lunes, 9 de agosto de 2010

ANECDOTA BREVISIMA DE COMO CONOCI A EFRAIN RECINOS



Tuve la oportunidad de conocer en persona al maestro Efraín Recinos en el Ier. Festival de Escultura en el museo Carlos Mérida. Lo reconocí enseguida, sentado en la grama bajo la sombra de uno de los paredones del museo. Estaba compartiendo con amigos suyos bebiendo alegres unas cubas. Debió notar mi emoción al saludarlo y me invitó a compartir un momento allí con ellos mientras hablaba sobre un poeta ingles y declamaba uno de sus poemas. Fue un honor real. Admiro muchísimo su capacidad creativa. *



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*Esta anecdota figurara en el anecdotario oficial del creador Efraín Recinos.
Fotografía Jorge Palmieri

miércoles, 4 de agosto de 2010

CONTRACANTO/ IVAN OSORIO (I)


Recuedo la negra sangre
bañando los torsos,
nuestro coraje y locura
esparcidos en la arena.

Contracanto


Me regalaron una brújula para mi cumpleaños. La brújula es parte de un planetario que llevaba una bombilla. Con las luces apagadas en mi cuarto se pueden ver muchísimas constelaciones. Boreales y Australes. Ante tanto punto referencial del cielo y de la tierra, leo Contracanto. Es un libro que evoca, desde los antiguos mapas de ruta, primeros intentos de formar ciudades y banderas, hasta remontarse a los clásicos griegos y latinos en una faena marítima interior donde las imágenes de la historia se vuelven al presente con un rostro total. La diagramación del libro es la estética de los primeros intentos por dibujar el mundo. Me gusto mucho la portada y la contraportada. Iván Cruz Osorio es el autor de este anti-canto. Lo conocí en el bar el Olvido y tuvimos una grata conversación con puntos de vista similares sobre los poetas de su tierra. Ivan es mexicano. Me regaló su libro en medio de cervezas luego de la lectura. Lo firmó y dibujó una América de su puño y letra.
Uso lentes oscuros para leer la nueva poesía latinoamericana, algunos tienen tal magnitud que podrían dejarnos ciegos. Así es Contracanto. Iván logró poner títulos próceres de nombres de hombres ilustres que conocimos en los años básicos de nuestra vida para llegar a esa América didáctica: Simón Bolívar, Andrés Bello, Manuela Sáenz, José de San Martin, y otros que fueron reconocidos por su tarea independiente. A más de eso la poética de Iván Osorio es una limpia construcción moderna de verbos refinados de una redacción precisa.
Atalaya y Corifeo. Contracantos que terminan en el amor a una patria ideal, esa que a estas alturas del poema es todo y todos somos. El poema es una serpiente de versos que tragan y vomitan lo antiguo y lo nuevo; alcanza a Europa en su canto y lo vuelve peligrosamente nuestro. Contracanto es una brújula. Ahora ya puedo saber donde esta mi tierra.

Con este verso termina el gran canto-en-contra de Iván Osorio, quizás una profesía:


...yo les diré por qué vivimos eternamente en el ayer,
por qué vivimos de pensamientos,
de dogmas, de errores del ayer,
por qué es el pasado y no el presente
lo que hoy nos condena.


Blog de Iván Cruz Osorio, poeta de Tlaxiaco, Oaxaca, México.

martes, 27 de julio de 2010

33 AÑOS DE ALGUIEN LLAMADO COMO YO


Treinta y tres años
De querer a quien lo pida
Treinta tres años
Como yo quien lo diría.

33, Julio Iglesias.

Recuerdo muy bien aquella nota de Maurice Echeverría. Su vos interna a la mitad de una vida, o a la fracción de una segura eternidad. Lo recuerdo ahora porque leí su nota y me pareció precoz su nostalgia. Yo en cambio no me creo el tiempo de los relojes.
Empezando porque nunca pensé llegar a los treinta, luego de problemas al nacer y complicaciones del corazón, extraños desmayos y perdidas del conocimiento en los primeros años, hasta la edad dificil de la adolescencia. Cuando cumplí diez años realmente agonizaba queriendo ser mayor. A los diez años uno es un enano genial que no conoce el pecado. Yo particularmente era una rara mezcla entre explorador y lector desmedido, y ya a los once fumaba Marlboros Ligth a escondidas. Cuando cumplí veinte años tenía una rabia tan profunda que no me gustaba la ciudad ni la historia de Guatemala, ni mucho menos Miguel Ángel Asturias, así que opté por estar lo menos posible en la ciudad. Unos amigos me celebraron mi cumpleaños y una mujer mayor con un triangulo gigante de pizza entre la boca y la mano, me dijo que los veintes se pasaban rápido. Nunca le he hecho caso a la edad o al tiempo, porque me consterna tener cara de niño: de yo no fui, como diría Dorian Lima. Mi edad biológica es extraña, cada vez que leo un buen libro crezco por dentro veinte años y cuando escribo un relato me quito 5 años. En cada parranda rejuvenezco y me hago viejo por la madrugada en alguna esquina donde me acecha la cruda realidad de los tantos años de fiesta. Soy un vampiro y un tecolote también, como el maestro Ramírez Amaya, que por el apellido podría ser mi familiar. Ahora mismo, luego de los veintes, me reencuentro con Guatemala, leo a Rodrigo Rey Rosa, a los poetas de los años 70`s, a Miguel Ángel Asturias de quien he aprendido a mezclar géneros, me conozco casi toda Guatemala, hago amigos de los poetas y narradores que levantan a cada verso y párrafo una patria alterna donde no habita el miedo y la ignorancia, y el humor es nuestra secta; pero ante todo, a mis 33 años y horas de cumplir lo que sigue, teniendo más de tres siglos en la memoria literaria, sigo siendo el niño explorador y lunático que quiere seguir creciendo.

Un tio, lo recuerdo bien, me dijo alguna vez: fijate que tengo la edad de Cristo. Yo me acuerdo que pense en algún momento que en realidad tenía miedo de morir crucificado.

martes, 20 de julio de 2010

PARTICIPACION EN FILGUA


Daniel Alarcón Osorio,
y su libro Aprender a Quedarse,
Vrs. su biblioteca-universo.


El libro de Daniel Alarcón, es un libro auto publicado, esto es símbolo de la libertades que se pueden encontrar en este texto. En el micro-relato New Age de Aprender a Quedarse, se puede pesar, catar, sentir el bouquet de esa ironía ya sentida en Amo a mi mamá. La crítica de Daniel va duro contra el sistema. Hay suficiente intuición Kantiana para saberse ingenuo de ciertas maquinarias malévolas que circundan estas burocracias prehistóricas donde abundan esos tiranosaurios con corbata que van en limosina a Hiperpaiz. La crítica es eficaz porque logra que el texto resulte en una compacta creación estética que doblemente espejo se revierte sobre el lector.
Dante Liano, ese excelente narrador, escribe en el prólogo la constante de las creaciones textuales de Daniel Osorio, yo agregaría una basta cultura como lector. El año pasado, tuve la oportunidad de almorzar con Daniel. Me invitó a su casa por el diseño de una revista virtual que soñaba desde hacia ya mucho tiempo. Fui, deje mis libritos en una mesa, en el espacio menos encopetado, y entonces por poco me caigo de espaldas. Tenía, tan sólo en su cuarto de estudio más de 8,000 libros aproximadamente, una mesa como ya mencioné con unos grandes tomos, entre ellos un libro grueso de Anton Chejov. Vi en esa librera los mejores títulos de William Faulkner, clásicos en regla, libros antiguos, editoriales desaparecidas y recientes de toda Latinoamérica y Europa, autores del Boom latinoamericano, varios escritores modernos norteamericanos que valdría la pena leer antes de llegar a los treinta y re-leer a los cuarenta, autores franceses que yo idolatraba, cientos de títulos sugerentes. Me senté en una mecedora y pensé en quedarme a vivir en aquel cuarto y pensar como Borges pensaba, que el universo era una basta biblioteca. Daniel posee entonces una galaxia personal.

Su libro, tiene referencias caras de libros seleccionados. Pude ver que cita a Cabrera Infante, gran sarcástico y humorista. Y así, por otro lado Daniel, como buen lector, ha leído con naturalidad las crueles facetas del mundo. Cada texto es un fractal, un color del magno caleidoscopio de ese mundo que es un tanto cínico y sucio en esta parte del mundo. Por otro lado, hay un vértice romántico, y aunque la palabra convoque ciertas imágenes en desuso por la tecno-música y el Reguetton, es valida la ternura, el reencuentro con imágenes de la infancia, el tejer desde la ingenuidad un sueño paternal donde el hijo es también héroe. Veo en esto algo de los mismo que se ve en la generación de post-guerra, estos chicos desencantados que a todos nos encantaron como Javier Payeras o Alan Mills o Byron Quiñonez, donde abunda el desasosiego y la irreverencia pero también surgen gestos de respeto y una ternura ebria de excesos, naturales en nosotros los seres humanos que aun no logran descifrar los psicoanalistas.

Este es un milagro más en la mínima cooperación gubernamental por botar los impuestos a los libros. Ya desde hace muchos años que en México se han olvidado de algún día los libros pagaban IVA. Así nos vamos quedando atrás. Los pocos que tenemos acceso a las bibliotecas o internet, vamos lento también, porque el avance es un privilegio para las masas, que la gente por multitudes lea y crea en un estado que va en el tren del futuro sólo serán posibles cuando los mercenarios de políticas subversivas, empiecen a notar el avance inminente de otro frente que va jugando en serio por la transformación.

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El libro Aprender a quedarse, será presentado por Luisa Perez y Léster Oliveros, en el Salón Fuego del Parque de la Industria a las 17: 00pm.

sábado, 17 de julio de 2010

JEREMY SPOKE


Jeremy spoke
Daddy didn't give attention

To the fact that mommy didn't care
King Jeremy the wicked
Ruled his world…

Un grito tornasol con aristas que cortan/ Un solo pequeñito pegandole a la pared hasta botarla/ un deseado de la rabia y la locura/ pequeño mesias sin padres/ el supermercado donde mamá no podía girar sonriendo sin que se apareciera el fantasma del tedio/ esa señora que nos miraba solos desde afuera cuando el sol se volvía una viga negra y una cama vieja/ la sinceridad más plena al dar las gracias y pedir un beso/ mis lágrimas como diamantes pesados cuando me tapaba la cara pensando en la lenta noche/ la pistola de los demás apuntándome/ el cuchillo que le robé a un ladrón para marcarme cicatrices delante de los verdugos familiares/ mis zapatos rotos y la camisa afuera del pantalón/ mi abuela mirando el lago de la incertidumbre dándome pan con jalea con mucho cariño/ la sangre de los niños peligrosos que sabían desde antes que la muerte sólo era una posibilidad para seguir con su vida privada.
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jueves, 15 de julio de 2010

TODO MONSIVAIS EN EL BAR EL OLVIDO


(*FAVOR LEER ESTA NOTA PENSANDO QUE HOY ES MARTES)


Ayer llegamos al bar El Olvido. Iba con Norma Chamale, que le parecían sombras cada una de las esquinas hacia el lugar. Los travestis de la calle siguiente se volvían y miraban sin atención a los carros y sus luces sucias en esa noche húmeda y fría. Alguien pasaba frente a nosotros y parecíamos rogar por que no fuera siniestro ni malévolo. Todos iban sin sombrilla, mojados y con la mirada dulce de los que no le temen al agua. Pero aún así caminábamos atravesando la zona uno como si fuera parte de los pasillos de nuestra propia casa. Al llegar oímos el lugar vibrando con una rara luz olvidada. Norma conoció por primera vez El Olvido al probar el vaso con hielo, ron y Coca Cola. Adentro, en la habitacioncita intima se fermentaba la amistad como un agave fonético, voces de varios humanos que jubilaban la monotonía de una palabra. Alan me presentó a los primeros poetas mexicanos que encontré en la entrada, Javier Payeras a Ivan Osorio, quien era versado en asuntos serios de la movida editorial en México. Un joven poeta, a la par mía estaba visiblemente feliz, decía a todos que era su cumpleaños y llevaba como medallas al pecho, dos etiquetas rrancadas de los litros de cerveza Cabro: era nada más y nada menos que Benjamin Morales, a quien fue revelado el enigma de la noche. Vio delante de él a una mujer y le dijo:
- Tú te vistes muy hermosa.
- No sabes lo que estas viendo Benjamin –le advertí.
- Qué es –pregunto el.
- Ella es un poema corpóreo –le dije, viendo a la mujer –, cada vez que habla sus ojos se iluminan, tiene el talento de borrar la luna con una sola mano, y suele devolver al cielo estrellas que teje con sus deditos –terminé sonriéndole.
- Pero estás enamorado de ella –me dijo sorprendido.
- Cómo no estarlo si es mi novia –le dije, viendo a Norma quieta, hermosa y segura, con su güipil celeste bordado en Chiapas.
- Ya que sos cronista –me dijo mostrándome el pecho –hay hablas de esto y de mi cumpleaños.
- Es un trato.
Terminamos la noche hablando de Carlos Monsivais y su feliz muerte de sabio gracioso, y al final se nos apareció en una de las esquinas del Olvido.

sábado, 10 de julio de 2010

APOCALIPSIS NOW (LECTURA EL 14 DE JULIO)



Para algunos el Apocalipsis ya fue.

El desastre ya esta aquí. Incubado en la rutina. Sediento de más de lo mismo. Felices los autómatas que no tienen conciencia, los que matan por inercia y hasta sin darse cuenta. Bienaventurados los que no creen en nadie y nadie cree en ellos, serán los asesinos a sueldo los que vuelvan del pecado más grande una virtud de pocos. Cuando el fuego queme las manos de los millonarios las multitudes van a ser las brazas. La ciudad será una ruina, pero el alma y la sangre siempre mancharan las calles con poesía y cuchillos, con balazos anónimos y gritos de mujeres y niños, y suspiros de hombres desencantados con ganas de hacer justicia desde un pulpito. Palparan en el silencio el frio de los muertos que respiran lejos de su cuerpo, doblemente muertos en la risa de los continentes donde no llegaran las noticias de este pueblo. Hay quienes profetizan un paraíso cibernético, esos son los imaginarios, los que abrazaran la muerte mucho antes que caiga la primera bomba del futuro. Somos como la multitud, somos como mucha gente reunida, somos como tanta humanidad reunida en ciudades monstruosas donde abunda el espacio y no sobra el tiempo, seremos más, esa es la consigna del apocalipsis, seremos tantos que el semen de uno se multiplicará hasta el limite imaginado, seremos muchos, muchísimos tantos que la conciencia de todos será como la imaginación de la perversión. Los niños del Armagedon crecerán con la vergüenza y la oscuridad de una historia primitiva, de cavernas a media luz donde los clérigos pederastas les daban ostias a las niñas desnudas. La historia decadente de esa cueva a media luz donde unos seres tristes armaban carabinas para matar a sus hermanos en la oscuridad más cruel y precisa de los tiempos sin compañía.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...