sábado, 9 de mayo de 2009

Una Frase Celebre de la Realidad en los Buses Urbanos


La realidad es la imaginación tangible.
L. O.


Regresábamos del entierro de la abuela. Íbamos en una camioneta que hacía tanto ruido al arrancar que no podíamos oírnos una palabra. La camioneta iba medio llena y mi prima había encontrado unos asientos adelante. Ella iba con sus dos hijas, que no paraban de jugar, sin darse cuenta de las caras de tristeza que llevábamos por la muerte de la abuela. La abuela había muerto de un suspiro a sus ochenta y siete años, feliz, placida, con el aspecto digno de toda muerte natural. Recordaba su rostro y miraba con desconsuelo las calles de la zona 1, los rostros de mis hermanos buscando algo de esperanza.
El bus, como todos los buses urbanos, sucio, destruido por partes, grafiteado, con agujeros de bala en los vidrios, con un chofer perdido en sus propias meditaciones, estaba a punto de ser asaltado. La primera que vio a los hombres fue mi hermana. Subieron por atrás. No habían empezado a asaltar cuando vi que mi prima se tiraba de la camioneta con una de las niñas y detrás mi hermano. La otra niña estaba sentada con mi hermana y miró todo sin saber que pasaba. Mi prima había caído sobre la acera sin golpearse aún porque el chofer no aceleraba. Nosotros, que habíamos estado ya en asaltos similares no nos movimos ni cuando empezaron los balazos. Pero antes de eso vi que mi prima subía de nuevo por su hija más grande sin percatarse lo que los asaltantes hacían y decían. “Bueno hijos de la gran puta, si no se quieren morir ni se muevan, porque al primero que levante una mano me lo quiebro, yo morirme quiero cerotes, así que miedo no tengo, celulares y todo lo que lleven de valor en las manos, porque si llevan aretes se los arranco, y si tienen dinero y no lo dan, les juro que se van desnudos o aquí se quedan pisados”. Al ver a mi prima correr para la puerta, tiraron el primer plomazo. Sonó duro contra el techo dejando un agujerito blanco. Mi prima salto sin darse cuenta que el chofer había acelerado y, por mala suerte, una de las llantas le pasó sobre la pierna. No me había percatado que mi hermano cuidaba de la niña más pequeña a una cuadra de donde mi prima estaba tirada. Aún así, la vi levantarse y caminar para una parada de bus. Mi hermano caminó a su encuentro. Nosotros nos quedamos sin saber que hacer, viendo como los dos asaltantes terminaban huyendo con el botín luego de tirar dos balazos más al techo de la camioneta.
Esa misma tarde mi prima ingresó al hospital Roosevelt.
Para no hacerles largo el cuento, pude ver a mi prima, luego de cuatro meses en una silla de ruedas, con la noticia que le habían puesto muy mal el yeso, y el hueso no le había pegado. La última vez que la vi, después de dos meses, estaba aún en la silla de ruedas. Me habló de lo mal que se había portado con un tono de arrepentimiento y resignación, porque también la vi reírse. Dentro de una semana, luego de recolectar dinero para su operación con todos los amigos y gente de la iglesia, la van a operar. La operación le va a salir en cinco mil quetzales, es posible que aún tenga que guardar reposo. De los ladrones no sabemos nada todavía.

jueves, 7 de mayo de 2009

TE PROMETO ANARQUIA (PUBLICACION)


El Legendario Blog Te Prometo Anarquia, me ha cedido un espacio a la Prosa Recortada y a unos textos Realistas. Gracias al maestro Romero Aquí estan.

Fotografía de Kurt Zierlein en Panajachel 2009, junto a mi Pequeña Malabarista entre la vida y la muerte.

martes, 5 de mayo de 2009

Xeq`ij *


Desde las fleurs du Mal
hasta los versos de Neruda
simplemente vos sos la poesía
en el Canto General, entre las letras
y la bella conspiración de los sonidos.

En la piedra está grabado tu nombre,
en los pedernales y obsidianas,
en las flores como colibríes,
el jaguar que se vuelve tu vestido,
el sabio cocodrilo y su paciente mordida,
tus piernas como cabritos
tus labios como suaves crustáceos
tu vientre como vientre de mar.

Me gusta tu compañía que es
como el viento y la nada,
los señores de la eternidad donde florecen
los universos,
pero me gusta el viento y el cielo
y tu tienes la sangre dulce y los
pechos tiernos.

De todos los misterios,
desde la Piedra de Sol hasta
la memoria de los Mayas
de tantos soles y leyendas,
el amor (de dos) siempre es
la carta de triunfo y fortuna,
el as bajo la manga,
el mejor lugar de la tierra.


*Atardecer (en lengua Kiche)
Para mi Musa del CiberSpace
en estos Tiempos de Fiebre y Crisis
Bon Aniverse mon lumiere!

miércoles, 29 de abril de 2009

LAS HORMIGAS Y EL TRABAJO


*Encontré un librito que escribí con dedicación a las hormigas. Tuve una niñez muy solitaria en la casa de mi abuela y mis amigas, con las que hablaba y confesaba mis alucinaciones eran las hormigas, que por cierto nunca me tomaron en serio porque pensaban que yo perdía mucho el tiempo, pero estaban ahí y eran tan comprensivas cuando lograban escucharme. No me enseñaron nada. Talvez la gente malinterpreta sus apresuradas carreras en fila llevando tanto para los días de escasez. Digo que son malinterpretadas porque, yo que las vi más de cerca, notaba que solo se hacían las trabajadoras en grupo, solitarias eran vagabundas y buscaban diversión.
*El día del trabajo, desde que tengo memoria es un día en el que nadie trabaja y los chicos no entienden porque tampoco van a la escuela. Muchos lavan sus carros y otros salen a trotar por las carreteras con la dignidad de los que no van todos los días a los gimnasios llenos de señoras desocupadas. Otros se levantan muy tarde y encienden la televisión para ver los programas que se pierden estando en la oficina. Otros salen a ver un curioso desfile de gente morena, sudosa, que camina tras ciertos vehículos donde un líder avienta contra la plaza un discurso que no oye nadie por el mal audio y su voz herida. Asoleados, quemados por el sol, con sed y con hambre, los obreros avivan cada año el sentir contestatario levantando una banderola con el nombre de su sindicato. Los ministros, diputados y servidores públicos preparan wiskys en sus cerradas reuniones particulares, hablan de New York o Miami, saludan a sus vecinos en el confort de sus fincas, brindan por el porvenir, ven los atardeceres hipnotizados sintiendo muy dentro de sus conciencias una placidez inmortal al ver a sus hijos jugando con A-K´s47 de plástico.
*La otra vez miraba un documental en AnimalPlanet y hablaban sobre una clase de hormiga que ordeña pulgones y de otras que pueden devorar un cabrito en menos de un día. Son como una horda multitudinaria, sin descanso, sin dejar un solo organismo vivo, limpiando el bosque en un murmullo sosegado. He oído que las hormigas acabaran con Roma, que el agua esta a punto de sepultar a Venecia y que es posible que con el calentamiento mundial Centro América termine, también bajo el agua. Pero me gusta pensar que las hormigas ya han previsto estos cambios y con lo tenaces que son podrían abrir los mismo canales de Roma para drenar un poco el agua marina.
*Celebran el día del trabajo en toda Latinoamérica. Una amiga colombiana me cuenta que en su país habrá un hermoso ocaso. Una amiga Mexicana me ha contado que la fiebre porcina se esta haciendo un juego hermoso, que los chicos ahora comen en familia y que pueden ver infinidad de características en sus familiares que ya no habían notado, que ahora conversan. Los poetas y artistas elementales están muy concentrados en el problema y preparan poemas con temas de enfermedades y otros pintan, pero los músicos beben para mantenerse asépticos.
*Las hormigas invaden esta hoja, espero que el día del trabajo no salgan de sus cuevas, mientras tanto desordenan las vocales y las consonantes como en una gran sopa de letras.

sábado, 25 de abril de 2009

DIBUJOS DE NIÑO (3)


Aquel mercado era típico. Uno podía llegar por diferentes rutas, todas de tierra ruda y seca que hería los ojos con el viento. En la entrada encontrabas los comedores siguiendo el largo corredor que llegaba hasta la otra calle. Los pasillos eran de concreto pero siempre estaban bañados por las aguas de las pollerías o carnicerías. Don Lencho era el primero, en vecino era don Rogelio, y entre los dos se disputaban a los clientes por el trato, no por el precio. La calidad de la carne, según muchas mujeres, consistía en llegar temprano. Pero también se trataba de conocer las carnes y los carniceros sabían cuando llegaba una veterana de la cocina o una simple principiante que se acababa de casar. Las pollerías estaban enfrente. Doña Martita era una mujer blanca de cara redonda, bajita, regordeta, que era buena amiga de la abuela. Me llegó a tener tanto cariño que aunque no llegara acompañando a la abuela me mandaba mis corazones de pollo. Mi abuela hacia el arroz aderezado con los corazones y luego me los daba con una predilección que no puedo olvidar. Mas adentro del mercado estaban las vendedoras de verdura y fruta, un señor de caites de llanta que vendía buena papa, y la famosa doña Julia, la vendedora de atoles. Los domingos, desde temprano, corrían los crudos al puesto de doña Julia. Los crudos eran los que habían bebido una noche antes y sabían que sólo el balsámico atole blanco con limón y sal, caliente y bebido sin cuchara al ras de la escudilla podría devolverles el gusto por la vida. Doña Julia era fea, pero muy amable, y siempre trataba de servirles a todos. Llegaba mucha gente, y algunos llevaban picheles porque ya sabían que no habría lugar. Ese mercadito era bendecido por una virgencita llena de flores de plástico y de papel, vestida con unas sencillas y escandalosas telas, y a la que le encendían diariamente una vela por la venta de todo un día.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...