martes, 23 de abril de 2013

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS/ GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ



Uno de los autores que más me ha intrigado es Gabriel García Márquez.
Si es posible que alguien piense todavía que Homero no fue uno, sino varios escritores, solo puede ser posible por su voz plural que recrea y canta todo un tiempo y un ser. Lo mismo pienso de este escritor colombiano, con una trascendencia inusitada y una exorbitante naturaleza para narrar desde lo más maravilloso y recóndito de la magia. No hay frase suya que no lleve el germen demencial de la alquimia y la oscura claridad de la naturaleza humana, la esencial forma de ver de un latinoamericano. En esta novela que terminé en un estado de absoluta levitación de los sentidos.
Me la regaló primero un amigo bastante humorista que gustaba de hacer buen teatro, incluso fuera del teatro, y de hacer reír a todos, incluso de las cosas más serias. Me lo regaló porque sabía muy bien de mi eterno tema sobre Cien Años de Soledad. Pero perdí el libro la primera noche de parranda en el nuevo bar que inauguraba un amigo mutuo, que entre otras elegancias tenía la manía de robarse lo que fuera para empeñarlo por droga y de ahí que se ganará el mito de haberme hecho perder una novia, por haberse robado una calculadora de ella, en una visita a su apartamento.
Pero regresando al libro ese que cuenta de cómo llega un periodista hasta una tumba con los huesos limpios una niña a la que se le extiende el pelo más allá de los veinte metros, ese periodista fue Gabo, que empezó una aventura al internarse en la búsqueda de piezas para su novela. Uno de los personajes más interesantes es Abrenuncio un amante de la lectura, que tenía una biblioteca inmejorable con algunos libros prohibidos por la iglesia. Pero además era un cínico metódico en el arte de hacer amigos que con el tiempo volvía incrédulos ateos. Es lo que sucedió cuando habló con Cayetano, y lo que sucedería con cualquiera que se acercara a él con la ilusión de la literatura. El libro lo leí en dos noches y, no me hubiera imaginado nunca, dormir y despertar con un fajo de hojas en los brazos. Pero es lo que amo. Un deseo tan entrañable, un gusto que sobrepasa a todos mis vicios. Desde entonces, mi biblioteca es breve, todos los libros realmente los guardo entre la sangre. Con un poco de nostalgia me voy despidiendo de la imagen de Sierva María de todos los Ángeles; cada palabra final de un libro, deja al pendiente, en el limbo a sus personajes, esa niña políglota, negra por dentro, es un personaje que me llevo también a la tumba. -

viernes, 5 de abril de 2013

BREVE EXPLICACION CONFUSA DE UN MISTERIO



Hoy vi a Wendy en una flor,
brillaba desde el fondo de todo,
y me pregunté:
¿Qué misterio es ese
qué maravilla
de arrancar desde la tierra oscura,
densa y muda 

los colores ardientes del universo?
¿Qué misterio, hado o paraíso,
hablar con un dios que no vemos
con un intenso mar que no produce espuma?
Hoy, me quedo con esa flor
que me pronuncia y dice
que de acá 
solo nos llevamos el amor al otro lado.


(Desde una silla plástica en el jardín de Santillana)

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FOTO:http://3.bp.blogspot.com
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martes, 2 de abril de 2013

(NO OLVIDO/NO PERDONO)




Mi papá, que aún conserva el eterno hábito de leer dos periódicos nacionales, tiene, entre otras virtudes, la buena costumbre de regalar libros o bien, prestarlos indefinidamente. Ya lo conté antes en otra nota y otro tiempo, el fue el culpable que me regaló el primer libro que recuerdo con afecto, Corazón del italiano que creí por mucho tiempo francés, Edmundo D´amicis.
Esta vez me prestó por tiempo indefinido un curioso libro: Siervo o Dictador: La verdadera historia del controversial presidente de Guatemala.
 Pero no parece un libro prácticamente hablando, sino un manual positivista. Que podría ser usado para adiestrar militares en el buen hábito de la disciplina o bien, un libro de moral y ética sobre adjetivado. En la cubierta se ve la foto de un Ríos Montt maduro, viendo como al cielo, como ido, como narcotizado por una quietud particular.
Este libro está escrito con tanta y tan buena fe, que el que investigó la vida del General Ríos Montt, se creyó todos sus cuentos o, subrepticiamente, los dejó pasar como reales, pues ayudaban a la historia que querían contar. Empezando desde la historia empalagosa de cuando era niño, hasta sus contradicciones con respecto a su fracaso en 1974, el año que perdió la presidencia con el partido de la DC.
Los escritores, eso sí, son buenos y entre esas bondades terminan contando todos los artilugios militares, pero al revés, como si los dos quisieran: que así como con la buena literatura se derrocan gobiernos, de la misma forma se elevaran al cielo.
Del Ríos Montt que relata, se rescata su aparente orden mental y engañosa equidad y mesura, que junto con los demás adjetivos que lanzaron con abundancia y absoluta irresponsabilidad estos dos escritores piadosos, que sus nombres son: Joseph Infuso y David Sczepanski. Además prologado, por ese señor que miraba de pequeño, que aún desde un televisor blanco y negro se veía rosado cuando cerraba los ojos orando, frunciendo tanto el rostro, que uno pensaba que realmente estaba impulsando su voluntad como el caso de otros ilusionistas de magia o circo, Pat Robertson de Club 700.
Pues bien, el libro es entretenido y para una persona con criterio y algunos datos históricos, comentarios de gente inteligente, podría ser hasta divertido leer esta historia fantástica. Es una obra de la imaginación, donde se presenta un nombre real con hechos de un personaje que no existe, es decir, un medio mesías barato. De tanto que me lo recomendó mi papá, se lo entregué al otro día, con muchas anotaciones al margen con mi mala letra.
Me reí un par de veces por los grados de absoluta inocencia. Es un libro al fin y al cabo, escrito por dos norteamericanos cristianos, que no sabían nada de Guatemala. No creo necesario decir, que no es un libro científico o sociológico como los de Regis Debray; es un libro al fin, de unos creyentes que lo único que querían terminar, era un manual ético sobre un militar cristiano, sin importarles nada más que el ejemplo inocente de hacerlo creíble a pesar de la Historia.
Tengo que anotar que me pareció ejemplar la solidaridad que ha tenido siempre Zury Ríos con su padre. La relatan acompañándolo a todos lados, desde Washington hasta Madrid y, para terminar la postal, aún ayer, la fotografía de ella en la primera fila en el juicio por genocidio que enfrenta su padre en el presente.
Pero el carácter de Ríos Montt se proyecta mejor, desde la perspectiva religiosa. Lo políticamente correcto. La doble moral de ser una imagen en la capital y ser otra en el interior de Guatemala.
Solo fueron unos días, dos fechas 1982-1983. En tan poco tiempo, es increíble que desatara la atención internacional y la ira congénita de más de la mitad del territorio nacional. Asesinatos, violaciones, extorsión, tragedia y dolor infinito, van tras esa imagen que dura menos de un minuto en la que se proyecta el discurso de un personaje que insólitamente aprobara Luís Palau, ese predicador que alguna vez vi hablar del amor de Dios en un estadio. Pero no es de asombrarse por el hecho de que un evangelista esté alejado de la realidad, es de asustarse de la falta de comunicación e informes desvirtuados que había entonces.
El cineasta y agudo documentalista Uli Stelzner, la valiente fotógrafa Jean-Marie Simon, el sereno y educado escritor Francisco Goldman, un amigo que se llama XX, lo que he visto por la calle, algunos amigos y amigas indigenas, me confirman que este libro solo puede ser una broma y de muy, muy mal gusto.
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 Lester Oliveros Ramírez
Guatemala 2 de abril del año 2013

Foto: Prensa Libre.

miércoles, 27 de marzo de 2013

DEJATE CAER /RELATO DE UN SUEÑO.

Según algunas teorías freudianas los sueños le deben a la realidad el misterio de perderse en escenarios que podrían ser mucho más intensos.

En este sueño que tuve, sentí el terror. Estaba en una habitación que, como siempre pasa en los sueños, la intuía mía. Pensé que despertaba, pensé que estaba solo y en realidad lo estaba pero todo se movía. Pero recordé que en algunos sueños que he tenido antes, sucede que tengo la ilusión de haber despertado realmente y entonces confié en que si me dejaba caer, no me golpearía. Me solté y fui cayendo lentamente, tan lentamente que tuve más la seguridad de que al caer completamente despertaría. Casi fue como un instante de plena certeza y paz, al llegar al suelo vi como mi cuerpo empezó a desaparecer.

Mi cuarto en realidad estaba invadido por gente que no conocía y en el sueño eran amigos míos. Una horda de ocho muchachos estirados en mi propia cama tapados con mis sábanas. Estos intrusos se fueron después de que les pidiera con muy buenos modales que por favor salieran de mi habitación inmediatamente. Se fueron riendo y sin protestar. Luego abrí la puerta, y salí al patio. Me perdí al querer entrar de nuevo a mi habitación pero el terror se apoderó de mi al ver rostros demacrados, tristes y muy viejos, como si fueran muertos sin entierro, cadáveres que aún no se percataban de que ya, en algún momento de una vida distanciada, ya eran mujeres y hombres sin vida.

Me desperté pensando que todavía iba cayendo lentamente en un silencio intenso. Era de madrugada.


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viernes, 22 de marzo de 2013

La nuit blanche/ Caminando.



Luego de una lluvia bendita de tres o cuatro horas, desde las ventanas parecía que no era un día para el evento llamado infinitamente La Nuit Blanche. Yo, que por tantos hilos de la fortuna amo la literatura francesa y que algunas confunden con un deseo ciego por caminar por Champs-Élysées; fui a caminar, no por esos campos lejanos y extintos del mejor glamour existencial y llenos de restaurantes carísimos y vitrinas fúnebres, sino a esa calle sencilla y real donde queda, entre otras maravillas, el Museo del Niño.

            Primero que nada, había un tráfico vial que invitaba a caminar. Caminé desde la Avenida Reforma, pasando por el extrovertido Reloj de Flores y me adentré en los arcos que delimitan parte del zoológico La Aurora y el aeropuerto que lleva el mismo nombre de esta mítica finca. Al llegar ya había dejado de llover, y me sentí transportado a una feria, a una gran fête. Al entrar a la Alianza Francesa donde tengo tantos amigos bohemios y urbanos, me recibió Elizabeth B. con una degustación de un vino francés. Hablamos viendo los corto-metrajes, luego fuimos al museo de arte moderno que para mi es uno de mis favoritos. Ya saben todo lo que uno puede sentir viendo un cuadro, golpeando el iris. Me gusta comentar eso. Magda Eunice por ejemplo, es todo un tema. Pero el museo al que no había ido jamás, era el de Historia Natural.

            Lo que me pareció extraordinario fue ver a familias enteras admirándolo todo, niños, adolescentes de colegio comiendo o bailando en la calle, personas adultas y otras más adultas, disfrutando de un momento en esa república de la libertad y el arte que se había vuelto esa calle después de la lluvia. Una señora detrás de mi le comentó a sus hijas “les parece que no hay frío, la noche se puso tibia”.  En efecto, la noche terminó siendo perfecta.

            Había exposiciones de pintores en las afueras de la Alianza Francesa, además de las actividades de la municipalidad, que colaboraban con el orden y la seguridad del lugar. Un mundo así queremos, pensé.

Luego de todo, había buses para los que íbamos de peatones disfrutando de los placeres de la pobreza, el aire fresco, los shucos, el paisaje nocturno de un momento que realmente se hizo con algún deseo universal de inteligencia.

La nuit blanche, traducido quiere decir una noche sin dormir.

jueves, 21 de marzo de 2013

P0E3DAY



 Toda pulgada cúbica de espacio es un milagro.
Walt Whitman.


Poema inspirado en Elizabeth B. 

El zipper de la noche se fue corriendo suavemente 
hacía abajo 
dos montañas en erupción hicieron temblar la tierra 
la luna 
más abajo y dentro del agua 
escupia rojo vivo 
de su centro germinal escarlata.

Advertencia Esoterica para un Lunes

Lo que hay que leer no son las manos, ni los libros abiertos o fáciles, son el corazón apuñalado, la sangre roja, amarilla o negra, que salta y brota contando las sonrisas.

Vida de los Insectos

Las cucarachas son los jaguares de las cocinas,
leonas que comen lo que sea.

Luces buscan los caracoles
de día y de noche
las palomias que botan puertas y ventanas.
Mientras nocturna
la mariposa se siente dueña de la muerte
hormigas y estrellas van y vienen
microscópicos escarabajos
crean la noche.

El cielo y el sol
son la cena de los gusanos.

 3pm.


 

martes, 12 de marzo de 2013

VIDAS DE PERROS




            Acá, cerca de la editorial hay un perro blanco, sobreviviente.
            Su pata izquierda, la de adelante, es un muñón que le impide caminar, sin embargo nunca se da por vencido. Tiene tanto carácter que nunca baja la guardia.
            Entró, un medio día como un soldado que llega de la guerra y se hechó frente a nosotros. El dueño del comedor me contó su historia.
-         A la vuelta, hay bulldog. Una vez se pelearon. Éste iba ganando, pero el bulldog le mordió la pata y no lo soltó hasta que llegó el dueño. La pata ya estaba rota cuando lo logró separar.

El perro tenía muchas marcas, cicatrices y una mirada de paz. El del comedor siguió contando.
-         Nosotros le damos algo de comer cada vez que podemos. Pero siempre fue de la calle y aunque usted lo ve con tres patas, todavía pelea.
-         Se nota –le respondo –.
-         Acá se mantiene la mayor parte de tiempo, le decimos Trípode.
-         Me recuerda una historia –le cuento – de un perro callejero en una ONG de Antigua Guatemala, que terminó en Holanda, porque una joven extranjera se lo llevó. Las maestras peleaban diciendo que en lugar del perro se hubieran llevado a una de ellas.
-         ¿Las maestras eran bonitas?
-         No tanto, pero muy trabajadoras.
-         Ha entonces… mejor no digo.
-         Dígalo.
-         Yo me llevo pero a la más bonita, pregunteles que si quieren ir a dar una su vuelta al puerto.
-         No creo que quieran ir al puerto.

El perro se levantó y dando pequeños saltitos llegó a la puerta y volteo a ver con hastío.
-         Es un perro valiente –dije.
-         Todos esos perros de la calle tienen unas historias interesantes.
-         Hay gente admirable también –traté de corregir.
-         Pero no como los perros, ellos ni saben quejarse.

El perro se terminó de ir.

miércoles, 6 de marzo de 2013

PERSONAS/ Carlos Fuentes.



El último libro de Carlos Fuentes lleva, como esos barcos fantasmas, algunos personajes que vivieron muy de cerca del autor de Cambio de piel. Algunos tan buenos en su oficio como William Stiron o Julio Cortazar, otros tan sobresalientes en la política y otros tan sorprendentes como Lillian Hellman o Luis Buñuel. Pero me sorprende que no haya dedicado un capítulo a García Marquéz, quién fue uno de los inseparables desde su llegada a México. Esa ausencia entre los personajes que va relatando con un gusto entrañable Carlos Fuentes, me parece un olvido letal.

Sucede a menudo que los halagos terminan siendo, si son con gracia y justicia histórica, pistas para revelar caracteres, manías, gustos. Ciertos cómplices de alguna forma de actuar específica y común. En el caso particular de este exiliado de la muerte, adoraba con todo su corazón la entrega total a las causas de la armonía internacional y la imaginación. Carlos fuentes empieza hablando en su libro póstumo de Jean Daniel, un francés parecido a los personajes de Graham Green o Eric Ambler. No es casual, es estrictamente premeditado hablar primero de esa gente que el llamaba “la más inteligente del mundo”. Es premeditado además, que en algunos capítulos del libro se cruce un suceso: la toma de posesión de François Mitterrand. Sin embargo habla con justicia de los buenos norteamericanos y de esa Norteamérica original que dio a luz a grandes artistas.

Hay un excelente retrato, por ejemplo de André Malraux. De Pablo Neruda casi un ensayo profundo sobre el por qué de su fama mundial. A mi no me importan tanto los quehaceres de los políticos pero bajo la prosa vagabunda y erudita, parecen seres de una novela donde cada uno sabe su carga elemental de movimientos en ese tablero que se extiende desde el Zócalo de la ciudad de México (ó desde cualquier parte del mundo). Carlos Fuentes creía en su labor embajadora y habla de Bill Clinton como uno de los más inteligentes presidentes de américa y, de Lázaro Cardenas a profundidad.

Pero hay algo en el libro que me llama la atención por su labor promocional y más que ello, por su interés, hasta el final, por las mujeres listas y bellas. Claro que en este caso, desde una perspectiva intelectual, pero no sin cargar cada frase de sensual entrega a sus encantos. Los títulos son Tres mujeres desconocidas: Edith Stein, Anna Ajmátova y Simone Weil. Y Dos mujeres por conocer: Susan Sontag y María Zambrano

Personas, ese es el nombre del libro. Me parece todavía curioso que comience con un periodista y terminé con un político. Ambos hombres de acción y no de un poeta, quizás otro olvido voluntario: Octavio Paz con quien también conversaron alguna vez.

Lester Oliveros Ramírez.

jueves, 21 de febrero de 2013

DONDE CAE LA NOCHE/ EL TREBOL





Continúa mi educación sentimental, Mi educación urbana, Vivo cerca del Trébol, Hoy por la mañana salí a dar un largo paseo, Lo observo todo con detenimiento, Gente que se amontona en las puertas de los buses, son demasiados, son una horda de obreros ansiosos por llegar muy temprano, por ser  los primeros, por dejar atrás a todos. Es irónico, todo eso por un sueldo miserable, en el mejor de los casos para créditos impagables, es sarcástico, todo eso por un trato de perros, en el mejor de los casos mucho dinero devaluado, Veo buses y buses pasar, veo gente corriendo, veo gente en sus puestos de comida sucia de humo y cielo percudido, veo indigentes perdidos, ya sin voluntad, volátiles seres que se desintegran en la madrugada o al llegar la noche, Veo a un hombre que no parece joven, ni viejo, No parece joven porque se ve que tiene algunos años más allá de los cuarenta y, no parece viejo porque se sigue vistiendo como joven. Chumpa azul, gorra roja con una insignia de los Yankees, y una bufanda de lana, Hablo con el, le digo una broma sobre esa nueva forma de subir pasajeros a esos buses cargadísimos de pasajeros hacía Ciudad Real, Me pregunta que qué onda, Le digo la verdad, que soy escritor, Entonces, inmediatamente me cuenta su vida, Me dice que por la gracia de Dios ya no toma, ni fuma, Se disculpa conmigo, Llevo un cigarro a la mitad, Mira al cielo y prosigue, dice que desde hace dos años y medio es feliz, Pasó trece años de su vida fumando Crack, una mezcla de cocaína y bicarbonato, Me enseña sin pudor un balazo en su brazo derecho, Veo las cicatrices de lado a lado, un corte de cuchillo en sus muñecas, Me quise quitar la vida, me dice, Antes tomaba mucho y cuando le quería dar un beso a mi mujer, ella me rechazaba,  yo hasta hedía, Yo pensaba que andaba con otro y se lo reclamaba a golpes, Ahora no, ahora salgo dándole un beso en la frente, mi amor, mama, ya regreso, me da la bendición y me siento muy bien, ya paso el infierno, me dice.

El Trébol es un lugar violento, sin embargo, historias como estas son como esas flores muy bellas que nacen en los barrancos, aferradas con pequeños hilos raíces a la piedra, y sobreviven.

-         Cuál es su receta para la pasta que le pone al pan con pollo.
-         Mayonesa, chile pimiento, pollo desmenuzado y apio fresco –responde la señora.

Se quedan en silencio. Un largo silencio que a las seis y media de la mañana no es silencio completo. Buses urbanos se adelantan en contra de la vía y mucha gente corre, como ya he dicho.
-         Por acá de mañana es tranquilo, pero de noche ni se acerque.
-         Por acá de mañana es tranquilo –repite la mujer –Ha habido mucha violencia. Eso no se acaba.
-         No se acaba –repite el cliente –y lo peor es que ya nos dimos por vencidos.

Un bus rojo, mancha de sangre.

viernes, 15 de febrero de 2013

MIAU!




Los gatos tienen un carácter bastante particular. Imagínese usted, a veces no se les puede poner nombre.
El carácter del gato es fácil por eso es complicado: se lamen todo el día, se hacen los importantes, y andan por todos lados buscando lo que jamás se les perdió. En francés se les dice Chat, que interesante que parezca una invitación a la escritura. Todos, y voy a cometer una libertaria exageración, todos los escritores han tenido un gato en algún momento de su breve vida.
Yo tuve uno. A los ocho años una mujer entró a una cantina donde mi padre se tomaba una cerveza y se lo regaló por nada. Lo llevaba en una jaula como si fuera un canario. Era amarillo oro y sus ojos de un verde menta se fueron conmigo al sueño del final de mi infancia. Fui feliz tratando de enseñarle trucos de circo. Me imaginé que en el mañana, pronto sería un tigre de bengala. Era yo tan crédulo que leí que si uno puede mantener la vista fija en los ojos de un gato podría hipnotizar a la gente.
Al final entendí por que la señora llevaba al gato en una jaula. El muy cabrón se fue volando. Luego conocí a una gatita blanca que me vio desde un sueño y se materializo al otro día. Puede ser que el hipnotizado sea yo, pero creo que las puertas se abren con colitas blancas y desde las nubes caen rebotando los hijos e hijas de una nueva estirpe de felinos alados.


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Hoy en la casa de Hemingway hay más de 60 gatos, en casa de Luis de Lion hay seis. Juan Pablo Dardón le hizo un poema largo a su gata Sam. 

jueves, 7 de febrero de 2013

APROXIMACIONES A LUNAS SUCIAS de Eduardo Villalobos/

Uno puede leer un poema y encontrarse encerrado en un sueño, en una pesadilla, o como en el caso de Eduardo Villalobos, en una visión que avanza a cada línea, es un poema largo, facetado en cada página publicada en el año 2005 con una portada en la que aparece una pintura de Remedios Varo.
Los poemas, como me ha dicho más de un conocedor, son a veces bastante personales y pueden llegar a ser, por vivencias o una taxonomía espiritual, materiales herméticos, indescifrables. Sin embargo, los poemas de Lunas Sucias, son poemas que se explican matemáticamente en el transcurso de una infancia, de una adolescencia y en otras palabras, en una búsqueda de algún tiempo perdido en las mil esquinas que dio el mundo entre los años noventas y principios del dos mil. 


En este caos ordenado, se vislumbra una tarea poética, una carpintería laboriosa y un entramado arquitectónico que atenta al refinamiento mote juste:

“He conocido ingenuidades pacientes labios de espuma
que esquivan desiertos
sobre su terquedad acumulada las nubes cantan
paraísos…”


Hay una mística extraña. Siempre he pensado que la única forma de hablar de poesía es haciéndola, no hay otra forma, eso creo; lo demás es academia, resequedad espiritual para conceptualizar algo tan movedizo. Aproximaciones, lentos pasos sobre la luz y el contenido, la experiencia ordena y descubre. Si no has vivido, no vas a descubrir. El caso es que todos hemos pasado la infancia entre espasmos, se piensa en vivir eternamente, la certeza de la muerte, a menos que seas enfermizo o tengas un accidente que te recuerde lo mortal que somos. Pero estos poemas atentan a un viaje intemporal que se interna en el lenguaje y postula una voz vital:

“…pero cómo escanciar sus manos sin que sus días estallen
cómo entregarles puertos para que los alcen como espadas
con qué oscura estrategia contarles que la vida es una completa
punzante
y hermosa
despedida…”


Muchos se identificaran con la búsqueda, con esta exploración del tiempo recobrado.

“…y nada pudieron mis amigos
y mi pandilla de pequeños hunos
con sus caballitos de acero y su ansiedad temprana de ser héroes del viento
nada pudieron cuando asaltaron mi puerta
aquel verano de nuestros nueve años
y me dijeron vení cabrón
vamos a saltar banquetas
hicimos una rampa para llegar más lejos…”

( Ñ )





Parto el pan con tus manos
no puedo ver el final del hambre.

lunes, 4 de febrero de 2013

CURITAS



*Curitas/


I am flying on a star into a meteor tonight
I am flying on a star, star, star...


Sabes solo lo posible
-lo imposible lo logramos crear
sin manos.-

Hermanos
el sol no solo
 abunda en nuestros ojos,
sino en la sangre que fluye entre nosotros.

Podremos persistir aún contra
golpes y lograr un poco de la luna
de un estrella rota en triángulos
y luces.
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Fotodiseño, Carolina Niño.
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La autoridad de la barbarie

Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...