Tania se acomodó en su escritorio y empezó a leer la primera pregunta. Sé que ella será honesta, dice el fantasma que interroga. Ella se precipita en recuerdos. Sé que ella será sincera y quizás diga la verdad, piensa ese fantasma que pregunta. Ella se esta poniendo cómoda en toda esa incomodidad que da responderle a una persona que uno ha visto sólo desde alguna ventana virtual de un ciber-avión. Logra entrar de lleno a las preguntas inventadas en el intermedio de una conversación sobre el tiempo y el espacio. Ella recuerda que el tiempo es un juguete del que los niños toman los vicios del espacio. Sé que ahora empieza el sextosentido a darle vueltas y vueltas alrededor del ordenador. Tania Hernandez, tengo que ser honesto, parece tan sonriente redactando una entrevista en la que el único personaje que interesa es la poesía que esta en su libro palpitante.
1. ¿En qué momento te das cuenta completamente de ese efecto existencial de las palabras?
Creo que no se ha tratado de un momento revelador, sino de un proceso que tiene origen en la infancia, en el momento en que empezamos a nombrar las cosas que existen a nuestro alrededor, y aún antes, desde el momento en que inventamos palabras cuyo significado completo solo nosotros conocemos. En Love Veintediez cito una frase de Alberto Manguel que dice: "existimos porque nos nombramos y somos nombrados, y porque damos testimonio de nuestra experiencia en palabras compartidas." El descubrimiento de ese efecto existencial nos acompaña a diario mientras las palabras y su magia nos sigan sorprendiendo.
2. ¿Entre todos tus juguetes de la infancia habrá alguno que flote en la memoria todavía?
Como dicen, “no hay peor nostalgia que la de aquello que nunca fue”. Así que lo que más recuerdo es un juego de química que nunca me compraron, pero que, estoy segura, era lo único que me faltaba para reproducir la fórmula química de esa especie de “liana” arañosa, con la que el hombre araña puede volar de edificio en edificio. Estoy convencida de que el menjurje que yo hacía con las cremas de mi mamá tenía la fórmula correcta, solo faltaba el proceso final con el equipo adecuado. Así fue como se frustró una brillante carrera de química y de mujer araña.
3.¿Cuál es la primera imagen que te viene a la mente al ver una hoja en blanco?
No lo sé, pero me da miedo el vacío de las hojas grandes. Para escribir, aunque sean garabatos, prefiero mil veces las hojas media carta o más pequeñas.
4 ¿Te consideras una erudita en cuanto a literatura o escribis desde la perspectiva de alguien autodidacta o empírico?
Erudita no. No creo en la erudición. Creo que el conocimiento es un rompecabezas al que siempre le faltarán piezas. Mi rompecabezas tiene piezas muy variopintas, tanto literarias y artísticas, como las extraídas de la cultura popular, del cine, de la televisión o del cómic. Todo ello conforma la cosmovisión que determina lo que escribo y la forma en que lo escribo. Y, por supuesto, no se puede dejar de lado lo empírico, porque solo se puede aprender a escribir escribiendo y solo se puede aprender a vivir viviendo. Así que en esas estoy, en seguir formándome e informándome.
5. ¿Los poemas que mejor memoriza tu mente?
Los chiquitos. De adolescente memoricé varios, pero después descubrí que disfruto mucho más leyéndolos que recitándolos.
6. ¿Cuál es la imagen de la infancia que podrías poner en un cuadro de 5metros por 10metros, si se pudiera fotografiar?
Yo, de unos 4 años, mostrándole orgullosa mis nuevos calzoncitos de vuelitos a un cura católico. ¡Ah!, aquéllos tiempos de pre-vergüenza y pre-pudor, antes que la “socialización” del colegio me sacara del paraíso.
7. ¿A quién consideras el peor poeta a nivel mundial?
No sé con exactitud, pero creo que se dan a tacos los escritores de canciones de campañas políticas, los de las campañas publicitarias, y los de baladas cursis. Con eso de la Academia y Operación Triunfo, éstos últimos se están multiplicando como cuyos.
8. ¿Qué significa escribir poesía y publicarla en papel en tiempos digitales? ¿Se podrá hacer un símbolo de esto?
Un libro impreso es mucho más difícil de destruir que un libro digital. Un archivo digital lo borras y ya. No hay violencia en ello. Para destruir un libro físico es necesario más fuerza, más rabia, más violencia. El libro, entonces, desde su existencia física, plantea una subversión más palpable y trascendente que su versión digital. Y en el caso de la poesía, tan temida por dictadores y represores políticos, religiosos y morales, una propuesta que se declare dispuesta a trascender en el tiempo es una apuesta valiente contra la anti-memoria. Y en cuanto al símbolo, creo que el símbolo lo dieron desde Pana hace poco: "la guitarra al hombro y el libro bajo el brazo" será por un tiempo el símbolo del artista y del librepensador.
9. Latinoamérica ha dado grandes voces poéticas en todo el siglo XX ¿crees que hay algún discurso de genero en que trasciendan más voces de hombres que de mujeres?
Hace unos años asistí a una exposición de impresionistas mujeres. El cuestionamiento de las curadoras era qué había sucedido para que estas mujeres, que en su tiempo tuvieron tanto éxito y reconocimiento como sus colegas masculinos, no hayan trascendido en la memoria popular. La conclusión a la que llegaron fue que la mayoría de distribuidores e historiadores eran hombres y por eso no habían invertido en la distribución de estas pintoras. Es posible que algo así haya sucedido con las poetas latinoamericanas. Si nos damos cuenta, muchas de las antologías, tesis y reediciones de y sobre las voces femeninas latinoamericanas del siglo XX, se han dado por iniciativa de escritoras o editoras mujeres.
10. Algún empleo del futuro que tenga que ver con la poesía y que te hubiera gustado inventar para las nuevas generaciones de mujeres imaginantes.
Me cuesta imaginar algún trabajo exclusivo para mujeres. Diría que en general para los y las poetas, un empleo genial sería en el cine. Así como hay expertos en “efectos de sonido”, “efectos especiales”, tendría que haber un “experto en efectos de lenguaje”, que se refiere tanto al lenguaje oral, como al escrito y también a la imagen. Las películas de Lars von Trier, por ejemplo, están llenas de imágenes poéticas. En Guatemala se han dado ya varios trabajos muy interesantes en los que la participación poética ha sido crucial.
Fotografía Tania H.
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