jueves, 12 de abril de 2012

Te quiero...


                No había querido escribir sobre esto pero tengo, por fin, algo que decir.  Este año empezó con un impulso positivista. Es importante notar las campañas publicitarias que hablan de un cambio. Era inevitable que las agencias de publicidad no retomaran los conceptos Mayas para aplicarlos de una manera hacker a sus proyectos de marca. Por eso vemos la imagen de un Ricardo Arjona, tirándose al lago de Atitlán en un instante de patriotismo recuperado.  Bueno, ya se ha dicho demasiado sobre esa campaña;  en la mayoría hay desconcierto, pero Guatemala siempre ha sido el submundo de los rumores. Otra de esas postales para el recuerdo es La Subida por la Vida, a la que llegamos todos al cráter con el sentimiento de haber estado juntos en algún happening de un artista conceptual. Fue por lo menos, dar el primer paso para emprender el camino plural de vernos y reconocernos entre todos; lo interesante es que la mayoría son niños de la generación Y y Z, que por razones de inconsciencia, desconocen el trasfondo histórico de ser guatemaltecos.  Es decir, los papas de todos nosotros, esas gente que no le hablan a uno de la guerra civil en Guatemala y de los guerrilleros en las montañas, las que vivieron esa época están mucho más desencantadas que los escritores de la generación X, y ven todo esto como una convulsión más de ese niño agonizante.
Ahora, luego de toda esa historia de discriminación, ignorancia por nuestros antepasados, nos parece bien volver a leer un libro fundamental como el Popol Vuh, buscar nuestros nahuales, saber la fecha en el calendario Maya y salir a la calle a buscar un banco para pagar 50 quetzales para convivir, según dice el anuncio, con una familia con problemas de desnutrición. Lo vi en una red social, me lo comentó algún familiar y tuve que informarme un poco más pues a estas convulsiones sociales, hay que buscarles por lo menos su lado bueno, una arista de buena voluntad. En primer lugar veo que está convocando alguien que siempre ha estado del lado de la cultura, Emilio Méndez.  Ha sido un tipo innovador y recuerdo que por allá por el 2002, para un partido del mundial, lo vi en Siete Caldos en la zona 10 y me pareció interesante que supiera muy bien de literatura universal.  Por otro lado,  de nuevo las generaciones más jóvenes se alistan, que por ser las más entusiastas y con el tiempo libre ilimitado, podrán por lo menos darse cuenta del grado de abandono en el que esta la gran mayoría de la población (que no es sólo de Guatemala, sino de toda Latinoamérica).
Los puntos críticos que veo son que estos muchachos, que en su gran mayoría llegan a estas comunidades sin haber estado antes en una situación parecida y quizás con mucha voluntad pero con una idea equivocada de lo que verán, no sabrán cómo brindar apoyo moral a estas familias y quizás todo terminará con niñas y niños asustados ante la degradación y marginalidad de personas con hambre.
Y el punto es que hasta hace poco los encargados de esta propuesta han dado ya la información completa y uno de los requerimientos es de que no lleven comida. Yo imaginaba que estos muchachos iban a ir con algo en las manos para las familias en las que estarán alojados. Me imagino, pensando todo con buena fe, que los organizadores piensan que en estas condiciones los participantes en este espantoso viaje turístico tendrán más oportunidad para ver en acción la escases y la locura.
Para terminar, hoy en el bus, un bus en el que como siempre se ven crucifijos colgando del Windshield, fotos de Selena o un puño de espejos y banderas, había una palabra escrita en el vidrio polarizado, una palabra que pudo ser escrita por el más perdido de los enamorados, pues se miraba la violencia con la que fue escrita, pero pudo ser una mujer además, un ser humano que lo único que quería era escribir  “Te quiero”, creo que es una palabra que habrá que escribir en la tierra, aún con tanta contradicción.

Guatemala 12/4/2012
Léster Oliveros. 
-

lunes, 9 de abril de 2012

NIMAJUYU SEGUNDA PARTE (EL SUICIDA)

Así lo creí. Salí de ese hotel a las tres de la tarde y lo único que quería en ese momento era una cerveza fría. Tomé uno de esos buses a los que uno les muestra una tarjeta y pensaba en una frase que me martillaba el cráneo, una sola frase para empezar un cuento "detrás de los senos hay un corazón". Dudaba como un ateo en plena marcha. Hasta que llegué a esa calle llena de fiesta al principio de la colonia Venezuela. Llamé por teléfono a un amigo pintor, de quien Juan Juárez tuviera a bien hacerle una crítica de arte. En fin, lo único que haría éste hermano sería dibujar un comic para una presentación de un cuento escrito por mi, en la Alianza Francesa. Pero no estaba. Llegué a la esquina sin ganas de ir a casa y con una ansiedad por un trago.
De pronto pasó un antiguo camarada de la universidad. Iba con una sombra de duda, pero no como un ateo sino como un creyente de Satanás. Lo saludé primero. Me recordaba vagamente; con una sonrisa estúpida me preguntó que a donde iba y no dudé en invitarlo a una cerveza. Parecía un soldado, un soldado arrepentido de la vida. Me confesó, luego de hablarme de algunos recuerdos de la universidad, que tenía por lo menos unas horas de haber terminado una relación con su novia. Parecía, repito, un pobre diablo. Bebía con lentitud, con el semblante fantasmal de los condenados a la muerte. Su sentencia, esa culpa, quizás yo también la conocía y se me volvían algunos recuerdos molestos de esa condición de esclavo de un sentimiento. Así que empecé por contar chistes. Se reía sin mucha emoción. 
Hasta que se quedó serio y me dijo que se quería matar, que hacía unas horas había salido de su casa con un frasco de veneno para matarse de una vez por todas. Me enseñó el frasquito, uno como de muestra de perfume. Le pareció que no le creía y lo empezó a abrir. El frasco, como una botella de Coca-Cola, expulsó a presión la mitad del contenido.
Entonces todo el líquido cayó en sus manos. No lo vi decidido entonces, sino atemorizado, se salió del bar y entonces pude darme cuenta que llovía. Regresó rápidamente, con las manos lavadas en los charcos posibles de la calle. Su comportamiento era el de un desequilibrado mental. Entonces me di cuenta de su estado. Estaba loco.
Al terminar los vasos de cerveza. Nos encaminamos a los módulos de Nimajuyu. Me despedí sonriente. El me dio las gracias por alguna posible muestra de amistad de mi parte y quizás una leve advertencia que le diera sobre el suicidio.
La noche era húmeda. Dejaba de llover lentamente. Un árbol de jacaranda dejaba caer uno a uno sus copos morados. Me fui a casa pensando en que aún le quedaba la mitad del frasco, y que nunca me dijo que era realmente lo que contenía.
-
http://www.masters-of-photography.com

lunes, 2 de abril de 2012

RUE FLEURUS

Entonces la tomé de la mano y la pasé la calle como si fuera una niña. Una niña mala. Me iba comiendo un pan con mantequilla. Ella retomó su forma de amar a plena calle tocándome de nuevo. Saboreé el sol como si le diera una mordida. El rojo es un color que endulzaba su boca. De una fecha a otra puedo ir. Moverme a un hotel en plena ciudad, rodeado de ladrones y drogadictos, en medio de la noche. Saboreé su vagina y su ano con plena conciencia que ahí empezaba el mundo. Luego pude fumar uno o dos cigarros y retroceder en el tiempo hasta una chamusca en plena calle en la zona cinco cuando soñaba con crecer y ser alguien, quizás solo quería ser grande.
- Y que quiere ser éste niño cuando sea grande -preguntó mi padre.
- Dice que lo único que quiere, es ser viejito -respondió mi madre, conteniendo la risa.

Regresando en el tiempo, hubo una noche que soñé que estaba sentado con un periódico en la mano, en una grada de la Rue Fleurus, cerca, muy cerca podía oler el pan y las palabras de una pareja haciendo el amor mentalmente a las orillas del Sena.

-
http://www.broadsheet.com

miércoles, 28 de marzo de 2012

LA ESTRELLA

Escena I

La misma sangre mutando. Espesa. Jugando a ser color o forma. La misma luz. Espesa. Bromista entornado, ambidiestro y maternal, mujer. Espesa como una coartada de asesino, voluble como un sueño chino. Me gusta su sonrisa que es de gato. Me gusta la mirada huraña y sus manos de codorniz. Somos uno. Como animales andróginos y dioses ambiguos, van caminando. El sonido de los tacones sobre asfalto negro, el grito del terror bajando con la madrugada. Hoy seré los pasos en las huellas, la lengua en las palabras, los besos en las esquinas, la oscuridad sin nostalgia, la pureza sin santidad, las mordidas en los perros, los martes en los jueves, el espejo. Porque ocultarlo. Caminare desnudo por una ciudad sin nombres, veré a diestra y a siniestra la envidia de mi libertad. Sonare a quimera. Seré una esfinge que se divierte jugando con enigmas. Cual es el animal que de noche no encuentra sosiego. Cual es el animal que de día camina en dos, a medio día en tres, y por la noche en cuatro patas. Me parece que he mirado muy lejos. Estamos en la escena en la que el o ella, ella o el se despinta el maquillaje y le sonríe a la cámara como si estuviera a punto de terminar con una catarsis eyaculatoria.


Escena II

Siempre fui amigo de las putas. Almodóvar habla con ella. Chicles pegados, masticados y sin sabor, esos somos. Somos como las bolsas de las bolitas filler`s después de una fiesta, somos los vasos vacíos, somos las servilletas sucias, somos los rollos de papel toilette usados, somos los cigarros hechos ceniza, los culos de las botellas, las chencas quemadas, aplastadas contra el cristal, los litros vacíos, las sillas sin respaldo, las mesas desniveladas y con chicles pegados. Luego quedan las imágenes en las películas, las salas desiertas y los transeúntes sin mostrar el rostro maldito. Las chaquetas negras, los calcetines sucios, los retrovisores, los windshield rotos en estrella como telaraña tejida por la noche de tragos y las apuestas después de la transformación. Un mundo asexuado deviene. Evolución sexual y gustos bizarros. Condena de locos y dementes. Cuerpos tatuados con equinoccios pasados. El hombre rumiando sus perversiones más de cuatro mil años después. Sólo el placer es permitido. Los cargos de conciencia y la pena suceden en periodos de la historia cuando ha terminado la decadencia. Tacones lejanos. Buena película supongo, y un poco de glamour indecente. Estética amatoria de fin siglo y comienzo de nuevas manifestaciones. Mademoiselles de Avignon, en mil novecientos siete, chien andaluz, y todas las ingenuidades sabias de picasso y Luis BuñuelDalì sigue pintando burros y penes cortados, pequeños cuadros informes que se destacan en el siglo por su arrogancia mística. Estamos a punto de ver la escena en la que es cortado un ojo. Volver. Luego de todo, la belleza, has tocado la belleza. Cuando el amor es puro no importa el sexo sino el disfraz, el maquillaje, la duración de los matices, la sutileza de la violencia, el sabor y el olor de las cortinas y las sábanas. Átame. Hay que volver y victimizar a un público. Hay que sodomizarlo y volverlo en nuestra contra para luego olvidarlo. Sólo es un monstruo ambivalente que juega a perdernos y a soltarnos aplausos y una tierna y breve risa.

Léster Oliveros
2010

lunes, 26 de marzo de 2012

NIMAJUYU PRIMERA PARTE

Venimos a nimajuyu en el año de 1999. En la radio sonaba Linking Park y Blink 192 y otros grupos post alternativos. Yo empezaba a militar en las aulas de la Facultad de Humanidades. Empezaba a redactar unos cuentos malos, lentos en una clave garciamarquiana que luego envié deliberadamente a la editorial cultura. Por ese tiempo no me daba cuenta de lo realmente actual. Si notaba el juego surrealista de ver esos edificios en los que todos los apartamentos son a escala y forma parecida, y ninguno, cuando llega por primera vez encuentra una dirección. Regresaba de la zona diez en taxis que luego dejaba esperando el pago. Noviazgos tontos. Resacas espantosas. Luego el año 2000 irrumpió. Ya era amigo del Piraña, el Zope, el Tono y algunas firmitas infaltables en esa fiesta clandestina que se volvía nimajuyu de noche. Luego fue la muerte de mi hermana. Una madrugada de un sábado que yo no quise salir, llamaron a casa. Era mi hermana. Lejos estaba yo de saber que sería su última llamada. Le pregunté qué dónde andaba. Siempre he pensado que de ser clarividente le habría comunicado a mi mamá, que dormía su último sueño en paz a esas horas de la noche. Luego por la mañana sonó de nuevo el teléfono y la noticia era vaga, accidente, hospital, nada más vengan. Yo me enojé. Por alguna razón no me preocupé más de lo que debía preocuparte ante esa noticia. Mi madre ya sabía o por lo menos intuía que algo grave acababa de pasar.  Nimajuyu para mi es eso y también un lugar en donde uno puede divertirse viendo pasar el tiempo fuera, en la periferia, hundido en un estado de inalterable impasibilidad. No hay futuro entre esos edificios. La gente que empezó por comprar un apartamento terminó vendiéndolo.  Los asentamientos han cercado con violencia. Se oyen descargas de escuadra todas las noches. Un amigo murió por una equivocación en esas callejuelas. La historia urbana de Guatemala no ha significado oportunidades para los de abajo. Nimajuyu, según sé fue un proyecto en conjunto con el BAMVI y un grupo de arquitectos israelitas. En un principio era una iniciativa ejemplar en medio de todo ese oportunismo que se volvieron las bienes raíces.  Hoy, luego de algunos meses, años y temporadas de crecimiento espiritual, veo esos edificios que vuelven a pintar hombres enviados por la municipalidad, creo que la utopía ha vuelto a ser una grandiosa distopía.  En mil novecientos noventa y tres, luego de un viaje en avioneta a Tikal, pude ver plenamente el esquema de la ciudad de Guatemala, entramos precisamente a una altura suficiente para poder ver el relieve que se forma en esa zona, los edificios allá abajo parecían legos gigantes, ahora la polución, la violencia y los años, la han vuelto más real.
-
http://www.prensalibre.com

jueves, 22 de marzo de 2012

UN POEMA INSERTO EN CADA NOMBRE

javier payeras maurice echeverría, juan carlos lemus maya cuc choc carolina escobar sarti, claudia navas y alejandra flores alejandro marré alejandro Sandoval alexander socop alexis herrera alquijay alfonso huerta allan martínez alan mills álvaro sánchez ana lucía mendoza andré chocó andré gribble andrea grimaldi andrés asturias ángel elías ángel lópez santizo anna cosenza bernardo euler (lilo) byron quiñónez camilo v. rodríguez carlos gonzález carolina pineda césar moncrieff césar ramiro garcía chris kummerfeldt daisy cárdenas dana palacios darvin gonzález diego fernando ochoa diego josé xoyón diego silva eddy roma edgar gonzález edgar navarro edgar quisquinay edna sandoval eduardo juárez eduardo moreno el davilosky engler garcía eny roland hernández erick gonzález erick gramajo estuardo castro estuardo mendoza felipe bagurb fernando ortiz fernando quisquinay francisco nix francisco rodríguez frank pineda gabriel woltke gabriela navassi gabriela xon gerardo josé sandoval germán albornoz gustavo abril gustavo maldonado héctor cárdenas isabel de los ángeles ruano javier uclés jimena palencia jody garcía jonathan salazar jorge cabrera jorge letona jorge mario pérez jorge rodríguez josé gerardo muñoz josé joaquín lópez josé roberto leonardo josé wolff josué david romero juan carlos rodríguez juan diego asturias juan diego oquendo juan pablo barrios juan pablo mondragón juan pablo romero julio enrique pellecer julio prado karen girón katheleen rosas kathya archila kerin barahona leonel juracán leslye tánchez lester oliveros lourdes aguilar lucía de león lucía macip lucía ochoa figueroa lucía reinoso lucía silva luis alberto lópez luis arroyo luis calderón luis castillo luis de león díaz luis fernando alejos luis fernando pereira luis herrarte luis hurtarte luis méndez salinas luis villond luixs giromp marco valerio reyes mariano cantoral marilinda guerrero mario contreras mario morales mario santizo marlon azurdia marlon francisco martes (marlon santos) maru luarca mercedes asencio morena pérez joachin nancy morales nathalie szejner norma chamalé olga molina oswaldo j. hernández pablo bromo pablo hernández paola garcía aquino paula rebeca morales pedro martínez pep balcárcel rafael romero rebeca eunice vargas braghiroly Numa arriaza rebeca vargas renato buezo roberto díaz roberto wagner rocío marysol conde rodolfo gonzález galeotti rudy girón ruth vaides samara pellecer sergio espada silvia fortin súa agapé tania hernández tushte vanessa alcayaga vanessa ramos vania vargas víctor sales walter gonzález wendy garcía william ajanel wingston gonzález pablo bromo juan pablo dardón julio serrano rosa chavez regina josé galindo sandra monterroso julio hernandez cordón luz mendez de la vega y muchos muchos más...

martes, 20 de marzo de 2012

UN CUENTO PUBLICADO EN MARTESADAS/ TETRAHIDROCANABINOL/LSD

TETRAHIDROCANABINOL/LSD
(Por Lester Oliveros)


Pero hay demasiados presos pidiendo lo mismo, muñeco y
Dios mantiene la línea ocupada.

Julio Prado, La joya II

Cuando fui al concierto de Héroes del Silencio (allá por el año 96), llevaba puesta una playera que yo mismo había hecho con Carol Wojtyla de cabeza; como unos años antes habían fotografiado a Sinead O´connor.

El Papa no pudo ver muy bien el concierto: unos días antes, había llovido y la playera, después del mosh, quedo completamente llena de lodo.

A ese concierto entre gratis, porque con un grupo de jonkis trepamos una pared y no nos importó, para nada, que hubiera guardias de seguridad dándole toque eléctricos a los anarquistas. La Sirena Varada sonaba desde el Walkman que llevaba escondido y mi puro de mota, calada tras calada, iba relajándome, volviéndome a las alucinaciones de la amistad, hasta que me sentí preparado para resistir la avalancha de música. Uno de mis amigos llevaba un habanoMonte Cristo, para fumarlo con esa canción de la Chispa Adecuada.

Bajo el efecto del cannabis las primeras canciones de Bohemia Suburbana las canté en un estado de levitación. Una amiga que había descrito a Herman Hesse como nuestro hermano lobo, me dio unos besos profundos, sentados en el graderío de la Plaza de Toros. Fue momentos antes de que entrara Bumbury con toda la fama y su estilo. Miraba los colores saboreando el fino silencio imperceptible de la noche. El flashback de la película de Doors me llego por un segundo, pero fue más bien la imagen de Jim Morrison, y de pronto, me sentí fuera de mí, y es difícil de explicar como se siente estar uno en ningún lado. Pude dominar mi miedo mientras enviaba mi cuerpo contra otros en elslamming poderoso de golpear y ser golpeado bajo la magia pura de las descargas de rock ibérico y los indios americanos soplando el fuego de la fogata donde danzábamos.

El lodazal que armamos, lo presentí luego de dos horas, mientras mis amigos me daban agua pura para que me pasara el trance.

- No puede ser, un puro de mary Jane, no es tan potente.
- La fusión musical, el flow de las guitarras eléctricas lo predispusieron para la descarga de adrenalina –dijo alguien que lograba oír desde un lugar, aún remoto a mi.
- La James Adiction es impresionante, a veces llega revuelta con afgana y el tetrahidrocanabinol llega a los receptores más vulnerables de cerebelo.

Esas frases de curiosos me parecieron que venían de alguna película y, luego, según los médicos, perdí el conocimiento.
La ladrona de besos que además leía como yo El Lobo Estepario, me confesó, una semana después, que me dio un beso con LSD.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...