martes, 3 de octubre de 2023

Que se hace cuando se termina un libro

Mario Vargas Llosa estuvo viviendo en Londres, luego de haber vivido en Paris un periodo largo. Estaba enamorado de esa vida romántica, intensa, esa vida liberal que solo puede llamársele boheme, aunque Vargas Llosa siempre dijo que no congenió nunca con ella. Sin embargo, después de salir de Lima, luego de publicar Los cachorros, logró lo que tanto había deseado: quedarse en Paris. En esa época estaban también varios escritores viviendo en aquel centro de cultura cosmopolita: Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Nelida Piñon, Cesar Aira y alguno que otro músico o pintor jugándose la vida bajo la torre Eiffel. En realidad cuando vivió en Londres tenía tirada una novela que no sé si ya se llamaba la Casa Verde. La gran Carmen Balcels, le mando una carta a Llosa en la que le preguntaba que cuanto ganaba de traductor. El le respondió luego y ella le pidió que siguiera escribiendo La casa verde, y que le iba a dar mensualmente quinientas libras. Así fue como se logró esa novela. Las travesuras de Lily, la comandante Arlette, Madame Arnoux y los demás nombres que está mujer singular fue adoptando, cuentan una historia autobiográfica que contienen otra historia dentro de la historia. Ahí va mi recomendación de una novela singular: la historia de Otilita, esa pobre niña súper talentosa que se inventó lo que fuera para salir de Perú y llegar a Paris, seguir para Cuba, regresar a Paris, luego viajar a Londres, luego Tokio y así sin más, dejando al pobre Ricardito con la baba en la mano, cada vez mas enamorado y destruido. Pero todo para contar un amor terrible que en la última página se resuelve en memoria feliz de una vida común y, a la vez, singular. Y por último. Este libro estaba en el lobby de Santillana. Una tarde, luego de perder mi libro de Lord Byron en manos de una desconocida que creyó que conocía muy bien. No tuve más que prestar ese libro que pasó semanas ahí para los visitantes, que inmediatamente lo dejaban de nuevo en la mesa, quizá sorprendidos de improviso por sus escenas explicitas de un amor desaforado que no le restaba nada a los detalles. Ese libro prodigioso me lo recomendó… una bella terrorista. Lester Oliveros.

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