lunes, 4 de enero de 2010

REVISTA AMALGAMAS ERRANTES/ R.R.


Amalgamas Errantes:
Uno agradece cuando le abren las puertas, uno sabe que esos recuerdos los va llevar por toda la vida. Más allá de los margenes del mundo para mi el cielo sigue siendo un disco eterno, apenas coincido con los nuevos conceptos imaginarios, por mis limitaciones espaciales, pero qué va, Rafael no esta en España, ahora está en Guatemala y desde aquí nace su ingenio.
Estos son algunos de los versos humanos que conforman esa plataforma poética:
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Pueden ver la publicación en Amalgamas Errantes de este texto:

miércoles, 30 de diciembre de 2009

PROPOSITOS MAGICOS PARA EL DOS MIL DIEZ (2010)


Me olvidaré de la aritmética del calendario en la pared y borraré de mi mente los minutos, los segundos y las horas matemáticas. Miraré al fondo de lo infinito para encontrarme con algún hermoso dibujo troglodita. Trataré de ser un árbol, una gaviota, una roca con líneas blancas, intentaré ser el agua. Voy a ejercitar el ejemplo del ave. Seré más que transparente, sin bordes ni reflejos, dejare por un lado la presencia de mí. Ejercitaré el privilegio de las nubes. Armaré ciudades esféricas que floten por algún parque central. Me adiestraré en el vaivén prismático de los mares migratorios. Veré a los recién llegados de algún viaje y les haré dibujos con algún cordel imaginario. Dibujaremos con los ojos cerrados garabatos infantiles para colgar en las más suntuosas galerías de la zona. Vagaré por la sexta avenida viendo a los poetas vender cinchos y zapatos, a los malabaristas intercambiando aretes de plata, a los carpinteros de la palabra haciendo suertes a las nueve y media, y meteré mi cabeza rodando a las iglesias, para sentirme en paz con las otras partes de mi cuerpo (porque me gustó el San Judas Tadeo de la Merced con su grupo de oradores multiplicándose en la entrada). Iré al mercado central y bajaré las gradas sucias hasta sentir el olor a incienso de las vendedoras místicas de perrajes típicos y sabanas bordadas de a miles de quetzales. Miraré con orgullo la clarividencia de las vendedoras de verduras. Caminaré, casi distante, de los mercaderes de candelas y los rostros estilizados de los santos, reyes y los mendigos canonizados por el Vaticano. Me olvidaré de ti, para soñarte por las tardes. Saldré vestido de traje de gala a sentarme a la plaza frente a la fuente del maestro Galeotti, recordando a Joaquín Orellana y su bella música flotante. Me dormiré mañana y pasado mañana soñando con tus tatuajes y tratando de volver a verte sentada en aquella banqueta, jugando a darme de comer en la boca, tratando de hacerme feliz a través de tus manos. Caminaré hacia el Gran Hotel recordando, siempre recordando, me iré al Ex –Céntrico buscando retornar y siempre volver a verte caminando en círculos mientras yo filmo tus locuras o te tomo una foto frente al edificio de Telgua. Iremos más allá y nos perderemos cada uno por la doce calle hasta encontrarnos en la diez y siete, tomarnos de la mano, y meternos a un hotel barato a fumar un poco de la vida nocturna de la gente privilegiada con el amor. Talvez me permitiré, en esta temporada de año nuevo, regalarte una estrella fugaz que nunca pasara de nuevo mientras vivamos, que no será estrella sino cometa, un cometa Halley sólo para vos imaginado.

sábado, 26 de diciembre de 2009

BREVES ANOTACIONES DE FIN DE AÑO/ POESIA TERRENAL


La tarea que se proponen los poetas da risa. La poesía es una gran broma cierta. Pero que alguien haya por lo menos intentado un buen poema es un buen chiste. Los poemas que he leído hasta ahora son todos unos trozos fragmentados de otra cosa que nada tiene que ver con la poesía. No hablo ahora de los buenos trozos que he leído, hablo de los volcanes de letra impresa que no dicen nada para nadie. Eso me da risa, porque sé que en el fondo esa nada es la que hace que la verdadera poesía sea válida aunque no se sepa el idioma materno en el que fueron escritas esas líneas. Por ejemplo Kipling. Por ejemplo, Pessoa. Por ejemplo, Martí, y esos no eran poetas, eran narradores de una realidad alterna insufrible. Después de esta revelación yo no quise ser poeta. Pero ser poeta es un oficio que tampoco se busca. Es un llamado como diría ese señor gordo que era pastor de la iglesia donde asistí desde niño. Los llamados a escribir poesía mueren trágicamente. Según he leído, Gerard de Nerval, ahorcado en una esquina de Paris. Romanticismo más que intolerable. Neruda, como Papa. Modernismo interesante. Rubén Darío, no sé como moriría don Rubén Darío. Lo que sé es que anoche leyendo Ortega y Gasset encontré una alabanza a tan misteriosos personaje. Pero otros han sido pose y también, por qué no, tienen su merito. Me gusta por ejemplo exaltar los defectos de otros porque sé que estaré presto a caer en ellos y hasta revolcarme en sus ideales. Así soy. No soy poeta, talvez soy un poco como tantos han dicho de mi, un adulador experimentado, quizás, no quiero decir esto, pero en el fondo creo que ese fantasma que se llama poesía es tan solo un montón de ficciones sutiles y muy bien dibujadas por el primer hombre que dijo algo con elegancia. No hablo ni siquiera de Oscar, el divino Wilde. Hablo de un personaje muy bien escondido por la Historia. Creo que esa historia que siempre nos contaron sobre el origen de la poesía es inventada. Simplemente no creo en ella. Creo que la historia debió ser otra. Un sin fin de casualidades. Usted dirá, más adelante, un sin fin de líneas cartesianas. Lo digo así, porque usted es matemático. Algunos poetas se creen que son poetas de verdad y logran escribir algunos enredos que podrían ser creíbles momentáneamente, es más, a veces, hasta logran convencerme por unos minutos, y otros hasta me conmueven, pero luego me doy cuenta, cuando los releo a los meses que se han secado. Eran rosas momentáneas, por decir una frase romántica. Pero algunos mantienen su rigidez original y entonces se vuelven peores, esas son a secas, rosas del plástico mas vulgar. La poesía, ya lo oí por ahí, es algo que aburre contar. Tratar de contar un poema es tedioso y hasta se puede meter uno en problemas por eso. No vale la pena. Pero a estas alturas, quien soy yo para juzgar a nadie. Soy acaso un académico. No. Me meto a decir estas cosas así porque he leído algunos buenos trozos de poemas. Me gusta mucho leer un poema sin nombre y que me abra un panorama. Eso es un milagro. Hoy por ejemplo amanecí con un recuerdo absolutamente dichoso, la primera vez que leí algo de Huidobro. Las mujeres que están ahí guardadas son de oro. Me gusta esa sensualidad mística, qué se yo, quizás este cometiendo un gran sacrilegio. Pero por hoy quiero desahogarme, tratar de hilvanar este gran desvarió y luego tirarlo a la basura que es a donde han ido a parar todas mis grandes ideas que de grande sólo tenían la g. Si, yo también me creo, muy secretamente alguien que puede escribir por lo menos un buen poema. Pero de poesía no sé nada. Solo voy juntando fragmentos de no sé que. Pienso a veces que mientras más incoherentes, más revolucionarios, más transgresores, innovación. Eso sé. Inventarme versos con rostros de amantes. Pero no soy realmente tan bueno. Hay mejores que yo en eso de tratar de ser artista. A veces los envidio porque se ven como artistas y yo permanezco como una persona a la que le falta el valor de decirle a todo el mundo que yo también escribo, y creo, que a veces hasta pienso que podría ser mejor que esos aparentes poetas. Lo creo porque los noto muy seguros. Y lo creo porque dudo de mí. Recuerdo cuando leí algo sobre Miguel, ese poeta que odiaba a los indios y con los que hizo tanta fama, Asturias. Me pareció un poeta fascinante. Pero luego de dos años, y tras la lectura de los Malditos y Joyce, lo vi como un buen artista del disfraz. Era lógico. El aprendió de todos. Creo que para ser artista también hace falta volverse otro, y talvez por hoy quiero ser yo mismo.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

BREVE HISTORIA DEL NIÑO JESUS


κα λέγει ατησος· α λώπεκες φωλεος χουσιν κα τ πετειν το ορανο κατασκηνώσεις, δ υς τονθρώπου οκ χει πο τν κεφαλν κλίν.*
Jesús
Jesús nació en un pesebre en Belén. Según cuenta la Biblia en los primeros capítulos del libro de Mateo, quien inaugura el Nuevo Testamento con la genealogía desde Abraham hasta José. Esa noche, también dicen que se les apareció un ángel a unos pastores, y una trashumante caravana de magos reyes y astrónomos llegaron hasta el pesebre guiados por una estrella. Muchos han querido adivinar estos acontecimientos y han dicho que la estrella era un cometa, un OVNI, una estela boreal, un ángel. El discípulo de Jesús, treinta y cuatro años después nos relata que era una estrella, pero no sabemos cual era su fuente de información. Imaginamos que Jesús pudo contarles estas cosas transmitidas, quizás por María y José sobre los acontecimientos extraordinarios de su nacimiento. Pero es evidente, en los evangelios, el carácter humano de Cristo a pesar de los milagros sin explicación. Uno de sus primeros prodigios fue convertir el agua en vino. También multiplicó los panes y los peces. Comía en los banquetes a los que era invitado por gente rica y bebía de su vino con una alegría que perturbaba las costumbres de los estudiosos de la Tora. La vida de Jesús siempre fue contradictoria para los fariseos que se codeaban con los más tiranos de los romanos. Al sólo verlo se turbaban. Según J.J. Benítez en su Best Seller El Caballo de Troya, Jesús media casi los dos metros de alto. Me gusta la referencia, a sabiendas que es ficción, porque también me lo imagino así por su linaje de una de las más aristocráticas familias judías. Pero me gusta más imaginarme a Jesús conversando con las prostitutas y haciendo Rock and Roll en el mar de Galilea. Jesús siempre decía cosas basadas en el universo y en leyes inmutables, habló del dar, de el menor esfuerzo, de la vida eterna. Nadie sabe donde aprendió esto, o si fue producto de una gran revelación. Facundo Cabral, dice que fueron los maestros esenios del Mar Muerto, en donde años después fueron encontrados unos royos en los que estaban escritos múchas referencias a Jesús y datos sobre su vida secreta que no aparecían luego en los evangelios publicados por la iglesia.
Lo cierto es que ahí estaba Jesús haciendo milagros por todas las ciudades de un Israel sitiado por los romanos. En un tiempo de suprema esclavitud hablando de libertad y de reinos transestelares, resucitando muertos y devolviéndole la vista a cuanto ciego se le acercaba. En algunos pasajes se nota que tenía un carácter fuerte, que con sólo hablar podía molestar a muchos, y sus discípulos lo oían hablar parábolas sin saber de que hablaba realmente. Eran doce hombres, pastores, pescadores, un recaudador de impuestos y un soplon e informante que creía en Jesús como el nuevo liberador de su pueblo que iba a motivar una revolución violenta contra el imperio Romano.
En sus últimos días de vida, estaba más que iluminado. Hablaba de un sitio a donde los discipulos no podían ir aún. Habló de que el pan era su cuerpo y que el vino era su sangre, habló de que el hijo del hombre debía pasar por una traición y que sería llevado cautivo y luego asesinado, pero que era necesario para que se cumplieran las escrituras. Imagino a estos hombres consternados a la par de este rock star de la antigüedad, que movía multitudes y hacía que se calmara el viento y las aguas del mar con solo oir su voz.
Perseguido, incomprendido, lúcido. Nacido en un pesebre en Belén, una de las ciudades más pequeñas y perdidas, no comprendería nunca que su cara se reprodujera en playeras, posters, oleos y películas por dos siglos después de su muerte, que se comerciará con las creencias y que se fuera creando, bajo los mármoles y el oro del Vaticano una religión tan errada y corrompida por estos nuevos discipulos. Imposible creer que todavía leen el milagro de Casiodoro de Reina y Cipriano Valera todos los domingos en los Megatemplos del mundo.
Tan extraños son los sucesos, de una historia tan bella, que es imposible creer que en el futuro se siga celebrando la navidad de una forma tan enferma.
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*Y Jesús le dijo: Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza.
Fotografía: Corazon Ardiente, Jam Montoya

lunes, 21 de diciembre de 2009

CINE VACIO /A BRITTANY MURPHY



El universo de
tu mano diciendo adiós,
al corazón del espectador
-son las interrogantes de una trama
que termina con un sueño actuado
en el suspenso siempre falso de un cine vacio-

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...