*Encontré un librito que escribí con dedicación a las hormigas. Tuve una niñez muy solitaria en la casa de mi abuela y mis amigas, con las que hablaba y confesaba mis alucinaciones eran las hormigas, que por cierto nunca me tomaron en serio porque pensaban que yo perdía mucho el tiempo, pero estaban ahí y eran tan comprensivas cuando lograban escucharme. No me enseñaron nada. Talvez la gente malinterpreta sus apresuradas carreras en fila llevando tanto para los días de escasez. Digo que son malinterpretadas porque, yo que las vi más de cerca, notaba que solo se hacían las trabajadoras en grupo, solitarias eran vagabundas y buscaban diversión.
*El día del trabajo, desde que tengo memoria es un día en el que nadie trabaja y los chicos no entienden porque tampoco van a la escuela. Muchos lavan sus carros y otros salen a trotar por las carreteras con la dignidad de los que no van todos los días a los gimnasios llenos de señoras desocupadas. Otros se levantan muy tarde y encienden la televisión para ver los programas que se pierden estando en la oficina. Otros salen a ver un curioso desfile de gente morena, sudosa, que camina tras ciertos vehículos donde un líder avienta contra la plaza un discurso que no oye nadie por el mal audio y su voz herida. Asoleados, quemados por el sol, con sed y con hambre, los obreros avivan cada año el sentir contestatario levantando una banderola con el nombre de su sindicato. Los ministros, diputados y servidores públicos preparan wiskys en sus cerradas reuniones particulares, hablan de New York o Miami, saludan a sus vecinos en el confort de sus fincas, brindan por el porvenir, ven los atardeceres hipnotizados sintiendo muy dentro de sus conciencias una placidez inmortal al ver a sus hijos jugando con A-K´s47 de plástico.
*La otra vez miraba un documental en AnimalPlanet y hablaban sobre una clase de hormiga que ordeña pulgones y de otras que pueden devorar un cabrito en menos de un día. Son como una horda multitudinaria, sin descanso, sin dejar un solo organismo vivo, limpiando el bosque en un murmullo sosegado. He oído que las hormigas acabaran con Roma, que el agua esta a punto de sepultar a Venecia y que es posible que con el calentamiento mundial Centro América termine, también bajo el agua. Pero me gusta pensar que las hormigas ya han previsto estos cambios y con lo tenaces que son podrían abrir los mismo canales de Roma para drenar un poco el agua marina.
*Celebran el día del trabajo en toda Latinoamérica. Una amiga colombiana me cuenta que en su país habrá un hermoso ocaso. Una amiga Mexicana me ha contado que la fiebre porcina se esta haciendo un juego hermoso, que los chicos ahora comen en familia y que pueden ver infinidad de características en sus familiares que ya no habían notado, que ahora conversan. Los poetas y artistas elementales están muy concentrados en el problema y preparan poemas con temas de enfermedades y otros pintan, pero los músicos beben para mantenerse asépticos.
*Las hormigas invaden esta hoja, espero que el día del trabajo no salgan de sus cuevas, mientras tanto desordenan las vocales y las consonantes como en una gran sopa de letras.
*El día del trabajo, desde que tengo memoria es un día en el que nadie trabaja y los chicos no entienden porque tampoco van a la escuela. Muchos lavan sus carros y otros salen a trotar por las carreteras con la dignidad de los que no van todos los días a los gimnasios llenos de señoras desocupadas. Otros se levantan muy tarde y encienden la televisión para ver los programas que se pierden estando en la oficina. Otros salen a ver un curioso desfile de gente morena, sudosa, que camina tras ciertos vehículos donde un líder avienta contra la plaza un discurso que no oye nadie por el mal audio y su voz herida. Asoleados, quemados por el sol, con sed y con hambre, los obreros avivan cada año el sentir contestatario levantando una banderola con el nombre de su sindicato. Los ministros, diputados y servidores públicos preparan wiskys en sus cerradas reuniones particulares, hablan de New York o Miami, saludan a sus vecinos en el confort de sus fincas, brindan por el porvenir, ven los atardeceres hipnotizados sintiendo muy dentro de sus conciencias una placidez inmortal al ver a sus hijos jugando con A-K´s47 de plástico.
*La otra vez miraba un documental en AnimalPlanet y hablaban sobre una clase de hormiga que ordeña pulgones y de otras que pueden devorar un cabrito en menos de un día. Son como una horda multitudinaria, sin descanso, sin dejar un solo organismo vivo, limpiando el bosque en un murmullo sosegado. He oído que las hormigas acabaran con Roma, que el agua esta a punto de sepultar a Venecia y que es posible que con el calentamiento mundial Centro América termine, también bajo el agua. Pero me gusta pensar que las hormigas ya han previsto estos cambios y con lo tenaces que son podrían abrir los mismo canales de Roma para drenar un poco el agua marina.
*Celebran el día del trabajo en toda Latinoamérica. Una amiga colombiana me cuenta que en su país habrá un hermoso ocaso. Una amiga Mexicana me ha contado que la fiebre porcina se esta haciendo un juego hermoso, que los chicos ahora comen en familia y que pueden ver infinidad de características en sus familiares que ya no habían notado, que ahora conversan. Los poetas y artistas elementales están muy concentrados en el problema y preparan poemas con temas de enfermedades y otros pintan, pero los músicos beben para mantenerse asépticos.
*Las hormigas invaden esta hoja, espero que el día del trabajo no salgan de sus cuevas, mientras tanto desordenan las vocales y las consonantes como en una gran sopa de letras.