miércoles, 26 de septiembre de 2018
LA PLAZA ROJA FLORECE
Las manifestaciones en la Plaza de la Constitución son un karaoke multitudinario,
una discoteca en la que te chocas a alguien con quien bailar,
un café para conversar,
un chupadero donde sorprende la complaciente tolerancia,
un ring sin cuerdas,
una sala de estar,
un club para novatos y militantes,
para retirados y combatientes.
Puede ser otras cosas,
ustedes lo saben,
una sala de terapia para gritar a fondo lo que no pudimos gritar a tiempo,
un sitio para la conquista y la poesía de solo ser y ya.
jueves, 6 de septiembre de 2018
Receta de Ceviche a la´Oliveros
-
El ceviche Capulinita es una versión económica con los populares frutti di mare. Esta versión es para dos o tres personas dependiendo de las porciones.
Ingredientes.
½ libra de camarones con cabeza.
6 Conchas
1 Filete de Dorado o lomo de Tilapia.
6 Tomates medianos y rojos.
2 Cebollas grandes (una blanca y la otra morada).
1 Manojo de hierba buena.
1 Jugo V8.
1 Botella de salsa Inglesa (Salsa Worcestershire).
1 Bolsita de Salsa Kétchup.
Sal y pimienta.
5 limones.
6 Conchas
1 Filete de Dorado o lomo de Tilapia.
6 Tomates medianos y rojos.
2 Cebollas grandes (una blanca y la otra morada).
1 Manojo de hierba buena.
1 Jugo V8.
1 Botella de salsa Inglesa (Salsa Worcestershire).
1 Bolsita de Salsa Kétchup.
Sal y pimienta.
5 limones.
Preparación:
Se pica en fragmentos finos la cebolla y el tomate, como base. Se dejan marinando los camarones en jugo de limón por espacio de quince a veinte minutos. Luego se vierte la salsa inglesa y la kétchup junto con el tomate y la cebolla. Enseguida se descabezan los camarones y se pelan, luego de pasarlas por tres minutos de agua hirviendo. Ya los camarones en el tazón de la preparada base, se abren las conchas una por una y se vierte el jugo de la concha sobre la base, se les extrae el molusco interior y se mezcla. Luego se corta el filete en pequeños cuadros y se agregan. En seguida se deben exprimir los jugos de la cabeza del camarón sobre el extracto de limón. Todo eso se adereza con una pizca de sal y se sazona con un poco mas de limón y salsa Worcestershire. El jugo V8 se vierte al final según el gusto.
miércoles, 15 de agosto de 2018
-ROCK-OLA MADMAX-
A quien interese.
Te haces daño.
¡Daño te haces?
¿Qué daño?
¿El más tierno dolor?
Creer que no existe el amor.
¿Y acaso existe?
La ilusión lo imagina erótico.
El alma lo crea cierto.
El espíritu tuyo lo proyecta exacto.
¡Daño te haces?
¿Qué daño?
¿El más tierno dolor?
Creer que no existe el amor.
¿Y acaso existe?
La ilusión lo imagina erótico.
El alma lo crea cierto.
El espíritu tuyo lo proyecta exacto.
La tierra.
El polvo.
Y el cielo.
El agua/la saliva/ o el sudor.
El aire/ la respiración de una luna.
Dándolo están ahora mismo.
El polvo.
Y el cielo.
El agua/la saliva/ o el sudor.
El aire/ la respiración de una luna.
Dándolo están ahora mismo.
Cuando lo desvirtúa la traición
volcanes de cartas de amor arden en llamaradas.
Rock-olas llenas de dolor aúllan
que solo monedas son.
volcanes de cartas de amor arden en llamaradas.
Rock-olas llenas de dolor aúllan
que solo monedas son.
Canción sobre canción ceniza solo
es.
Shakespeare y Dante guerreando en
un bus extraurbano
siempre alertas del chófer de ese tren de almas
que todo al final
carcajada macabra abraza.
Shakespeare y Dante guerreando en
un bus extraurbano
siempre alertas del chófer de ese tren de almas
que todo al final
carcajada macabra abraza.
lunes, 18 de junio de 2018
DE BALAS, DE BOLOS Y DE BOLAS/ MAX ARAUJO
Max Araujo
En
una pequeña entrevista en su oficina, me contó de Pontoise, lugar que logra fijar en un cuento suyo que se intitula El
retorno a casa. El libro íntegro me lo leo en las pausas de una
revisión de texto. Uno a dos días y me logra absorber su franqueza auténtica y
aguda creatividad para interpolar una imaginación desbocada, sin modificaciones
efectistas. Reviso mis notas y encuentro una reproducción de bolsillo de Ladera del Hermitage, Pontoise, de
Camille Pizarro. Pero además en el
relato se habla del aquelarre impresionista que eran esos muchachos sensibles a
la luz, que ahora descansan en sus obras, refugiadas allá en la casona magnánima y dócil, que es
el museo de Daubigny.
El
libro completo tiene cuentos propios y narraciones ajenas en apariencia, ya que
es la old school literaria de
recontar lo leído, oído e imaginado; y además con cariño, acercarse a los
amigos desde la poesía. Solo así se puede inmortalizar una postal de viaje o
una lectura precisa tomada de algún diario. Max lo hace desde su memoria que
recrea y condensa. Y agradecido lo afirmo, ya que con tan poco tiempo, las historias
parecen hechas como ventanitas de un bus atestado, desde donde se puede dar
un fresco respiro.
Para
muestra el relato que describí vagamente al principio, en el que el personaje
llega a Auvers-sur-Oise, va al museo
y llega al cementerio, solo para comprobar (como sufriendo un síndrome de
Cotard), que la losa al lado de Theodorus es la suya propia, y que todo ese
juego de apodos era una certeza de sí mismo. Él es Vincent Van Gogh el suicida,
así que se encamina como un viento divino a volar en mil migas.
Otro
de los relatos que me gustaría ilustrar es La vida es una tómbola, que aunque
lleva un título tan popular, lo introduce a uno por una ventanita, a la
historia completa (en solo dos páginas), de un hombre que convive con su nieto,
producto de una metida de pata de su niña
(por la que tuvo que ir a la cárcel, luego de acertarle dos balazos al susodicho,
que obligaba a malograr el nacimiento, del que sería alivio y gozo, en la
última etapa de su existencia. Un cuento lacrimógeno, pero no tanto como Las
cosas son como son y no como uno quiere que sean.
La
narración Lo que el agua se llevó fue traducida al francés y publicada en
Lettres d'Amérique latine. Al
contrario de su aura de jurista de corbata en sus historias hay una bohemia feroz,
fortalecida por un lenguaje sin tanto giro. Aún recuerdo la inauguración de
Filgua 2016, cuando me endosó una invitación a la embajada de México para,
supuestamente, hacerle una entrevista al invitado de honor, un tal Paco Ignacio
Taibo II, que nunca llegó y, todo se resolvió fácil con una comilona de
chimichangas y vinos tintos sin cuartel, con Maurice Echeverría circulando por
allí con un nuevo premio de poesía.
de
balas, de bolos y de bolas
es el último libro de cuentos de un gran aliado de las letras y cófrade en las
tertulias del arte y la vida. Floreció, publicado en el año 2014 por la
Editorial Nueva Narrativa. Lleva una fotografía en la contraportada de Vania
Vargas. El diseño de portada de Martín Díaz y una dedicatoria a Francisco
Morales Santos y a Carolina Escobar Sarti.
martes, 12 de junio de 2018
UN POEMA INOCENTE (a)
Sucede que Ernest Hemigway le
llamaba leones muertos a sus libros ya terminados. Yo contemplaba mi león moribundo,
antes de darle una despedida justa hacía las manos de mi editor. Pero, por
justas que sean las palabras, me enamoré de la escritura, y empecé, dos poemas
más ya más en broma que en rigor y resultó algo interesante que merece ser
contado.
Logré imprimir el poema extenso y
me entretuve dos días leyéndoselos solamente a los asiduos al Gran Hotel.
Sucede que recibí un poco más que lo que esperaba. Me gustó el ejercicio. Así
que dos semanas después estaba listo con dos poemas en broma para leerlos por
las calles a quien fuera, y quien tuviera la paciencia de escuchar.
Resultó, que mientras lo leía, le
ponía más melodrama y más atención, solo así me di cuenta que la tristeza que
le imprimía al final era innecesaria, ya que el poema, lejos de ser una elegía
era un melodrama. He aquí el poema y
noten el final:
Poema
de las voces.
Dos chicos sentados
en una banca:
-
El sol se come a tu mamá –le dice él a
ella.
La chica piensa “éste está tan nervioso que no sabe qué
decir”.
Pero le sigue la
corriente:
-
¿Por qué?
-
Porque
tu luz es tan grande que la envuelve.
-
Tú eras única para tu papá –le explica
él.
-
Cómo así –pregunta ella.
-
Porque él siempre pensó llevarte de la
mano, eternamente, para siempre, pero te soltaste.
Y te vi
nos vimos
fue cuando enamorados
nos escondimos
debajo de una frazada
una gran sabanota.
Y solo tú sabes cuánto
trabajo
Nos costó salir de allí
sudando.
Éramos uno contra el
otro:
tu una carta de
tréboles
yo una de diamantes.
Y te dolió que me
fuera.
Pero morir es sano
y el único enfermo
crónico
tenía que ser mi
destino.
(abre los brazos
dramático).
Cuando me di cuenta de tal problema,
fue mucho mejor la lectura y en verdad me divertía verlos reír cuando yo
levantaba los brazos, trababa los ojos y me hacía el muerto.
El poema habla de un muchacho que
primero se hace el tonto, en seguida sorprende a la chica, después logra lo que
quiere y luego se hace el muerto para seguir en busca de otra conquista. Aunque
el poema lo escribí yo, normalmente en un trance tour de forcé, este era supuestamente sencillo y terminó siendo
complicado, ya que me hizo darme cuenta de que un poema siempre esconde algo
más.
Del poema extenso todavía no recibo respuesta, solo puedo decir
que una chica me invitó a dos cervezas en La
Llorona y luego, en lo que fui al baño, me encontré con una nota que decía
un gracias. Halago.
Me había robado el manuscrito completito.
jueves, 31 de mayo de 2018
UN DIARIO PERSONAL
A vos
mí consentida de la calle.
Tu que no escribes ahora, que no te
detienes por las palabras esmeriladas, sino que dices todo con sandeces y como
te nace, que es entonces la mejor forma de palabra bien dicha. Recuerda que yo estoy
al acecho de eso mismo: el desaprender, que es casi como olvidar las aulas por
la calle. Y mi madre ya me desconoce y me reprende. A tu lado, pude graduar
todo lo que antes creí que era correcto o sincero.
Hola. ¿Cómo estás? Que de buen humor
hayas despertado. La felicidad es parte de este viaje por separado. Porque tú y
yo vamos paralelos, y lo que nos une es mucho y tan poco. Juntos vamos, pero
por separado. Es parte de esta magia tuya, guardarte del primero hasta el
último secreto.
Como que no fuera cierto que marchamos
jugando desde el primer día. Tu palabra bipolar, yo neurótico y paranoico (que
casi son lo mismo). Vos te vas por la derecha cuando yo quiero por la
izquierda. Y no es política de maniáticos, ya en la biblia era normal que
existieran desajustes. Guerritas de poder y gloria.
Nos despedimos con un beso traidor por
la mañana. No sabemos nada de nosotros en esta soledad de madrugada. Dormimos
como amigos, uno de cada lado, espalda con espalda; de pronto que te volteas y
ordenas un beso y sexo, como quien pide un café
Latte.
No nos volvemos a ver hasta la tarde.
Pero además, al despedirnos, casi nunca nos volvemos a ver, para ver a si vamos
a extrañarnos.
No cerramos los ojos juntos y a la hora.
Yo me desvelo viendo Natural bornkiller´s.
Vos roncando amenizas la cama con
quimeras.
Ya pasó el amor.
Ya voló en mil pedazos la pureza.
Solo quedó entre los dos, rugiendo, el
desvelo de pasión trasnochada y loca, con lo que sea sexual.
El orgasmo y el placer de coger por el
mal truco de jugarnos la vuelta.
A mí me conviene en parte ese desorden
mental. Lo sé llevar sin enfermarme. No soy celoso. Ya amé de verdad y esa
época fue eterna hasta su muerte. No me molesta pasar el tiempo solo, que tener
a alguien como lobo, solo comer cuando el hambre arrecia y se degenera la gula.
Fui así todo el tiempo con todas esas.
Dulces mortales ardientes. Yo les decía:
te
voy a decir un poema
tu
eres el poema
tú
lo dices cuando pronuncia tu mirada
el
sí del día
tusos
las letras y su significado
te
mueves como la palabra de boca en boca
tu
eres el poema
desnuda
me conmueves
y
me quitas
palabra
por palabra
el
ego de creer
que
yo te escribo
¿Qué pensaran ellas entre recuerdos de
esos años?
Que fui loco, tonto y enfermo, o que
simplemente no fui y muchas gracias al olvido un aplauso. Algo de eso habrá o
de lo otro más fuerte, indecible. Esa sabiduría que se conoce de uno mismo y es
prohibido decirla.
Pero regresando a lo dicho.
Con vos ya sabemos: nos hemos dicho
tanto en insultos que nos hemos enemistado para siempre y sin darnos cuenta. No
lo sabemos del todo, ni eso, ni desde donde se arrastra esa culebra de sangre
sobre el suelo.
Estamos armados de cuchillos y cuetes.
Y las cicatrices abiertas nos han matado
ya.
Traspasados.
Heridos de muerte, no lo sabemos
aparente o cierto.
Jugamos a no saberlo, a ignorar si
sabemos o no sabemos leer y escribir nuestra propia vida de fantasmas.
Nos hacemos, además, los locos y
actuamos tan bien para un Oscar. Nos engañamos a nosotros mismos y, a lo otro
de nosotros y los demás se dan cuenta. Y se preguntan lo que nosotros
debiéramos.
¿Para qué?
Para no estar solos, para no verse
desamparados, para no amar, para seguir odiando.
Los dos somos voraces y cenamos juntos
como sagaces, pero no nos saciamos.
Estamos partidos a la mitad y la comida
se nos cae por todos lados.
Nadie nos puede ayudar en esta desunión
mística.
Para mejores canciones, solo nos nutre
la envidia
-el error-
Los dos momentos sospechosos son:
cuando te vas.
¿A dónde vas?
5:30
7:30
11:30
6:00 a.m.
Cuando regresas, llegas.
¿De dónde caes, cuál es el royo de
nuestro abandono?
Pero me lo merezco a medias.
Yo busqué esta redención.
Y parece que todo está yendo de
maravilla.
Pero no es tan fácil.
Es divertido, es erótico, hay un engaño
tácito y me siento sin tanta culpa.
La más exquisita lívido.
Mas. Seguimos estando juntos a pesar de
tu plexo solar desubicado y a destiempo.
La locura no es excusa.
Yo mismo he sido víctima de mi razón
delirante. Verdad. Mentira. Tautologías tales como tu lengua en mí, cuando la
bajada se vuelve subida enloquecedora.
Sexo.
Sexo.
Y algo de ruego y caricias.
El mejor viento de cambio de Escorpions.
Tu silbo de boa constrictora.
Y el juego primero de besarnos con otros
fines, mientras dejamos al amor en su sala de espera, pensando que entre los
dos solo hay uno o dos momentos importantes en todos esos mil doscientos
días.
Estamos jugando a no querernos para
matarnos juntos.
Hasta luego.
Beso hipócrita.
Vuelve, dice ella.
Luego vete.
Vuelve a mentirme a los ojos.
Regresa a mentir con tu boca a los ojos.
Las auroras boreales eran idénticas en
los dos polos.
Por el magnetismo y la vida secreta del
orden.
jueves, 10 de mayo de 2018
VIENDO LLOVER FRENTE AL PALACIO NACIONAL
Pude
ver la aglomeración y el verdadero fragor popular frente al Palacio Nacional detrás
de la marcha que iniciaron locatarios del híper-mercado La Terminal. A
diferencia de los maestros, esa manifestación si parecía honesta. Incluso,
menos obstáculos a su paso, demostró ser breve y concreta; no como ésta de
maestros que aun protegidos por la policía nacional y quien sabe que otra
fuerza, intentaron desalojarnos a mí y mi acompañante, con tan solo una libreta
universitaria y un lapicero multicolor de Spider-Man.
-
Este lugar es solo para maestros. Se van
o los saco a la fuerza –dijo un oficial de azul, que además estaba escoltado
por tres policías de beige.
Ayer (nos) quedamos a dormir en el
Portal del Comercio. Primero hicimos unos huevos revueltos con salchichas en una
estufa improvisada por una profesora muy amable que nos invitó a cocinar en sus
sartenes. Fue muy educada y generosa, a
tal punto, que nos regaló café con leche. Ella estaba en el centro de la plaza
del Parque Central, casi invisible entre la infinidad de carpas que se
conectaban, como en trance unas a otras, por medio de lazos sintéticos que sostenían
unas y, levantaban otras y, aseguraban a las demás, en una red tan laboriosa
que yo digo que si cortábamos una unión, se caía el mundo.
Claro que no todos los maestros están
allí por el mismo propósito. Los hay de
todas clases e intereses. Hasta hace poco yo no sabía que el 70% de los
guatemaltecos están dormidos, aunque parezca lo contrario y, el otro 30% están desvelados:
los maestros están desvelados y bastante cansados, pero aun así se levantaron
de sus carpas arábicas y se pusieron a echar relajo y baile, ya entonados…, ya
alegres con su campamento improvisado, frente al palacio en reparación, en una
noche jugosa.
Estamos en Mayo y hoy precisamente
es el día de las madres. A las doce en punto luego de una charla de horas, se oyó
un grito.
¡Feliz
cumpleaños madrecitas todas,
maestras
o no maestras,
compañeras,
hermanas!
Ya había dejado de llover por un
rato. Era media noche y las voces se levantaron con una alegría dionisiaca. Al
final me despertaron. Entonces sentí el frio de los alrededores y a los escandalosos
en su mera salsa compartiendo unas gallo.
Los maestros, estos maestros que
ahora vemos buscar refugio, lentos y pensativos, caminando en la recta del
Portal del Comercio, me dan una curiosidad infantil. ¿Cuánto estarán ganando
por quedarse à l'Etoile? Los
restaurantes de los alrededores han estado sirviendo comidas todo el día. Los más
comerciales: Campero, La Patsy, MacDonald`s, Domino´s y la Little Caesars, se
entusiasman tras puertas cerradas. Y los educadores y educadoras comen muy
bien, y no solo eso, también beben y compran souvenirs, desde perros de peluche hasta elotes locos, esto parece
una feria inventada por una necesidad aparente.
Es
casi seguro que esto sea una peregrinación ideal, algo que empezó con un
esfuerzo por mejorar el estado económico para mantener a una familia y se haya
extraviado en los everglades de la
decadencia. De que hay coherencia en una
imagen bíblica de Moisés rompiendo las tablas frente a un pueblo manifiesto
ante el becerro de oro. En fin, la curiosidad es parte también de mi
naturaleza.
Hoy
a media noche oí ese grito.
Y
sí que vivan las madres. Pero no van a poder seguir viviendo si sus hijos no
van a clases, si los maestros intentan interponerse entre el tiempo y el dinero,
porque esos novecientos millones y su colita, parecen un pacto con el diablo a
fuego lento.
-
¡Mis zapatos… mucha! –chilló enojado,
otro profe por mañana, ya cuando la lluvia era solo una figura abreviada.
Por
otro lado los artesanos, grandes amigos del Parque Central, disfrutan todo esto
con recelo vanguardista, ya saben que la otra semana, de no ser esos mismos pedagogos,
serán otros los dueños de estas edificaciones gastadas, que querrán de nuevo,
cambiar de gobierno.
Lester
Oliveros R.
Foto de El Miljos
Foto de El Miljos
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