martes, 30 de septiembre de 2008

ALLAN MILS EN CHILE DEL 7 AL 12


Allan Mils es uno de los poetas que estaran en esta celebraciòn sonora y luciferina. En hora buena por Mils que nos contarà algo de esto en su blog: http://www.alanmills.blogspot.com/

lunes, 29 de septiembre de 2008

CELEBRACION DE LA AGONIA



*Pensé en no escribir nada sobre este escritor norteamericano, porque ya lo había escrito Payeras con mucha admiracion, melancolia y cierta sana resignación. Así que no quise escribir nada. El sábado vi hacia la calle y ahí estaba el fantasma de Foster, desfigurado en nubes grises y un frío inmaterial que tenía que ver con el alma.



DavidFosterWallace, in memoriam.


Estoy hecho de seres vivientes/de hombres y de mujeres/de niños y despeñaderos/túneles que gritan silencios /hecho de hondos fantasmas líquenes/la nada que se agita en la oscuridad sin estrellas//Pero unos pocos arremeten contra la muerte, se suicidan una tarde sin celajes, una mañana diluviana, en un momento cualquiera frío o gris// lejos de la tristeza esta la verdadera agonía/detrás del llanto la muerte y los velorios//Y uno de esos días con un cuchillo o una calibre 22/ahorcado con un cinturón barato se va el primero/las herramientas son lo de menos//Dentro de mi que estoy hecho de todos/de nombres vivos y muertos precipicios/siento un dolor sin remedio que anuncia como la muerte otra puerta/una agonía ciega que arrebata la voluntad y los encuentros//Un alma muy dentro de nosotros se ha quitado la vida/ y oigo sin pulso las campanas.

lunes, 22 de septiembre de 2008

ENTREVISTA A PATRICK SUSKIND




Entrevista a Patrick Suskind.

No vio su bonito rostro salpicado de pecas, los labios rojos, los grandes ojos verdes y centelleantes, porque mantuvo bien cerrados los propios mientras la estrangulaba, dominado por una única preocupación: no perderse absolutamente nada de su fragancia.
El Perfume, Patrick Suskind.


El autor del Best Seller El Perfume, vive retirado de todo. Muchos periodistas han buscado una entrevista, y el les ha dicho con voz definitiva que dará una entrevista cuando cumpla 70 años. Me he saltado su muro y he llegado tan sólo con un lapicero y una libreta. Lo veo llegar y se sienta. Bebe un Whisky en una taza y sólo sé que es Whisky porque el aroma se esparce. Le digo, sin que me pregunté, que solamente quiero hacerle tres preguntas, y el me responde que eso ha venido oyendo desde que su novela se ha prostituido por el mundo.
- Jean-Baptiste Grenouille soy yo, y también soy todos los demás- me dice.
- Y por qué no ha querido dar más entrevistas.
- No he dado entrevistas nunca, siempre he trabajado, no tengo tiempo para gente que verdaderamente le quita el tiempo a uno. Y he dicho, y usted debe saberlo, que yo no vivo: yo escribo. Y me resultan insultantes algunas interpretaciones al libro.
- Habla de El Perfume.
- Hablo de mi libro total. Un libro no es sólo un par de páginas, un libro es una obra total, y si el lector es atento puede encontrar señales mías hasta en los guiones tediosos que escribía para ganarme la vida. Ya ve ahora vivo acá en mi adorado rincón del paraíso, Starnberger es tan saludable con su aroma campestre, y el lago no lo cambio por nada. La novela me cambio la vida, estuve un tiempo estudiando el olfato y una temporada en la perfumería Fragonard, y han dicho tanto sobre mi retiro. Lo que más me ofendió fue algo sobre cómo el carácter de mi padre influyo en mi retiro.
- Cree que lo ha salvado su aislamiento de caer en el bloqueo literario o repetirse.
- No, mire, empezaré por algo, yo viajo mucho a Paris, no soy un anacoreta como han dicho, tengo amigos, uno de ellos es Sempe, y hacemos fiestas donde acuden ciertas personas, no mas de cinco, y hablamos de la vida, pero ningún ser humano puede vivir marginado, y mi marginación tiene el lujo de ser voluntaria, en fraternal apoyo a los que son marginados por voluntades ajenas.
- ¿Qué le pareció la película?
- No la he visto, ni la veré. Una tarde me llamó el director pidiéndome ayuda para una escena, actué por un momento el papel del villano y lo mande al diablo, y después me reí tanto que terminé en el sanitario tomándome un Whisky a la salud de lo imposible, sólo con esa anécdota ya puede entender lo que pienso de la película, y me dolió vender los derechos a Bernd Eichinger y que terminara haciendo una película que esta en contra de lo que el personaje transmite.
- ¿Qué transmite su personaje?
- ¿Usted leyó el libro?
- Si.
- Y me imagino que vio la película.
- Si, la vi, y creo que sé a lo que se refiere, y no digo estas cosas fácilmente, creo que ninguna película se parece a su concepción original, Flaubert, si me permite citarlo, decía que nadie se imaginaría el ritmo con que sonaban las palabras en su mente, y en cuanto a su libro en particular, es poesía lo que logra el efecto sonoro de los aromas, algo que sólo un director inconcebible lograría.
- Me ha dejado usted sin palabras, y claro que dejo que cite a Flaubert, si el no me hubiese enseñado a recolectar datos obsesivamente no hubiera logrado dar coherencia temporal a lo que imaginaba.
- Una última pregunta Sr. Suskind… ¿Por qué me concedió esta entrevista a mí?
- Porque no te conoce nadie -me respondió.

Guatemala 22/09/08



Acá se puede leer gratis El Perfume.

jueves, 18 de septiembre de 2008

A JULIO CALVO DRAGO TAL COMO LO RECUERDO



(…a propósito del Megadroide)

A Mazinger Z, también como lo recuerdo.



A Julio Calvo me lo presento Simón Pedroza. Fue una noche de lluvia en la que sorteábamos las avenidas sórdidas, humildes y traicioneras de la zona 5. Douglas, como aún le gustaba que le llamaran por entonces, se volteó y me dijo como si fuera una confirmación final “hoy vamos a ir a la casa de alguien que conozco”, y continuó “es un amigo que no cree en Dios”. Acabábamos de salir de la iglesia, y yo tenía unos meses muy puntuales y dedicados al trabajo penoso de ser cristiano. El carrito rojo dio vueltas por el boulevard y se encaminó hasta un portón negro. En seguida salió riendo un tipo raro, rapado, con una playera rota por el cuello, y con un cigarro encendido, parecía un extranjero. Simón nos presentó, y le contó que yo estudiaba la Biblia y daba pequeñas pláticas sobre diferentes temas. Lo primero que noté en Julio fue su observación desmedida, y una aparente malicia en su risa cada vez que cambiaba cassettes o lanzaba una pregunta. Simón leyó un poema sobre la mesa, y no lo puedo olvidar, Julio interpreto la actitud de alguien que medita sobre algo muy profundo, una verdad inaplazable. Pero no dijo nada más que un “esta bien, léelo de nuevo”.
Así pasó el invierno y para el verano yo cantaba loosing my religión, leía a Herman Hesse, y empezaba a escribir unos poemas de los que ya no queda ni la sombra. Pero Julio terminó siendo como mi mejor amigo, una suerte de rockanrolero que me daba cierta inquietud como la que Sinclair sentía por Demian. Me daba cuenta que no leía, y cuando hacía el esfuerzo por leer dejaba los libros a la mitad. “No leo, me gusta más escribir”, me decía. Otra de las características inmediatas en Julio era su uso del lenguaje, y hasta estaba jugando con la creación de uno propio, un idioma como el Esperanto, la creación de otro lenguaje experimental en el que mezclaba también el francés, ingles, griego, y latín.
Pero de aquel tiempo me quedan los momentos en Café Peñalba y la conversación interesante que no encontraba en casa. Julio pasaba unos momentos a la vecindad, jugando Final-Fight y Simón retaba a la imaginación con cadáveres exquisitos que escribíamos entre todos. Pero ahora que veo la publicación de Julio Calvo, ató cabos sobre la secuencia del Megadroide Morfo-99 y el Samuray Maldito, y en aquel tiempo Julio compró en la librería Soluna donde yo trabajaba, un librito de cibernética, y en otra ocasión lo encontré comprando comics en Los Próceres, y me pareció que inútilmente había dejado a medias el Ulises de James Joice por los Caballeros del Zodiaco.
Que bien por Julio, sus cangrejos, sus comics, y los mundos alterados que fabrica.


Guatemala 18/09/08

martes, 16 de septiembre de 2008

RECUERDO DE UN ASALTO


Como en una pesadilla, los asaltos, desde el principio son criminales errores de la realidad. No sé como decirlo de otra forma. De pronto tomas un bus en la avenida Bolívar y unos hombres suben en la esquina siguiente, temerosos, temblando de rabia, nos dan recomendaciones “…bueno hijos de la gran puta, entregan todo cerotes, y el primero que se levante nos lo quebramos, mi compadre allá atrás trae el cuete, así que todos, quietecitos... ”. El chofer va lentamente mientras el ladrón va asiento por asiento con un arma en la mano, se detiene con un joven que alega no tener nada y le ordena que se valla para el último asiento, terminan desnudándolo y le encuentran dinero, lo desvanece un culatazo; el bus va lento a las ordenes de los dos asaltantes que ya se hacen miradas de desaprobación, el silencio es crítico, las mujeres entregan todo y el ladrón no tiene que golpear a nadie más. Se tiran del bus, maldiciendo a todos y con miradas de amenaza al chofer, que sigue dos tres cuadras sin decir nada, conciente del estallido del llanto en las mujeres y los niños. Algunas parejas se consuelan mutuamente las pérdidas, el dinero se repone no la vida, se les va a hacer agua el dinero que les va quemar las manos, dice una anciana a la que le robaron, quizás, su pensión de un mes.
La historia secreta es la que no nos es concedida, la trama detrás del drama, la historia que sigue en los ladrones sin nombre y sin rostro. Nos queda imaginar la tragedia que los ha empujado a abandonar toda humanidad, todo amor por si mismos y los demás, y quizás, a madurar irremediablemente el deseo de morir o la preeminencia de su fin en cualquier sitio sórdido. Algunos recobran la humanidad en una familia, quizás una mujer e hijos, talvez en unos padres paralíticos, o en una hermana a punto de morir en los casos de necesidad, pero otros por rabia contra la humanidad, que se ha ido gestando desde su marginación, las drogas y el hambre.
Este no es un comentario. Es un deshogo, una justificación para las victimas y el victimario. Para el asaltante que se llevó mi mochila con La Ciudad y los Perros, y mis notas para una historia de horror, y mi suéter gris en el que iban quinientos quetzales para pagar mi habitación. Por los golpes, y la sangre que lograron con cada puñetazo, por las patadas, y la infección de miedo. No es una nota cualquiera, es un reclamo contra alguien allá afuera que quizás tenga la solución de esto, o pensara una justificación mayor a la mía, y que por favor la envié pronto, porque el dueño donde vivo, querrá oírla también antes de echarme a la calle.

Guatemala 16/09/08
Lester Oliveros R.

La autoridad de la barbarie

Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...