Dentro de la tierra, raíces muertas y vivas van creciendo ciegamente. Dentro de lo oscuro de la tierra: entraña de abismos, surgen huesos y calaveras blancas. Insectos en multitud van blanqueándolos. Dentro de los huesos sin alma sin vestigio de nombre o forma, se teje el misterio de cada grano de polvo. Al aire las almas suspiran, corren, vagan revelándose en la expansión celeste de los cielos y el mundo. Mi respiración exhala cadáveres y espíritus, almas y sombras trémulas. Las amorfas formas de la realidad son simulacros terrestres. Las almas palpan cuerpos vivos sin sentir su tibieza. Los rostros de doncellas vírgenes se apertrechan en los cuartos oscuros oyendo el rechinar de muebles. Las transpiraciones de los amantes enloquecen a los muertos. Las doncellas celestiales observan sin pudores el ardor de las caricias; los amantes se presienten solos, plenamente desnudos y solos en la oscuridad universal. Sus olores tibios agitan los cuerpos efímeros de las doncellas muertas. Se dicen palabras de amor y deseo en un intrincado lenguaje ininteligible, sin razón se buscan entre el laberinto de sus propias manos y bocas. Besan piel y aire, besan cuerpos celestes y terrenales en un ahogo infinito hasta las bastas regiones del ensueño. Dentro de los cuerpos corre sangre y vino. Multitudes de pensamientos buscando su espacio, removiendo sentimientos. Cargan con las penas y con los amores, con la vida y con la muerte que opera lentamente. En plena oscuridad se vierten licores y corren hieles. Se desea en las noches como en los días, se sienten dolores y sensaciones cercanas de una forma insufrible. Se vive sintiendo el paso del tiempo en los días rápidos. Ya es de noche/ ya es de día. Corren los torrentes de agua más allá de las montañas, mientras el hombre suda su trabajo, anhela y pierde la razón de la vida. Se corren noticias de carros bomba, mientras se oye al mismo tiempo de las mansiones en Malibu, suntuosas hasta el hastió. Se ven rostros empolvados en Afganistán y luego se oye de unos muertos en un bus urbano en Madrid. Se cambia de canal y aparece el cuerpo de una joven mostrando la colección de verano Dolce&Gabanna. Diamantes y perlas van en los cuerpos delgados y pálidos. Bronceados desnudos de mujeres brasileñas o irlandesas, bellas y dulces mujeres modelando metales y telas escogidas. Cabellos rubios y largos, rostros de nereidas y cuerpos igualmente mitológicos. El oro brilla y la plata reluce, hay esplendor más abajo del mundo, bajo la tierra preñada de luz, abajo de las raíces y calaveras, donde todo arde sin prisa, donde hay un horno inconcebible donde arde todo a fuego lento.
2003
*Pintura de Antoni Tápies
1 comentario:
Leerlo,siempre es una delicia.
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