martes, 11 de agosto de 2009

A PROPOSITO DE NICARAGUA


A los siete años me inscribieron en una escuelita en la zona 5 que se llamaba Escuela República de Nicaragua. Era amarilla, con ventanales de fibra de vidrio. El director era Ernesto Ponce Saravia, un caballero que además de los ojos verdes y una bien ganada fama de locutor, era uno de los directores más sobresalientes de la zona. El patio de la escuela era grande, con una pila en el extremo, a la par de los baños. Los profesores y maestras eran de los mejores. Ahí, en primero primaria, conocí a la Seño Amanda, una maestra estricta, a la que sólo una vez la vi enojada conmigo y eso me bastó para ya no olvidar la tarea. En ese tiempo, los profesores tenían de esas reglas de madera y era común que con ella atemorizaran a los insurrectos. Algunos de mis compañeros, desde primero primaria hasta sexto, eran unas firmitas. El Jorge, era un chico que en tercero primaria ya nos contaba a todos que había estado con una mujer y recuerdo muy bien como nos contada de cada parte de la mujer desnuda con la que había estado; el hermano del Chiri, nos hablaba historias de suspenso, de cómo el y sus papas se escapaban de la policía en cada cateo y de donde guardaban la marihuana que luego vendían. Es lo bueno de estudiar en una escuela que estaba ubicada a unos metros de la Iglesia del Padre Chemita, a unas cuadras del Edén o de la famosa Limonada, y tan cerca de mi casa. Pero yo era de los estudiosos. Con unos amigos de la colonia Abril nos disputábamos las mejores notas. También me gustaban las chamuscas, los juegos de cincos en el campo de la iglesia, y tenía una tendencia particular a coleccionar insectos y hojas de árboles, era mi pasatiempo secreto, junto con una formula para hacer pólvora que compartíamos con un compañero que se llamaba Ludwin. La escuela llevaba el nombre del país en donde se había radicado un tío nuestro. Se había casado con una mulata que se llamaba Francisca, que había logrado que vivieran en Nicaragua y no en Guatemala como el lo hubiera querido. Participo en política en Nicaragua, y ha sido el único de los tíos que ha tenido una muy marcada posición socialista. Hace poco lo recordaba en la conversación con Winston González en la que recordábamos también a Julio Cortazar y sus visitas fraternales a Managua en la época de verdadera lucha. Nicaragua de Rubén Darío, poética, monumental, con su lago gris y sus casas en ruinas, les mando un saludo desde acá, mi trinchera favorita.

jueves, 6 de agosto de 2009

LA SAL /PARA QUE EL ALGUA QUEME (LECTURA 7 DE AGOSTO)


1)La Sal.
La sal esta presente en, digamos, tres cuartas partes del mundo, disuelta en la mar. La sal es preservante y antiséptica. La sal esta en las lágrimas de toda una humanidad. La sal esta en los besos y en la cama. La sal da un sabor a la comida que comemos. La sal es símbolo para Cristo y la usa para bendecir. La sal es imagen desde la mujer de Lot hasta el río Jordán. La mujer de Lot fue castigada por desobedecer a los ángeles. Le fue dicho que no volteara a ver y lo que vio nunca se escribió para no perder la vida en un elemento. Vio la ciudad devastada, ardiendo, los hombres saliendo en fuegos y los gritos inaudibles de las personas calcinadas, vio las nuevas y potentes fuerzas de los dos seres divinos con sus caras ardiendo en ira celestial, y entonces no los tuvo por santos, y al tratar de dar el paso se quedó pegada a la tierra, blanca y brillante como un cuarzo.


2)Para que el agua queme, he ido adivinando sus elementos, buscar que la muerte sea vida y la vida misma una muerte continua, que al abrir una puerta uno cierre una ventana, caminar deteniéndose y abrazarte sin rodearte, que la sal endulce mi amor es un elemento que azucarando enamora, pero cuando la gente es un monstruo el yo solamente es un abismo oscuro, por eso te digo sin hablar que todos los gritos son el silencio, que la casa es una calle habitada por fantasmas que forman partidos políticos y derrocan presidentes imaginarios, pero veo, cuando cierro los ojos, otras musas que no cantan las glorias de nadie por estar al final del principio del hombre en revoluciones ignoradas, en adivinanzas de tiempos creados por los muertos soñando con esta vida, ahora te doy quitándote, te amo hiriendo, me voy regresando, crezco más allá de mi tamaño microscópico y veo que lo infinitesimal es un mundo desmedido y gigante donde los secretos engendran su magia en éxodos interiores donde la visión descubre los volúmenes y piensa desde el suelo otras latitudes y nuevas analogías, voy por eso amando este contexto, hablando con potencias mínimas que me guían perdiéndome y me liberan encancelado, que para cuando la palabra sea ojos y boca estaré diciendo que los jueces no saben de la ley, que las lágrimas son un premio de la risa, que los caminos son estepas solventes y los árboles africanos como raíces atadas a las nubes de viento que carrozan el sol como un modo de vida permanente para buscarte alejándome de lo primordial, entonces me veo diciendo que el que roba regala, que el que regala presta un momento su brebaje envenenado, que el que mata no es culpable hasta que lo asalte en el espejo su mirada, que los ladrones y las prostitutas son palabras y no hombres, que los días y las noches son pequeñas preguntas a la vida, que los hombres luchando por la libertad no son un sólo emblema sino la arista de algo inconcebible que siempre será un anuncio del final del ahora.

viernes, 31 de julio de 2009

ODAS HONDAS (LECTURA EL 7 DE AGOSTO)


Iba por todos los rincones recogiendo polvo de estrellas y con suerte encontraba constelaciones y nuevos mundos, iba así, porque ya intuía que el amor verdadero estaba escondido, y recogiendo palabras para nombrarnos fue como sintió de pronto que podría destruir los viejos ídolos, los más tiernos valores errados y las magnificas leyes de piedra labrada, porque en su sangre brotaban de sueños los silicios, brotaban de viento los minerales proscritos y los más largos monólogos transoceánicos de una regata desde Alaska hasta la Tierra de Fuego, desde los tótem mandálicos hasta las gradas empinadas del Gran Jaguar, iba así, recogiendo palabras con aristas brillantes y vendiendo cadenas de ellas en los parques del mundo civilizado, iba así, escapando de los grandes transparencias consumidas por la industria del pecado, iba así, volteando cartas y separando las piezas de una ajedrez falseado donde el peón jamás podría llegar a ser Rey porque el Rey ya estaba en jaque mate, iba así, jugándose la vida por los secretos que encontraba, diciendo en clave las verdades más antiguas, iluminado, iluminando, buscando y encontrando, siempre bendiciendo urbanas moradas mientras se hacia grande, iba así, por el grande Universo de los rincones, encontrando galaxias en los cincos de los patojos y viendo similitudes en los trompos y los yoyos, iba así, entre ríos calles, entre avenidas mares, entre silencios cárceles, viendo en sueños el futuro de los más pequeños, luego regresaría a su casa y dejaría todo en orden para el próximo viaje.

martes, 28 de julio de 2009

JUAN PABLO DARDON RESPONDE 11PREGUNTAS


Lester Oliveros: Estimado Juan Pablo, no he tenido la oportunidad de saludarlo, en sus textos no se muestra tanto como en las preguntas que ya ha respondido, aquí van las mias que publicaré en mi humilde blog:1- Qué es lo que más valoras de los seres humanos.La capacidad de reir en las situaciones más desesperadas.2- vos morirías por algo.Claro. Y por alguien también.3- Cuál es tu sueño recurrente.Que tengo un puesto de hotdogs en el día y por las noches, la carreta se convierte en auto de drag racing. Todo como parte de la estrategia de mi franquicia “Rápido y Shucoso”.4- Alguna pregunta que nunca quisieras que te hicieran, ni contestar.Si me preguntan yo contesto, aunque sea muladas.5- Cual es el mejor recuerdo que tenes de la zona 1.Mi cachorra, una gata casi humana que me gustaba llamar Kichu.6- Quién es para vos Javier Payeras, Alan Mills, Julio Serrano, Ronald Flores, Maurice Echeverria, Pablo Bromo, y que cualidades aprenderias de cada uno.Todos son mis amigos y cada vez que los miro aprendo a no ser como ellos, jajaja! Pero fuera de bromas, todos tienen algo para aprenderles y para desechar, ya, como todo el mundo.7- Algo que te guste más de las Cien Puertas.Las lentejas. Y las lentejuelas de la gentejuela que por allí transnocha.8- Alguna rareza en la Cama con tu mujer.Nada, no tengo mujer en cama.9- Haciendo una Mujer Frankestein, como formarias a una mujer modelo para un escritor indigente.Pues no son muy exigentes, he de decirte. Con que le haga operación cebolla, suficiente.10- Cual es la bebida recomendada para un artista.Cada uno escoge su veneno. A mi me gusta el Whiskey JWBL y la cerveza Rooster (Gallo pues).11- Qué fue lo que más te gusto de la literatura, y porque no has terminado en el bote, y que fue lo que se te dificulto más de la escritura de tu libro publicado.No he terminado en el bote porque no soy delincuente, la vida que se habla en los libros es otra de la que vive el autor. Eso sí, que he hecho mis travesuras, pues quien no. Lo que se me dificultó fue el proceso de selección de textos para Breves Conversaciones de la Sicosis era un libro de poemas gordo que tuve que hacerle liposucción para dejarle la esencia. Ya sabés, lo flaco siempre es mejor.


*En este espacio también se pueden hacer preguntas a JuanPabloDardon, yo se las mando por correo.

TRAZAR LA TRAMA (...)




La muerte sólo será triste para los que no hayan pensado en ella.

Fenelón

Iba bien. De pronto mi personaje caminaba por la línea del tren rumbo a la playa, o qué sé yo, luego lo encontré durmiendo en una casa de negros en Escuintla, enamorado de una Leona. Pero no era cualquier mujer. Ella me hizo revisar manuales de mujeres mulatas y cuanta foto encontrara para ponerle un rostro único y un cuerpo de pecado. La dejé sentada en un comedor sucio a una cuadra del putero donde terminó trabajando para pagarle la vida a su hermanita. La dejé allí y ya no he vuelto a escribirle su vida. La dejé tan hermosa como quise y todavía con el cigarro a la mitad. El muchacho estuvo a punto de hablarle. Lo olvidé parado en la esquina pensando si volvía o no volvía a entrar. La línea del tren sigue su curso desde el primer paso que dieron todos.


Hoy que es mi cumpleaños, veo que todas estas vidas fortuitas que me rodean se confunden entre recuerdos y precogniciones del ayer; seres inventados por mi otro yo que también se apega a mis desordenes, y los otros familiares rostros que llevan mi apellido o el de mis abuelos. Una semilla, nada más, era apenas treinta y tres años, a punto de morir como a las doce y media de un medio día como éste. Ésta es mi trama y la estoy trazando en malas compañías. Entre los libros de poetas malditos y escritores mal vivientes, en medio de la América más peligrosa y trastornada donde el realismo mágico es creíble y la realidad nos sorprende más que los libros. El diablo ha rodeado la tierra y ha encontrado en medios de estos volcanes como jugar sin perder. Los Mega-templos de la angustia y la abundancia siguen extendiéndose como techando un continente y vio Dios que era bueno mientras negociaba con el diablo. Las conciencias secuestradas por los dogmas. Seres subterráneos me gritan esperanzas. Creo en un dios ausente y secreto, en el fin del tercer mundo, en el cielo para los pecadores, en la sanidad de los enfermos, en las pinturas de Benvenuto Chavajay y las novelas sin escribir de un falso ídolo; creo en las conciencias rebeldes y en las manifestaciones de la rabia, en el intento de fracasar y en los errores del gobierno, en las manipulaciones del destino, en las estrellas avanzando, en la nada, en el universo irreversible y en la totalidad de las banalidades, en el orgullo de los ciegos y en las manos de los monos, en los ojos de las culebras y en lo nahuales de las constelaciones, en las visiones de los recién nacidos y en las maravillas ocultas bajo las piedras de los ríos, en la luz, en el amor, en la inexplicable levedad del ser, y en los sencillos cataclismos de la razón, creo en mi, creo en el futuro, en todo lo que ya me contaron de Paris, en los falsos museos, en el pago por hacer nada, en el silencio, y de nuevo en la literatura, maldita y despiadada.
Iba bien, ahora sólo tengo que volver a donde pertenezco y empezar de nuevo con una sola frase sincera.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...