martes, 22 de junio de 2010

EJERCICIOS DE LA MEMORIA


Bueno, la verdad es que en mi vida había imaginado ser militar. La idea fue de mi papá. Y aunque en el año 2007 tuvimos por fin una serie de conversaciones formales sobre todos esos años, se me olvidó preguntarle que lo había motivado a entusiasmarme por todo un año para que estudiara como nunca, para entrar a una de las preliminares escuelas politécnicas del país. Recuerdo aquel año como uno de los mejores, pero por el acercamiento que tuve con mi papá que me enseñó desde matemática, ciencias naturales, ciencias sociales hasta política guatemalteca básica, revisando el pensum de exámenes obligatorios para ingresar como aspirante a caballero cadete.
Cuando llegué por primera vez al campus del Instituto Adolfo V. Hall Central, que recuerdo de una forma muy difusa, me fijé en la fachada de sus oficinas al estilo norteamericano del oeste. Dos altos pinos donde colgaba una gruesa cuerda que meses después comprobé su dificultad al subir brazada a brazada hasta besar el nudo sujeto a un tubo de metal sostenido de las ramas más altas. El patio principal comunicaba a otro, donde recuerdo una caseta donde vendían sodas, galletas y panes con jamón, y desde ahí se apreciaban las aulas de los nuevos, como nos llamaban a los de primer ingreso. Al fondo, detrás de los baños y la peluquería estaba el polígono. Era un área igual a un campo de futbol completamente de terracería en la que para algunos eventos, o talleres de tiro, se llenaba de cascabillos. Pero además era, y fue por unos fines de semana, uno de los teatros más terribles de entrenamiento o castigo. Algunas tardes, según el ánimo del sargento de batallón, nos enfilaban a todos los nuevos, divididos por aulas, para entretenerse en vernos a mas de 400 aspirantes a cadetes subir y bajar sincronizados a la orden de ¡a tierra! y ¡firmes!. En la primera media hora los que tenían menos condición física iban descompasando. En una hora, los desacompasados terminaban en un grupo aparte comandados por algún cabo dragon que les daba un trato especial, gritándoles “puta mucha, yo que ustedes mañana ya no vengo” “y por qué quieren sufrir pues… ahorita mismo estarían disfrutando de una su coca cola en su casita viendo tele”, luego, siempre era al más sofocado, el que estaba ya con los ojos desentonados y que ya no podía seguir, le ordenaban pararse en un hormiguero, lo veían retorcerse con todas las hormigas trepándole por las botas y anclarse en sus piernas por montones hasta que el muchacho terminaba pidiendo perdón, clemencia, llorando por su mamá.
Efectivamente algunos ya no regresaban. Otros éramos masoquistas. Nos dieron el birrete un 3 de Marzo del año 1991. Mi número de antigüedad era 199, estaba en la mitad de todos los 400, que habían sido seleccionados de casi 3000 muchachos que habían llegado de colegios de renombre y escuelitas marginales como la mía. Muchos con papas coroneles o, toda una casta de tíos tenientes o primos traumados desde los siete años con el sueño de la Escuela Politécnica. ¿Qué hacia yo ahí? Inmediatamente pensé en sobrevivir a los castigos, era necesario sobrevivir a como diera lugar entre todo un batallón de muchachos de segundo año con la consigna de vengarse con los nuevos de lo que a ellos les hicieron los de tercero cuarto y quinto. Sobreviví los primeros meses. En el aula, pequeño ecosistema, coexistía una paradoja: estaba el número uno de la promoción, un tal Martínez Martínez y el último de la promoción, el famoso Vásquez, que una vez le escribió en un papel a un Sargento “que tenía dientes de tractor”, y por él nos llevaron al polígono a sudar lodo. Me divertía mucho este Vásquez, era el único que no se tomaba en serio ser militar; contaba chistes en los tiempos libres y casi que ignoraba al número uno que se perdía entre libros haciendo planas de caligrafía. Al número uno lo adoptó el sargento de batallón, que para su mala o buena suerte, era también el número uno. Así fue como perdió el respeto de todos, además de ganar la reserva de muchos que ya no comentaban nada delante de el.
Llegó el medio año en medio de castigos todos los fines de semana. Llegaba a mi casa tan cansado que si tenía que hacer deberes los ignoraba, cenaba y me dormía tan profundamente como no lo he hecho nunca. Mi carácter cambio al darme cuenta que si podría soportar todo en cuando a castigos físicos pero estaba, desde el principio, carente de disciplina académica para mantenerme al ritmo. Imagino que fue el resultado de una mala planificación por parte del que me había inducido a estudiar ahí, y terminara viendo como mi mamá corría en contra tiempos a pagarme la mensualidad a ultima hora. Me retiré. El día que mi abuela me dijo que si quería seguir ella terminaría pagando la matricula, me dolió algo en el interior que lo rechace dignamente y creo que fue la mejor decisión, porque no sé qué hubiera pensado después al verme en un lugar donde realmente nunca había, ni remotamente querido estar.
Imagino ahora los botones del uniforme de diario lustrados con la pasta Brasso. Las botas lustradas con saliva y algodón con pasta KIWI hasta dejarlos puro charol. Oír a los maniáticos de quinto año, con sus charreteras de bronce con fusiles cruzados, gritar desde el medio del campo “¡aspirante a caballero cadete!” con el sueño de la Escuela Politécnica. Me da risa. Años después comentamos esto mismo con Giovanni Pinzón que también vivió esa pesadilla y nos reíamos sentados bajo un pino gigante en la terraza del Café Oro.
Dos décadas después, agradezco al destino no haber seguido el falso sueño de mi papá. Leyendo La Ciudad y los Perros de Mario Vargas Llosa me sentí de nuevo sobreviviente.


Lester Giovanni Oliveros Ramírez
Junio 2010
fotografía de Jean-Marie Simon
Hora de inicio: El miércoles, 23 de junio de 2010 a las 19:00Hora de finalización:
El Viernes, 23 de julio de 2010 a las 19:00Lugar:
(Ex) Céntrico. 7ª avenida 12-32, zona 1.

lunes, 21 de junio de 2010

RESEÑA CINEMATOGRAFICA


La carne es fuerte el espíritu es el débil.


Guicho Pineda

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Este fin de semana fue absolutamente inesperado. Sobrio. Trate de no salir y desde el sábado empecé a pintar cartón y quedo bonito; es una muestra de que me gustan los ojos y la mixtura de los colores, lo que transforma esas carátulas en catarsis breves de un espíritu completamente absorto en el arte de Kandinsky a Pablo Picasso, influenciado en Rothko a lo Pollock o Basquiat. Espera a una una amiga que esta entusiasmada con el proyecto, tanto así, que a las ocho de la mañana descargo una docena de cajas en mi cuarto con imágenes de televisiones para empezar todo al medio día. Pero no vino (o vino tarde). Yo cuando me siento sólo busco que comer, así que caí en casa de una amiga a preparar carne guisada con pollo frito. Ella hizo una ensalada formidable de papas con mayonesa y chile pimiento y cebolla picada. Fue maravilloso sentarme con una amiga hablando sobre todo de cosas sin relevancia y disfrutar una Fanta Naraja con hielo y comer pollo guisado con tortillas recalentadas en la parrilla de una vieja estufa con el horno atrofiado por el desuso. Compartimos unos nachos Doritos que alcanzaron hasta para el sobrino de mi amiga. Jugaba con la idea de tomarme una cerveza, pero algo me detenía, tal vez el aburrimiento de hacer lo mismo todos los fines de semana.


Pero el momento llego a eso de las ocho de la noche. Salimos a oír música. Al llegar al lugar, supimos que había un lugar VIP en el segundo nivel. Amigos de mi amiga convivían ya un poco ebrios y felices. No quiero dar nombres. Supongo que lo que importa es el movimiento de caderas de cuatro chicas con la última moda, bailando pegadas y provocadoras y yo comentándole todo a mi amiga. Bailaban tan bien con aquellos ritmos portorriqueños y del Bronx, que me distraía muchísimo pensando en lo bien que caen unas copas a eso de las diez. Pedí una cerveza. Luego me sirvieron un vaso cervecero que nunca se terminó. Nos dormimos a las tres de la mañana. Yo me quedé en el sillón tapado con un poncho de felpa que tenía dibujado un tigre de bengala.


A la mañana siguiente desperté movido por la mano de una niña despeinada que me anunciaba que ya eran las siete. A las ocho y media debía estar en Mi Lupita para desayunar con Mariano Cantoral. Así que llegué a mi casa a traer algo de dinero pero se había metido el perro y me había roto ochocientos quetzales. Debajo de la cama encontré al menos un billete anaranjado.


La mañana, como muchas mañanas de ahora, era húmeda y fría. Pase por la calzada Atanasio Tzul y me gusto ver el movimiento en la terminal. Hombres y mujeres iban y venían con piñas, verduras, carretas con mangos y cascaras de coco, niñas y niños corrían agarrados de sus padres vestidos de claveles y rosas amarillas y hojas largas y verdes tatuadas en sus ropas.


Por la tarde, luego de toda una fiesta en Mi Verapaz, escribí este pequeño texto:


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(Te vi caer del cielo como un niño con alas blancas

eras el anuncio de la vida en otro mundo

ella estaba dormida y soñaba

soñaba y soñaba antes de llorar al despertar

como una ciudad donde sus calles son vueltas desiertos
rotas sus aceras, profanadas sus intimidades)

El parque central poblado de utilería y teatros

lleno de poetas muertos con sus cadáveres exquisitos

y la idea de que estamos compartiendo el nombre

de una cerveza que anuncia la mañana

fue en la capilla octavina

donde vimos ganar a Brasil a medio día

donde al amigo se le conto esa anécdota

la historia de un libro en manos de un editor

y brindamos por la generación pre-apocalíptica

que estaba ya haciendo dibujos en la orilla del mar


creímos que en aquella habitación llena de monstruos

la arena de la playa no iba a borrar nuestras palabras

pero en otro mundo como este esta sucediendo el milagro

de la muerte

sólo bastaba la espuma en los vasos y la playa que nos devolvió

el último minuto antes del anuncio que nos dejo sin saber nada

de este tiempo a oscuras donde los zapatos terminaban sin suela

viernes, 18 de junio de 2010

AL CIELO DE LOS QUE FUMAN NUBES/ SARAMAGO


El año pasado, a principios del mes de Mayo recordé que había dejado un libro a medio leer en una gaveta de del trabajo. Había estado leyendo libro tras libro de los autores de la generación perdida y retomar esa prosa inmaculada de Saramago en ese libro precisamente se me hacia difícil. El libro se llamaba El Año de la Muerte de Ricardo Reis. Nunca lo terminé de leer. Ahora, luego del día de la muerte de este intenso narrador, puedo decir que este año llegó a mis manos, por medio de una ex –novia, un libro amarillo. Era Caín de Saramago. Una historia con una fuerza lírica y como ya era común en Saramago, rompiendo esquemas ortográficos para darle fluidez a la historia de uno de los personajes mas curiosos de la biblia. Acá, resulto al revés, me leí el libro en un día y medio, riéndome de los disparates y recursos de Saramago para darle credibilidad o bien, falsear la historia con toda premeditación.
Supe que escribía en su propia casa, mientras su mujer preparaba comida en el primer nivel. Sus novelas y cuentos serán estudiados por niños portugueses y de todo el mundo con un gusto sobrenatural. Es difícil imaginar tanta audacia en una persona que tal vez sólo pudiera parecer un buen padre de 87 años.
Ha muerto un gran escritor, ahora Saramago pertenece al cielo de los que fuman nubes.

miércoles, 16 de junio de 2010

PASADO PERMUTANTE (Verbos.del.Futuro) II



Este año la Editorial Catafixia nos tomó a todos desprevenidos. Yo esperaba seguir leyendo a William Faulkner, y terminé extraviado en los libritos de bolsillo de Paula Ilabaca, Wingston González, Juan Pablo Dardon y Gabriel Woltke. Pero además, pude, al ir organizando estos eventos en el Gran Hotel, apreciar la gran mayoría de nuevas propuestas que van surgiendo como rizomas flotantes que ingeniosamente por un poder de la palabra mantienen a flote el alma de una ciudad devastada por los adjetivos deplorables. Los verbos del futuro son del pasado que es ahora, del presente que es ahora y del futuro que es ahora. Todo esta sumamente ligado al tiempo. El ritmo en los poemas de Simón Pedroza es un ritmo presente porque es un pasado continuo. Las palabras que van recitando Wingston o Héctor Hernández Montesinos son voces en tiempo presente, pero aun así es un futuro permanente en el ahora. Además la referencias intemporales que puedan ir de un lado a otro del tiempo a través de inter-textos, como la lectura de un poema que remite a Homero, T.S. Eliot ó a Miguel Anguel Asturias. Apenas recuerdo a los poetas del Siglo de Oro Español, sólo sobrevive García Lorca que me leí entero en una antología de toda su poesía, sus obras de teatro y algunos bosquejos de prosa poética. Lorca anduvo conmigo. Recuerdo poemas melódicos al mismo tiempo que llegaba tarde a mi casa o bebía con algunos amigos y de repente saltaba un verso de Lorca. Luego conocí a Alberti, Picasso, Dalí, Zoe Valdez, Jorge Eduards, Roberto Armijo, y de ribete a Julio Cortazar. Rayuela. Rayuelita, el Jazz, el conocimiento universal de Artaud hasta Marcel Duchamp. (Continua arriba)
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Dibujo de Garcia Lorca.

miércoles, 9 de junio de 2010

VERBOS DEL FUTURO I



"There was never any more inception than there is now/
Nor any more youth or age than there is now /
And will never be any more perfection than there is now /
Nor any more heaven or hell than there is now".*
La primera noción de poesía que tengo me la dio Octavio Paz. Fue cuando encontré en el mostrador del Café Cronopios un fragmento del poema extenso Piedra de Sol. Un año después llegó a mis manos el poema completo que leí tres veces y hasta hice una grabación para oírlo por las noches. Me gustaba su redondez, su profundidad, su textura, y al final memoricé algunos fragmentos. También este poema me liberó de un bloqueo creativo, recuerdo los versos que me dieron voluntad para seguir escribiendo:
Para ser yo he de ser otro. Salir de mí.
Entonces la poesía era para mi pura intuición. Pero la verdadera propuesta por aquel entonces en Guatemala era la poesía de Humberto Ak´abal el poeta Quiché que conocí en la librería de Megan Thomas.
Una vez Humberto Ak´abal me dio un consejo para escribir un poema. Lo guardo como un misterio porque en realidad, al tratar de explicarlo siempre terminaba hablando de más o de menos, o no me entendían nada, porque lo que me dijo fue simplemente que recitara todas las palabras que se me vinieran a la mente. En la corriente verbal nacía el poema. Estaba de moda Gustavo Adolfo Bécquer y muchos le decían a las quinceañeras: poesía eres tú. Cardoza era el único héroe que lo podía rescatar a uno de esas cursilerías. Pero tendrían que pasar dos años entre Ruben Dario, García Márquez, Oscar Wilde y Virginia Wolf, para que supiera que la única prueba de la existencia del hombre era la poesía. Como bien dijo Cardoza la poesía mantiene su misterio en la historia. Es incalificable y, como el Tao, desaparece cuando se le trata de ubicar.
Respeto mucho a quienes son poetas. No se decide ser poeta. Es como una maldición. Una maldición de las buenas, esas que han rescatado a muchos de la muerte o de la vejez, o de la inmortalidad. Soy premeditadamente bastante irresponsable con lo que escribo hoy, si quieren no me tomen en cuenta. Wingston González es un verbo musical y comprometido en el mundo literario. Poeta es Alan Mills con su psicosis musical y su fiesta ficticia donde uno puede hallar a muchos muertos famosos y vivos hablando en siete idiomas. Poeta es Javier Payeras con su mundo narrativo en tiempo presente, siempre tan presente y tan breve, como si viéramos varios cortometrajes de varios cortometrajes. Poeta es Mariano Cantoral con su desencanto bien guardado y su profesión como una revancha contra Miguel Ángel Asturias; Leonel Juracan es un verbo en llamas que va de mano en mano y se aventura en lo mas oscuro de las avenidas del crimen y la ciencia y, algunos verbos futuros que no pronuncio por espacio y tiempo, que están haciendo que la Guatemala de adjetivos malditos tenga un poco, por lo menos, de digno levantamiento.
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*Walt Whitman, texto redactado en el día de su cumpleaños.

martes, 1 de junio de 2010

HISTOIRE MONSTRE (un livre a objecté)





Le Monstre n'était pas King Kong,
c'était Ann Darrow et son décolleté provocant.






Creatura preciosa y simétrica, sin apetito por lo común y a veces con un hambre de buey hasta por los hot dog de la carreta, Aunque sea como un ser humano, mamífero, con problemas de insomnio, volátil, Con extrema fascinación a los gatos, Puede cambiar de ánimo y hacerse la enferma, puede que a las de su misma especie trate como a intrusas, Le gusta ir a las lecturas de poesía y hacerse la dormida, luego subir al escenario y mancharse las manos de sangre queriendo repetir una doble función sin resultado, Entiende muy bien de las cosas delicadas de la vida como el dinero, Violenta, no le gusta que la repriman, pueda que en su papel de mortal, salte con un habano incendiario sobre el barman y le pida vino gratis y éste se vuelva a su compañera de turno y no sepan decirle que no, Puede ir a salones con arte falso y descolgar los cuadritos con una elegancia suprema antes de tirarlos a la calle diciendo ¡mierda!, Sólo por que existe es genial, Su garbo podría ser el de Ann Darrow en las mano de King Kong, sin embargo puede caminar sin miedo por las calles con olor a violencia y con el escote asustar a los soldados, y su mirada vida mía, podría hacer pensar que habla cinco idiomas y todas las noches mata a alguien con una Magnun 47 o un cuchillo de mesa, o más bien con su lima de uñas o con el tacón afilado de sus zapatos de diseñador, Pero no es que de miedo lo terrible, sino fascina, Con sólo pensar en ese momento se me acaba el pulso, Es normal en ella vestir de gala hasta para ir a la tienda por un cigarro, es un monstruo terrible no lo olviden, por eso no le gusta que la confundan con un pirata cuando levanta un Martini donde nadie la conoce, Donde nadie sabe de ella puede muy bien ser otra y llorar entre las sábanas como una niña, gemir entre recuerdos ardientes, implorar el perdón de si misma contra las voces imaginarias, tratar de cerrar círculos haciendo óvalos, o con un poco de goma tratar de remendar los errores espontáneos que la llevaron hasta allí donde su memoria a penas recuerda, Hasta que un poco de Whisky le haga recordar otro frasco de pastillas vacío, y mirar por la ventana del hotel barato, recuperándose rápidamente para salir con el filo de sus ojos a cortar las alas de los que no se atreven, de los cobardes que no la llaman al otro día, a cortar de tajo la esperanza que muchos, incluso familiares, tienen en ella. Otros monstruos, trataran de definirla en el futuro, pero un monstruo de su tamaño no necesariamente debe dar terror si no da ternura.

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Creatura belle et symétrique, pas d'appétit en général et parfois avec une faim de la viande bovine au panier hot-dog, même en tant qu'être humain, de mammifères, avec des problèmes de sommeil, volatile, la fascination de l'extrême avec des chats, peut changer d'avis et a fait le patient, que ceux de la même espèce traités comme des intrus, je voudrais aller à des lectures de poésie et de dormir, puis monter sur scène et mains tachées de sang qui veulent répéter une double fonction, sans Par conséquent, comprend très bien les choses délicates dans la vie comme de l'argent, la violence, n'aime pas le refoulé, pour son rôle dans le saut incendie mortel avec un cigare sur le barman et demandez-vous gratuitement et il est revenu son compagnon du moment et ne pas savoir dire non, peut aller dans les classes avec l'art faux et ramasser les boîtes avec une suprême élégance, avant de jeter dans la rue en disant merde, c'est juste que il est grand, sa grâce, peut-être le Ann Darrow dans la main de King Kong, mais peut marcher sans crainte dans les rues avec l'odeur de la violence et à effrayer les soldats du cou, et ses yeux de ma vie, pourrait donner à penser qu'elle parle cinq langues et tue tous les soirs quelqu'un avec un Magnum 47 ou un couteau de table, ou plutôt avec l'ongle ou pointus des chaussures de marque du talon, mais la peur n'est pas si terrible, mais fascinante, suffit de penser à ce moment-là Je viens d'impulsion, il est normal de s'habiller pour aller au magasin pour un cigare, est un monstre terrible, n'oubliez pas, si n'aiment pas être pris pour un pirate lorsque vous soulevez un martini où personne ne sait Où personne ne sait qu'il est peut-être d'autres pleurent et les feuilles comme un enfant, les souvenirs gémissement provenant de la combustion et de la mendicité le pardon d'elle-même contre la voix imaginaires, en essayant de fermer les cercles par des ovales, ou avec un peu de caoutchouc essayer réparer les erreurs spontanées qui ont conduit à sa mémoire où se souvient à peine, même un peu de whisky ça vous rappelle une autre bouteille de pilules vides, et regarder par la fenêtre, hôtel pas cher, en récupérant rapidement avec la lame de ses yeux couper les ailes de ceux qui ont peur des lâches qui ne remettent pas l'autre jour, couper court à l'espoir que de nombreux membres de la famille même sont en elle. d'autres monstres, essayer de la définir dans le futur, mais un monstre de la taille n'a pas besoin de craindre si ce n'est pas la tendresse.


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Lester Oliveros Ramírez

Exposición en Alianza Francesa de Guatemala

Exposición Colectiva “MONSTRUOS”
Moises Barrios, Vonsechel, André Grible, Pablo Bromo, Angel Poyón, Lea Asoli, Alejandro Marré.
Inauguración miércoles 9 de Junio a las 7.00pm
Exposición del 9 al 30 de junio 2010
Galería de Arte Alianza Francesa
5ª calle 10-55 zona 13, Finca La Aurora (Frente al Museo del Niño)

_Entrada Libre
http://www.alianzafrancesa.org.gt/

***Fotografía anterior de Johannes-Barthelmes

lunes, 24 de mayo de 2010

BREVES SEMANALES Y CORRESPONSAL HEADLINE

Do you feel Feel
like running
If you’re shy babe that’s ok
I know we can fly if we’re
Dancing in the rain you see
And when we dance
We can make love babe
When you move you can do no wrong
Show me how you feel
Come dance in the rain with me


--El viernes 21 pude platicar con Vania Vargas sobre un amigo que murió con cierta elegancia pirotecnica. Estábamos en las dos últimas filas de sillas para la presentación de Alicia del talentoso Pablo Bromo que está tomando por asalto el final de esta década.
Vania me contó que este amigo vivía sólo y por alguna razón su cuarto se incendio y este periodista murió entre las llamas. Si les parece poético imaginen que también se quemaron todos sus libros con el, películas, discos, y hay quienes aseguran que fue un suicidio para romper con la monotonía. Luis Méndez salinas llegó a la presentación con un parche en el ojo derecho y se autoproclamo el primer editor pirata. Alan Mills entró justo a tiempo y leyó un texto con música en línea, hologramas difusos y conejos eróticos; al final, una brevísima conversación con Hector Hernandez Montesinos, y a viajar en bicicleta de Sophos Fontabella hasta casa bajo la lluvia cantando Dancing in the rain.


En el camino a casa, recibí un mensaje fraternal:
21/05/2010
8:35pm

Lluvia torrencial en la Ciudad Maya -que miedo jiji- con cuidado, bonita noche.

--Este fin de semana no hice nada más que leer y pensar. Tengo un proyecto cartonero en puerta. Se acabaron los vinos y la parranda por lo menos de aca a Julio, o cuando tenga más efectivo disponible. Hasta pense en venderle el alma al diablo pero ya se dio cuenta que no tengo.

--Leo Caribe Cocain de Ernesto Bondy. Luego de haber leído una novela corta de Otto Wilhelm que me recordó muchísimo algunas cantinas de la zona 1 y sus habitantes . También leo entre ratos a Carmen Matute en un libro de bolsillo. Me gusta su poesía.

--Comparto últimamente algunos instantes importantes con una amiga interesada en la Alquimia. Me gusta el brillo de sus ojos y el ritmo de sus palabras cuando me habla.

--Últimamente me conecto mucho al facebook. Pierdo tiempo en msn conversando con una amiga de mi hermana. Aunque mi hermana murió, yo sigo pensando que esta viva, viajando por algún país exótico como África y me manda noticias del futuro como esta:

*Cerati esta completamente bien. Prepara una gira por Latinoamérica.
*La alquimia y la magia me han interesado desde que comprendí el calor del fuego.
*Pronto vendrá una verdadera emoción por un bello apocalipsis.



Así son los Headlines que me envía mi hermana desde esa dimensión.
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-Floralis Generica
La Obra es del arquitecto Eduardo Catalano.

sábado, 22 de mayo de 2010

EL FUEGO



El fuego,

todos los fuegos del fuego,

tus ojos de fuego, el fuego de adentro,

el fuego de las manos, el fuego en los labios,

el fuego de los dedos al pasar por el fuego de tu piel,

fuegos,

leves quemaduras sin mayor dolor o daño,

esa palabra que se va quemando en mi, hasta imaginarme una casa en llamas por mi a los siete años, pasando la mano por el fuego de una vela en la iglesia, mirando santos con aureolas y pequeñas llamaradas pentecostales, el fuego era ahí otro destierro al hades de azufre y tormento, el fuego gratuito de noche nadando en una copa de vino tinto, el fuego de la luna, el fuego del agua que me quema la imaginación por el misterio de su azul llamarada, desde el centro del cristal,

desde la mitad de una mujer, mas allá de las fronteras del universo y los planetas incandescentes, veo la oscuridad quieta,

en paz,

final oscuro y sin guerra.

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Fotografía extraida de un universo paralelo.


miércoles, 19 de mayo de 2010

A UN MILLON DE AÑOS LUZ DE CASA (al planeador de Cerati)


Les cuento que estoy llorando. Mi llanto y oración llega hasta el centro docente La Trinidad, que es el lugar donde uno de los genios de la música de mi generación duerme entre cables y sensores. Recuerdo a Gustavo Cerati al final de su carrera, el champaña y los abrazos de amigos al borde de la gloria. Se lo merecían por haber legado al mundo un sonido finísimo de percepciones musicales. Confort y Música para Volar podía ponerme a tono para cualquier riesgo en la vida. He cantado tantas canciones de Soda Estereo en el bus, en la calle, en las avenidas, en la cárcel, en la cama con ella, en la ducha, en un bar con una cerveza mística, en esta que es también una ciudad de la furia. Me duele el estado de Cerati. Soy sentimental y qué. No lloro por cualquier cosa. He llorado al final de un texto de Flaubert. He llorado al final de un texto de Javier Payeras, con la maravilla del mundo, y las cosas sencillas que no se compran. Es raro que algo me conmueva, los que me conocen bien lo saben. Pero desde que se anuncio la noticia del estado de este maestro, sabia que no iba volver a ser igual nada. Las premoniciones son una conexión galáctica de estaciones referenciales con el universo. Eso creo. Alguno por ahí tal vez recordara una borrachera en La Caseta cantando Disco Eterno o Cuando pase el Temblor, y los años y los recuerdos se queman y se vuelven fósiles o diplomas pegados con goma en las paredes. Espero que Cerati vuelva, de un millón de años luz a casa.

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Cuando pase el Temblor, Soda Estereo.

lunes, 17 de mayo de 2010

EL HACEDOR Y SU CREATURA (Relato Verídico)


Hace exactamente 7 días Mariano Cantoral organizó un conversatorio. Leí por un correo, que iba a estar Pablo Bromo, Javier Payeras, Eddy Roma, Mariano y yo, así que cuando entré al Gran Hotel y no vi a ninguno a las 7:30 pm, pensé inmediatamente en un atentado colectivo. Un hombre con el pelo canoso y una traza de español había preguntado a los encargados del Gran Hotel sobre el horario de inicio del conversatorio. Ellos me endosaron la pregunta a mi. Yo no había visto a Mariano y pensé en llamarlo. Llame también a Javier Payeras que con gusto me dijo que llegaba, pero que no le había avisado nadie de esa actividad. A punto de ser las 8:00pm, llegó Mariano hasta mi mesa. Le presenté a unas amigas, una de ellas a un día de celebrar su cumpleaños. Y en el saludo le pregunté con toda sinceridad sobre el tema. Me dijo que era La Literatura una Mentira que te acerca a la Verdad, y que yo entiendo al revés completamente. En fin. Se unió Leonel Juracán, y cuando ya estábamos empezando con todo, cerca de las 8:10pm, entró Javier Payeras. Ya Mariano me había explicado que no estaba ni el ni los otros en el programa original.
Empecé una breve introducción citando a Hemigway, porque lo recordé en el acto, en la entrevista que le hiciera George Plimptom del Paris Review, y luego comenté algo sobre la ficción con un amable espectador con una traza de actor de teatro. Lo interesante del asunto, es que al comenzar con el conversatorio, inmediatamente empezó el debate. Yo me reía porque no sabía que hacer, si eso estaba en los planes o no, y mi amiga a punto de ser cumpleañera debatía con toda propiedad con el caballero, que hasta se había levantado de su asiento y había ido hasta donde ella estaba. Javier me miraba sin comprender, y yo me reía. Mariano, a la par mía observaba, y Juracán esperaba terminar su discurso. Creo que tomé el micrófono y dije que íbamos a dar un tiempo para el debate, que íbamos a seguir con el programa. Juracán terminó hablando de la ficción con buenos resultados. En mi turno comenté algunos escritores relacionados con las mentiras de alto calibre y leí un pequeño texto. Pero a punto de terminar, el caballero, famoso ya por sus debates, me intentó interrumpir, y creo que yo fui muy lejos con mi respuesta, celosamente le dije que iba a terminar con la lectura. Oí un grito al fondo. Era mi amiga gritando mi nombre, inevitablemente me quede sin saber que hacer, si disculparme o seguir. El hombre caminó a la barra y compró una cajetilla de Rubios y salió a fumar. Mariano terminó con un texto que leyó sobre el tema en cuestión. La literatura como una mentira que nos acerca a la verdad. Yo realmente me sentí incomodo y furioso por no saber completamente que sucedia. El hombre regresó; por supuesto, se acercó a nuestra mesa y me calculó veinte años y a todos en conjunto nos invito a seguir adelante. Yo sólo me preguntaba, porque no me paso a mi eso antes, tantas oportunidades que había tenido, y me paso esa noche con un tema que me gustaba tanto.

Pero esa noche si aprendí algo, es curioso que todavía no sepa como decirlo.
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Fotografia True Lies 1994.

jueves, 13 de mayo de 2010

MINI MAX (HOMENAJE A LA MADRE-&-PADRE)


He tenido una sola mascota en mi vida. Era un gato. Lo recuerdo plenamente. Pero más recuerdo el día en el que mi papá me lo regaló. Los regalos de mi papa eran regalos de un mago. Podía quitarse el reloj en el Kom Long de la 34 avenida de la zona 5 y dármelo como el regalo de toda la vida. Después de tres litros se quitaba los lentes oscuros y me los regalaba como otro regalo de toda la vida. Pero esa noche entró a la tiendita de la Palmita una señora indigente con un gato en una jaula como si fuera un canario. Pidió algo de dinero por el. Era un gato amarillo, seco y huraño. Mi papá estaba feliz porque tenía lo suficiente para beber hasta tarde. Me compró el gato ahí mismo sin preguntarme si lo quería o no.
Después de dos semanas en casa, cada sábado por la mañana me apliqué a enseñarle trucos de circo. Recuerdo que ya le era familiar y compartíamos buenos tiempos y mi comida. Así que el gato fue engordando y yo adelgazando un poco. Luego de la escuela, lo llamaba con un nombre bastante raro que ahora ya no recuerdo. Una tarde, bajó, amarillo con sus ojos marinos y mi mamá lo odio. Mi papá como siempre se había desaparecido. Una mañana me desperté con mi gato en la cama tan doméstico que lo invité a la par mía. Un mal movimiento debió inquietarlo y me mordió. Es lo único que tengo y que me hace recordar a mi gato. Porque una semana después, mi mamá lo regaló a los vecinos, unos señores cobaneros que lo recibieron felices porque era un gato hermoso ya, que además sabia trucos de circo y obedecer a ese nombre del que ya no quiero ni acordarme. Luego mi mamá me invento que los señores cobaneros se lo habían robado. Luego que se había comido su comida. Luego que yo le daba mi leche y que estaba ya muy flaco. Luego que odiaba al gato cada vez que lo miraba. Hasta que me confesó que estaba celosa porque yo ya no hacia otra cosa que pasar tiempo con el animal.

Las madres, como ya todos saben, hay que tener cuidado con ellas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

SIN TITULO (EXPOSICION DEL DIA SABADO 15 EN COMALAPA)


Hermelindo Mux Yool
La Devaluación
Acuarela/papel
Medidas: 48 x 37 cms
Año: 2000



Este 15 de mayo se estará inaugurando la exposición SIN TITULO, con la participación de artistas plásticos como Hemelindo Mux Yool que expone su obra La Devaluación, que aparece en la foto. Además de Helen Ascolí, Edgar Calel, Benbenuto Chavajay, Bonifacio Maxia, Petronilo Miza, Paula Nicho, Fernando y Ángel Poyón y Manuel Pichiya. La exposición será en Comalapa, Chimaltenango en la 0 ave. 4-92 zona 1, a las 18:00 horas. La exposición sólo estará abierta el sábado 15 y el domingo 16 de mayo. Entrada libre.
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Información por Ángel Poyón.

lunes, 10 de mayo de 2010

FRAGMENTO DE UN FRAGMENTO (ESPEJO ROTO)

Fragmento IX

Siete años, piensa. Siete años pensando que no estaba en la tierra sino en su cuerpo virgen todavía. Siete años de placer como si fueran amantes. Escondiéndose de todos. Inventando itinerarios donde no los conociera nadie. Los últimos dos años habían sido más como amigos. Ya había pasado el primer fuego azul, sólo quedaba el rescoldo de unas brazas calientes y rojas. Se conocían tan bien que a veces no se hablan delante de la gente porque ya sabían lo que se estaban diciendo. Pero el tiempo seguía pasando tan veloz que cuando se daban cuenta, empezaban a dudar del alejamiento. Luna era de porcelana con unos ojos tan negros como si de dentro le naciera la noche. Siete años. Lo pensaba en su cama, semidormido, con la sabana en la cara. Sentía un temblor de cuerpo, el pulso raro y el miedo de que al abrir los ojos siguiera nublado su cuarto. Se había alejado de ella porque había adivinado demasiado tarde sus mentiras. No estaba enferma de nada, Luna era una buena actriz, que por demostrar que ha ella nadie la dejaba, actuando se hubiera muerto de verdad. Ahora pensaba que ella le enviaba efluvios mortíferos para que se terminara quedando para siempre muerto en aquella cama, en aquel cuarto de hotel, en medio de la ciudad más violenta, lejos de todo, como si fuera vegetal para no tener familia, como si fuera un reptil, un simple gusano. Recordaba todo desde el medio sueño, desde la última pesadilla, y hacía un esfuerzo tan grande para mantenerse vivo, que podía dejar de respirar involuntariamente. Pensó en algo tan abstracto como el suicidio. Pero pronto se dio cuanta que no era lo más elegante, sólo un impulso para vivir a pesar del daño. El cielo que recordaba de niño era azul, el cielo de grande era gris. Pero le dominaba el miedo y la tristeza. Dos sentimientos que podrían crecer tan dentro que no se podrían desenraizar nunca. Tengo que terminar con esto. Tengo que volver a ser el de hace siete años dijo, pero no pudo levantarse. Se quedo haciéndose el dormido, aunque no hubiera nadie. Sentía que había un observador presente, uno tan perpetuo y juiciosos que le daría vergüenza darle la cara. Un observador de si mismo, que siempre había estado esperando ese momento para verlo derrotado.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...