martes, 6 de octubre de 2009

GASOLINA (BREVES ANOTACIONES) II


Le dediqué un espacio particular al último símbolo que veo en Gasolina.
El último símbolo es la trasgresión, que se refleja en uno de los actos más aborrecidos por el espectador latinoamericano. En la escena en la que el hijo le pega al padre existe este diálogo entre los amigos, en un momento de calma:
- Vos, ¿y porque le pegaste a tu papá?
- Ya me las debía, cerote.
- Como así que ya te las debía… Este pisado.
- Que… acaso vos nunca le has querido pegar a tus viejos.
- Pues, la verdad si, pero ya les pegué.
- Y, cuándo.
- Cuando tenía 5 años.
- Eso no cuenta, imbécil.
Definitivo el parafraseo, no recuerdo completamente los diálogos.

Al ver esa escena, una de las más oscuras de la película, salté del sillón y pensé en escribir algo sobre eso. La colonia en mi particular visión es un microsistema donde operan todos los poderes del mundo. La trasgresión es evidente completamente en la escena cuando el hijo patea a su propio padre. Pero esa escena, aún con la dureza que contiene, no es ni la mitad de la realidad que se vive por parte de uno o de otro bando generacional. Hace un año un muchacho en la colonia Venezuela de la zona 21, en un instante de ira, le disparó a su propio padre y lo mató. En otra ocasión yo mismo fui testigo de cómo un amigo le pegaba a su papá borracho y las imágenes, superaban por mucho la escena que filmo Julio Hernández. Pero la verdadera trasgresión no fue esa. El problema es complejo. El problema viene de los ejemplos de disciplina extrema a lo que muchos fuimos sometidos como una forma natural de corrección. Hay que relatar que en muchos casos los niños eran hincados en tapitas, o los padres les abrían, literalmente, la cabeza con lo que tuvieran en la mano. Y ésta es ya, una seria violación y daño permanente que con el tiempo degenera en una crisis de venganza. Ahí tenemos el caso de Chew Giron y la forma brutal de los acontecimientos en un hogar guatemalteco. El problema es complicado, porque está el bando contrario, el que dice que era necesario que se les corrigiera con esa crueldad, porque de no ser así serían peores. Es un problema de la condición humana y esta condición es variable. He conocido gente madura que agradecen a sus padres los golpes desmedidos como si les hubieran hecho un favor, sin darse cuenta de los graves problemas anímicos y de relaciones humanas que heredaron, sin darse cuenta que ese agradecimiento es más bien como un salvo conducto militar para seguir ensayando con los demás lo que les enseñaron a ellos. Muchos adultos de esa generación han quedado hasta lisiados por golpizas inhumanas que les dieron sus propios padres. El cantante Frances Georges Brassens, cuando era niño, fue encerrado en un armario por unas horas, como castigo por alguna desobediencia, cuenta la anécdota, que tras ese tiempo se desarrolló en el toda la rebeldía con la que después compondría las canciones más bellas y más líricas de su generación anarquista.
Esta escena de Gasolina es una de las primeras transgresiones que van a dar que hablar entre la generación más joven, a los que de alguna u otra forma ya ha afectado el dolor.

sábado, 3 de octubre de 2009

GASOLINA (BREVES ANOTACIONES)

El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel.
Federico Fellini.


A Julio Hernández Cordon

He oído mucho sobre Gasolina, la película de Julio Hernández y todo lo que he oído, como suele suceder, son subjetivaciones, algunas a favor y, otras, como debe ser, en contra. Digo “como debe ser”, porque hasta ahora no he sabido de ninguna buena obra que no tenga sus detractores. Ayer la vi por fin en DVD y la fotografía me pareció maravillosa, aún mejor que cuando la vi en una sala de cine. El valor de esta película está en lo gráfico, en las escenas, las perspectivas, la luz, como un gran óleo proyectado. Es cierto que en casi toda la película los insultos y la violencia fluyen como un gran poema absurdo, pero también es cierto que en esa sencillez lingüística de estos pequeños hay poesía y sabiduría de la más elemental. Me gusta esa escena en la que ven el volcán de Agua y salta la pregunta de qué es un volcán, pues “un triangulo con un hoyo, imbécil”, responde el otro. La palabra imbécil etimológicamente tiene que ver con la debilidad de alguien para apoyarse en algo, según los romanos en un báculo, y luego esto deriva a la debilidad mental. En Gasolina el 90% de los diálogos contienen insultos que conforme la película va avanzando uno nota que es lo más honesto en toda esa apatía y desasosiego absurdo al que juegan como si fuera la única salida. Una rosa es una rosa, dijo Gertrude Stein, pero hay ciertos símbolos en esta película, que me atrevería a enumerar: la gasolina, la noche, la colonia residencial, el carro, los aviones, la playa, el chico asmático. Toda gran obra es recreada a base de obsesiones personales. Julio Hernández le dio libertad a estos contenidos latentes en esta película. La gasolina es un símbolo capitalista y por eso es vertido sobre el niño indígena que fue arroyado en la carretera; la gasolina se la roban como verdaderos ladrones subversivos. Por eso en la gasolinera, milagrosamente, siguen llenando todos los botes que desean, es un sueño hecho realidad. Los personajes cambian de valor porque a veces son guerrilleros y otras veces son el instrumento del establishment. Dualistas en el absurdo mundo que se desarrolla en ese pequeño país que es su colonia. La noche es siniestra y sospecho que tras ella, esta el poder del verdadero gobierno, la noche es la ignorancia permanente y hace que el lenguaje tenga ecos mitológicos, por ejemplo en los diálogos de Petronio y Aristófanes existen esas sátiras sobre la mala educación de los jóvenes y la decadencia del gobierno. La colonia residencial es un pequeño sistema de gobierno que estos poetas analfabetos luchan por transgredir. La pelea con el guardián en la garita es memorable, grandiosa. Me gusto también, repito, el gran arte visual que se maneja. El carro es un símbolo del progreso industrial, y aunque tampoco es de ellos, es en el vehículo donde se imaginan en avión y alucinan que van volando. La poesía de hoy esta siendo movida por el capitalismo. El avión es un símbolo del éxito y la búsqueda de estar lejos, en otro mundo. Ellos ya tienen una mala imagen de Guatemala, su lenguaje es una protesta contra el hoy en Guatemala, el lenguaje es la espalda reflejada de las instituciones y la corrupción, la falta de apoyo, la soledad más inhóspita. La soledad se ve muchísimo en cada uno de los personajes. En vez del avión, la playa. La playa es el símbolo del amor recuperado, el mar es el útero donde nos engendraron, el mar es la nostalgia del origen y la esperanza del mestizaje, la incubación infinita de este injerto que somos los jóvenes guatemaltecos.
La película que hizo Julio Hernández es una metáfora con varios referentes, el asmático, su agonía final, es el exorcismo de todos los temores de éste gran cineasta, que finalmente debía pasarle algo bueno, ganar un festival.

jueves, 1 de octubre de 2009

VIVO EN LA ZONA 1


· Cené a eso de las nueve de la noche, porque me aconsejaron en la casa, estar antes de las diez mientras me daban una copia de la llave. Cené una hamburguesa, Coca-Cola y un Hula-Hups, mientras veía los cuadros del segundo salón de la casa. Al frente un cuadro de un paisaje de alguna campiña europea en verano; a un lado un cuadro de una niña con un perro Cocker Spaniel de alguna raza pelinegra. Hay un altar con un Jesús con las manos alzadas y, en lo alto, una foto de una señora que aún no sé quién es, posiblemente la dueña de la casa, o mamá de la chica que me a recibido el pago. La chica es morena clara, parece severa aunque es muy joven, tiene un rostro hermoso con unos ojos dulces y una sonrisa peligrosa para un joven que quiere permanecer escribiendo el mayor tiempo posible.
· Por la noche, salí a vagabundear por allí. El pasaje estaba con un ambiente raramente de fiesta. No sé decirlo de otra forma. Hay muchos que beben los miércoles. Estudiantes, empleados, vecinos, artistas o turistas, bebiendo un día miércoles como si fuera viernes o sábado. El Gran Hotel sin un alma. Crucé por la esquina y me sorprendió ver una fila de guardaespaldas vestidos de negro, y consecutivamente escupían uno tras otro como si bostezaran. Tenían una cara de aburridos y se divertían viéndole las nalgas a las que pasaban, así fuera una empleada de algún restaurante hasta una trasvestie en su fiesta pagana. Caminé de regreso con un ánimo parecido al de los marinos cuando divisan tierra. La Catedral iluminada parecía tan exiliada de todo. Las champas de los manifestantes, corriendo con sus mantas al rededor del Palacio Nacional. Vi sus caras. Eran mujeres maduras con sus hijos morenitos y sus frentes brillantes.
· Hoy por la mañana me encontré con el profesor Manuel Chacón, más conocido como Filochofo. Le grite desde la avenida “maestro”, y se detuvo (en realidad fue mi maestro de matemáticas en el Tecún Uman). Me habló de su garabato más famoso y sobre una de sus hijas que busca apartamento en la zona 1. Si alguien sabe de uno avísenme, yo le paso el dato. La luz de la zona uno por las mañanas es hiperrealista, la noche es lírica y parace un cuadro de Paul Delvaux.

sábado, 26 de septiembre de 2009

4 experimentos por MSN




Ier. Intento.
…los gatos saltan de tus ojos felinos, el cielo esta lleno de colas de blancas panteras sucias, de garras azules que cortan las nubes ciegas, que gimen, que gritan entre latidos urbanos de jóvenes con ojos universales y señoras sin empleo vendiendo cigarrillos blancos, hoy veo que las horas son ventanas donde a fin de año corren los niños con folders tamaño carta, con hojas con sus nombres, con nombres de sus padres, con fotos y trajes y blusas y corbatas y cara de gente decente// los gatos de tus manos ronronean en mis brazos, los perros de furia son arañados como siempre es la sorpresa, cautiva va la dama de la mano de un peón, el vaquero menciona algo sobre el dios tabaco, la mujer termina siendo ceniza, los edificios fuego/ la hora de almuerzo, ya ven, la hora de los ejecutivos de banco, de los sorpresivos encuentros en las esquinas, de los empujones de las espaldas y los bellos sueños de la tarde, mares de gente y olas de ojos, cielos nublados y gotas que corren de los ojos la belleza exacta/ la noche que no es escura es una hora de la tarde/ las flores que se regalan los novios, puedes verlos, las horas que se regalan a solas, puedes verlos, con sus sueños canciones jugando a ser héroes, puedes verlos, tan grandes y tan chicos, tan solos en el mundo, mientras las fabricas hacen basura y los jefes guardan dinero y cartas de sus amantes/ juegan lejos de sus calles y sus casas, tengo los sentidos limitados y puedo ver en el aire el bullicio de la vida, puedes verlos, están ahí detrás del mundo haciendo travesuras, corriendo en bicicletas y saltando de trenes aviones y carros triciclos, riendo como siempre, yo los veo y punto…


IIdo. Intento.
…voy por un sinuoso camino largo, se cortan mis venas, salta la sangre desesperada como una ráfaga de llanto, suenan los clavos y la hoz de la muerte, suenan los clavos y la virgen ya no llora/ sonido de clavos y sonido de risas, ataúdes vacíos y espíritus materiales, suelo duro como pan frío, lenguas jugando a ser serpientes, pieles que se visten de otras pieles y papeles volando como en una escena en el cinema, tus besos delirios, tus ojos regados, los clavos y la piedra, el agua y la sangre saltando como un nido de venas gritando/ veo el gólgota diario y a los mismo magistrados, veo al presidente falso profeta coronado sin gloria, veo las guerras fracasadas, los clavos y la mano, los clavos y los pies/ espérate ahí, que ya voy, tengo que terminar esto, tengo que verlo más de cerca, caerme, voltearme en pleno delirio, ver el cuadro de Dalí en pleno delirio, ver los clavos de nuevo en pleno delirio, ver tus manos y tus pies con agujeros en pleno delirio, ver tus llagas y tus milagros, ver tu rostro en pleno delirio, verte, tocarte, salir de mi sueño virtual y jugar con tus ropas, echar suertes de nuevo en pleno delirio, amar el instante en que los velos se rasguen/ porque tu Artemisa me haces compañía en esto que ya voy terminando/ los romanos y sus ropas en Semana Santa, la catedral barroca, el asfalto hinchado de raíces, los clavos de hule y las vírgenes de yeso, los ojos de los hombres en pleno medio día, santos ebrios, cuadros de Carabagio/ las cruces oxidadas, la herencia de los masones y el mar muerto y los videntes barbudos, los primeros dibujos en papiro, el mar, el primer hombre, que más da, un sonido de licores finos y las mentes de los niños, todo revuelto como al principio, todo ahora, ahora todo revuelto en lo que he vuelto…


IIIer. Intento.
…soy un dragón de fuego en busca de agua pura, soy un calendario maya un calidoscopio cósmico y sonoro, un signo de fuego/ un silencio sin sombra, soy los signos de ese zodiaco en los dibujos que tu caminas, soy el misterio donde conversas, soy el aire que tu vomitas, soy el vino que tu habitas, soy las paredes y soy los que no esta, soy las sillas y las mesas, soy la carpa donde la fauna retoza y la flora se hace humo, soy el baile que te mueve, soy el dolor/ soy el grito y soy la aurora, soy el destino que los astros temen, el ruido de tu corazón al detenerse por las noches, el temblor de los parpados almáganas, el sonido de la violencia por las noches, los periódicos atrasados, las caras de esos viejos consternados con las palabras de la princesa ramera, las caras de las niñas uniformadas con las miradas salvajes de los detectives de negro, las caras de los viajeros sabios, los ojos desbocados del ladrón escondido, los ojos de los hombres muertos, los ojos de los hombres muertos, los gusanos vivos entre los ataúdes callados en una noche de navidad, los cementerios en las noches de navidad, los ojos y las caras, los cementerios y las noches con canciones desveladas, los parques sin catedrales donde yo mismo encontré la luna, pero detrás de tu cara de perdido material no veo más que mi propia ignorancia exiliada, enviada lejos por las costumbres familiares y los animales educados que buscan un lugar permanente para cagar, los gatos y los perros educados son tan obedientes, los gatos y los perros son tan humanos, los gatos y los perros serán superiores en esta urbe…



IVto. Intento.
…coreografías de la nostalgia, rituales de ternura y tristeza, lentamente como en medio de una ventana piano, suavemente como dentro de un cristal en una fotografía en blanco y negro, atardeciendo y entornando los ojos a las nubes que rasgan los edificios/ tengo por ti el más triste de los milagros, la geometría de mi alma cayendo como una torre sin aviones, la geografía de tus caminos sin mi origami/ la biología de una lágrima, lentamente, la simbología de tu llanto, lentamente, el mirar sin mirar, lentamente, el sufrir, lentamente, el caminar a solas bajo la niebla terrosa, el caminar a tientas entre la oscuridad borgeana, lentamente, óyeme, sólo somos sombras, sólo somos dos, lentamente//mochilas al hombro viajan tan sólo a la rutina, con jeans celestes rotos, con playeras baratas, con su risa honrada bajo el pelo negro, con sus dientes amarillos sobre la corrupción del mundo, una y otra vez cada mañana, una y otra vez cada mañana, de noche regresan con hambre, hacen el amor, se voltean y sueñan al revés de éste mundo/ y cuál es el misterio de la nostalgia/ unos cuantos tragos para recordar la desnudez/ y cuál es el presente ahora/ más de tres millones de días sin un solo minuto de amor/ rabia por los ladrones del tiempo/ amor por nada/ todo por gusto y con tristeza/ los puños tatuados de paredes rotas/ el mundo entre una pequeña estrella derrumbada por los televisores de la vida ordinaria/ pero no hay lágrimas/ hay una persecución de si mismo/ hay un vacío y se escribe sobre el a cada instante en cada hecho irrelevante/ se pueden conocer personas y llenarlas de cosas brillantes, se puede perder el equilibrio y caer con diez amantes/ la soledad es un estado de la materia/ yo sólo quiero saber donde dice exit/ pero hay palabras que me hacen volver/ no más lagrimas/ las balas y los cuchillos acabaran con migo/ talvez hoy sea un día ventana/ o pueda ver en otro el porvenir…


1-Escrito el día martes a las 12:23pm., en una conversación por msn, con una amiga de Cantabria/España que ve la hora 20:24pm.
2- Día Miércoles 23, como a las 11:30 del medio día en Guatemala, conversando en Messenger con la amiga de Cantabria.
3- Escrito el día jueves por msn, sin que la amiga de Cantabria me dijese nada.
4- Escrito el día viernes con una conversación con Karla Pérez a las 12:14pm, y acotada a un texto final de una amiga de Costa Rica por el mismo medio.

BREVE ENTREVISTA A MAYA CU


Luego de la lectura de sus poemas, tuve el gusto de conversar con Maya Cu. Su nombre, para que lo voy a negar, me encanta. A ella, la conocí mucho, mucho antes, en reuniones de un grupo de poetas en los que destacaba Emilio Solano, Julio Calvo y Simón Pedroza. Todos motivados por la poesía, vivíamos invadiendo cafés y bares para la lectura personal de nuestros ensayos. Recuerdo que en una ocasión nos sacaron del Caffé Dei Fiori porque sólo dos compañeros iban a comprar su café. Lamentable, más no imposible, que fueran encontrando por su lado su verdadero sitio. Maya lo logró. Le hice unas preguntas para este blog en la Casa Cervantes el día martes 22 de Septiembre.
Lester Oliveros: ¿Que piensas de éste tiempo?
Maya Cu: Soy de la generación que se le llamó de los desencantados, y estoy desencantada de los jóvenes y el gran irrespeto que tienen por todo, estoy desencantada de eso. Estuve para la primera presentación de la película Gasolina de Julio Hernández, y pude darme cuenta de los diálogos tan vacíos y simples a los que la juventud responde contradictoriamente, así son al verse en ese espejo, no lo comprenden. Ahora lo entiendo, en ese momento creí que la película estaba mal hecha, o mejor dicho estaba a medio hacerse.
LO: Un amigo mío me contó que se salió del cine a la mitad de la película. Yo particularmente la disfruté, y pueda haber alguien más que la deteste. Ganó un premio en el Festival de San Sebastián. ¿Y qué me cuentas sobre Proyecto Sangre y La Casa, será que te volviste más exigente y por eso no los terminas?
MC: Fue al contrario. Porque fueron surgiendo más textos en cuanto yo pensaba que estaba a punto de terminar, y en eso estoy.
LO: ¿Me puedes confiar algún recuerdo de tu infancia?
MC: Mira, yo de niña era muy miedosa y tímida, viajé mucho con mis papas y conocí lugares desde muy pequeña. También tuve que trabajar, y creo que la irresponsable irreverencia de los jóvenes de ahora es porque ya lo tienen todo, antes, todos teníamos que luchar por el mañana.
En el salón iba saliendo todo el mundo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

LAS CIEN PUERTAS Y UN LIBRO DE JURACAN


Me enseñó a soñar, y ahora no me deja dormir.
Grafiti I


La imaginación al poder.
Grafiti II

Lo que sé de las Cien Puertas es que está muy bien atendida por una de las hermanas del dueño original. La tía, como le decimos con cariño, es una mujer que inmediatamente uno puede llegar a querer y a darse cuenta del gran sacrificio que a sus años hace para mantener uno de los Café-Bar-Restaurant y Centro Cultural más famosos y emblemáticos del Centro Histórico. Ella es de estatura mediana, con un poco más de cincuenta años, tez blanca y una mirada amigable. Hace lo posible por atender a todos amablemente y trata de organizar a sus empleadas para que las órdenes sean entregadas pronto. Las paredes del lugar estan completamente saturadas de mensajes de clientes, turistas, o artistas; hay una reproducción de una pintura de Isabel de los angeles Ruano y un cuadro de mi gran incongnita, el maestro Ramírez Amaya. Los viernes es casi imposible la armonía de la cocina y el bar, pues se llena completamente y las meseras no llegan a tiempo o equivocan la orden en el peor de los casos; siempre es así, y además no solo ahí, sino en todos los locales del Pasaje Aycinena porque la fiesta se desborda como si fuera el único lugar en la zona 1, accesible para disfrutar una cerveza. Pero es maravilloso, es algo que ningún extranjero se debería perder y, además, es algo que todo nacional está, en cierta forma, obligado a vivir. Una amistad en el pasaje es una amistad eterna, porque las mejores cosas que se pueden decir las dicen los poetas niños y los músicos despeinados y las malabaristas más preciosas y excentricas de la tierra; los pintores de la ternura y los escritores de la madrugada. Hace poco conocí al escritor Leonel Juracán y a una amiga que se llama Yazmin. Leonel es un escritor de los mejores, cachorro aún, venadito como diría Rosa Chavez, pero con un talento que seguramente lo llevará a donde el quiera. Yazmin en cambio es dulce y tuvo una conversación tan hermosa con una amiga mia, que yo no puedo ni reproducir acá. Ella es malabarista y performer. Lleva unas rastas largas y se parece mucho a algo que todos queremos ser, libres y felices. Estoy leyendo el libro de Juracán en Casa Cervantes, frente a mi futura mansión, tomándome un café latte como ya hace mucho no degustaba. Recuerdo entre el texto al autor de Inflamable, su mirada persistente y su risa de chucho callejero; es un verdadero amigo. No es malo admirar a nadie. Unos caen por que los empujan y a otros les gusta caer solitos. Todos somos una sombra de otros y si alguno se siente plenamente original, le falta cariño por sus amigos. Yo aprendo. No se corregir muy bien. Estoy escribiendo. Pero me hace falta algo indefinido. Pueda ser una enfermedad hereditaria. Quisiera repetir tu nombre acá y saber, estar seguro que nos volveremos a ver. Estos son mensajes cifrados. Otra maña de paranoicos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

IMPUNTUAL ENCUENTRO A CIEGAS SANS HUMOUR NOIR


El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo...
William Faulkner, Entrevista.



Por fin nos conocimos con Diana. Desafortunadamente llegué tarde y me da la impresión que ella es de esas chicas que van anotando puntos según las actitudes del afortunado en cuestión, y bueno, yo llevaba tantos puntos menos que todo indicaba que las probabilidades de pasarla plenamente bien se verían invadidas por la torpe suerte que me precedía. Ella ya había ido a desayunar a su casa y al ver mi mensaje había regresado. No recuerdo muy bien qué tanto me dijo. Hablaba muy rápido al principio. Le brillaban los ojos como si tuviera luz dentro de sí misma. Era un hada volatil. Amigable. Sincera y francamente me tuvo mucha paciencia. No le gusta la impuntualidad, pero es de aquellas mujeres que se nota que van a vivir mucho tiempo, porque tiene un largo aliento para todo; es decir, no me quiero extender porque fue muy breve, pero podría asegurar que va a vivir mucho tiempo. Algo en ella lo reflejaba. Al cabo de un rato, pedimos pizza y tuve la mala idea de pedir vino en lugar de café. Digo mala idea porque me sentía tan como si no estuviera, que debí parecer, a veces, algo mucho menos que una sombra. Diana fue entusiasta en todo el camino a mi posible casa. Me contó cosas. Parecía como si me conociera de alguna parte, como aquellos amigos de hace diez o doce años que uno ya no recuerda muy bien. Al llegar hasta la casa, que por cierto, esta muy bien hubicada aunque es un bateau-lavoir como en el que vivio Picasso en 1904, pude darme cuenta de la espaciosa entrada y la oscuridad reinante. Una chica como de unos 17 años es la encargada y me recibió el depósito luego de hablame de todas las reglas de la casa. A Diana le hizo gracia todo eso y mucho se divirtio imitando a la chica mientras pasabamos por el Parque Central y todos los colores del medio día me dieron en los ojos llenos de nubes que yo llevaba, llenos de ansiosas revelaciones y quizas vacíos de sueño aún. Entramos al centro comercial Capitol y los policias nos levantaban del piso mientras hablabamos de cine y literatura, mientras yo iba volviendome nostalgico por las buenas literaturas latinoamericas, los directores europeos y las ocurrencias grandiosas de esta amiga que no tenía ningun inconveniente en ser ella misma. Me quedaron las imagenes del centro comercial y los policias preocupados por levantarnos del suelo, pero dudo que vuelva a verla, no es de las que se equivocan más de dos veces. Ella, realmente ignoraba que era la primera vez que yo salía con alguien a ciegas.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...