Conjuro I
Conjuro por el cielo de plata
la mañana dorada
el medio día rojo
la noche blanca
y las horas de agujas de pino,
/
Conjuro por tu corazón agridulce
tu torso salado
tu alma triste
el espíritu de mis padres juntos
y el miedo a los calendarios sin mi,
/
Conjuro por vos y tu boca escarlata
por vos con tus ojos brazas
por vos con tus ojos venéreos
por vos con tu cuerpo sin alas
por vos y tus trenzas de lana
por vos que ahora mismo te despedís
como si fuera para siempre o nunca
por vos con su memoria
y la historia de todos los de corazón cocido
por esa foto juntos
por ese misterio que sembraste en todos
por el caudal de tiempo por dejar correr,
/
Ahora te conjuro
de una vez y para siempre
para que los domingos sean de gracia
los lunes de ave
los martes de barco y puedas izar vela
los miércoles te alcancen la horas
y te busquen los puertos
los jueves empieces por el sol y no te llore la luna en las rodillas
los viernes termines siempre en una cena mayor
y finalmente,
los sábados podas amar como ni un dios
ha podido en las religiones del hombre:
sin condiciones, sin preguntas y sin ropa.
Conjuro por el cielo de plata
la mañana dorada
el medio día rojo
la noche blanca
y las horas de agujas de pino,
/
Conjuro por tu corazón agridulce
tu torso salado
tu alma triste
el espíritu de mis padres juntos
y el miedo a los calendarios sin mi,
/
Conjuro por vos y tu boca escarlata
por vos con tus ojos brazas
por vos con tus ojos venéreos
por vos con tu cuerpo sin alas
por vos y tus trenzas de lana
por vos que ahora mismo te despedís
como si fuera para siempre o nunca
por vos con su memoria
y la historia de todos los de corazón cocido
por esa foto juntos
por ese misterio que sembraste en todos
por el caudal de tiempo por dejar correr,
/
Ahora te conjuro
de una vez y para siempre
para que los domingos sean de gracia
los lunes de ave
los martes de barco y puedas izar vela
los miércoles te alcancen la horas
y te busquen los puertos
los jueves empieces por el sol y no te llore la luna en las rodillas
los viernes termines siempre en una cena mayor
y finalmente,
los sábados podas amar como ni un dios
ha podido en las religiones del hombre:
sin condiciones, sin preguntas y sin ropa.
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