viernes, 22 de mayo de 2009

DIBUJOS DE NIÑO (4)


La edad de los niños es la misma que la de los ancianos. Mirar desde una ventana el paso de la multitud al trabajo diario, al pan diario, al agua. Oler el miedo y saberse mortal. Extender excusas mentales, juicios indoblegables ante los demás. Excomulgar al enemigo del cielo. Creerse un buen ciudadano y viajar a Londres sin ver para abajo. Gastarse los pocos minutos en un puerto viendo las nuevas carabelas. Perder amigos a cada año. Sufrir frente a los espejos. Caminar despacio, dejar para otros el atletismo y la natación. Ver un poco menos lo que hacen los niños. Empezar a perdonar al mundo. Buscar a Dios. Perder el apetito es como olvidarnos de la tierra. Talvez a veces podamos reírnos de verdad, pero es muy difícil porque se olvidan hasta las poses. La edad de los niños es una era sin tiempo, sin leyes, sin fundamentos, donde giran como astros sostenidos por el poder invisible del misterio. La muerte es para siempre, porque la vida es breve. La vida, ya lo saben los abuelos, puede volverse a repetir. Basta con hablar del pasado para crear países alternos. Los crímenes vuelven a sangrar y los besos de la novia suceden al sueño. No hay recuerdos tristes a una edad donde la memoria es el deseo realizado. Miramos a los viejos volver a la infancia y todos sabemos que nos espera el otoño y quizás la buena suerte de una muerte natural.

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