lunes, 19 de noviembre de 2012

ACTORES PERFECTOS

Te veo jugar con la luz. Estás vestida con tus mejores palabras. La contemplación es la más fina forma de adorar a una mujer. El arte es eso, un perderse infinitamente en los detalles. Por eso ahora mis ojos se nutren de la más exquisita forma de inanición.  Estoy en tu huerto rebosante de colores. Perfectamente atento a tus lentos movimientos que se colapsan con una luz que deserta por la tarde. 

Comprender la locura es abiertamente tirarse al borde. No todas pueden. Los que tratan fracasan. Ana-crónica. Ella no logra solventar el tiempo y no le salen las cuentas. Las bocas bailan de los arboles y solo puede cantar de nuevo esa presencia de canción que arrebata de las nubes. Ahora hasta parezco un británico, ya tengo editor, dice su pareja. Es un chico listo, pero no tanto. Ella una chica linda, pero no tanto. Los dos perdidos, en una locura suculenta de sensaciones sin variaciones peligrosas. Son como los actores de una película famosa. Se sienten felices por las noches.

La braza baila en al fondo del beso, una bocanada de un bribón como yo, un boleto de un bolero boreal que nace.  Ella duerme. El despierta. Ella despierta, el sueña. Sueña saborear el sexo del siglo, el mejor de todos, mejor que la sidra.

No hay comentarios:

Picto—grafías

Hace años, Javier Payeras me dio el consejo de leer el ABC of Reading de un exiliado norteamericano en Paris, llamado naturalmente: Ezra...