Me imagino que todavía te comes las uñas, no te gusta
cocinar y gastas en los supermercados cosas que después no sabes por qué las
compraste. Me imagino que Paulo Coehlo todavía esta en tu mesa de noche. Me
imagino que compras cosas para la casa, esas cosas que a la larga van siendo
parte de la decoración. Me imagino que seguís siendo insegura, pero habrás
aprendido a disimular mucho mejor. Me imagino que seguís hablando dormida y
usas un vestido de algodón en vez de un camisón. Me imagino también que te seguís
sintiendo vulnerable ante los hombres inteligentes y libres. Creo que tal vez,
todavía buscas la justicia social, tal vez un poco de verdadera lucha en los
ojos de las demás mujeres y niños. Me imagino que te siguen gustando los choco
bananos del mercado, el pan y conversar tranquilamente después de toda la
jornada. Me imagino que el que esté ahora a tu lado debe ser una gran persona
pues tu también los escoges para eso. No siempre imagino que estas sola y
pensando, leyendo algún libro de sociología, quizás algún poema suelto en ese
libro viejo que habías olvidado. No me imagino que estés sola y triste, sino
radiante y sonriente, lograda, empuñando un racimo de cabellos tuyos frente al
espejo. Me imagino que ya no saltas sobre la cama, y los pies han dejado de
olerte. Te cepillas normalmente aunque ahora si ya usas hilo y tienes
una pasta de dientes de tres colores. Quizás sé que ahora mismo estas planeando
irte de viaje, a Tuxtla, a donde dijiste que ibas a llevar a tu mamá para que
viera de noche como se agita el mundo en ese parque zoológico extraterrestre.
Talvez hoy por la noche, hagas un poco de te. Tal vez hoy por la tarde querrás
tomar un lápiz y dibujar una escena erótica con algunos trazos sueltos. Sos
mujer y también te gusta el riesgo. Te salís de la hoja. Seguís leyendo el periódico
solo los sábados por la mañana, Nuestro Diario. Has dejado todo atrás, has
comprado unas botas negras y vas de nuevo a la calle. Tras la puerta unos niños
te consideran tan loca que te quieren como sos. Te gusta el café con cremora y darle abrazos a todo el mundo, ser bella. Me imagino que seguis oyendo esa vieja trova de Silvio, la cerveza fría y esos cigarritos a escondidas de todos. Me imagino tantas cosas, tu ropa sobre todo, tu voz delgada como una linea de humo de cigarro, el tequila y la Lila Downs en la frente. Solo que no sé hasta que punto estás, parececiera que el camino te ha llevado tan lejos que solo veo tu reflejo. Pero recuerdo las largas conversaciones, los arcoiris, el cometa gigantesco que vimos, el fin del mundo en cada una de todas nuestras lineas de las manos.
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Foto: Darren Aronofsky / Black Swan
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Foto: Darren Aronofsky / Black Swan
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