jueves, 12 de diciembre de 2013

LA CALLE ES GUERRA





Wingo Joaquin Meduso, el detective de policia, pensaba que una noche antes había tenido un sueño terrible, una pesadilla. Le contaba a un colega que soñaba que entraba a un cuarto que más parecia un orinal de putas, había una mesa al medio y dos muchachos sin camisa, tatuados, como en extasis, con filosos machetes, descuartizaban a una persona en pedazos muy pequeños. Recordaba que una señora mayor observaba la escena y al verlo entrar le dijo "ya ve usted, esto le pasa a los hijos mal portados". Lo dijo con una naturalidad escalofriante. Al fondo otro joven le ponía a la otra víctima un tubo en la aorta y le daba vueltas a un grifo muy lentamente, mientras el agua corria por sus venas limpiadolas, hasta otra mangera en el pie derecho donde iba saliendo a presión toda la sangre espesa, que poco a poco, mientras corría por todos lados iba aclarandose hasta terminar siendo un fluir de agua pura con algunos coagulos.
- Acaban de encontrar una bolsa llena de eso que soñaste.  
- ¿Qué?
-Si, me sorprende detective que no se haya enterado, pero esa es la noticia pricipal. Pero, solo es algo que se relaciona mucho con lo que me acaba de contar.
- Faltan cuatro días para navidad
- Eso ya no importa ahora, no estamos asegurando que es el fin del mundo, pero por lo menos para esas gentes el tiempo ya se les acabó.
- La calle es guerra - dijo Meduso, y se fue con su café frío.

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