lunes, 15 de junio de 2009

ENTRE TODA TU (ENSAYO MULTIFONAL)


Si, viendo estelas Mayas y respirando el aire de Machu Pichu, entre las torres sin nombre de tus pechos y bajando a la hermosa flor de tus caderas

Quiero que te vuelvas gata pantera leona, quiero que grites arañes muertas sangres mates, quiero que vivas mueras resucites nueve o veinte veces a miles de segundos por hora, a miles de kilómetros entre toda Latinoamérica, quiero que me susurres hables cantes llores rías y acabes perdonada.

Que brinques trepes y juegues, que beses lamas y saborees, que te enciendas sutil, que me ruegues mal, que me pidas llorando gozando, que te vuelvas lo que yo quiero en ti, que me hagas desaparecer en ti, entre toda tu.

Que suspires gimas, que te arrastres ronroneandome, que te estires y te cargue como perra, que te abras como el cielo en celo, que te esfumes aromática, que me leyendas escribas, que te arrodilles sangrando, que te dejes adorar dorada, que te dejes amar gritando.

Que me llames papá, que me tires besos riendo hablando de lunas estrellas, de nubes montañas, que te duermas pensando, que te futures, que me masturbes escondida, que te disfrutes tu misma y termines gozándote, que me hagas valiente matando sueños efímeros.
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Fotografía HHM

viernes, 12 de junio de 2009

DIBUJOS DE NIÑO (5)


Siempre termino dándome cuenta que un sólo evento por pequeño que sea, potencia engranajes trasparentes y cadenas versátiles que mueven otros mecanismos bifurcados en miles de (re) acciones que se ramifican como las raíces de una planta o como la extensa red vial de Alaska hasta la Tierra de Fuego. Es posible, que, como la luz de estrellas muertas, algunos eventos hechos en nuestra niñez o adolescencia sigan bifurcándose y llevando el mensaje puro de una comunicación anterior que nos permite reconocer en los otros esas ondas de fraternidad y placer enviados como cápsulas al espacio en épocas en las que no sabíamos ni pronunciar un lenguaje. Esto sucede secretamente, dándonos la posibilidad de mantenernos felices sin el sobresalto del espacio-tiempo.
Ha comenzado a enviar estos mensajes con un ludismo radical. Nos hace reír con frases tan breves. Dice por ejemplo “que el quisiera ser grande para poder corregir a su abuelo”, y todos nos reímos pero hay allí una sabiduría reciente y pura, sin adornos; también nos dice “que cuando sea grande quisiera ser policía para meternos a todos a la cárcel”, y para cualquiera podría parecer una frase dicha sin razón en la vitalidad absurda de sus cinco años, pero creo que muchas veces se da cuenta del exceso de poder con el que lidiamos los grandes. Ha dicho que quiere ser basurero, bombero, ladrón, repartidor de agua Salvavidas, mensajero, escritor, medico y muchas veces todas estas profesiones a la vez. Hay veces que se lleva bien con todo mundo y puedo leerle un poco de ese libro de Hemingway que llevo por todos lados buscando evocar algún fetichismo romántico, pero normalmente lo leo sanamente para que el niño entienda de que se trata, despacio le voy explicando la tarea que describe el escritor y de la forma tan natural que habla de sus amigos: James Joyce y Pacin, y la forma que miraban el mundo. El niño se ríe, es muy vivo, despierto como diría mi madre, y merece que le cuenten como es el mundo de verdad. Bueno, tendrá que esperar un poco, yo no soy su padre, y su madre se mantiene muy ocupada, talvez el abuelo lo lleve a ver la vida.
Por el momento el niño sigue enviando sus infimos mensajes de libertad radical a todos los receptores que puede.

miércoles, 10 de junio de 2009

LA OTRA FIESTA DESPUES DE LA FIESTA/ARBITRARIA MUCHEDUMBRE DE PABLO BROMO




No toques el saxofón. Deja que él te toque a ti.


Charlie Parker




Un 9 de Junio nace Johnny Depp, y para variar, es abolida la esclavitud en toda Norteamérica, se suicida Neron, muere Charles Dickens y nace el Pato Donald. No sé los motivos para que Pablo Bromo presentara su libro en Sophos el día de ayer, 9 de junio, a las 7:30pm, con la casa llena de amigos, entre dos buenos escritores: Javier Payeras, y Francisco Alejandro Méndez.
Estaba con mi novia en la terraza de un bar cuando vi pasar, media hora antes, a Julio Serrano. Aquel iba envuelto en su propia música. Intempestivamente salté de mi asiento, dejando mi cerveza y a la chica, y corrí a saludarlo. Aquel se asustó.
- No te conozco –me dijo al reaccionar, mientras se quitaba los audífonos.
- Mirá, yo soy el chavo que te mandó el relato –le dije comprendiendo su freak.
- Haaaaa, sos voz –me respondió ya aliviado –mirá pues, la maldita paranoia.
- ¿Qué, tengo planta de marero? –le pregunté, en broma.
- No, hombre –me respondió.
Iba también a la presentación del libro de Pablo Bromo, Arbitraria Muchedumbre, y le comenté sobre su trabajo y le dije que era un gusto saludarlo.
- Pues mucho gusto también vos, más tarde vamos a hacer algo, va haber after –me dijo.
- Allá nos vemos –le respondí riendo todavía de la reacción de aquel, y por el hecho de no pesar antes, lo que se podría pensar de un desconocido, parándolo a uno en plena calle de la zona viva con una emoción que bien se pudiera confundir con criminalidad fanática.

Acabé mi cerveza y caminamos con W hasta la Plaza Fontabella. Javier y Francisco estaban conversando animadamente con algunas personas invitadas a la recepción y Pablo era sostenido, en plena dialéctica, de una copa de vino tinto que degustaba con buen humor mientras saludaba a los demás que iban llegando. La sala fue propuesta para una celebración diferente, habían mesas (no filas de sillas como en otras ocasiones). Vi el bigote daliliano del Neco acercándose entre los estantes de libros y llegaba con su pareja, una australiana de ojos delicados, que luego nos enteramos, enseñaba ingles y podía ser, aparte de un buena amiga, el más interesante dibujo estético a la par de un latino rockanrolero con planta de mosquetero. Se sentaron a nuestra mesa. Entre la conversación, le pregunté a Neco por su lectura del Popol Wuj, mientras se ponían cómodos y empezaban a bromear con la seriedad y la compostura que corresponde a un lugar lleno de gente conocida. Me respondió que sólo lo había leído en una ocasión.
Le había pedido a Pablo Bromo una entrevista cortísima con tres preguntas para el boletín de la Facultad. Para cuando empezó todo, me di cuenta que no llevaba lapicero ni papel. Me alivió que W llevara un bolígrafo.
Javier construyó un interesante discurso sobre los orígenes de éstas literaturas, habló de esos niños desamparados al televisor que gozaron del milagro del Cable con sus setenta y nueve canales aún en sus idiomas originales, de la cultura del Atari y Nintendo, intercalando frases como “nosotros no sabíamos que había guerra y conflicto armado hasta que vimos CNN” , “mis primeros poetas fueron Giovanni Pinzon con Bohemia Suburbana, La Tona (señalando a Neco, que le sonreía modestamente al auditorio), y esas bandas de Rock” , y luego dijo algo de lo que ya antes había discurrido en la entrega de su libro “yo todavía no he hablado con alguien que me hable como en las novelas de Thomas Mann, se le ha reclamado mucho a nuestra generación el no tocar los grandes temas, pero a nosotros nos han gustado más los temas sencillos, describir el color de las botonetas al sacarlas de la bolsita negra, estos temas son los que miramos y oímos a diario”, dijo, parafraseando un poco su discurso. Leyó un texto del libro de Pablo y luego le dio la palabra a Francisco Méndez que también retomó el discurso de estos nuevos tiempos donde ya no hace falta un compromiso político; habló de Artaud y de los poetas vanguardistas que fueron llamados unos “niños malcriados”, también discutió el trabajo de ir contra corriente con el realismo mágico liderado por Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, el Boom, y esta nueva forma de contar la vida de una ciudad de madrugada en medio de la fiesta.
Pablo Bromo estaba visiblemente emocionado. Ahí estaba la portada de su libro, cápsula tras cápsula, y la música se hizo escuchar con los primeros acordes. Érase un escritor músico. Habló de la frase de Manuel José Arce de cómo es querer y al mismo tiempo que le duela a uno
[1] querer a Guatemala, sobre los After Party´s, y la buena música. Mientras la canción de sus palabras resonaba en esa sala, recordé la primera vez que lo había visto, con su acento argentinizado por Charly García, Fito Páez, y Espinetta, y recuerdo que llegamos a la casa de Francisco al After, ahí estaba aquel en un sofá en una habitación muy pequeña, realmente disfrutando de la cerveza, realmente oyendo Bjork; luego recordé la ocasión en la casa de un tal José (que había trabajado para MTV, y había tenido el raro juicio de darme dinero para comprar toda la cerveza que quisiéramos), y nos ponía la música que queríamos en su gran sofá que le daba la vuelta a un gran salón (esto era en la zona 4), y allí estaba Pablo Bromo bajo la influencia de los Fabulosos Cadilacs y Depeche Mode, entre R.E.M y Tom Waits, y La Sonora Santanera, luego la madrugada, la luz que va naciendo mientras fumada a fumada uno termina viendo la sumisa, tierna y pura, luz blanca de la mañana del otro día.



Pablo termina de leer y la gente sonríe. Ha estado magnifica la lectura, me dice W, yo le pido el bolígrafo y corro a la mesa con una servilleta. Pablo firma libros y en un receso, me responde.
- ¿Cuál es el SoundTrack de tu vida, y tu cuadro favorito?
- ¿Me hablas de bandas o canciones?
- Había pensado en una canción que tuvieras en mente, pero decime una banda.
- The Cure –me responde mientras brinda con Marré – ha, y el pintor, cualquier cuadro de Miró.
- ¿Dónde te asaltó la idea de escribir Arbitraria Muchedumbre y qué sonaba de fondo?
- Fue en un After como a las 3:00a.m., rodeado de buena compañía y escuchando la mejor música.
- ¿Cuál es tu programa de TV favorito?
Luego de pensarlo y repensarlo, me dice que tiene muchos favoritos, yo le repito que sólo debe decirme uno, le menciono Seinfeld, y le brillan los ojos, cuando me dice que es muy bueno, y luego, responde por fin.
- Yo creo que The Simpsons.

Es curioso, realmente curioso, por no decir misterioso, por no decir casi ominoso. Me olvidé mencionar que el 9 de Junio también murió Miguel Ángel Asturias
[2].

Lester Giovanni Oliveros Ramírez
Guatemala 10 de Junio 2009

[1] “no quisiera amar tanto a este país, a esta gente... el amor se me transforma en dolor y eso no es justo”.
[2] 1967

lunes, 8 de junio de 2009

EL EMPLEO PERFECTO PARA UN ESCRITOR

Vivo la vida que es posible para mí.
Paul Auster
*
Un escritor, como recomendaría William Faulkner, podría vivir hasta en un prostíbulo, de guardián, mesero o propietario. Hay escritores que trabajan de maestros y tienen lo que queda de la tarde para el trabajo. Otros se emplean en oficinas gubernamentales con lo que les queda todo el día, disimulando hacer el trabajo lento de fichar documentos olvidados. Otros como yo, tenemos la suerte de poder ver películas viejas a cualquier hora del día, como hoy que veo Smoke, y puedo escribir al mismo tiempo este texto, luego de atender a dos clientes prepotentes que traían a su secretaria para que eligiera una silla barata, económica, casi regalada. No me puse a imaginar cuantas horas pasará la mujer sentada en esa silla, ni si los dos malhablados socios fueran los suficientemente humanos, porque la verdad sólo les vendí la silla y me olvidé de ellos. Smoke es una película que me recuerda El Lado oscuro del Corazón y me gusta; hasta ahora sé que es sobre un escritor, un joven negro y un vendedor de cigarrillos. Recordé el libro de Cabrera Infante Holy Smoke!, y su crónica sobre esta planta tan asediada por los ingleses en la antigüedad. Sobre ellos habla uno de los personajes, contando una anécdota de Sir Walter Raleigh y de como pudo pesar el humo. Pero aún así estoy trabajando, porque trabajo me cuesta estar sentado frente a un escritorio con dos computadoras encendidas en llamas, por un lado Facebook y por el otro Guatecompras.com, que es por donde me dirijo cada vez que el jefe levanta la vista y me mira por medio de espejos ubicados en lugares específicos y que repiten mi imagen sin culpa. Pero ahora no está y esta película es muy buena, aunque me siento contrariado por unos relatos sin corregir y unos textos a medias, pero Smoke me inspira, y veo que el actor es un buen tipo, y yo pienso que los escritores son buenos tipos siempre, aunque a veces quiebren vidrios o beban irresponsablemente, eso es, tú también puedes ser un buen tipo, me digo.
Hace poco, una amiga, me envió uno de esos correos multitudinarios que recomendaban dar gracias por el trabajo que uno tenía, y había fotos de empleos escandalosos. Me gustaría pensar que estoy haciendo un buen trabajo, pero estoy dividido en dos personas, una que hace este trabajo penoso y otra que se divierte escribiendo ésta nota en pleno horario laboral.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...