jueves, 13 de agosto de 2009

ANOTACIONES ESPACIALES SOBRE MEXICO (Lectura el 15 de Agosto)


A todos los hijos de Pedro Paramo que habitan la ciudad más grande de la tierra.


Cuando miro el mapa de México no puedo dejar de imaginármelo sin líneas divisorias. Parte de México está en Guatemala y parte de Guatemala en México, traslapado por el pasado y el presente en una red de afinidades que nos hacen parecer los mismos aún detrás del muro de los Estados Unidos. A todos los guatemaltecos, indistintamente si hablan o no como mexicanos, los tratan igual como si hubieran tenido abuelos en Tenochtitlán. La mayoría que ha emigrado al norte, le ha tocado que aprender los más juguetones modismos caliches para hacerse pasar por mexicanos. Que irónico que acá en Guatemala sea común la rabia y el reconocimiento del patriotismo vecino, y aún así vamos poco a poco aceptando y descubriendo que somos lobos de la misma loma. Los programas mexicanos abundan en los canales guatemaltecos, desde las telenovelas del siete, hasta los chistes de toda la tarde del sábado y del domingo, hasta los noticieros de Televisa y los deportes de TvAzteca y sus programas de talentos juveniles. Estamos en México virtual, sin darnos apenas cuenta, y entonces los límites territoriales son vencidos por las ondas invisibles que viajan sin pasaporte de uno a otro extremo regalandonos albures. Me gusta lo mexicano, particularmente he valorado su cultura como la cualquier otro país latinoamericano, con mis preferencias literarias y artísticas en el campo de la plástica y la literatura, desde la memoria de exiliados guatemaltecos que nos hablan en sus textos criollos de un México generoso, como Cardoza y Tito Monterroso, sin olvidar al gran Monteforte y al más postmodernista de los nómadas guatemaltecos, el poeta Alan Mills. Todos han sabido ganarle la partida a los prejuicios y han descubierto la esencia mexicana que, sorprendentemente, es complementaria a la historia guatemalteca desde muchos puntos de vista. En el plano prehistórico jugó un papel relevante, y en esto quiero detenerme un momento en estas anotaciones, porque desde las teorías migratorias a las pirámides de observatorios estelares en Teotihuacan, hay mucha tela que cortar aún; porque si bien, el lenguaje Maya, sus códices y códigos aún sin traducir completamente, son el único eslabón entre esa historia perdida de la que todos somos ahora huérfanos. En el poema de Octavio Paz: Piedra de Sol, se rescata poéticamente ese tiempo y se nos devuelve algo complementario en nuestra identidad. En Cambio de Piel, de Carlos Fuentes, son evidentes las capas criticas en que discurren los personajes, desde la música de Mariachi, desde los rostros de Lucha Reyes, Chavela Vargas, Jorge Negrete y el mismo Agustín Lara, las revoluciones desde Zapata hasta los gobiernos democráticos, las tradiciones y sus supersticiones y magia urbana hasta la música de Molotov y El Tri, de Caifanes y las antiguas tendencias para expresar su dolor o alegría filtrada con el tequila o los pulques de la Santa Muerte. México, y sus grandes contribuciones culturales y su bien entendida idiosincrasia popular. México de Diego Ribera y Frida, de los cineastas portentosos que le despojaron todo a Italia para formar un cine propio, con sus galanes en blanco y negro, románticos como Pedro Infante, Maria Félix, El Indio Fernandez, Silvia Pinal, Dolores del Río y muchos tantos que nos alegraron las tardes. ¿Cuantos artistas no han encontrado en México la tierra prometida? ¿Cuántos creadores guatemaltecos se han ido a México exiliados o autoexiliados? ¿Cuántos campesinos en las épocas de represión y conflicto armado se fueron a México y encontraron apoyo en los linderos de Chiapas y Quintana Roo y mucho más allá? México se me presenta lúdico. Sigo viendo el mapa sin fronteras, ahí resurge ahora mismo un poema de Yaxkin Melchy y la música me recuerda a Café Tacuba.

¿Qué sucede con el vuelo que cae en el techo de mis costillas?
Con el vuelo de estas palabras que otra vez se aparean,
multitudes que avanzan
de la boca al micrófono,
y lo dejan hecho un pueblo devastado explotado talado
de todos los racimos que ahora me escuchan.
una y otra vez el mismo poema
me marchito,
pido agua
bebo, releo
siempre se lee
bebo, releo
y me sostengo vivo.


Yaxkin Melchy

3 comentarios:

Miss Trudy dijo...

Cada dia mas toda latinoamerica se presenta sin fronteras. Ultimadamente las fronteras son movibles y artificiales, impuestas por intereses ajenos a las realidades geograficas y culturales.

MarianoCantoral dijo...

sí vos, las fronteras son más bien mentales, al igual que las lagunas. Me sorprende tu capacidad narrativa holística. Saludos.

Unknown dijo...

Si, México es muy lindo, amo a México sín olvidar que mi amor principal es guatelinda,

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