritos húmedos, con lágrimas continuas que bendicen a los hombres que corren y miran hacia el cielo buscando una respuesta. Estos hombres conocen la tierra y los domingos cuando suben los graderíos del templo piden que llore el cielo para que la milpa o la caña, o el café, se levanten al cielo con cosecha. Cae la lluvia de repente con su tropel siniestro de rayos y de truenos, como una batalla donde mueren muchas vírgenes gimiendo. El cielo revuelto hace formas que se cruzan como agonías que conoce solo Dios, mientras este pueblo navega y se agita sobre el mar. Se bañan las mujeres, se agitan sus cuerpos curtidos, sus miradas y gestos son divinos; van dejando aromas, se presienten en los parques sus cuerpos cubiertos de sumos y semillas, envueltas en polen viento y tierra, como si volviéramos al Edén. ¡Son tan risueñas a la vista del patrón! Una de ellas tiene ramas de palma, otra un racimo de unos frutos rojos, otra pone en la iglesia verde un canasto de corozo, bajo la lluvia azul, todo bajo la lluvia sagrada que cambia de color la ciénaga. Las ramas de los árboles danzan y los viajeros ven las extensiones de semilla sembrada, la magnificencia del cielo y, sienten que deben volver, que deben seguir viviendo, que aman y que sus hijos verán la cosecha cuando ellos se vallan de esta tierra. Junto con los truenos lejanos, los rugidos de leones transparentes como gritos de luz, los ríos hacen fiesta con la lluvia púrpura; arrebatan casas y se llevan a las niñas que más quieren… dejan a los hombres solos en la ribera, llorando talvez, o a veces riendo por llorar.

lunes, 18 de mayo de 2009

MUERTE EN DOMINGO

Alguien limpia la celda de la tortura lava la sangre pero no la amargura.
Mario Benedetti


Que divertidos son los diarios al decir que un poeta ha muerto, los poetas no mueren, renacen, sobreviven, resisten. Esto lo comprobé mientras leía a muchos poetas que los diarios y biografías mencionan como difuntos. Y no me sorprendió, creo que hay seres inmortales, eso lo sabe cualquier ama de casa. Los poetas que viven para siempre son aquellos que han celebrado la vida en los más humildes escondrijos humanos, en los altos salones reales, en los mares, en los ciertos lugares secretos. La celebración de la vida a llevado a muchos a la muerte, a otros lo ha vuelto resistentes contra el diario romper de las olas. Oí que murió Mario Benedetti, un poeta de ojos atentos al caleidoscopio de los lugares secretos e íntimos de la gran casa latinoamericana. Lo vi una vez en una película llamada El Lado Oscuro del Corazón recitando un poema en alemán. Leí el libro El amor, las mujeres y la vida, y fue ahí donde llegué en desvaríos a la efímera idea que los poetas vivos vuelven a las mujeres eternas y con ellas a los sentimientos y perfumes tangibles que despiertan. Los poetas como T.S. Eliot o Walt Whitman, o García Lorca, aunque pretendan matarlos siempre se escapan por los orificios de las palabras, son su dimensión, están vivos, más vivos que un niño en una juguetería. Me acabo de enterar que los periódicos y los diccionarios son muy divertidos, unos dicen que seres eternos acaban de morir y los segundos, revelan significados que debieran actualizarse cada semana, en fin, riámonos de la seriedad, Mario Orlando Hamlet Brenno Bennedetti Farugia, no ha muerto, esta vivo con sus cinco nombres.
A los escritores les esta dando por morir en domingo, hace unos cuantos, también los diarios anunciaban la muerte de J. G. Ballard ¿será un buen día para morir?

jueves, 14 de mayo de 2009

BREVE TEXTO CON MUSICA DE NIRVANA Y POETAS EN PORTADA


Hace más o menos diez y nueve años, quería ser mayor, pintar un gran lienzo y hacerle el amor a la mademoiselle que pasaba todos los días con un aura de diosa corrompida. Tres años después ya no jugaba fútbol por la calle, me encerraba a leer y estaba a punto de ser predicador para siempre. Un año más tarde un amigo poeta me prestaba mi primer cassette de Rock. Dos horas después oía Nirvana a todo volumen. Tres meses más tarde otro amigo me prestaba mi primer cassete de REM y el Desintegration de The Cure. Eran buenos tiempos. Trabajaba en Sol y Luna, una librería a la par de la Bodeguita del Centro, cuya dueña era una norteamericana de ojos azules con más de medio siglo de experiencia en la sonrisa. Era agradable y podía ser muy solidaria con muchas causas, pero por alguna razón de sangre, es lo que me imagino, le terminé cayendo tan mal que me despidió. Ahora sólo me da risa, el problema fue porque no me salían las cuentas y no le atendía muy bien cuando me hablaba. Lo peor de este episodio, no fue el disgusto con Megan Thomas, sino con Simón Pedroza, quien me había recomendado. Creo que se enojo conmigo por mucho tiempo y, en mi actitud irresponsable decidí no volverle a hablar, así paso el concierto grandioso de libertad de expresión en el que Giovanni Pinzón leyó:


“Sordo canto/tardeces en mis oídos/ tu música/cuando corre el viento enredo de montañas/ríos rumorando cristal conectando árboles con estrellas/ en lo que dura su verde parpadeo/y mis herbívoros ojos siguen metidos en el abismo de esta oscuridad celeste salpicando los compases del pentagrama vitrinal de un latido/excelsos en el mar de luz prestos a correr la cortina de montañas”

Trabajaba para una agencia de publicidad en la que el director creativo era hijo del dueño y me habían contratado nada más porque era amigo de uno de los cerebros más prometedores para la publicidad. Unos meses más tarde estaba sirviendo mesas en un restaurante donde realmente era buena la comida y tenían la inocencia lúdica de tener un trencito encerrado en una vitrina para deleite de todos, porque también a los mayores les gustaba ver los pequeños arbolitos en toda la línea de rieles con su estación en miniatura. Fue ahí donde pude hablar con Giovanni Pinzón y le conté que me había interesado mucho su filosofía. Iba con una rubia delgada y sencilla que bien podría ser un rayo de sol. Giovanni, como siempre he comprobado en la gente grande, me invito a su café. Un año más tarde trabajaba en una sala de impresión digital donde yo era el principal. Diseñaba y escribía mis primeros relatos. Me había vuelto un bon amie de todos los músicos y creo que por eso no me enteraba de nada concerniente con la literatura. Fue en ese tiempo que en casa de un buen amigo, que ya había publicado en la mítica editorial X, oí los primeros acordes de una canción de Pearl Jam. La canción estaba en un disco llamado Ten, era Black, una canción oscura pero que llevaba toda la esencia de lo que yo sentía en lo mas remoto de todas mis pesadillas. Y, aunque ahora ya sé ingles, ya entiendo la letra, aún no he llegado a entender porque todavía me conmueve. Pero así eran esos años para mí. Me sentía un poco desamparado, tanto que una tarde que iba solo para un cine en la zona 13, me senté a llorar bajo un árbol. Esos años sufrí por puro gusto, talvez por egoísta y narciso. No sé, talvez era un pequeño monstruo, o un simple maldito. Lo cierto es que, como escribió Javier Payeras con profunda lucidez, los noventas fueron una belle merde oussi pour moa.

miércoles, 13 de mayo de 2009

¿RODRIGO ROSEMBERG FUE UN BOYSCOUT?


Eso fue lo que sentí, vértigo. La realidad guatemalteca es surrealista. Yo no podía creer que ese hombre apareciera diciendo todo lo que se sabe pero jamás se dice, y confirmando, con tanta sangre fría que ya estaba muerto. Era la magia de las nuevas tecnologías y dejo a muchos, como a mí, en un estado de shock.
En un principio dudé. Como todo escritor, soy un escéptico, hago mis deducciones mentales y básicas; veo su rostro, parece un hombre maduro, con traje, habla con soltura, parece muy bien educado, es abogado y trabajó para personalidades muy influyentes, tiene, a pesar de todo, una mirada que inspira confianza y es posible ver todo eso a través de una pantalla de computadora. Se llama Rodrigo Rosemberg Marzano, apellido extranjero, o más bien criollo. Tenía 48 años. Se sabe que el video fue grabado el día jueves 07 de Mayo por amenazas verbales de las personas que el mismo acusa. Fue asesinado el día domingo 09.
Mientras miraba el video pensé de pronto que éste empresario asesinado, con esa mirada honrada, había sido victima de una quimera gubernamental, de algo maquiavélico, donde en todo caso, como en las buenas novelas de ficción, los verdaderos culpables estaban detrás de los acusados. Luego, me siguió doliendo su ingenuidad y ese corazón de mártir que había visto también en la cara de Jim Caviezel. Era un héroe, no había duda. En un país como Guatemala, en donde ya no se puede ir por la calle en un sentido contemplativo, donde matan diariamente a 13 o 20 personas según el noticiario, donde salen genios escribiendo obras verdaderamente grandes y nadie los toma en cuenta, donde los niños sueñan con volar y las niñas juegan a domar toros de Lidia, donde los poetas se mueren de hambre y de risa y las estrellas se ven más brillantes, acá, donde los cangrejos y las hormigas tratan de salir y otros se encargan de jalar, esta novela hermosa de contradicciones y humor del más negro, acá, si señores de todo el mundo, se ha dicho por primera vez una verdad oscura, dolorosa, pero cierta. El brillante abogado, que jamás tuve el honor de conocer, fue asesinado mientras disfrutaba de un viaje en bicicleta. In memoriam a todos los que han hablado pensando que la vida es un ejercicio de la verdad.


PD.

El periodista que hizo posible la entrega de los 150 CDs, y dio su testimonio de como se adelantaron a los hechos, también es un gran ser humano.

lunes, 11 de mayo de 2009

TODA LITERATURA ES UN VIAJE POR AMOR (ENTREVISTA A RAFAEL ROMERO/CREADOR DE ALTERNATIVAS LUDICAS)


Entrevista a Rafael Romero que sólo fue posible por los milagros de la tecnología y el gusto y curiosidad infinita por la literatura undergrownd. En una respuesta se conoce el genio de una personalidad, y este escritor que se autonombra un poco anonimo, me sorprendio con una anecdota en la que conoce a Leopoldo Maria Panero, una leyenda y una lección de vida sobre el juego infinito, las alas de un viaje, una Remigton y la soledad de los magos y duendes covocados por la imaginación.

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1- ¿De dónde surgió el nombre (TPA)? Creo que ya lo han preguntado antes pero contame los detalles.

RR. Pues como muchas de las cosas que hago la frase en sí fue una ocurrencia. Me gustó, la guardé y luego pensé que podía usarla en algo. Cuando quise sacar a la luz el proyecto (blog-antología) y empecé a barajar títulos, pues no me tomó tiempo, prácticamente ya lo tenía. De alguna forma encajó con el concepto central de Te prometo anarquía: habilitar un espacio en donde el autor (poeta, escritor, fotógrafo, pintor, etc.) sea el que tome las riendas y decida qué publicar y cómo, tratando de hacer caso omiso de los ya consabidos parámetros editoriales, con un mensaje subliminal de tipo: aquí podés poner lo que se te dé la gana, lo que querrás, el único responsable sos vos. El publicado o publicada deciden y el único que tendrá derecho de juzgar será el lector. Para mí, en este proyecto, es fundamental dejar de obstaculizar, no poner más barreras de las que ya existen. Sin distinciones. Todos en igualdad de condiciones. Y claro, siempre pensando que de alguna manera el blog pudiera (y pueda) ser una especie de plataforma, defendiendo la libertad de expresión y/o artística de Guatemala. Es una frase muy sugerente, que encierra mucho. Cualquiera podría decir que es un proceso muy deliberado y que tanta libertad puede significar la circulación de propuestas de mala calidad estética o literaria. Todo esto es subjetivo, pero no deja de tener algo de cierto. Es un riesgo. Yo aquí trato de jugar un papel neutral, de no involucrarme en decir qué es bueno y que no, desde un punto de vista estético. Yo permito un espacio, abro una puerta. Lo ideal sería que quien quisiera publicar, en general, fuera honesto y tuviera la suficiente autocrítica (esta es una característica inminente en los escritores y/o artistas) para considerar que lo que escribe o hace pueda o deba ser publicado.

2- ¿Cuál fue el primer libro que leíste y qué estás leyendo ahora?

RR. Buena pregunta, especialmente porque mi memoria anda un poco atrofiada debido a los excesos etílicos más que todo. El primer libro, si no estoy mal, fue Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Y lo que estoy leyendo ahora (no los he acabado) son If You Liked School, You’ll Love Work… de Irvine Welsh y The Brotherhood of the Grape, de John Fante. Soy algo inquieto y leo varias cosas al mismo tiempo. El que sí acabo de terminar de leer es Clases de dibujo de Eduardo Halfon, que recién me lo envió mi suegro con dedicatoria del autor incluida.


3- Contame alguna anécdota importante, curiosa o divertida de las publicaciones de TPA.

RR. Hay algunos detalles curiosos, la verdad. Al inicio pretendía abrir un blog en donde publicaran mis familiares y amigos escritores más cercanos, pero al parecer al único que le entusiasmaba la idea era a mí y a dos o tres más, así que tuve que replantearla y ver cómo lograba darle salida. De ahí surgió Te prometo anarquía como todos lo conocen ahora, cosa que jamás me imaginé que pasaría. Y otro detalle curioso que, a pesar de que intuyo su razón de ser, no deja de sorprenderme es la negativa (y muchas veces el silencio y/o falta de interés) de muchos escritores o poetas supuestamente consagrados a considerar TPA como algo serio o válido dentro del panorama de la literatura guatemalteca. Y aún peor, a querer aparecer publicados/as. He invitado a algunos que ni siquiera se han tomado la molestia de responder con un no, gracias. Pero a la vez, también han aparecido otros que, por x o y razones, tampoco me esperaba que quisieran colaborar y ahí están, cosa que me alegra mucho. También te puedo mencionar la vez que un italiano me escribió interesándose por el blog y mandándome sus textos. Tuve que responderle diciéndole que gracias, pero que el espacio era para guatemaltecos. Ese mismo día puse una banderita de Guatemala en el blog, a ver si quedaba claro.

4- ¿Qué intuís en las publicaciones digitales, luego del libro de Julio Serrano (TRANS 2.0) y la difusión de muy buena literatura por medio de blogs o cualquier otro tipo de envío digital, ya sea por Ares o los nuevos e-book?

RR. Aunque no lo parezca, tomando en cuenta la cantidad de blogs que tengo, no me considero un blogger ni tampoco suelo navegar mucho. No tengo el gusto de conocer a Julio Serrano. Me enteré de Trans 2.0, lo vi y me pareció buena iniciativa. Es el tipo de propuestas que necesitamos en Guate, más intrépidas, más alternativas. El fenómeno de la Web 2.0 es trascendental. TPA no sería lo mismo sin los blogs, con eso te lo digo todo. De igual forma, siempre hay un riesgo. Una cosa es ser blogger y otra ser o querer ser escritor. Para mí no es lo mismo. Ser escritor implica muchos más compromisos que mantener actualizado un blog. De cualquier forma, las posibilidades de expresión y de encontrar buenas propuestas literarias y artísticas están a la orden del día gracias a Internet y a las nuevas tecnologías, y eso es bueno, hay más cercanía, más inmediatez, menos barreras, más variedad. Es lo que te permiten las publicaciones digitales. Y ya que parece que están al alcance de muchos, pues hay que aprovecharlas. A pesar de esas facilidades, soy fetichista del libro como objeto. Aquí en España hay muchas editoriales que, además de continuar con sus catálogos impresos, ya están preparando sus catálogos digitales. Es un buen indicio de que a pesar de la tecnología, el libro como tal seguirá vigente siempre.

5- ¿Podés contar un poco sobre tu propio trabajo literario viviendo en España?

RR. Pues yo aquí vine básicamente por motivos amorosos, pero a la vez tuve la suerte de estudiar en la Escuela de Letras de Madrid y en La Casa Encendida. Hice un curso de narrativa y participé en algunos talleres relacionados con poesía, cine, literatura. La idea siempre ha sido perfeccionar lo que hasta la fecha he escrito, pulirlo, reencauzarlo. Tengo tres novelas cortas, un proyecto empezado de una novela de mayor extensión, un libro de relatos breves y tres poemarios. Gran de parte de eso lo empecé a escribir en Guate, obviamente, y lo he ido trabajando desde aquí, pero sigue en estado inédito. Lo poco que he ido sacando lo hago a través de mis blogs personales: Cinco kilos de vacío y Epifanía doméstica de la nostalgia pura, en algunas actividades con el colectivo Cuarto Incierto (bajo el pseudónimo de Capricho Paper) y en alguna que otra publicación digital, como en Las afinidades electivas, por ejemplo. De ahí, pues trato de mantener activos tanto Te prometo anarquía como Mula que es uno, que les tengo mucho cariño y por medio de los cuales he llegado a conocer mucha gente y a apreciarla. De mi interés por el arte urbano, nació un proyecto amateur de fotos (no soy fotógrafo, aclaro), titulado La urbe habla, del que se desprende otro más reciente: Ectoplasmas en concreto. Como podrás ver, si no existiera Internet, mi condición de inédito sería realmente calamitosa.

6- ¿Podés contar alguna anécdota familiar de tu adolescencia en relación con la poesía o la literatura?

RR. Bueno, no sé si sea anécdota, pero cuando tenía 16 o 17 años encontré un par de libros que me marcarían mucho. De los decisivos, como se dice. Tenía la costumbre de registrarle las libreras a mi papá y ahí fue donde los encontré. Te hablo de la Poesía completa de César Vallejo y de El tiempo principia en Xibalbá, de Luis de Lión. Aunque no entendía muy bien lo que leía, supe que de algún modo mi vida estaría ligada a los libros (trabajo como corrector de estilo) y a la literatura (pretendo llegar ser escritor algún día). Y así fue como empecé a escribir mis primeros intentos de poemas y de cuentos. Me apoderé descaradamente de la máquina de escribir de mi papá (una Remington, si no estoy mal) y me dio por encerrarme en mi cuarto horas y horas a supuestamente escribir. Ahorraba para papel bond, tipex y cinta para la máquina.
Mis papás y hermanos me molestaban. Cariñosamente, claro. ¿Qué tanto escribís, vos? Les llamaba la atención que en lugar de salir a la calle, me encerrara a llevármelas de poeta. Amontoné muchísimas hojas llenas de versos poco originales y cursilería en estado puro. Esos días son los que más recuerdo.

7- ¿Parece que estás muy actualizado de lo que pasa en Guatemala y desde Europa puede haber otra perspectiva de criterio general, incluso hasta optimista, qué pensás de la Guatemala actual?

RR. Mi visión sobre Guatemala no creo que sea la más profunda ni la más original de todas. Ponerme hablar de la situación social, económica, política e, incluso, literaria sólo creo que dejará al descubierto lo mal informado o desatinado que estoy al respecto. A eso hay que añadirle que optimista tampoco soy ni he sido. Es verdad que hay un problema terrible con la falta de educación, con la violencia, con la pobreza, con la ineficacia de nuestros políticos, la injusticia, la represión, etcétera, pero, ¿qué hacemos los que supuestamente hemos tenido la suerte de ser educados? Todavía hay demasiado letargo, demasiados prejuicios, demasiados tabúes, demasiada envidia, demasiado egoísmo, demasiado resentimiento, demasiado conformismo, demasiada mentalidad medieval y retrógrada. Sin embargo, es verdad también que poco a poco hay más muestras de que no todos quieren seguir viviendo así, de que hace falta un cambio. La gente joven se está implicando más, hay más movimientos y propuestas interesantes en muchos aspectos de la realidad del país. A ver qué pasa. De todas formas, insisto, no creo que yo sea el indicado para hablar y opinar al respecto.

8- ¿Has viajado a otros países de Europa?

RR. Solamente he estado en Italia y en Alemania. En unos meses me daré una vuelta por Croacia y, con algo de suerte, por Praga. Inglaterra y Francia siguen en mi lista de espera.

9- ¿Podés contar alguna fantasía erótica realizada?

RR. Sí, la tarde que conocí y hablé con Leopoldo María Panero.

10- En el Popol Vuj habla que los primeros hombres podían verlo todo, haciendo un recuento infinito, ¿qué pensás del mundo de hoy en día y el impacto en los niños, en la nueva generación y en el futuro de la humanidad?

RR. Me vienen a la cabeza las palabras “ambición” e “individualismo”. Encierran muchos aspectos que mueven el mundo de hoy en día. Me da la sensación de que el ser humano ha estado pecando de autosuficiente y se ha creído más inteligente de lo que realmente es. Si ponemos en una balanza el afán por el progreso y sus consecuencias, no sé si realmente la tendencia sea del todo positiva. Parece que las sociedades actuales, bajo la falacia de la modernidad, se escudan bajo parámetros que pretenden reafirmarnos que sólo estamos de paso, que lo único que importa es el presente, que mientras más tengamos mejor viviremos. Una especie de campaña publicitaria con aroma a carpe diem en donde los valores han pasado a segundo plano. Como sabemos, todo es relativo. Lo importante y lo que nos queda es la responsabilidad de que los niños y las nuevas generaciones, tan viciadas desde edades antes inconcebibles, crezcan y asimilen la realidad de otra forma, más integral. Que sean más perceptivos, menos indiferentes. Pero al igual que te dije un par de preguntas antes, yo no me considero apto para hablar u opinar extendidamente, y menos para sugerir soluciones. Ojalá las cosas fuera un poco menos complicadas.


Fotografía Siglo XXI

sábado, 9 de mayo de 2009

Una Frase Celebre de la Realidad en los Buses Urbanos


La realidad es la imaginación tangible.
L. O.


Regresábamos del entierro de la abuela. Íbamos en una camioneta que hacía tanto ruido al arrancar que no podíamos oírnos una palabra. La camioneta iba medio llena y mi prima había encontrado unos asientos adelante. Ella iba con sus dos hijas, que no paraban de jugar, sin darse cuenta de las caras de tristeza que llevábamos por la muerte de la abuela. La abuela había muerto de un suspiro a sus ochenta y siete años, feliz, placida, con el aspecto digno de toda muerte natural. Recordaba su rostro y miraba con desconsuelo las calles de la zona 1, los rostros de mis hermanos buscando algo de esperanza.
El bus, como todos los buses urbanos, sucio, destruido por partes, grafiteado, con agujeros de bala en los vidrios, con un chofer perdido en sus propias meditaciones, estaba a punto de ser asaltado. La primera que vio a los hombres fue mi hermana. Subieron por atrás. No habían empezado a asaltar cuando vi que mi prima se tiraba de la camioneta con una de las niñas y detrás mi hermano. La otra niña estaba sentada con mi hermana y miró todo sin saber que pasaba. Mi prima había caído sobre la acera sin golpearse aún porque el chofer no aceleraba. Nosotros, que habíamos estado ya en asaltos similares no nos movimos ni cuando empezaron los balazos. Pero antes de eso vi que mi prima subía de nuevo por su hija más grande sin percatarse lo que los asaltantes hacían y decían. “Bueno hijos de la gran puta, si no se quieren morir ni se muevan, porque al primero que levante una mano me lo quiebro, yo morirme quiero cerotes, así que miedo no tengo, celulares y todo lo que lleven de valor en las manos, porque si llevan aretes se los arranco, y si tienen dinero y no lo dan, les juro que se van desnudos o aquí se quedan pisados”. Al ver a mi prima correr para la puerta, tiraron el primer plomazo. Sonó duro contra el techo dejando un agujerito blanco. Mi prima salto sin darse cuenta que el chofer había acelerado y, por mala suerte, una de las llantas le pasó sobre la pierna. No me había percatado que mi hermano cuidaba de la niña más pequeña a una cuadra de donde mi prima estaba tirada. Aún así, la vi levantarse y caminar para una parada de bus. Mi hermano caminó a su encuentro. Nosotros nos quedamos sin saber que hacer, viendo como los dos asaltantes terminaban huyendo con el botín luego de tirar dos balazos más al techo de la camioneta.
Esa misma tarde mi prima ingresó al hospital Roosevelt.
Para no hacerles largo el cuento, pude ver a mi prima, luego de cuatro meses en una silla de ruedas, con la noticia que le habían puesto muy mal el yeso, y el hueso no le había pegado. La última vez que la vi, después de dos meses, estaba aún en la silla de ruedas. Me habló de lo mal que se había portado con un tono de arrepentimiento y resignación, porque también la vi reírse. Dentro de una semana, luego de recolectar dinero para su operación con todos los amigos y gente de la iglesia, la van a operar. La operación le va a salir en cinco mil quetzales, es posible que aún tenga que guardar reposo. De los ladrones no sabemos nada todavía.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...