sábado, 26 de septiembre de 2009

BREVE ENTREVISTA A MAYA CU


Luego de la lectura de sus poemas, tuve el gusto de conversar con Maya Cu. Su nombre, para que lo voy a negar, me encanta. A ella, la conocí mucho, mucho antes, en reuniones de un grupo de poetas en los que destacaba Emilio Solano, Julio Calvo y Simón Pedroza. Todos motivados por la poesía, vivíamos invadiendo cafés y bares para la lectura personal de nuestros ensayos. Recuerdo que en una ocasión nos sacaron del Caffé Dei Fiori porque sólo dos compañeros iban a comprar su café. Lamentable, más no imposible, que fueran encontrando por su lado su verdadero sitio. Maya lo logró. Le hice unas preguntas para este blog en la Casa Cervantes el día martes 22 de Septiembre.
Lester Oliveros: ¿Que piensas de éste tiempo?
Maya Cu: Soy de la generación que se le llamó de los desencantados, y estoy desencantada de los jóvenes y el gran irrespeto que tienen por todo, estoy desencantada de eso. Estuve para la primera presentación de la película Gasolina de Julio Hernández, y pude darme cuenta de los diálogos tan vacíos y simples a los que la juventud responde contradictoriamente, así son al verse en ese espejo, no lo comprenden. Ahora lo entiendo, en ese momento creí que la película estaba mal hecha, o mejor dicho estaba a medio hacerse.
LO: Un amigo mío me contó que se salió del cine a la mitad de la película. Yo particularmente la disfruté, y pueda haber alguien más que la deteste. Ganó un premio en el Festival de San Sebastián. ¿Y qué me cuentas sobre Proyecto Sangre y La Casa, será que te volviste más exigente y por eso no los terminas?
MC: Fue al contrario. Porque fueron surgiendo más textos en cuanto yo pensaba que estaba a punto de terminar, y en eso estoy.
LO: ¿Me puedes confiar algún recuerdo de tu infancia?
MC: Mira, yo de niña era muy miedosa y tímida, viajé mucho con mis papas y conocí lugares desde muy pequeña. También tuve que trabajar, y creo que la irresponsable irreverencia de los jóvenes de ahora es porque ya lo tienen todo, antes, todos teníamos que luchar por el mañana.
En el salón iba saliendo todo el mundo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

LAS CIEN PUERTAS Y UN LIBRO DE JURACAN


Me enseñó a soñar, y ahora no me deja dormir.
Grafiti I


La imaginación al poder.
Grafiti II

Lo que sé de las Cien Puertas es que está muy bien atendida por una de las hermanas del dueño original. La tía, como le decimos con cariño, es una mujer que inmediatamente uno puede llegar a querer y a darse cuenta del gran sacrificio que a sus años hace para mantener uno de los Café-Bar-Restaurant y Centro Cultural más famosos y emblemáticos del Centro Histórico. Ella es de estatura mediana, con un poco más de cincuenta años, tez blanca y una mirada amigable. Hace lo posible por atender a todos amablemente y trata de organizar a sus empleadas para que las órdenes sean entregadas pronto. Las paredes del lugar estan completamente saturadas de mensajes de clientes, turistas, o artistas; hay una reproducción de una pintura de Isabel de los angeles Ruano y un cuadro de mi gran incongnita, el maestro Ramírez Amaya. Los viernes es casi imposible la armonía de la cocina y el bar, pues se llena completamente y las meseras no llegan a tiempo o equivocan la orden en el peor de los casos; siempre es así, y además no solo ahí, sino en todos los locales del Pasaje Aycinena porque la fiesta se desborda como si fuera el único lugar en la zona 1, accesible para disfrutar una cerveza. Pero es maravilloso, es algo que ningún extranjero se debería perder y, además, es algo que todo nacional está, en cierta forma, obligado a vivir. Una amistad en el pasaje es una amistad eterna, porque las mejores cosas que se pueden decir las dicen los poetas niños y los músicos despeinados y las malabaristas más preciosas y excentricas de la tierra; los pintores de la ternura y los escritores de la madrugada. Hace poco conocí al escritor Leonel Juracán y a una amiga que se llama Yazmin. Leonel es un escritor de los mejores, cachorro aún, venadito como diría Rosa Chavez, pero con un talento que seguramente lo llevará a donde el quiera. Yazmin en cambio es dulce y tuvo una conversación tan hermosa con una amiga mia, que yo no puedo ni reproducir acá. Ella es malabarista y performer. Lleva unas rastas largas y se parece mucho a algo que todos queremos ser, libres y felices. Estoy leyendo el libro de Juracán en Casa Cervantes, frente a mi futura mansión, tomándome un café latte como ya hace mucho no degustaba. Recuerdo entre el texto al autor de Inflamable, su mirada persistente y su risa de chucho callejero; es un verdadero amigo. No es malo admirar a nadie. Unos caen por que los empujan y a otros les gusta caer solitos. Todos somos una sombra de otros y si alguno se siente plenamente original, le falta cariño por sus amigos. Yo aprendo. No se corregir muy bien. Estoy escribiendo. Pero me hace falta algo indefinido. Pueda ser una enfermedad hereditaria. Quisiera repetir tu nombre acá y saber, estar seguro que nos volveremos a ver. Estos son mensajes cifrados. Otra maña de paranoicos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

IMPUNTUAL ENCUENTRO A CIEGAS SANS HUMOUR NOIR


El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo...
William Faulkner, Entrevista.



Por fin nos conocimos con Diana. Desafortunadamente llegué tarde y me da la impresión que ella es de esas chicas que van anotando puntos según las actitudes del afortunado en cuestión, y bueno, yo llevaba tantos puntos menos que todo indicaba que las probabilidades de pasarla plenamente bien se verían invadidas por la torpe suerte que me precedía. Ella ya había ido a desayunar a su casa y al ver mi mensaje había regresado. No recuerdo muy bien qué tanto me dijo. Hablaba muy rápido al principio. Le brillaban los ojos como si tuviera luz dentro de sí misma. Era un hada volatil. Amigable. Sincera y francamente me tuvo mucha paciencia. No le gusta la impuntualidad, pero es de aquellas mujeres que se nota que van a vivir mucho tiempo, porque tiene un largo aliento para todo; es decir, no me quiero extender porque fue muy breve, pero podría asegurar que va a vivir mucho tiempo. Algo en ella lo reflejaba. Al cabo de un rato, pedimos pizza y tuve la mala idea de pedir vino en lugar de café. Digo mala idea porque me sentía tan como si no estuviera, que debí parecer, a veces, algo mucho menos que una sombra. Diana fue entusiasta en todo el camino a mi posible casa. Me contó cosas. Parecía como si me conociera de alguna parte, como aquellos amigos de hace diez o doce años que uno ya no recuerda muy bien. Al llegar hasta la casa, que por cierto, esta muy bien hubicada aunque es un bateau-lavoir como en el que vivio Picasso en 1904, pude darme cuenta de la espaciosa entrada y la oscuridad reinante. Una chica como de unos 17 años es la encargada y me recibió el depósito luego de hablame de todas las reglas de la casa. A Diana le hizo gracia todo eso y mucho se divirtio imitando a la chica mientras pasabamos por el Parque Central y todos los colores del medio día me dieron en los ojos llenos de nubes que yo llevaba, llenos de ansiosas revelaciones y quizas vacíos de sueño aún. Entramos al centro comercial Capitol y los policias nos levantaban del piso mientras hablabamos de cine y literatura, mientras yo iba volviendome nostalgico por las buenas literaturas latinoamericas, los directores europeos y las ocurrencias grandiosas de esta amiga que no tenía ningun inconveniente en ser ella misma. Me quedaron las imagenes del centro comercial y los policias preocupados por levantarnos del suelo, pero dudo que vuelva a verla, no es de las que se equivocan más de dos veces. Ella, realmente ignoraba que era la primera vez que yo salía con alguien a ciegas.

viernes, 18 de septiembre de 2009

BAR EX -CENTRICOS Y UNAS CUANTAS ANECDOTAS LITERARIAS


Lo que más nos gusto del Bar Central Ex –Céntricos fueron las generosas copas de vino tinto de la mejor casa Chilena. Luego, todo lo demás, interesante decoración, diversas sillas estampadas y sillones, y una barra donde me fue revelado el secreto placer de comer pizza. Placeres sencillos como ver desde la ventana como cae la lluvia y la grata compañía de los amigos y my girld.
Recuerdo una conversación con Javier Payeras allá en el Bar. Esa noche que no quiso ir a oír a Ranferi y prefirió beberse dos litros y, me quedé acompañándolo junto con otro amigo que es músico. Dijo, en una repentina lucidez “miren que de ahuevo el neón, como se refleja en ese edificio. El neón es de ahuevo, puta, nunca se apagan aunque estén viejos, siempre es la misma escena del neón apagándose y encendiéndose, intermitentes resisten… verdad que parece un cuadro de Eduard Hopper…”. Recuerdo que luego, allí, afuera, en las salitas improvisadas, me dijo que esa gente que piensa en publicar un libro de cuentos es gente pretenciosa, que apenas Raymond Carver pudo escribir, tal vez uno que corra con suerte. Habló con el músico de Hulk, de la música espantosamente triste del final de cada episodio, de la vida pura mierda de David Banner, de Batman, de Astroboy, de Mazinger Z, a todo esto, había terminado el concierto en el Club Guatemala.
Julio Serrano, con su proyecto de edición en librosminimos ha promovido encuentros de poesía con nombres como Plaza Zénsamo, Los Chicotropicos, Los colochos al poder y últimamente: El día de los albañiles, que provocan en el público un inside de curiosidad latente.
El Bar Ex –céntricos es además un refugio de los melómanos, de los sibaritas de la buena música, de los trascendentales del sonido mantra que emiten los bites desde un Ipod. Los miércoles Ipoderos son un éxito. Estuve allá para un evento musical y el ambiente es de fiesta. Y por la fiesta, cambio mi reino. Groucho Marx, con su Corona en la boca buscaba fuego mientras Harpo Marx le cortaba la palabra a su servidor.
Hace poco alguien penso que yo tenía escrito mi nombre en una de las sillas, han llegado de muchos lugares a buscarlo, la verdad en esas sillas, sólo el futuro sabe lo que se escribirá.

Bar Central/Ex –céntricos
7ma. Avenida 12-32 Zona 1
Frente al edificio donde muchos ven reflejado el rotulo neón.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL CAFETIN / CASA BLANCA Y UN PAR DE ESCRITORES ENTRAÑABLES


«Of all the gin joints in all the towns in all the world, she walks into mine»


Me gustaría hacer unas breves postales de los lugares que frecuento. Empezaré con el Cafetín. Una o dos de la mañana. Rótulo neón enrejado, meseras amables y serviciales, Julio Serrano con una cara de mariachi desvelado, que nos invita a sentarnos, que nos ponemos conversadores, que empieza una disertación tan natural sobre Casa Blanca la película más interesante que he visto y me atrevo a decirles que la he mirado, con mi madre, más de diez veces. Julio corre el litro hasta nosotros por amistad y solidario con nuestros humildes diez quetzales sobre la mesa. Yo estoy en un estado alterado de conciencia luego de recorrer la zona 1 hasta Bad Attitud con una amiga no vidente del brazo. Y antes de entrar confirmé que era cierto, Juan Pablo Dardon era más alto que yo y Tito Monterroso y además no era ninguna malsana invención de Javier Payeras. Lo saludamos. Juan Pablo estaba a las puertas del local de Farnes y naturalmente sostenía una cerveza, pero había algo en esa forma de sostener la cerveza que me hacia pensar en anuncios de publicidad, Juan Pablo es en cierta forma un personaje publicitario producto de infinidad de comentarios hasta volverlo un ser conciente de algunos descabellados juicios. Es popular y lo sabe y, le agrada, no hay duda, es cómodo hablando de los mensajes anónimos y entonces todo se vuelve un gran teatro, la comedia humana en el micro cosmos de este amigo; quedamos de hacer un ejercicio literario, nada más y nada menos, que en El Cevichito frente a los Próceres. Un cague de risa, cree firmemente que se acaba de graduar de sexto primaria, como bromista se gana un cien.

Me quedé con estas anotaciones de Casa Blanca en el Cafetín, paredes pintadas de blanco y sencillísimas mesas y sillas, amigos, travestís en ropa intima, provocadores borrachos y elegantes cantantes de blues. Neco parecía un naufrago sosteniendose de la mesa en ese mar de sueños que es la vida nocturna. Pero Casa Blanca merece un capítulo aparte, diré que es mi película favorita. Humphrey Bogart entre el piano y la letra de As Time Goes By, atento a la entrada de Ingrid Bergman, bella e imposible (Play it again, Sam). Siempre dije que esta película es para mi una metáfora del bien y del mal, de la sutileza de sus vestiduras, de lo impostores que son los dos, la mafia de los sentidos. Bogart hace el papel del duro, pero quien termina siendo más dura es la Bergman. Bogart decide con sabía benevolencia y presiente que si ella se quedara ya nada sería igual, que ella siempre vio en él un producto de las luces de Paris y el glamour de la juventud, pero las luces de Paris y la juventud ya se han ido o por lo menos todo ha cambiado. El también intuye que al sacrificar todo por que ella siga a Victor Laszlo (imagen del idealismo inconmovible), el podrá esperar algo mejor, un nuevo capítulo, otro affair. Muy listo. Ella también. Los amigos, una española de Galicia y un joven estudiante, que acompañaban al escritor de Trans 2.0.

El cafetín esta a un costado del Palacio Nacional, esta abierto las 24 horas. Si llega una noche de estas, es posible que pueda hablar con algun inmortal desvelandose.

lunes, 14 de septiembre de 2009

CRONICA DE UN FIN DE SEMANA/PEPINO MITICO SATELITE UNIVERSITARIO


Este fin de semana fue un hibrido a presión. Estaba mucho mejor de mi pie, y con una invitación a comer en una tarde optimista y llena de, como decían los escritores románticos, esperanzadoras promesas de la existencia. ¿Qué más podría pedirle a la vida? Salí un poco antes del trabajo porque tenía que platicar con mi hermano menor. A las doce estábamos en el café Italian haciendo dibujos divertidísimos para mi nuevo libro. Mi hermano, como ya lo comenté en otra oportunidad nunca aprendió a leer ni escribir, pero tiene una habilidad mecánica sobresaliente y sin querer me inspiró algunos dibujos de mi serie ZOO-Í-(LOGICO). A la una y media debía juntarme con esta amiga en los shucos de odontología. Era sencillo, porque estaba a la vuelta, según yo. Llegué antes de la hora, porque ella me había predispuesto a llegar temprano con una sutil advertencia que consistía en decirme en un tono maternal que si no llegaba en punto pues podría ahorcarme con sus manos invictas. Como no la conocía podía pensar, que en el peor de los casos, su amenaza podría ser cierta.
Diana me dijo de todo, y todavía así no perdió la elegancia, porque yo cometí el error de dar por hecho que La Chalana era el lugar pactado. Ella cometío el error de olvidar su celular. Los primeros minutos pensé “…que buena onda, me dijo que no viniera tarde porque ella padece de ese mal”, los meseros me preguntaban que si ya me habían atendido, y yo respondía que estaba esperando a alguien. Pensé que mi famosa amiga, conocida en Facebook, no iba a llegar y era lógico por lo ficticio del medio, pensé que talvez me había tomado el pelo y estaría, desde un sitio estratégico tomándome fotos para colgarlas en su club secreto de los plantados. Hasta que le pregunté al mesero que si aquel lugar le llamaban “los shucos de odontología”, me dijo que no. A esas horas del partido, ya había llamado como diez veces a su teléfono y no me había respondido, seguí pensando que era una gran broma..., me comí un shuco con una seven up, luego me levanté algo depre y fui a buscar el otro sitio de nuestro imposible encuentro. Revisé los mensajes por Internet y ella me decía que estaba soportando una cosa espantosa de china o Japón y además, me confesaba que había dejado su teléfono. Bizarro. Extraño. Me sentía tan tonto, y creo que en toda mi vida nunca me sentí tan tonto como el sábado, y que bueno que me tocó vivirlo a ésta edad porque antes de seguro no lo habría soportado; es un golpe muy fuerte sentirse uno inútil para las direcciones, teléfonos, números bancarios, aniversarios, cifras sumadas o restadas, días de cumpleaños, como si fuera imposible la exactitud matemática; bogar y vagar entre la nebulosa lírica lúdica de ser un perfecto navegante a la deriva. Al final, me disculpé como un buen polizón del barco fantasma.
Era una tarde esplendida como decía. Me encontré con el famosísimo Pepino que platicaba con otro amigo poeta y le enseñé la copia del primer borrador de mi libro y le gusto tanto, que me dio pesar quitárselo, (Por suerte llevaba dos copias, pensaba regalarle una a mi misteriosa amiga). Les conté mi hazaña y congeniamos que esas penas con un trago se pasan. Así que fuimos tras la gasolinera comentado en todo el camino sobre Otto Raúl González, y Pepino resulto ser un Sherezade porque podía contarme alternados tres cuentos a la vez, historias, anécdotas de un viaje a México, bromas con Juan Pablo Dardon, Xibalba y toda la mara loca con los que ha compartido un trago, que son millones. Terminamos apagando la rockola y leímos un poco de poesía precedidos por el buen gusto de un público paciente con los felices bebedores listos para quedarse en la calle por el simple gusto de pasar penas. Pepino, el mítico intelectual y maestro, gran disertador y genuino referente literario, con sus ojos melancólicos y su pelo plateado, ha vivido en la Universidad de San Carlos literalmente, ya lo conocen, saben de su atuendo de gitano, su mirada de nigromante y su pelo de aventurero sin fortuna.
Al otro día yo disfrutaba de un gin tonic sin temor y sin pena, tratando de volverme un poco más transparente entre todos mis disfraces.


Cuando me hablas, Bohemia Suburbana.

jueves, 10 de septiembre de 2009

CIERRAN FE DE RATA


Hoy vi el mensaje en Facebook. No lo pude creer, parece que Juan Pablo Dardon no pudo encontrar su blog. CIERRAN FE DE RATA, fue el mensaje. La otra vez lo comentábamos en el Bar Central, que este Juan Pablo había logrado algo sin precedentes en la historia de los bloguers. Mencioné entre risas que me había pasado a menudo que entraba al blog más por los comentarios que por el post. Polémico y disparatado, genial y casi imprescindible ante las noticias diarias o las nuevas o viejas rolas, Juan Pablo había logrado hasta entonces que muchos se interesaran por sus entradas. Las TropiEntreVistas en las que discurrían en albures para torcerse de la risa, y que decir de las recomendaciones para fin de año, eran todas unas piezas del humor más negro y más fino. A mi particularmente me gusta el blog porque no lo tomo como un blog literario sino como una provocación muy bien pensada en la que me puedo enterar de cómo va todo en el universo iconoclasta. Hace poco, un amigo se fue a dar una conferencia a Costa Rica sobre nuevos medios de difusión de la literatura, intuyó que incluyó mucho de nuestra conversación, en la que comentábamos el poder literario de los blogs y de cómo ahora, más que nunca, hay más lectores y escritores, porque todo aquel que redacta un texto en MSN, es instantáneamente un escritor. Hablando de todo un poco, gustan algunos blog´s que creo imprescindibles, Fe de Rata, el blog del Verde, Crea y, el blog del Centro Histérico, ahí me entero de todo, incluso, sé que muchos coordinan sus agendas con los datos de estos amigos atalayas del mundo. Parece que este servicio gratuito nos puso en aviso, que, como todo en la red, es virtualmente inestable.
Por fin vimos un nuevo mensaje de varios amigos, Fe de Rata no había muerto, solo andaba de parranda.

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...