"There was never any more inception than there is now/
Nor any more youth or age than there is now /
And will never be any more perfection than there is now /
Nor any more heaven or hell than there is now".*
La primera noción de poesía que tengo me la dio Octavio Paz. Fue cuando encontré en el mostrador del Café Cronopios un fragmento del poema extenso Piedra de Sol. Un año después llegó a mis manos el poema completo que leí tres veces y hasta hice una grabación para oírlo por las noches. Me gustaba su redondez, su profundidad, su textura, y al final memoricé algunos fragmentos. También este poema me liberó de un bloqueo creativo, recuerdo los versos que me dieron voluntad para seguir escribiendo:
Para ser yo he de ser otro. Salir de mí.
Entonces la poesía era para mi pura intuición. Pero la verdadera propuesta por aquel entonces en Guatemala era la poesía de Humberto Ak´abal el poeta Quiché que conocí en la librería de Megan Thomas.
Una vez Humberto Ak´abal me dio un consejo para escribir un poema. Lo guardo como un misterio porque en realidad, al tratar de explicarlo siempre terminaba hablando de más o de menos, o no me entendían nada, porque lo que me dijo fue simplemente que recitara todas las palabras que se me vinieran a la mente. En la corriente verbal nacía el poema. Estaba de moda Gustavo Adolfo Bécquer y muchos le decían a las quinceañeras: poesía eres tú. Cardoza era el único héroe que lo podía rescatar a uno de esas cursilerías. Pero tendrían que pasar dos años entre Ruben Dario, García Márquez, Oscar Wilde y Virginia Wolf, para que supiera que la única prueba de la existencia del hombre era la poesía. Como bien dijo Cardoza la poesía mantiene su misterio en la historia. Es incalificable y, como el Tao, desaparece cuando se le trata de ubicar.
Respeto mucho a quienes son poetas. No se decide ser poeta. Es como una maldición. Una maldición de las buenas, esas que han rescatado a muchos de la muerte o de la vejez, o de la inmortalidad. Soy premeditadamente bastante irresponsable con lo que escribo hoy, si quieren no me tomen en cuenta. Wingston González es un verbo musical y comprometido en el mundo literario. Poeta es Alan Mills con su psicosis musical y su fiesta ficticia donde uno puede hallar a muchos muertos famosos y vivos hablando en siete idiomas. Poeta es Javier Payeras con su mundo narrativo en tiempo presente, siempre tan presente y tan breve, como si viéramos varios cortometrajes de varios cortometrajes. Poeta es Mariano Cantoral con su desencanto bien guardado y su profesión como una revancha contra Miguel Ángel Asturias; Leonel Juracan es un verbo en llamas que va de mano en mano y se aventura en lo mas oscuro de las avenidas del crimen y la ciencia y, algunos verbos futuros que no pronuncio por espacio y tiempo, que están haciendo que la Guatemala de adjetivos malditos tenga un poco, por lo menos, de digno levantamiento.
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*Walt Whitman, texto redactado en el día de su cumpleaños.
Le Monstre n'était pas King Kong, c'était Ann Darrow et son décolleté provocant.
Creatura preciosa y simétrica, sin apetito por lo común y a veces con un hambre de buey hasta por los hot dog de la carreta, Aunque sea como un ser humano, mamífero, con problemas de insomnio, volátil, Con extrema fascinación a los gatos, Puede cambiar de ánimo y hacerse la enferma, puede que a las de su misma especie trate como a intrusas, Le gusta ir a las lecturas de poesía y hacerse la dormida, luego subir al escenario y mancharse las manos de sangre queriendo repetir una doble función sin resultado, Entiende muy bien de las cosas delicadas de la vida como el dinero, Violenta, no le gusta que la repriman, pueda que en su papel de mortal, salte con un habano incendiario sobre el barman y le pida vino gratis y éste se vuelva a su compañera de turno y no sepan decirle que no, Puede ir a salones con arte falso y descolgar los cuadritos con una elegancia suprema antes de tirarlos a la calle diciendo ¡mierda!, Sólo por que existe es genial, Su garbo podría ser el de Ann Darrow en las mano de King Kong, sin embargo puede caminar sin miedo por las calles con olor a violencia y con el escote asustar a los soldados, y su mirada vida mía, podría hacer pensar que habla cinco idiomas y todas las noches mata a alguien con una Magnun 47 o un cuchillo de mesa, o más bien con su lima de uñas o con el tacón afilado de sus zapatos de diseñador, Pero no es que de miedo lo terrible, sino fascina, Con sólo pensar en ese momento se me acaba el pulso, Es normal en ella vestir de gala hasta para ir a la tienda por un cigarro, es un monstruo terrible no lo olviden, por eso no le gusta que la confundan con un pirata cuando levanta un Martini donde nadie la conoce, Donde nadie sabe de ella puede muy bien ser otra y llorar entre las sábanas como una niña, gemir entre recuerdos ardientes, implorar el perdón de si misma contra las voces imaginarias, tratar de cerrar círculos haciendo óvalos, o con un poco de goma tratar de remendar los errores espontáneos que la llevaron hasta allí donde su memoria a penas recuerda, Hasta que un poco de Whisky le haga recordar otro frasco de pastillas vacío, y mirar por la ventana del hotel barato, recuperándose rápidamente para salir con el filo de sus ojos a cortar las alas de los que no se atreven, de los cobardes que no la llaman al otro día, a cortar de tajo la esperanza que muchos, incluso familiares, tienen en ella. Otros monstruos, trataran de definirla en el futuro, pero un monstruo de su tamaño no necesariamente debe dar terror si no da ternura.
----- Creatura belle et symétrique, pas d'appétit en général et parfois avec une faim de la viande bovine au panier hot-dog, même en tant qu'être humain, de mammifères, avec des problèmes de sommeil, volatile, la fascination de l'extrême avec des chats, peut changer d'avis et a fait le patient, que ceux de la même espèce traités comme des intrus, je voudrais aller à des lectures de poésie et de dormir, puis monter sur scène et mains tachées de sang qui veulent répéter une double fonction, sans Par conséquent, comprend très bien les choses délicates dans la vie comme de l'argent, la violence, n'aime pas le refoulé, pour son rôle dans le saut incendie mortel avec un cigare sur le barman et demandez-vous gratuitement et il est revenu son compagnon du moment et ne pas savoir dire non, peut aller dans les classes avec l'art faux et ramasser les boîtes avec une suprême élégance, avant de jeter dans la rue en disant merde, c'est juste que il est grand, sa grâce, peut-être le Ann Darrow dans la main de King Kong, mais peut marcher sans crainte dans les rues avec l'odeur de la violence et à effrayer les soldats du cou, et ses yeux de ma vie, pourrait donner à penser qu'elle parle cinq langues et tue tous les soirs quelqu'un avec un Magnum 47 ou un couteau de table, ou plutôt avec l'ongle ou pointus des chaussures de marque du talon, mais la peur n'est pas si terrible, mais fascinante, suffit de penser à ce moment-là Je viens d'impulsion, il est normal de s'habiller pour aller au magasin pour un cigare, est un monstre terrible, n'oubliez pas, si n'aiment pas être pris pour un pirate lorsque vous soulevez un martini où personne ne sait Où personne ne sait qu'il est peut-être d'autres pleurent et les feuilles comme un enfant, les souvenirs gémissement provenant de la combustion et de la mendicité le pardon d'elle-même contre la voix imaginaires, en essayant de fermer les cercles par des ovales, ou avec un peu de caoutchouc essayer réparer les erreurs spontanées qui ont conduit à sa mémoire où se souvient à peine, même un peu de whisky ça vous rappelle une autre bouteille de pilules vides, et regarder par la fenêtre, hôtel pas cher, en récupérant rapidement avec la lame de ses yeux couper les ailes de ceux qui ont peur des lâches qui ne remettent pas l'autre jour, couper court à l'espoir que de nombreux membres de la famille même sont en elle. d'autres monstres, essayer de la définir dans le futur, mais un monstre de la taille n'a pas besoin de craindre si ce n'est pas la tendresse.
- Lester Oliveros Ramírez
Exposición en Alianza Francesa de Guatemala
Exposición Colectiva “MONSTRUOS” Moises Barrios, Vonsechel, André Grible, Pablo Bromo, Angel Poyón, Lea Asoli, Alejandro Marré. Inauguración miércoles 9 de Junio a las 7.00pm Exposición del 9 al 30 de junio 2010 Galería de Arte Alianza Francesa 5ª calle 10-55 zona 13, Finca La Aurora (Frente al Museo del Niño)
Do you feel Feel like running If you’re shy babe that’s ok I know we can fly if we’re Dancing in the rain you see And when we dance We can make love babe When you move you can do no wrong Show me how you feel Come dance in the rain with me
--El viernes 21 pude platicar con Vania Vargas sobre un amigo que murió con cierta elegancia pirotecnica. Estábamos en las dos últimas filas de sillas para la presentación de Alicia del talentoso Pablo Bromo que está tomando por asalto el final de esta década.
Vania me contó que este amigo vivía sólo y por alguna razón su cuarto se incendio y este periodista murió entre las llamas. Si les parece poético imaginen que también se quemaron todos sus libros con el, películas, discos, y hay quienes aseguran que fue un suicidio para romper con la monotonía. Luis Méndez salinas llegó a la presentación con un parche en el ojo derecho y se autoproclamo el primer editor pirata. Alan Mills entró justo a tiempo y leyó un texto con música en línea, hologramas difusos y conejos eróticos; al final, una brevísima conversación con Hector Hernandez Montesinos, y a viajar en bicicleta de Sophos Fontabella hasta casa bajo la lluvia cantando Dancing in the rain.
En el camino a casa, recibí un mensaje fraternal:
21/05/2010 8:35pm
Lluvia torrencial en la Ciudad Maya -que miedo jiji- con cuidado, bonita noche.
--Este fin de semana no hice nada más que leer y pensar. Tengo un proyecto cartonero en puerta. Se acabaron los vinos y la parranda por lo menos de aca a Julio, o cuando tenga más efectivo disponible. Hasta pense en venderle el alma al diablo pero ya se dio cuenta que no tengo.
--Leo Caribe Cocain de Ernesto Bondy. Luego de haber leído una novela corta de Otto Wilhelm que me recordó muchísimo algunas cantinas de la zona 1 y sus habitantes . También leo entre ratos a Carmen Matute en un libro de bolsillo. Me gusta su poesía.
--Comparto últimamente algunos instantes importantes con una amiga interesada en la Alquimia. Me gusta el brillo de sus ojos y el ritmo de sus palabras cuando me habla.
--Últimamente me conecto mucho al facebook. Pierdo tiempo en msn conversando con una amiga de mi hermana. Aunque mi hermana murió, yo sigo pensando que esta viva, viajando por algún país exótico como África y me manda noticias del futuro como esta:
*Cerati esta completamente bien. Prepara una gira por Latinoamérica. *La alquimia y la magia me han interesado desde que comprendí el calor del fuego. *Pronto vendrá una verdadera emoción por un bello apocalipsis.
Así son los Headlines que me envía mi hermana desde esa dimensión. -
el fuego de los dedos al pasar por el fuego de tu piel,
fuegos,
leves quemaduras sin mayor dolor o daño,
esa palabra que se va quemando en mi, hasta imaginarme una casa en llamas por mi a los siete años, pasando la mano por el fuego de una vela en la iglesia, mirando santos con aureolas y pequeñas llamaradas pentecostales, el fuego era ahí otro destierro al hades de azufre y tormento, el fuego gratuito de noche nadando en una copa de vino tinto, el fuego de la luna, el fuego del agua que me quema la imaginación por el misterio de su azul llamarada, desde el centro del cristal,
desde la mitad de una mujer, mas allá de las fronteras del universo y los planetas incandescentes, veo la oscuridad quieta,
Les cuento que estoy llorando. Mi llanto y oración llega hasta el centro docente La Trinidad, que es el lugar donde uno de los genios de la música de mi generación duerme entre cables y sensores. Recuerdo a Gustavo Cerati al final de su carrera, el champaña y los abrazos de amigos al borde de la gloria. Se lo merecían por haber legado al mundo un sonido finísimo de percepciones musicales. Confort y Música para Volar podía ponerme a tono para cualquier riesgo en la vida. He cantado tantas canciones de Soda Estereo en el bus, en la calle, en las avenidas, en la cárcel, en la cama con ella, en la ducha, en un bar con una cerveza mística, en esta que es también una ciudad de la furia. Me duele el estado de Cerati. Soy sentimental y qué. No lloro por cualquier cosa. He llorado al final de un texto de Flaubert. He llorado al final de un texto de Javier Payeras, con la maravilla del mundo, y las cosas sencillas que no se compran. Es raro que algo me conmueva, los que me conocen bien lo saben. Pero desde que se anuncio la noticia del estado de este maestro, sabia que no iba volver a ser igual nada. Las premoniciones son una conexión galáctica de estaciones referenciales con el universo. Eso creo. Alguno por ahí tal vez recordara una borrachera en La Caseta cantando Disco Eterno o Cuando pase el Temblor, y los años y los recuerdos se queman y se vuelven fósiles o diplomas pegados con goma en las paredes. Espero que Cerati vuelva, de un millón de años luz a casa.
Hace exactamente 7 días Mariano Cantoral organizó un conversatorio. Leí por un correo, que iba a estar Pablo Bromo, Javier Payeras, Eddy Roma, Mariano y yo, así que cuando entré al Gran Hotel y no vi a ninguno a las 7:30 pm, pensé inmediatamente en un atentado colectivo. Un hombre con el pelo canoso y una traza de español había preguntado a los encargados del Gran Hotel sobre el horario de inicio del conversatorio. Ellos me endosaron la pregunta a mi. Yo no había visto a Mariano y pensé en llamarlo. Llame también a Javier Payeras que con gusto me dijo que llegaba, pero que no le había avisado nadie de esa actividad. A punto de ser las 8:00pm, llegó Mariano hasta mi mesa. Le presenté a unas amigas, una de ellas a un día de celebrar su cumpleaños. Y en el saludo le pregunté con toda sinceridad sobre el tema. Me dijo que era La Literatura una Mentira que te acerca a la Verdad, y que yo entiendo al revés completamente. En fin. Se unió Leonel Juracán, y cuando ya estábamos empezando con todo, cerca de las 8:10pm, entró Javier Payeras. Ya Mariano me había explicado que no estaba ni el ni los otros en el programa original. Empecé una breve introducción citando a Hemigway, porque lo recordé en el acto, en la entrevista que le hiciera George Plimptom del Paris Review, y luego comenté algo sobre la ficción con un amable espectador con una traza de actor de teatro. Lo interesante del asunto, es que al comenzar con el conversatorio, inmediatamente empezó el debate. Yo me reía porque no sabía que hacer, si eso estaba en los planes o no, y mi amiga a punto de ser cumpleañera debatía con toda propiedad con el caballero, que hasta se había levantado de su asiento y había ido hasta donde ella estaba. Javier me miraba sin comprender, y yo me reía. Mariano, a la par mía observaba, y Juracán esperaba terminar su discurso. Creo que tomé el micrófono y dije que íbamos a dar un tiempo para el debate, que íbamos a seguir con el programa. Juracán terminó hablando de la ficción con buenos resultados. En mi turno comenté algunos escritores relacionados con las mentiras de alto calibre y leí un pequeño texto. Pero a punto de terminar, el caballero, famoso ya por sus debates, me intentó interrumpir, y creo que yo fui muy lejos con mi respuesta, celosamente le dije que iba a terminar con la lectura. Oí un grito al fondo. Era mi amiga gritando mi nombre, inevitablemente me quede sin saber que hacer, si disculparme o seguir. El hombre caminó a la barra y compró una cajetilla de Rubios y salió a fumar. Mariano terminó con un texto que leyó sobre el tema en cuestión. La literatura como una mentira que nos acerca a la verdad. Yo realmente me sentí incomodo y furioso por no saber completamente que sucedia. El hombre regresó; por supuesto, se acercó a nuestra mesa y me calculó veinte años y a todos en conjunto nos invito a seguir adelante. Yo sólo me preguntaba, porque no me paso a mi eso antes, tantas oportunidades que había tenido, y me paso esa noche con un tema que me gustaba tanto.
Pero esa noche si aprendí algo, es curioso que todavía no sepa como decirlo.
He tenido una sola mascota en mi vida. Era un gato. Lo recuerdo plenamente. Pero más recuerdo el día en el que mi papá me lo regaló. Los regalos de mi papa eran regalos de un mago. Podía quitarse el reloj en el Kom Long de la 34 avenida de la zona 5 y dármelo como el regalo de toda la vida. Después de tres litros se quitaba los lentes oscuros y me los regalaba como otro regalo de toda la vida. Pero esa noche entró a la tiendita de la Palmita una señora indigente con un gato en una jaula como si fuera un canario. Pidió algo de dinero por el. Era un gato amarillo, seco y huraño. Mi papá estaba feliz porque tenía lo suficiente para beber hasta tarde. Me compró el gato ahí mismo sin preguntarme si lo quería o no. Después de dos semanas en casa, cada sábado por la mañana me apliqué a enseñarle trucos de circo. Recuerdo que ya le era familiar y compartíamos buenos tiempos y mi comida. Así que el gato fue engordando y yo adelgazando un poco. Luego de la escuela, lo llamaba con un nombre bastante raro que ahora ya no recuerdo. Una tarde, bajó, amarillo con sus ojos marinos y mi mamá lo odio. Mi papá como siempre se había desaparecido. Una mañana me desperté con mi gato en la cama tan doméstico que lo invité a la par mía. Un mal movimiento debió inquietarlo y me mordió. Es lo único que tengo y que me hace recordar a mi gato. Porque una semana después, mi mamá lo regaló a los vecinos, unos señores cobaneros que lo recibieron felices porque era un gato hermoso ya, que además sabia trucos de circo y obedecer a ese nombre del que ya no quiero ni acordarme. Luego mi mamá me invento que los señores cobaneros se lo habían robado. Luego que se había comido su comida. Luego que yo le daba mi leche y que estaba ya muy flaco. Luego que odiaba al gato cada vez que lo miraba. Hasta que me confesó que estaba celosa porque yo ya no hacia otra cosa que pasar tiempo con el animal.
Las madres, como ya todos saben, hay que tener cuidado con ellas.