viernes, 26 de febrero de 2010

ESTUARDO GRAMAJO TATO /MAS ALLA DEL MAR DE NUBES





El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron.
Gaston Rébuffat


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A uno de mis tíos siempre le dio curiosidad ese tipo que a medio día andaba vestido con un jaquet de militar que le llegaba a los tobillos, el pelo revuelto y una cuadrilla de bohemios románticos salvajes. “Ese tipo esta loco, viene gritando desde la esquina”, decía una de mis tias que acababa de llegar de los Estados Unidos. Era Estuardo Gramajo, mejor conocido como Tato. Yo recuerdo cuando se pasaron a vivir a la casa de color verde aqua, en la 35 avenida. Yo estaba en el primer año del Adolfo V. Hall. Poco después, gracias al cielo, el sueño de mi papá se vino abajo, nunca pudo pagarme el instituto, y me quedé a la deriva a medio año. No sé si el Tato me invitó o si me invitó un amigo, lo cierto es que llegué un sábado a la escuela Estados Unidos a ver en que consistía ese royo Scout. Tato era el Jefe de Tropa. Paré en la patrulla Halcones, que lideraba una canchita de ojos claros. Luego supe que se llama Roxana. Era el único hombre en una patrulla de unas cinco o seis mujeres. Luego también me daría cuenta que Roxana sufría de desmayos, creo, producidos por la insolación. Aunque nunca fue tan grave, recuerdo que en algunas ocasiones tenía que hacerme cargo del banderín. Fue así como terminé haciendo mi propia patrulla: la Toros. Banderín rojo con un toro tipo los Bulls de Chicago.
El bueno del Tato sabía que yo había estado en el Hall. Así que para mí el trato fue diferente desde el primer día. Divertido. Los juegos Scout son juegos donde se pone de manifiesto la astucia y se vencen los miedos. Yo era tan malo en los juegos de fuerza o habilidad que me dio en llamar, simplemente: el araña. ¡Vaya apodo! Tenía un árbol. In my Tree, como la canción de Pearl Jam, que no lograba subir nunca. Era literalmente un tormento para mi aquello. El día que lo logré subir, el Estuardo hasta me tomó una foto.

Era un líder bastante intuitivo. A veces, hasta rozaba con la intuición zodiacal que sólo les es dada a ciertas mujeres. No había juego que no fuera probado antes por él. Ahí le perdí el miedo a la muerte, conocí lo que se siente cuando a uno se le parte a la mitad un diente, y supe lo intolerable que es pasar dos noche sin dormir en el campo.


También, ahí conocí a Francisco Soto, Luis Morales, Carlos, Hellen, el Minchito; en fin, una fila de cuates que nos poníamos a prueba todos los sabados en esos tugurios de la zona 16, la Laguna Verde, y el bosque de Cayalá. Me han contado que todo eso ya fue arrasado.
Una noche acompañé a una gran amiga a la casa de unos sus amigos de alguna familia pudiente La casa tenía unos acabados finísimos y una vista maravillosa. Al salir leí “Altos de Cayalá”. Me asusté y me dio nostalgia al mismo tiempo. Estaba en una casa construida en el mismo bosque donde yo jugaba a ser libre.
Pero esta nota es sobre Estuardo Gramajo, quien acaba de subir el Aconcagua el pico más alto de América y del mundo, afuera de Asia. Debió ser una noticia en Guatemala. No he visto los reportes. Lo cierto es que es mi amigo es un gran tipo que su única pasión es llegar arriba, más arriba del mar de nubes.



Pueden visitar su blog aca.

3 comentarios:

Ricardo Contreras dijo...

Hablando de fotos, vos te recordas que hace un chingo de tiempo tomarlas era solo para momentos especiales; no que ahora para cualquier cosa una foto, me tome 10 litros ¡foto! jaja.

Buena onda Lester.

rancho dijo...

lester yo tambien conozco a stuardo de hace muchos mas años atras que vos en verdad soy amigo de toda su familia y tengo una parte de la historia de el gordo como yo le digo en el año 84 lo llevamos a escalar el volcan de agua y ese fue su primer volca que escalo su hermano saul y yo eramos los lideres porque ya habiamos ido una vez ahora que ya es una personalidad del alpinismo me siento orgulloso de conocerlo.

Lester Oliveros dijo...

Saludos Rancho, mi amiga Denise Phe Funchal es fan de su página, y Estuardo todavia no ha subido su montaña favorita, habrá que esperar unos años y ayudarlo a que siga ahí.

Saludos y buena onda.

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