“…morir debe ser una gran aventura”
Peter Pan
Bueno, no es extraño para algunos reconocer en el nombre de Wendy el nombre de la magia. Su nombre da vida a un personaje en la historia de Peter Pan la narración de J. M. Barrie. Supuestamente dicen por ahí que es el diminutivo de Gwendolyn, y que su nombre significa la amiga verdadera. J.M. Barrie fue una persona bastante inusual, alguno de sus biógrafos cuenta esta anécdota, que supongo dio vida al personaje de Wendy para su historia:
“Su buena disposición para con el mundo infantil, le granjeó muchas amistades, una de ellas, significativa por lo que representa en literatura, fue la que estableció con la niñita de 4 años Margaret, una criatura angelical que llamaba a Barrie mi “friendy” puesto que le era difícil pronuncias correctamente “friendly” y habitualmente sonaba como “fwendy” o “wendy”; esta muchachita falleció a los seis años.”
Así de sorprendente es esto, como una cadena de milagros:
1. Una tarde mientras hablábamos con Wendy de cualquier cosa, contra la puerta (lo recuerdo bien), de una tienda en la que vivían unas mujeres indígenas que tenían una tienda, cuando de pronto, al decir los dos una misma palabra a la vez, sentimos un impulso poderoso y eléctrico que nos dejó asustados, pues hasta oímos el sonido de una pequeña chispa entre nosotros que nos separó del susto. Juramos no contarlo nunca.
2. Wendy miraba luces. De vez en cuando me decía que me miraba iluminado. Luego, en una conferencia que dio Jorge Luis Borges para alguna universidad argentina, el dijo que el color que menos ve un ciego, es el negro; su mundo estaba matizado por el verde, el rojo y el amarillo. A veces no podía dormir por ver tantos colores.
3. Íbamos mucho a Panajachel. Yo por un eterno romance con el lago y su intensa armonía, y ella por acompañarme en esa búsqueda terminó por gustarle tanto como a mí, pero siempre hacíamos amigos nuevos que se volvían amigos de un instante luego desaparecían para siempre. Una tarde para un concierto de rock nos dejaron entrar sin pagar, bueno, creo que siempre entrabamos a cualquier lugar donde nos gustara. Esa noche una norteamericana le regaló un collar natural a Wendy, luego de estar bailando en medio de todos con las canciones de Bohemia Suburbana.
4. Wendy me dedicó algunas canciones de Juanes. Sin embargo, por enésima vez en la vida, entramos gratis a otro concierto, y un muchachito delgado que cuidaba la entrada nos dijo “ entren a VIP”, así de simple estábamos tomando Extra Light esperando el concierto platicando con unas colombianas. Esa noche me sentí bien por Wendy, y al mismo tiempo por fin entendí las canciones de 950 quetzales cada una.
5. Wendy podía memorizar números enteros de teléfono. Todo mundo sabía eso. Ella era, por decirlo de alguna forma, la chica más espiritual del mundo que sabía mucho de Platón y Pitágoras sin conocerlos.
6. Wendy coleccionaba muchos ángeles. Algunas tardes le leí un libro entero sobre los ángeles. Luego le regalé un angelito de cristal.
7. Wendy había guiado a muchos y a otros había salvado de morir. Su oído era capaz de prever de que lado llegarían los autos y a que distancia. Además creía en los ángeles y estos nunca le fallaron.
8. A Wendy le gustaba tener muchos amigos. Pero particularmente secuestraba gente. Una de ellas fue la Geibby. La otra fue Olga. A su mamá me imagino, no más que a su papá, aquello les parecía fuera de lo normal. De alguna forma la presencia de Wendy era súper agradable y era muy buena para guardar secretos. El otro secuestrado fui yo.
9. Una noche, un hombre tocó a la puerta. Wendy lo recibió y el hombre le contó que su hijo estaba muy mal y no tenía para comer. No estoy seguro si Wendy acababa de salir del hospital, pero lo cierto es que le llenó una bolsa con víveres, jugos y galletas y se la dio a este señor que no conocía y además le dio diez quetzales. Esos eran sus milagros.
10. Wendy podía ser más feliz que uno en cualquier momento. Pero era tres veces más furiosa que yo. Sin embargo nunca nos peleamos más de unas horas y siempre todo reiniciaba como si nada hubiera pasado.
11. Y al final… Wendy era un milagro. Su nombre era en realidad el de la amistad. Los niños del cuento de Peter Pan, solo iban al País del Nunca Jamás al morir, solo por ahí podían entrar, dejaban atrás a los malvados piratas, de esta cuenta, nadie dudaría de que Wendy está en el cielo. Y como ya todos sabemos, y lo dice en el libro: nada pasa, después de los 12 años que importe mucho.
Lester Oliveros R.
24/feb./2012
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