martes, 11 de diciembre de 2012

BOHEMIA MARAVILLOSA


Me imagino que todavía te comes las uñas, no te gusta cocinar y gastas en los supermercados cosas que después no sabes por qué las compraste. Me imagino que Paulo Coehlo todavía esta en tu mesa de noche. Me imagino que compras cosas para la casa, esas cosas que a la larga van siendo parte de la decoración. Me imagino que seguís siendo insegura, pero habrás aprendido a disimular mucho mejor. Me imagino que seguís hablando dormida y usas un vestido de algodón en vez de un camisón. Me imagino también que te seguís sintiendo vulnerable ante los hombres inteligentes y libres. Creo que tal vez, todavía buscas la justicia social, tal vez un poco de verdadera lucha en los ojos de las demás mujeres y niños. Me imagino que te siguen gustando los choco bananos del mercado, el pan y conversar tranquilamente después de toda la jornada. Me imagino que el que esté ahora a tu lado debe ser una gran persona pues tu también los escoges para eso. No siempre imagino que estas sola y pensando, leyendo algún libro de sociología, quizás algún poema suelto en ese libro viejo que habías olvidado. No me imagino que estés sola y triste, sino radiante y sonriente, lograda, empuñando un racimo de cabellos tuyos frente al espejo. Me imagino que ya no saltas sobre la cama, y los pies han dejado de olerte. Te cepillas normalmente aunque ahora si ya usas hilo y tienes una pasta de dientes de tres colores. Quizás sé que ahora mismo estas planeando irte de viaje, a Tuxtla, a donde dijiste que ibas a llevar a tu mamá para que viera de noche como se agita el mundo en ese parque zoológico extraterrestre. Talvez hoy por la noche, hagas un poco de te. Tal vez hoy por la tarde querrás tomar un lápiz y dibujar una escena erótica con algunos trazos sueltos. Sos mujer y también te gusta el riesgo. Te salís de la hoja. Seguís leyendo el periódico solo los sábados por la mañana, Nuestro Diario. Has dejado todo atrás, has comprado unas botas negras y vas de nuevo a la calle. Tras la puerta unos niños te consideran tan loca que te quieren como sos. Te gusta el café con cremora y darle abrazos a todo el mundo, ser bella. Me imagino que seguis oyendo esa vieja trova de Silvio, la cerveza fría y esos cigarritos a escondidas de todos. Me imagino tantas cosas, tu ropa sobre todo, tu voz delgada como una linea de humo de cigarro, el tequila y la Lila Downs en la frente. Solo que no sé hasta que punto estás, parececiera que el camino te ha llevado tan lejos que solo veo tu reflejo. Pero recuerdo las largas conversaciones, los arcoiris, el cometa gigantesco que vimos, el fin del mundo en cada una de todas nuestras lineas de las manos.

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Foto: Darren Aronofsky / Black Swan

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