martes, 22 de mayo de 2012

LO QUE TRANSPIRAN LAS PAREDES DE UN HOTEL BARATO



“Come back, come back, O Shulammite; Come back, come back, that we may gaze at you!" "Why should you gaze at the Shulammite, As at the dance of the two companies?”
Song of Solomon 6:13

                Parece una mujer bastante valiente, luchadora, quizás una amazona urbana, es la Sulamita. Se aparece de noche, entre la brujeria de las calles, entre el vapor a orines recientes y en medio de la violencia. La primera vez que la vi me sorprendieron mucho unos poemas que relató para un taller que muy dignamente se desarrolló a pesar de ningún presupuesto.  El taller era de narrativa, pero como todo en la vida, se trastocó en un hibrido de poesía y ternura imaginaría. Esa tarde, luego de una tormenta que nos hacía hablar en serio riendo y conocernos, pude oír esos versos que desfiguraban la noche en un olor a plástico en llamas. Mi descubrimiento grande, no fue haber leído en voz alta uno de mis textos publicados por la Biblioteca Walt Witman, sino haber conocido a esa rara periodista que documentaba la piel muerta que dejan los amantes en los hoteles.  
Nos seguimos viendo en algunas reuniones improvisadas, hasta que una noche le dije que se fuera conmigo. Aceptó sonriente y parecía feliz, aunque entre tanta oscuridad no se le vieran la sonrisa… pero si se oyera su respiración. Escribe una poesía marginal. Asume la marginalidad y la defiende, sus palabras parecieran ser collages de imágenes eróticas pegadas con saliva y gritos, nombres y decepciones, escribe desde su cuerpo desnudo, desde los ojos que lo habitan, desde sus manos que tiemblan y su voz que se esfuma en cada jalón de Marlboro. Bebe café más que ron, habla con sinceridad aunque es evidente el tiempo y la experiencia de una vida en busca de su propia voz. Le brillan los ojos cuando, haciendo un ejercicio experimental en el Bar Olvido, me muestra sus dibujos, yo le digo un poema de Cummings que ella no sabe y cree que es mío, le digo un fragmento de If, de Kipling; un verso que aprendí a decir en francés con una mujer malhablada, Toutes les femmes sont salopes, sauf ma mère, pero no le gusta el idioma francés aunque es algo que le recomiendo a todos. Su rostro ya va mostrando una distancia, una aridez, una violenta sucesión de tiempos. Le hablo de la nostalgia y lloro. Las lágrimas se van sumando a sus dibujos que lloran sangre y de algún lugar de su sexo aparece una esperanza contra el aburrimiento.   
La edad es breve, todo es vanidad a fin de cuentas.
Todo se quema, el plástico arde y se deforma.
El papel termina en ceniza.
Las piedras ruedan y el polvo eterniza.
Como un espejo el aro del cielo roto.
Eres volátil como una bolsa de polietileno,
y como el duroport tu cuerpo es transformable.
Solo la piel huele a perfume,
entre la sábanas del fuego.
 Soy creyente de la ternura. 
Creo que no hay nada más poderoso en el mundo que la ternura.  Es un reflejo básico, casi animal, casi en rebeldía con el mundo comercial. Para tener ternura hay que ser muy poderoso. Eso le dije, mientras sostenía un vaso de Venado y jugaba con el fuego de una vela.  Luego todo fue tan fácil que el tiempo se fue volviendo mentiroso.
La cresta del Ahora, ese momento infinito y presente,
ese pasadopresentefuturo, es revivido por el deseo
las confesiones transeroticas y
los vocabularios del argot
más mundano
en seguida la
risa estalla.
-

martes, 15 de mayo de 2012

EL CAMBIO DE PIEL DE CARLOS FUENTES



La literatura, la poesía, la forma de ver el mundo, mi forma de interpretarla, no estaría completa sin la maravilla de haber leído a varios mexicanos ilustres. Una verdadera cadenita, ya lo sé, de Octavio Paz, quién me sentó de una palabra y me dijo quién era yo, a Juan Rulfo y de este a Carlos Fuentes. No voy a pecar de voraz y decir que he leído todo lo que escribió Fuentes, diré que me ha gustado mucho la relectura de Aura, Cambio de Piel y Terra Nostra que según una nota de prensa indiscreta de Gabriel García Márquez, la escribió con un solo dedo, su dedo índice que tecleó más de setecientas páginas de esa novela que ahora mismo alumbro con mis ojos. Precisamente ayer, cuando aún no sabía esa noticia terrible de su muerte, me sumergía en un ensayo sobre Terra Nostra que me dejaba con ganas de llegar a ser un escritor de esa talla, luego de haber escrito sobre todo una temporada de la Edad Media a la Edad Moderna, exorcizar el pasado y volverlo ahora si presente, para saber quiénes somos y porqué estamos en la cresta del Ahora.
Ha muerto Carlos Fuentes, en éste plano fisico. No lo puedo creer. Ayer apenas oía una de sus declaraciones sobre la angustia terrible de que gane la presidencia un inexperto como Peña Nieto. Carlos Fuentes, ese muchacho que escribía envuelto en nicotina y los Beatles.
Cuando leí Cambio de Piel me pareció que Julio Cortázar y él eran los descubridores del elixir de la eterna juventud, la Piedra Filosofal. Luego se les agregó Gabo, al que tanto quiso Fuentes en esos años cuando nacía el cine en esas tierras. Solo puedo decir, que uno de los grandes maestros de la palabra y mesura en México es Carlos Fuentes, otro escritor más que como todos se van uniendo a sus obras en la eternidad, es decir no mueren, resucitan en las palabras.
Carlos Fuentes me presentó a un gran bebedor, un escritor de monstruos, William Stiron, colgué una frase suya en mi libro. Ya ven que todo es una cadenita. Latinoamérica esta poblada de voces que se multiplican en ecos. Sigo leyendo Terra Nostra, porque los grandes no mueren, continúan, solo cambian de piel. No podía ser otro día el que Carlos Fuentes nos hiciera esa broma final, que hoy, el día del maestro en México.
-
-
Publicado en Revista Fashgt
-
foto. http://2neweb.com
-

lunes, 14 de mayo de 2012

Myself with others




A Octavio Paz.


Yo soy yo.
Una vez, dos, tres veces soy.
Una vez soy yo.
Dos veces soy yo.
Tres veces escribí yo soy.
Mi alma es lo que vaga.
Mi espíritu está en el sueño.
Mi cuerpo esta en el suelo
junto al tuyo.
Vos soy yo.
Tres veces reflejada en los espejos.
Mi máscara es de luz
habitan mis palabras el fondo de mi,
estoy en tu sueño como tú en el mío.

Los otros son nosotros: yo soy ustedes y la tierra.
Si al terminar de leer un libro te sientes satisfecho 
es que tu espíritu leyó a la par tuya y encontró una palabra perdida. 

Foto: http://lh3.ggpht.com/
-

sábado, 5 de mayo de 2012

NUBES PERMUTANTES

Comic de Año 0 Cuenta Larga/ Maya Hackers 2012
La poesía es el ancla en las nubes.
En esta tierra donde las piedras flotan
con oasis de vacío.
Se abren los cielos y la tierra.
Se ve a dios pidiendo una ficha.
Profetas cuida carros.
Y de pronto el rapto de la razón,
Kant vestido de mesias en un barco
haciendo señales desde el cielo.
Los ebrios tienen fe de que ahora
estan a punto de caerse los edificios.
II
Los ebrios tienen fe de que ahora estan a punto de caerse los edificios. Se abren los cielos y la tierra. Se ve a dios pidiendo una ficha.Y de pronto el rapto de la razón, Kant vestido de mesias en un barco haciendo señales desde el cielo. En esta tierra donde las piedras flotan con oasis de vacío. Profetas cuida carros. La poesía es el ancla en las nubes.
III
La poesía en las anclas y las nubes
Las anclas.
Esta tierra donde de vacio los oasis flotan.
Cuida carros pidiendo una ficha.
Profetas abriendo los cielos y la tierra.
La razón de Kant de pronto en rapto
haciendo desde el cielo que los edificios
caigan, esos ebrios haciendo señales desde el cielo
con la fe de que los barcos lleven el ahora.

IV
Profeta poesía 
en las anclas
pidiendo tierra a los oasis
que el cielo raptó
caigan esos barcos que los llevan
con la fe a los ebrios desde los edificios
que la fe y Kant pronto no seran nubes
y los cuida carros
caigan ebrios
caigan ebrios
haciendo señales con una ficha.





 
 

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...